sábado, 11 de junio de 2016

La isla del Diablo y Papillon




LA ISLA DEL DIABLO Y PAPILLON


En 1498, el territorio de lo que sería la Guayana Francesa fue visitado por primera vez por Cristóbal Colón cuando navegó hasta esa región y la llamó la "Tierra de los Parias". El territorio fue colonizado por los franceses en 1604 y  Luis XIV envió miles de colonos a la Guayana seducidos con historias sobre el oro de El Dorado donde se suponía sería fácil hacer fortuna, mas por el contrario se encontraron una tierra llena de nativos hostiles, caribes y arawakos, y pronto serían pasto de las enfermedades tropicales. Un año y medio después, sólo unos pocos cientos habían sobrevivido y se refugiarían en las islas de la costa.

En 1798, la Revolución Francesa le dio sus primeros huéspedes a la colonia penal de la Guayana. Serían 331 presos políticos, entre ellos numerosos sacerdotes que se había opuesto al nuevo orden. La mayoría de los deportados fueron destinados a un campamento en las orillas del río Counamarna, y los más peligrosos fueron trasladados a unas islas a diez kilómetros de la costa, un archipiélago conocido como Islas del Triángulo, por la disposición geográfica que presentaban. Cuando en 1763 una epidemia acabó con la vida de cerca de diez mil personas que habitaban en la Guayana, los pocos colonos buscaron refugio en las islas por lo que pasaron a llamarse Iles du Salut (Islas de la Salvación) que son tres; la Real, la San José y la del Diablo. En 1794, tras la muerte de Robespierre, 193 de sus seguidores fueron enviados a Guayana. En 1797 el general republicano Pichegru y muchos diputados y periodistas fueron también enviados a la colonia. Cuando llegaron, solo 54 de los 193 deportados enviados tres años antes habían sobrevivido. Más tarde, esclavos fueron traídos de África y se establecerían plantaciones a lo largo de los ríos. Cayena, la capital, fue rodeada por plantaciones, algunas de las cuales tenían varios miles de esclavos. Exportaciones de azúcar, madera, pimienta de Cayena y otras especias trajeron cierta prosperidad a la colonia por primera vez. En 1848, Francia abolió la esclavitud y los ex esclavos huyeron hacia la selva estableciendo comunidades similares a las que habían abandonado en África. En 1850, grupos de indios, malayos y chinos fueron traídos para trabajar en las plantaciones pero, se establecieron en Cayena y otras poblaciones creando tiendas dedicadas al comercio.


Alrededor de 70 mil hombres serían transportados al presidio que identificó a la Guayana francesa por muchos años. Decir estuvo en Cayena era sinónimo de haber sido convicto y residente posiblemente de la isla del Diablo. El nombre de las islas de Salvación sería una paradoja ya que el ochenta por ciento de los presos enviados hasta las islas jamás salió de ellas, ni siquiera muertos, por la costumbre de tirar los cadáveres al mar, lo que hizo crecer la cantidad de tiburones que rodeaba el archipiélago. En mayo de 1852, las Islas de la Salvación recibieron su primer remesa oficial, con 304 reclusos. Los convoyes llegaban a Saint-Laurent du Maroni, poblado donde había una especie de cárcel matriz, y los prisioneros eran distribuidos por toda la Guayana Francesa de acuerdo con sus delitos y peligrosidad. En 1885, para deshacerse de los criminales habituales y para aumentar el número de colonos, el parlamento francés aprobó que quien tuviera más de tres sentencias por robo, de más de tres meses cada una, sería enviado a la Guayana Francesa, como un relegado. Este experimento fue un fracaso ya que los prisioneros incapaces de ganarse la vida trabajando la tierra, se veían forzados a delinquir nuevamente hasta morir. Ser enviado a Guayana Francesa como relegado era cadena perpetua. 

El capitán Alfred Dreyfus (1859-1935), de origen judío-alsaciano, fue víctima de una sentencia judicial de neto corte antisemita, y dio origen a un escándalo por el artículo “Yo acuso” (J'accuse), de Émile Zola que en 1898, provocó una grave crisis política entre los franceses. El famoso capitán Dreyfus, estuvo más de cuatro años preso en la isla del Diablo hasta que fue perdonado en 1899 y finalmente declarado inocente en 1906.El penal fue clausurado en 1946 y la mayoría de los prisioneros regresó a Francia, si bien algunos decidieron quedarse en la Guayana Francesa.


Esta historia viene a cuento por las iniquidades de la ley cuando se trastoca para intentar usarla  como “política  de Estado”, o peor aún, de “gobierno”… Seguramente todos recuerdan la novela autobiográfica, “Papillón” publicada en 1969, por el francés Henri Charrière, y más adelante, en 1973, algunos verían el filme Papillón  de Franklin J. Schaffner, como director de la película basada en el libro de Charrière, con Steve McQueen como protagonista, quien fue nominado al Oscar(1974) y Dustin Hoffman como actor secundario. El film sería también nominada al Oscar la banda musical de Jerry Goldsmith. Charrière apodado Papillón por una mariposa tatuada en su espalda, fue condenado a trabajos forzados a perpetuidad el 26 de octubre de 1931 por el asesinato de un proxeneta, de los bajos fondos de París. Estuvo preso en el Centro Penitenciario de Saint Laurent du Maroni  y fue trasladado a las Îles du Salut. Dos años después se escapó del hospital colonial André-Bouron con otros dos presos, Clousiot y André Maturette, con quienes navegó desde Trinidad hasta Riohacha en Colombia. Recapturado, Charrière se escapará y llegará hasta la Guajira donde vivirá durante meses hasta que capturado de nuevo. Encarcelado en Santa Marta, y luego en Barranquilla se reencuentra con Clousiot y Maturette. Todos serán extraditados a la Guayana Francesa en 1934. La fuga le costó a Charrière dos años en aislamiento en la isla de Saint-Joseph ("la devoradora de hombres"). Sus amigos Clousiot y Maturette corrieron con la misma suerte, que concluyó con la trágica muerte de Clousiot pocos días después de cumplir su pena. Papillón fue transferido a la isla de Royale, donde fracasará en un nuevo intento de fuga y volverá a ser condenado a ocho años de aislamiento, una pena a la que es casi imposible sobrevivir, sin embargo fue liberado de su encarcelamiento en solitario 19 meses después, tras arriesgar su vida tratando de salvar a una niña de ahogarse en aguas infestadas de tiburones. Charrière fingió locura y haría un nuevo intento de fuga de la isla manicomio, que era muy poco resguardada. Fue un momento ideal para el escape del manicomio ya que después de iniciada la Segunda Guerra Mundial el castigo por intento de escape fue elevado a pena de muerte, considerando la fuga como traición a la patria. En otro intento de escape Papillón y su compañero estuvieron cerca de estrellarse contra los acantilados y ahogarse. Charrière pidió ser transferido a la "Île du Diable" la más pequeña de las tres islas de la Salvación, donde rodeada por fuertes corrientes la isla hacía imposible cualquier fuga. Papillón decidió arrojarse al mar desde los riscos usando una bolsa con cocos como balsa. Antes convencería a un compañero convicto para acompañarlo en el escape y tras varios días a la deriva en el mar, sobreviviendo gracias a la pulpa de coco, su amigo dejó la balsa y se hundió en arenas movedizas. Charrière esperó hasta que las olas pusieron su balsa en la sólida costa. En tierra firme, en un bote llegará con otros compañeros a Georgetown capital de la Guayana Inglesa y continuarían por tierra hacia Venezuela, donde serían capturados y encarcelados en las Colonias Móviles de El Dorado, hasta que finalmente fue puesto en libertad el 18 de octubre de 1945. Se naturalizó como ciudadano venezolano en 1956. En 1970 Charrière fue contratado como guionista y actor en el film "Popsy Pop" protagonizado por Claudia Cardinale y Stanley Baker. Fallecería en Madrid, por un cáncer de garganta en 1973.

Maracaibo, 11 de junio del año 2016

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