sábado, 26 de agosto de 2017

Ken Saro-Wiwa




Ken Saro-Wiwa

Kenule, "Ken" Beeson Saro-Wiwa (1941-1995) fue un escritor (candidato al Premio Nobel de Literatura), productor de televisión y activista nigeriano.  Pertenecía a la tribu de los ogoni, etnia del delta del río Niger, zona petrolera desde 1958. Fue presidente del Movimiento para la Supervivencia de los Ogoni (Movement for the Survival of the Ogoni People, MOSOP), que dirigió una campaña no violenta contra los daños ambientales de diversas empresas multinacionales petroleras, específicamente la Shell.
Saro-Wira era una de las voces literarias e intelectuales más importantes de Nigeria y de África, un consagrado escritor y artista polifacético con presencia en distintos medios de comunicación. Apasionado de las letras también era un fuerte defensor de las raíces de su pueblo y de su etnia, la de los Ogoni, uno de los pueblos indígenas asentados en el Delta del río Níger. Por eso veía con estupor lo que ocurría a su alrededor, ya que la tierra del reino Ogoni, en pleno corazón de la desembocadura del Níger, siempre había sido una región pobre e inestable que tradicionalmente había vivido de la pesca con recursos mínimos-  La llegada del “progreso”,  léase la llegada del oro negro, en un primer momento fue vista como una salvación, al imaginar que aquellas tierras aparentemente estériles y muy pobres tenían algo que muchos ansiaban, los hidrocarbruros. Los Ogoni se pusieron en el punto de mira de las grandes multinacionales del petróleo y ninguno podría imaginar que eso sería el inicio de una tragedia.

En un contexto de desesperanza total, Ken Saro-Wiwa decidió convertirse en la voz pública del pueblo Ogoni, aprovechando para ello su imagen, sus contactos y su trabajo durante años en la administración pública nigeriana. Ken Saro-Wiwa era buen conocedor de la situación y testigo directo de los desmanes económicos y ecológicos producidos por la compañía Shell.  Nadie ha llegado a admitir claramente  la relación comercial entre el gobierno de Abacha y Shell, entre 1993 y 1995 pero es sabido que la petrolera suministró de armamento al gobierno nigeriano. Tras una larga batalla legal, en mayo de 2009 la compañía alcanzó un acuerdo económico para poner fin a la reclamación de responsabilidades, por complicidad con la dictadura militar nigeriana en la represión y genocidio del pueblo ogoni, aceptando satisfacer 15,5 millones de dólares al actual gobierno de Nigeria y al MOSOP, y evitando de esta forma la celebración de un comprometedor juicio que afectaría a su reputación internacional.

Tras una multitudinaria manifestación pacífica a principios de 1993, la presión social hizo que la compañía Shell se viera obligada a cesar su actividad en el territorio Ogoni. La respuesta del gobierno de Nigeria no se hizo esperar. Las protestas fueron contestadas por la dictadura que gobernaba Nigeria, que prohibió el acceso a periodistas de cualquier medio de comunicación nacional o extranjero. Algunos calculan más de 2000 asesinatos y miles de exiliados. Saro-Wiwa fue detenido en abril de aquel mismo año junto con otros tres miembros del MOSOP y se le retiró el pasaporte para que pudiera salir del país. Fue entonces cuando la comunidad internacional dio un primer toque de alerta y mientras Amnistía Internacional lo declaraba preso de conciencia y comenzaba una campaña para exigir su liberación, el gobierno de Nigeria presentó distintos cargos contra los detenidos por asociación ilícita, intento de sedición y publicación de material sedicioso. Finalmente fue liberado. 
 
Entre el verano de 1993 y la primavera de 1994 la dura represión del ejército del dictador Abacha acabó con la vida de miles de ogonis, cientos de ellos fueron encarcelados y los bienes de otros miles fueron expropiados. Junto con la fuerza que alcanzó el MOSOP llegaron también las divisiones internas, fruto de las cuales, en el transcurso de unos disturbios en la primavera de 1994 cuatro jefes ogonis fueron asesinados. La dictadura del general Sani Abacha, que gobernaba entonces Nigeria tras sus protestas contra el desastre ecológico causado por la compañía petrolera europea Shell, de nuevo Saro-Wiwa fue detenido junto con otros ocho compañeros bajo la acusación de haber participado en los asesinatos y fue juzgado en un juicio militar sin garantías en febrero de 1995, en un proceso especial fuera del sistema judicial normal para juzgar casos relativos a sublevaciones y disturbios civiles. El 10 de noviembre de aquel año y pese a las peticiones de clemencia de la Organización de la Unidad Africana (OUA), la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, la ONU y otros organismos, así como de varios líderes internacionales entre los que se encontraba Nelson Mandela, Ken Saro-Wiwa, premio medioambiental Goldman y candidato al premio Nobel de la Paz, fue ahorcado junto con sus compañeros. La comunidad internacional no pudo hacer nada ante aquella ejecución, cuyo único motivo era la denuncia pública de una masacre humana y medioambiental. La contaminación generada afecta todavía hoy en día a la salud de los manglares y también de los habitantes de la zona.
 
¿Porqué será que las historias del petróleo y las dictaduras son tan parecidas? Basta releer  los párrafos subrayados y sin pensar más allá, querrá creer que “cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia”. “¡Sí Luis!”, decimos en Maracaibo...
Maracaibo, 26 de agosto de 2017

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