VOLPI NOS
HABLA DE BOLAÑO
Retazos de un ensayo de Jorge Volpi del año 2003, sobre la
obra del escritor Roberto Bolaño, y la literatura latinoamericana.
… “antes de morir, Bolaño alcanzó a entrever,
con la ácida lucidez que lo caracterizaba, que estaba a punto, a casi nada, de
convertirse en un escritor famoso pero, aunque era consciente de su genio —tan
consciente como para despreciarlo—, quizás no llegó a imaginar que muy poco
después de su muerte, que también entreveía, no sólo iba a ser definido como
«uno de los escritores más relevantes de su tiempo», como «un autor
imprescindible», como «un gigante de las letras», sino también como «una
epidemia» y como «el último escritor latinoamericano». Pero así es: murió Bolaño y murieron con él, a veces sin
darse cuenta —aún hay varios zombis que deambulan de aquí para allá—, todos los escritores latinoamericanos. Lo
digo clara y contundentemente: todos, sin excepción”…
…“Por supuesto aún hay
escritores nacidos en los países de América Latina que siguen escribiendo sus
cosas, a veces bien, a veces regular, a veces mal o terriblemente mal, pero en
sentido estricto ninguno de ellos es ya un escritor latinoamericano sino, en el
mejor de los casos, un escritor mexicano, chileno, paraguayo, guatemalteco o
boliviano que, en el peor de los casos, aún se considera latinoamericano”… …“en
la fría y acogedora ciudad de Bogotá. Treinta y ocho escritores (falta uno de
los invitados) listos para discutir sobre un tema soso y vano como el futuro de
la literatura latinoamericana, signo evidente de que los organizadores del
encuentro no saben que, desde la muerte de
Bolaño, la literatura latinoamericana ya no tiene futuro sino sólo pasado,
un pasado bastante elocuente y rico, todo hay que decir”...
… “Cuando Los detectives salvajes vio la
luz en 1998, la literatura latinoamericana se hallaba plenamente establecida
como una marca de fábrica global, un producto de exportación tan atractivo y
exótico como los plátanos, los mangos o los mameyes, un decantado de sagas
familiares, revueltas políticas y episodios mágicos —cosa de imitar hasta el
cansancio a García Márquez—, que al fin empezaba a provocar bostezos e incluso
algún gesto de fastidio en algunos lectores y numerosos escritores”… … “Esta novela mexicana escrita por un chileno
que vivía en Cataluña fue ávidamente devorada por los menores de cuarenta,
quienes no tardaron en ensalzarla como un objeto de culto, como un nuevo
punto de partida, como una esperanza frente al conformismo mágicorrealista,
como una fuente inagotable de ideas, como un virus que no tardó ni diez años en
contagiar a miles de lectores que por fortuna no estaban vacunados contra la escéptica
rebeldía de sus páginas”…
… “Murió Bolaño y a
los pocos meses nació 2666,
su obra más ambiciosa y vasta y arriesgada, su maldición y su herencia. Pese a
su estado más o menos inconcluso (imagino que Bolaño habría pulido sus páginas
hasta cansarse), es una de las novelas más poderosas, perturbadoras e influyentes
escritas en español”… … “Y esto es así porque apenas han pasado tres o cuatro
años desde su publicación; porque, como Bolaño sabía cómo lo sabía Nietzsche,
su obra fue escrita con la certeza de que sería póstuma; porque lectores y escritores
y críticos apenas han comenzado a saquear sus cavernas, a remover sus arenas, a
desbrozar sus tierras, a desecar sus marasmos, a civilizar sus selvas, a
alimentar a sus fieras, a clasificar a sus artrópodos, a vacunarse contra sus
plagas, a resistir sus venenos. Y porque, como su título anuncia, 2666 fue escrita como una bomba
de tiempo destinada a estallar, con toda su fuerza, en 2666. Lástima que,
como él, nosotros tampoco lo veremos”.
(Jorge Volpi, en “Bolaño,
epidemia” 11 de julio de 2013)
Para leer esta
interesante crónica completa, ir a :
Jorge Luis Volpi Escalante (Ciudad
de México, 10 de julio de 1968) es un escritor mexicano miembro de la denominada
generación del crack. Licenciado en Derecho por la UNAM, donde obtuvo el grado
de maestro en Letras Mexicanas, también se doctoró en Filología Hispánica por
la Universidad de Salamanca. Su producción novelística se inició con A pesar del oscuro silencio (1993), La paz de los sepulcros (1995), El temperamento melancólico (1996) y
las novelas cortas Días de ira
(1994), Sanar tu piel amarga
(1997) y El juego del Apocalipsis
(2000). su novela En busca de Klingsor (Seix
Barral, 1999), obtuvo varios premios, inició una llamada Trilogía del siglo XX. El fin de la locura (Seix Barral,
2003) y No será la tierra (Alfaguara,
2006). Su obra se ha traducido a 25 idiomas. Con La tejedora de
sombras —novela sobre Christiana Morgan y su relación con el fundador de la
Clínica Psicoanalítica de Harvard, Henry Murray—Jorge Volpi obtuvo el Premio Planeta-Casa de América 2012.
Maracaibo, 3 de junio del año 2015
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