martes, 18 de octubre de 2022

Los príncipes en la torre


El misterio de “Los príncipes en la torre” ha ocupado a los británicos durante más de 500 años, pero ahora una luz podría nacer en la oscuridad del crimen y el rey Carlos III. ha accedido recientemente a hacer una prueba de ADN moderna, exactamente lo contrario de lo que su madre, la Reina Elizabeth II, toda su vida no acepto.

Cuando en 1483, el rey Eduardo IV de Inglaterra murió inesperadamente, dejando atrás a sus dos hijos, Eduardo V y Ricardo, los niños quedaron al cuidado de su tío, el duque de Gloucester. Se dice que los príncipes, en ese momento tenían doce y nueve años, y la historia señala que desaparecieron poco después. Edward, el mayor, era el heredero. La leyenda dice que fueron asesinados por su tío, el duque de Gloucester quien se convirtió más tarde en el rey Ricardo III y fue coronado.

Se sabe que los niños fueron encerrados en la Torre de Londres (entonces palacio real) en abril de 1483 y rápidamente el pueblo comenzaría a tener la sospecha de que los príncipes habían sido en realidad asesinados por el recién coronado rey Ricardo III, asfixiados por orden suya. Desde entonces se han tejido infinidad de leyendas sobre el verdadero destino de los "príncipes de la Torre". Algunos suponen que Ricardo III no habría ordenado sus muertes, y que en realidad fueron deliberadamente ocultados el resto de sus vidas; mientras que para otros no había ninguna duda de que fueron victimados por su tío, hipótesis reforzada por un hecho ocurrido siglos más tarde.
Doscientos años después, en 1674, mientras se realizaban trabajos de remodelación de la Torre de Londres fue encontrada una caja con el cuerpo de dos niños que deberían haber sido tirados descuidadamente a la basura. En un comienzo se dudó acerca de que correspondiera a los jóvenes príncipes, pero por orden de Carlos II fueron enterrados como tales en una urna en la Abadía de Westminster. En 1933 se hicieron pruebas para el reconocimiento de los restos pero no dieron resultados, manteniéndose la incógnita hasta el día de hoy.

Se creía que Ricardo II era un hombre deforme, jorobado y cojo de nacimiento, pero también se pensaba que esta era una ficción creada por la discutida obre de Tomas Moro “The history of King Richard the Third”.Posiblemente la lectura de la obra de Moro, causó una honda impresión en Shakespeare de manera que lo inspiró entre 1591 y 1592 para la realización de su célebre tragedia histórica The Life and Death of King Richard III, inspirada en la segunda edición de las Crónicas (1587) de Holinshed, donde el monarca aparece como un jorobado, ambicioso, cruel y sin escrúpulos, tema este ya comentado en este blog en febrero del año 2017 (https://bit.ly/3D5BSpv) en un artículo titulado Shakespeare y el ADN de Ricardo III.

William Shakespeare en su obra “Ricardo III”. describe al poderoso duque de Gloucester como el asesino a dos príncipes en la Torre de Londres, teoría que finalmente se convirtió en parte del folclore británico. Richard hizo que eliminaran a los niños para convertirse él mismo en el rey Ricardo III quien murió en la Batalla de Bosworth Field, una de las batallas más importantes de las Guerras de las Rosas. Su cuerpo fue llevado a Leicester y enterrado sin ceremonia. Hace unos años, en 2012, un cadáver fue redescubierta debajo de un estacionamiento, lo que le dio un nuevo impulso al antiguo caso criminal.

La teoría más usual es la que sostiene que los príncipes fueron asesinados por su tío Ricardo, quien usurpó el trono de su sobrino Eduardo V. Aunque al declarar a sus sobrinos ilegítimos su camino al trono se hallaba despejado, su estadía en el trono no era del todo segura, y la existencia de los príncipes podría traer complicaciones posteriores, los enemigos de Ricardo podrían haber utilizado a sus sobrinos como figuras para futuras rebeliones.

Los rumores de la muerte de los príncipes empezaron a circular alrededor de 1483, ya que Ricardo nunca realizó ninguna acción que probara que estos seguían con vida, lo cual fortaleció las sospechas. Alrededor de 1577 se afirma que Ricardo buscando el amor y la aceptación del pueblo inglés negó los cargos de haber asesinado a sus sobrinos, pero otra prueba que inculpa a Ricardo es que nunca abrió ninguna investigación en torno al asesinato de sus sobrinos.

James Tyrrell, un caballero inglés que peleó por la casa de York Tyrrell fue arrestado por Enrique VII en 1502 por apoyar a diferentes integrantes de la familia York que buscaban el trono; poco antes de su ejecución, Tomás Moro afirma que Tyrrell confesó bajo tortura haber asesinado a los dos príncipes por órdenes de Ricardo III. Historiadores dudan sobre la veracidad de los textos de Moro, ya que estos se realizaron bajo distintas circunstancias en las cuales Ricardo era desfavorecido. Henry Stafford, Segundo duque de Buckingham y mano derecha de Ricardo III, también fue sospechoso ya que él sabía de la muerte de los pequeños para la fecha de su ejecución en noviembre de 1483.  Distintos historiadores sugieren que Margarita Beaufort, madre de Enrique VII, pudo haber sido también responsable de la desaparición de los príncipes; su interés personal de hacer a su hijo rey, pudo ser un motivo de peso para el asesinato de los príncipes. Después de la muerte de Eduardo y el ascenso al torno de Ricardo, Margaret se convirtió en dama de compañía de la esposa de Ricardo, Ana Neville.

Buscando ascender al trono, Enrique VII ejecutó a algunos de sus contrincantes que también aspiraban a la corona. Entre ellos se encontraba John de Gloucester, hijo ilegítimo de Ricardo III. Enrique se encontraba fuera del país en el momento de la desaparición de los príncipes, aunque otras personas podrían haber actuado en su nombre. El año anterior, antes de convertirse en rey, Enrique se había casado con Isabel de York para reforzar su derecho al trono, ignorando la ilegitimidad de su esposa. Algunos historiadores alegan que Enrique podría haber asesinado a los príncipes alrededor de julio de 1486.

Según el Daily Mail, desde el año pasado se encontraron indicios de que posiblemente Ricardo III. no mató a sus sobrinos y se dice que les permitió esconderse en un pueblo con un nombre diferente: Edward V se convirtió en “John Evans”. Se dice que la historia del asesinato de los niños fue difundida por la familia noble Tudor para poner fin a la Guerra de las Rosas, y lo cierto es que hasta el momento no hay pruebas fehacientes de que los dos príncipes hayan sido asesinados.

Se decía que la Reina Elizabeth II había prohibido durante toda su vida hacer las pruebas de ADN necesarias para determinar sin lugar a dudas si los huesos de los dos niños son los de Eduardo V y Ricardo. El nuevo rey, Carlos III ha dicho estar abierto al método de radiocarbono, para determinar la edad de los huesos, por ejemplo, y parece haber accedido a una prueba para esclarecer la historia del caso criminal. Las modernas pruebas de ADN ahora podrían aclarar si los huesos son los de los príncipes. Podrían coincidir con los de Ricardo III. compararse y probar así una relación familiar. Ricardo III ahora está enterrado en la catedral de Leicester.

El descubrimiento en 2013, del esqueleto hallado, en un aparcamiento de Leicester, arrojaría luz sobre el caso al demostrar que efectivamente el cuerpo es el del último monarca de la casa York, fallecido en 1485 durante la batalla de Bosworth ante el ejército de Enrique Tudor (quien le sucedió en el trono de Inglaterra como Enrique VII). Los investigadores de la Universidad de Leicester han confirmado que las lesiones de la batalla y la escoliosis de la columna vertebral concuerdan con las características físicas de Ricardo III.  Los arqueólogos han comparado también el ADN de los huesos con los de un descendiente de su hermana Ana de York, y el resultado ha sido positivo y el esqueleto identificado sin género de dudas perteneció a Ricardo III y presentaba una fortísima escoliosis, que podría ser origen de dificultades al caminar y de deformidad en la postura.

Según el Daily Mail, el año pasado se encontraron pruebas de que Ricardo III. no mató a sus sobrinos. Más bien, dice el diario que se les permitió esconderse en un pueblo con un nombre diferente: Edward V se convirtió en “John Evans”. Se dice que la historia del asesinato de los niños fue difundida por la familia noble Tudor para poner fin a la Guerra de las Rosas.

Maracaibo, martes 18 de octubre del año 2022