viernes, 27 de abril de 2018

Las úlceras de Buruli




Las úlceras de Buruli


En 1897, Sir Albert Cook,  médico británico que trabajaba en el Hospital Mengo de Kampala (Uganda), cuando describió la existencia de unas úlceras cutáneas de difícil cicatrización. En 1948, el profesor Peter MacCallum y sus colaboradores hicieron una descripción detallada de la enfermedad  en seis pacientes de la zona de Bairnsdale, cercana a Melbourne (Australia), y fueron los primeros que aislaron el microorganismo causante que resultó ser el Mycobacterium ulcerans. En el sur de Australia la enfermedad todavía se conoce como úlcera de Bairnsdale.  Regresand al África, en la década de los sesenta se registraron muchos casos en el condado de Buruli (el actual distrito de Nakasongola), en Uganda, y de ahí procede el nombre más común de la enfermedad: úlcera de Buruli (UB).

La Ulcera de Buruli es la tercera infección más común causada por una micobacteria, Mycobacterium ulcerans. Las dos primeras corresponden a Mycobacterium tuberculosis y Mycobacterium leprae. Es una de las enfermedades tropicales emergentes desatendidas actualmente. Es una enfermedad necrotizante de la piel (en la dermis profunda y tejido subcutáneo), que afecta principalmente a los niños, produciendo úlceras masivas, que desfiguran y puede llegar a dejar lesiones incapacitantes de por vida. Debido a los escasos conocimientos sobre la enfermedad, al aumento de su extensión geográfica y a sus graves consecuencias, la Asamblea de la Salud adoptó en 2004 una nueva resolución destinada a mejorar su vigilancia y control para a acelerar la investigación y para desarrollar mejores instrumentos de control. 

A partir de 1980, la UB se ha propagado rápidamente en varias zonas del mundo, y sobre todo en África occidental, lo cual llevó a la Organización Mundial de la Salud a actuar en 1998. En Costa de Marfil  se han registrado aproximadamente 24 000 casos entre 1978 y 2006; en Benín, cerca de 7000 entre 1989 y 2006, y en Ghana, más de 11 000 desde 1993. Otros países africanos en los que ha registrado la enfermedad son Angola, Burkina Faso, Camerún, Congo, República Democrática del Congo, Guinea Ecuatorial, Gabón, Guinea, Liberia, Nigeria, Sudán, Togo y Uganda. En Asia, se presenta con mayor frecuencia en Papúa Nueva Guinea, con casos esporádicos en China, Indonesia, Japón y Malasia. Las regiones del sur de Australia, son endémicas y el número de casos notificados ha aumentado en los últimos años, de 25 en 2004, a 47 en 2005 y a 72 en 2006. En la América del Sur, la Guayana Francesa es un foco conocido de la UB, desde finales de los años 1960, esencialmente en la Guayana francesa. El Mycobacterium ulcerans, nunca se había observado en este continente y un equipo de investigación analizó 23 puntos de agua dulce naturales en la costa de la Guayana en donde se observaron casos humanos y se detectaron catorce puntos positivos, cinco de los cuales eran inequívocos. Se  han descrito también  casos esporádicos en Perú, Surinam, México y, más recientemente en Brasil. 

El modo de transmisión sigue en estudio. Hay investigaciones que señalan en África, a algunos insectos acuáticos del orden Hemiptera pueden albergar M. ulcerans en sus glándulas salivares y transmitir la enfermedad a animales de experimentación. Datos más recientes procedentes de Australia indican que los mosquitos de las marismas son positivos para el ADN de M. ulcerans, aunque todavía no se ha confirmado que transmitan el microorganismo. No hay pruebas de que la enfermedad de transmita de persona a persona. El modo más posible de la transmisión es local, un traumatismo pqueño en la piel y una lesión, a menudo inadvertida. Lo permite la inoculación de M ulcerans, que crece muy lentamente en vivo, tiene una temperatura optima de crecimiento de aproximadamente 32ºC, lo que explica su predilección por la piel. Los huesos pueden ser infectados, debido a la difusión linfática o diseminación hematógena. Características importantes de la M ulcernas son, su baja temperatura optima de crecimiento que hace de la piel y tejido subcutaneo su territorio exclusivo. Su tasa de crecimiento lento por lo que las lesiones progresan lentamente y la exotoxina mycolactona, que tiene una gran potencia citotóxica e inmunosupresora. Este es el único factor conocido de virulencia de la bacteria.

Maracaibo 27   de abril 2018

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