jueves, 13 de octubre de 2022

La dama de la lámpara


Florence Nightingale (1820-1910), fue una enfermera, escritora y estadística británica, considerada la precursora de la enfermería profesional contemporánea y la creadora del primer modelo conceptual de enfermería. Nació en el seno de una familia británica de clase alta. Florencia, recibió el nombre de su ciudad natal, en aquel entonces capital del Gran Ducado de Toscana. Sus padres fueron William Edward Nightingale (1794-1874), y Frances «Fanny» Smith (1789-1880).
Florence, inspirada por lo que ella interpretó como una llamada de Dios, en febrero de 1837, mientras se encontraba en Embley Park, anunció su decisión de dedicarse a la enfermería a partir de 1844. Esta decisión era un desafío para las convenciones sociales de la época. Tras muchos sacrificios y la fuerte oposición de su familia, en especial de su madre y de su hermana, logró formarse como enfermera.
En 1840, Florence Nightingale a la edad de 20 años, le rogó a sus padres "que la dejaran estudiar matemáticas en vez del trabajo repetitivo y la práctica de cuadrillas". Su madre opinó que las tareas del hogar no deberían descuidarse por “las matemáticas". Para ella el destino de su hija era casarse y, "¿qué utilidad tendrían las matemáticas para una mujer casada?" Su padre, a pesar de amar la matemática y habérselo transmitido a su hija, le pidió que estudiara temas más apropiados para una mujer, como "historia o filosofía, natural y moral". Sus padres finalmente le dieron permiso… Años más tarde, su acercamiento matemático salvaría a la armada Británica en Scutari en la guerra de Crimea y le proveyó datos que llevaron a la reforma hospitalaria.
En Roma conoció en 1847 a Sidney Herbert, un joven político que se encontraba de luna de miel y con quien inició una amistad que fue decisiva para sus proyectos, gracias al apoyo que le brindaría al ocupar años más tarde la Secretaría de Guerra.Continuó sus viajes por Grecia y Egipto. Sus escritos sobre Egipto son testimonio de habilidades literarias y filosofía de vida. En Tebas escribió sobre lo que había sido “llamado de Dios”, y estando cerca de El Cairo, anotó en su diario: “Dios me llamó en la mañana y me preguntó si haría el bien en su nombre, sin buscar reputación”.
En Roma conoció en 1847 a Sidney Herbert, un joven político quien le daría su apoyo, años más tarde desde la Secretaría de Guerra. Continuó sus viajes por Grecia y Egipto. En Tebas escribió que había sido “llamada por Dios”, y una semana más tarde, cerca de El Cairo, anotó en su diario: “Dios me llamó en la mañana y me preguntó si haría el bien en su nombre, sin buscar reputación”. En 1850, visitó la comunidad religiosa luterana de Kaiserswerth en Alemania y conoció al Pastor Theodor Fliedner y a sus asistentes trabajando para los enfermos y marginados. Ella destacó esa experiencia como un hito decisivo, y publicó sus vivencias en forma anónima en 1851, en su primer trabajo editado: “La Institución de Kaiserswerth del Rin para el Entrenamiento Práctico de Diaconisas”. En esa institución recibió cuatro meses de entrenamiento médico que constituyeron la base para su trayectoria posterior. En 1853, asumió el cargo de superintendente en el Instituto para el Cuidado de Señoras Enfermas ubicado en Upper Harley Street, Londres hasta octubre de 1854.
Florence desarrolló una “Fórmula Modelo de Estadística Hospitalaria” para que los hospitales recolectaran y generaran datos y estadísticas consistentes. y es reconocerla como una innovadora en la recolección, tabulación, interpretación y presentación gráfica de estadísticas de salud, descriptivas; ella fue invitada a pertenecer a la Sociedad Estadística Real en 1858 y sería nombrada miembro honoraria de la Asociación Americana de Estadística en 1874. Su principal publicación, Notas sobre enfermería (1959), tuvo muchas reimpresiones. Su desarrollo innovador de técnicas, en el análisis estadístico, mostró finalmente, cómo un fenómeno social podía ser medido objetivamente y analizado matemáticamente.
Su contribución más famosa tuvo lugar durante la guerra de Crimea, la cual se convirtió en su objetivo central. Gran Bretaña recibía los reportes acerca de las terribles condiciones de los heridos. En octubre de 1854, ella y un equipo de 38 enfermeras voluntarias, al que entrenó personalmente, partieron hacia el Imperio Otomano, recorriendo a través del mar Negro, desde Balaklava, Crimea, hasta la principal base de operaciones británica en el cuartel de Selimiye en Scutari a la que arribaron en los primeros días de noviembre de 1854. Los soldados heridos recibían tratamientos inadecuados por parte del sobrecargado equipo médico. Los suministros médicos escaseaban, la higiene era pésima y las infecciones comunes eran en muchos casos fatales. No se contaba con equipamiento apropiado para procesar los alimentos para los pacientes, mientras la oficialidad era indiferente a esta situación.
En pleno conflicto, un artículo en The Times, publicado en la edición del jueves 8 de febrero de 1855, decía refiriéndose a ella : “Sin exageración alguna es un «ángel guardián» en estos hospitales, y mientras su grácil figura se desliza silenciosamente por los corredores, la cara del desdichado se suaviza con gratitud a la vista de ella”.. Tras el fin de la guerra, Florence Nightingale comenzó a ser conocida como «la dama de la lámpara», a partir del poema “Santa Filomena” de Henry Wadsworth Longfellow, publicado en 1857: “Lo! in that house of misery A lady with a lamp I see Pass through the glimmering gloom, And flit from room to room”. (“¡Mirad! En aquella casa de aflicción/Veo una dama con una lámpara. Pasa a través de las vacilantes tinieblas/y se desliza de sala en sala”.) Entre los enfermos y heridos durante la guerra de Crimea (1853-1856), es “La dama con la lámpara” (1891) “The lady with the lamp” se muestra aquí en la pintura de Henrietta Rae: Miss Nightingale at Scutari (1854).
A principios del siglo XX, ya se aceptaba que la gestión de Nightingale redujo el índice de mortalidad del 42 % al 2 % -ya sea realizando mejoras en la higiene o reclamando a la Comisión Sanitaria-. De hecho, la cantidad de muertes no disminuyó, sino que comenzó a aumentar. El número de muertes era el mayor de todos los hospitales de la región. Durante su primer verano en Scutari, 4.077 soldados perdieron la vida allí. Fallecieron diez veces más soldados de enfermedades como tifus, fiebre tifoidea, cólera y disentería que de heridas en el campo de batalla. Las condiciones en el hospital de las barracas eran tan nocivas para los pacientes debido al hacinamiento, a los deficientes desagües sanitarios y a la falta de ventilación.
El gobierno británico destinó una comisión sanitaria a Scutari en marzo de 1855, casi seis meses después de la llegada de Florence Nightingale; entonces se efectuó la limpieza de los vertederos contaminantes y mejoró la ventilación.​ A partir de esas medidas el índice de mortalidad bajó rápidamente. A su regreso a Londres comenzó a reunir pruebas para la Comisión Real para la Salud en el Ejército a fin de sustentar su posición de que los soldados fallecían a causa de las deplorables condiciones de vida en el hospital. Esta experiencia influyó decisivamente en su carrera posterior.
El 29 de noviembre de 1855, mientras aún permanecía en Crimea, se celebró una asamblea pública para homenajearla, haciéndole entrega de un reconocimiento por su labor durante la guerra. En 1859 se publicaron sus Notas sobre Enfermería y Nightingale disponía gracias a este fondo de 45.000 libras, monto con el que inauguró el 9 de julio de 1860 la Escuela de Entrenamiento Nightingale en el hospital Saint Thomas. Actualmente es la Escuela Florence Nightingale de Enfermería y Partería y forma parte del King's College de Londres.​
Florence se opuso a una teoría microbiana conocida como «contagionismo», que sostenía que las enfermedades sólo podían ser transmitidas por contacto físico. Antes de los experimentos de Louis Pasteur y Joseph Lister, a mediados de los años 1860, difícilmente alguien podía considerar seriamente la teoría de los gérmenes. Nightingale escribió un artículo para un libro de texto en el cual abogaba por la toma de estrictas precauciones para eliminar los gérmenes. El trabajo previo de Nightingale sirvió como inspiración para las enfermeras que actuaron en la Guerra de Secesiòn estadounidense.
A partir de 1857, Florence comenzó a padecer depresión e intermitentes postraciones en la cama. La Brucellosis y una espondilitis eran la causa de sus padecimientos. ​ A pesar de sus dolencias, permaneció fenomenalmente productiva en el área de la reforma social. 
Durante sus años de postración en la cama, también realizó trabajos pioneros en el campo de la planificación hospitalaria, y su trabajo se propagó rápidamente a través de Gran Bretaña y del resto del mundo. El 13 de agosto de 1910, a los 90 años, falleció mientras dormía en su habitación del 10 de South Street, Park Lane.

Revisado en Londres el jueves 13 de octubre del año 2022


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