miércoles, 28 de septiembre de 2022

Alfredo Sadel


Tuve un gran amigo, el patólogo mexicano -jalisqueño- Mario Armando Luna quien lamentablemente nos dejó en 2008; a él me he referido en varias ocasiones en el blog. Otro mexicano Luna, es el joven actor Diego -quien recuerdo conocí en la película”A mi mamá también” con Maribel Verdú y Gael García quien después se lució en “los diarios en motocicleta” con música del uruguayo Jorge Drexler y luego en Neruda y más allá-…

Uno acostumbra a hablar de “estar en la luna” y a algunos hasta “les da la luna” cuando se la quieren dar de lunáticos, pero conocí pocas personas apellidadas Luna, en Venezuela… Recuerdo una anécdota de mi estimado colega Jesús Enrique González cuando siendo serenatero tuvo que correr al estar cantando “quiero escaparme con la vieja luna”; lo perseguía un señor Luna, ya mayor… Después de hablar ayer sobre “el Papa Luna”, hoy quiero decir algo sobre Manuel Alfredo Sánchez Luna, quien fuera “el tenor favorito de Venezuela” más conocido como Alfredo Sadel.

Alfredo Sadel (1930-1989) nació en Caracas, hijo de Manuel Sánchez Benítez y Luisa Amelia Luna. Le bautizaron como Manuel Alfredo Sánchez Luna. Desde su niñez manifestó su vocación musical. En su etapa de escolar, participó en el coro del Colegio Salesiano donde estudiaba. Dos sacerdotes salesianos contribuyeron a impartir instrucción musical y arte escénico: el padre Calderón y el padre Sidi. Su primera presentación fue en la catedral de Caracas, donde cantó el Ave María e impresionó al público asistente. Su formación musical que incluía solfeo, piano y armonía empezó en la Escuela Superior de Música de Caracas y continuaría a lo largo de su vida en Ciudad de México, Nueva York, Buenos Aires, Barcelona, Salzburgo y Milán.

Otras habilidades de Manuel Alfredo fueron el dibujo y la pintura. Sus caricaturas fueron publicadas en dos medios impresos de la época, el diario La Esfera y la revista Fantoches. Posteriormente, trabajaría como dibujante en una agencia publicitaria y así, pudo pagar la grabación de su primer disco de 78 RPM, con los temas: el bolero "Desesperación" y el pasodoble "El Diamante Negro", homenaje al torero Luis Sánchez, En esa época Alfredo Sanchez Luna, adquirió el nombre de Alfredo Sadel combinando los apellidos Sánchez y Gardel, su gran ídolo. Así nació Alfredo Sadel, como se le conocería en lo sucesivo.

En 1946, Mario Suárez lo apadrinó y se lo recomendó al director de -Radio Caracas Radio- Ricardo Espina; posteriormente Alfredo consiguió ser becado. En 1947 ingresó como cantante aficionado al programa radial en la emisora caraqueña Radiodifusora Venezuela. Al siguiente año, firmó contrato con la empresa discográfica local Discos Rex para grabar su segundo disco sencillo. con el pasodoble "Diamante Negro" y una interpretación instrumental del "Mambo No. 5" de Pérez Prado. Esta grabación, fue un éxito y fueron vendidas veinte mil copias, lo que marcó el inicio de su ascendente carrera musical.

En 1950 inicia carrera en el cine al participar en la cinta “A La Habana me voy”, con los cubanos Blanquita Amaro, Otto Sirgo y el argentino Tito Lusiardo. En 1951, protagoniza “Flor del campo”, producción con música y argumento venezolanos, junto a Rafael Lanzetta y Elena Fernán. En 1952, viajó a los Estados Unidos y actuó en el teatro Chateau Madrid de Nueva York, acompañado por la orquesta de Aldemaro Romero, de quien era su gran amigo. Debo señalar que en este blog (lapesteloca) en 2021 hablé de Aldemaro Romero (https://bit.ly/3UFfpq7) sin haber destacado la gran amistad que existió entre ambos artistas.

Sadel debutó en el teatro Jefferson de Nueva York, con gran popularidad fue el primer artista venezolano en actuar en la televisión estadounidense al ser presentado en el show de Ed Sullivan, y en otros programas exitosos como "Chance of a Lifetime", y fue considerado por la prensa como “El artista latino más popular de la televisión norteamericana”. En 1955 debutó en La Habana, Cuba obteniendo gran éxito de modo tal que se le ofrece la posibilidad de conducir su propio programa musical, el cual años más tarde se adueña totalmente de la sintonía. Ese año grabó un LP titulado "Mi canción", con el sello RCA Víctor. Sadel compartió su carrera como cantante con la actividad sindical artística, promoviendo en 1957 la fundación de la Asociación Venezolana de Artistas de la Escena.

En 1958, regresó a los Estados Unidos la Metro-Goldwyn-Mayer pensaba incluirlo en algunas de sus cintas aprovechando sus dotes artísticas y lo contrató como sustituto de Mario Lanza, el trágico cantante lírico y actor fallecido en 1959. Sin embargo, permaneció un año recibiendo sueldo y al no serle asignado ningún papel, se fue a México donde sus discos lo habían hecho conocido y participaría en el cine en “El Ratón”, al lado de Raúl ‘Ratón’ Macías y “Tu y la mentira”, con Miguel Aceves Mejía y Evangelina Elizondo. Posteriormente, renunciaría a su contrato con Metro Goldwyn Mayer. En 1970 regresó a México y participó en la película “Tres balas perdidas” junto a Javier Solís, Rosita Quintana,y María Victoria. Actuaría de nuevo con Miguel Aceves Mejía en “El buena suerte”, además de Sara García y de nuevo con Javier Solís y Julio Aldama, en la película “En cada feria un amor”. Su carrera en el cine termina con “Martín Santos, el llanero”, de coproducción Méxicano-venezolana con música de Juan Vicente Torrealba y José E. Sarabia, de nuevo con Miguel Aceves Mejía, la actriz mexicana Lorena Velásquez y la venezolana Adilia Castillo. Sadel interpreta el vals "Di", tema muy expresivo en que hace gala de su voz.

En 1961 en el canto lírico se presenta Sadel con la zarzuela Los gavilanes, en el Teatro Nacional de Caracas; ese mismo año se va estudiar a Milán con el fin de perfeccionar su calidad vocal. En este nuevo período de su vida artística participó en el Carnegie Hall de Nueva York en el estreno de la zarzuela cubana, basada de la novela con el mismo nombre, Cecilia Valdez; luego emprendió giras para presentar Rigoleto, El barbero de Sevilla, Carmen, Tosca, La bohème, La Traviata, El Holandés Errante, Don Pascuale, L'amico Fritz, Don Carlo y otras, por toda América, y luego por Alemania, Belgrado, Hungría, Suiza, España y la Unión Soviética (1967 y 1968). En Lima, Sadel y Pepita Embil protagonizaron lo que los peruanos calificaron como las temporadas de zarzuelas más exitosas que se hayan realizado en el país.

El V Festival de la Voz de Oro de Venezuela, en 1973 estuvo marcado por una demanda interpuesta por Alfredo Sadel, a los organizadores y participantes… Para paliar la situación, el comité organizador invitó a Sadel a participar como invitado especial junto a Rosalinda García y Rudy Márquez. Sadel aceptó e invitó a Hector Cabrera y otros cantantes al escenario para mostrar al público que el conflicto se había acabado.

En 1977, en un intento por institucionalizar la ópera en Venezuela, Sadel organizó una gran temporada en la Universidad Central de Venezuela, que se extendió a otras ciudades del país; participando también en temporadas de zarzuela en el teatro Nacional. El pueblo sin embargo nunca lo olvidó y sus versiones del género popular como, "Humanidad", "Vereda tropical", "Incertidumbre", "Dominó", "Desvelo de amor", "Congoja", "Granada", "Aquellos ojos verdes", y sus versiones de "Ansiedad" y "Madrigal", siguen escuchándose en toda América. Sadel destacó como compositor, debiéndose a su inspiración innumerables piezas como "Yo no te engañé", "Son dos palabras", "Otra rosa", "El hombre de hierro", "Golondrinas del tiempo", "Quiero a Maracaibo", "Razonando", y decenas más.

En 1978, volvió a Cuba recibiendo apoyo que lo animaron a grabar de nuevo música popular, entre ella un LP con música de Los Panchos y otro en que rendía tributo a Carlos Gardel. Se radicó en Nueva York desde 1985 y viajó desde entonces a Caracas y Colombia. Cuando estaba feliz por la posibilidad de presentarse con la Metropolitan Opera de Nueva York, su salud empezó a deteriorarse. Se encontraba realizando presentaciones en Cali, Colombia, cuando debió viajar de urgencia a Caracas el 31 de diciembre de 1988. En 1988 y 1989 se presentó en el Teatro Teresa Carreño con la Orquesta Sinfónica Venezuela en conciertos que marcaron su despedida. En total Sadel, grabó más de 2.000 canciones recogidas en cerca de 200 discos de 78 RPM y unos 130 de larga duración editados en diversos países, de modo que su voz y su memoria estarán siempre presentes en el acervo cultural venezolano.

Recordando a Sadel, en Londres, el miércoles 28 de septiembre del año 2022





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