miércoles, 30 de agosto de 2017

Enrico Fermi



Enrico Fermi

Una noche a finales del año 1966, vivía yo en EUA y el doctor Pedro Iturbe me sorprendió telefónicamente planteándome su idea de comprar un microscopio electrónico (ME) para su Sanatorio en Maracaibo. Iniciándose el año 1967, ya el incansable doctor Iturbe había conseguido los recursos con la Junta de Beneficencia Pública del Estado Zulia y me pidió que visitase al doctor Fernández Morán quien trabajaba en el Instituto Fermi de la Universidad de Chicago. Esta entrevista la he relatado previamente y da fe de el decidido apoyo de Fernández Morán a la creación de un laboratorio de ME en su ciudad natal, siguiendo sus precisas indicaciones. Para aquel entonces, el mundo estaba dividido en dos grandes bloques irreconciliables, el este y el oeste. Consciente de las tensiones de la guerra fría, nuestro sabio nos expresó sus temores sobre el poder letal de la energía atómica y nos habló de cómo años antes, frente al Proyecto Manhattan, Einstein y Oppenheimer estuvieron muy preocupados, pues conocían de los peligros que asechaban a la humanidad por el manejo imprudente o ambicioso del átomo en manos de políticos y militares. De todas estas cosas y más, conversó aquel día en su laboratorio del Instituto Fermi, con un par de jóvenes maracuchos quienes escuchamos atónitos sus conceptos sobre las emergentes naciones del Asia, con miles de millones de chinos y sobre el futuro de la humanidad ante las posibilidades de desarrollo de la ciencia en la carrera espacial… Hoy, recordando aquella visita, en un Chicago muy frío cuando conocí el laboratorio de Fernández Morán donde ofrecería a la NASA y al mundo sus observaciones sobre las rocas de la luna, hoy, a unos días del eclipse del 2017, quiero hablarles de Enrico Fermi.

Enrico Fermi nació el 29 de septiembre de en 1901 en Roma, Italia. Sus padres fueron Don Alberto, era oriundo de Piacenza quien era inspector del Ministerio de Comunicaciones y su esposa, Ida de Gattis, natural de Bari, maestra en una escuela pública de Roma. Se interesó por la física a los 14 años de edad, tras la lectura de dos volúmenes de un viejo texto escrito en latín: Elementorum physicae mathematicae, un libro de 900 páginas en tres tomos, publicado en 1840 por padre Andrea Caraffa, un jesuita del Colegio Romano, de donde Enrico aprendió sus primeros conocimientos de física, matemáticas, geometría, mecánica clásica, astronomía, óptica y acústica. En su juventud, Enrico disfrutaba aprendiendo física y matemáticas y compartiendo sus intereses con su hermano mayor, Giulio. La muerte repentina de Giulio, en 1915, debido a un abceso en la garganta, perturbó a Enrico y aumentó su dedicación a los estudios. Posteriormente, Enrico trabó amistad con otro estudiante Enrico Persico, y los dos colaboraron en proyectos científicos, como la construcción de un giróscpo, y la medición del campo magnético de la Tierra. Un amigo de su padre le regaló varios libros sobre física y matemáticas, que leyó con gran avidez. Con el ingeniero Alberto Amidei, amigo de su padre, quien solía frecuentar su casa, amplió sus conocimientos de álgebra, análisis matemático, geometría analítica, trigonometría y mecánica y fue Amidei quien le recomendó inscribirse en la Universidad de Pisa y no en la de Roma.

Fermi cursó estudios en la Scuola Normale Superiore de Pisa, donde obtuvo su doctorado en 1922. En 1927 fue profesor de la Universidad de Roma "La Sapienza". En 1930 fue invitado a dar cursos de verano por la Universidad de Michigan. También impartió clases en las universidades de Columbia, Stanford y Chicago. Su labor en el ámbito de la ciencia se extendió entre 1933 y 1949, cuando estuvo dedicado a la física nuclear. En 1933 su teoría de la radiactividad "beta" dio forma cuantitativa al proceso de la transformación de un neutrón en un protón mediante la emisión de un electrón y un neutrino. Luego estudió la radiactividad artificial, descubierta por el matrimonio Joliot-Curie, y en 1934 descubrió la provocada por un bombardeo de neutrones; posteriormente vio que las sustancias hidrogenadas y en general los elementos ligeros podían disminuir la velocidad de los neutrones después de choques elásticos. Y así, en 1935-1936 estudió las propiedades de absorción y difusión de los neutrones lentos. Todo ello le valió en 1938 el premio Nobel de Física. 

A fines de aquel año se trasladó a los Estados Unidos; allí trabajó en la Universidad de Columbia en Nueva York, y luego, a partir de 1942, en la Universidad de Chicago, donde, tras las investigaciones llevadas a cabo con diversos colaboradores, hizo funcionar el 2 de diciembre de 1942 una pila de uranio y grafito, el primer reactor nuclear. El Premio Nobel de Física le había sido otorgado "por sus demostraciones sobre la existencia de nuevos elementos radiactivos producidos por procesos de irradiación con neutrones y por sus descubrimientos sobre las reacciones nucleares debidas a los neutrones lentos". Vivió en Roma hasta 1938 año en que finalmente emigró a Nueva York  junto con su esposa Laura y sus hijos. El régimen fascista de Benito Mussolini, representaban una amenaza para Laura, quien era judía. En Nueva York, Fermi comenzó a trabajar en la Universidad de Columbia. Dirigió la construcción de la primera `pila nuclear logrando, en diciembre de 1942, la primera reacción en cadena controlada de fisión nuclear, en la Universidad de Chicago. Participó en el desarrollo de la bomba atómica en los laboratorios de Los Álamos, Nuevo México, dentro del Proyecto Manhattan. Con posterioridad se opuso al desarrollo de la bomba de hidrógeno por razones éticas. En 1946 fue nombrado profesor de física y director del Instituto de Estudios Nucleares de la Universidad de Chicago. Además de unas doscientas memorias aparecidas en varias revistas de Italia y de otras naciones, publicó cuatro libros: Introduzione alla Fisica atomica (1928), Molecole e cristalli (1934), Thermodynamics (1937) y Elementary particles (1951). 

En 1953 fue nombrado presidente de la American Physical Society. Perteneció a muchas academias italianas y extranjeras, y fue galardonado en diversos países; una partícula subatómica, el fermión, y el elemento número 100 de la tabla peródica, el fermio, recibieron su nombre en su honor. El departamento de la Universidad de Chicago donde trabajó durante varios años se llama en la actualidad Instituto Enrico Fermi.  El cráter lunar Fermi lleva este nombre en su honor. La Paradoja de Fermi (o principio de Fermi) consiste en la cuestión de si el Universo posee formas de vida inteligente más allá de la Tierra «¿Dónde están?» es la pregunta planteada. Fue galardonado en 1942 con la medalla Hughes, concedida por la Royal Society «por sus destacadas contribuciones al conocimiento de la estructura eléctrica de la materia, su trabajo en la teoría cuántica, y sus estudios experimentales del neutrón». Fermi murió a los 53 años de uncáncer de estómago en su casa de Chicago.

Maracaibo  30    de agosto de 2017

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