LA ISLA DEL DIABLO Y PAPILLON
En 1498, el territorio de lo que sería la Guayana Francesa fue visitado
por primera vez por Cristóbal Colón cuando navegó hasta esa región y la llamó
la "Tierra de los Parias". El territorio fue colonizado por los
franceses en 1604 y Luis XIV envió miles
de colonos a la Guayana seducidos con historias sobre el oro de El Dorado donde
se suponía sería fácil hacer fortuna, mas por el contrario se encontraron una
tierra llena de nativos hostiles, caribes y arawakos, y pronto serían pasto de
las enfermedades tropicales. Un año y medio después, sólo unos pocos cientos habían
sobrevivido y se refugiarían en las islas de la costa.
En 1798, la Revolución Francesa le dio sus primeros huéspedes a la
colonia penal de la Guayana. Serían 331 presos políticos, entre ellos numerosos
sacerdotes que se había opuesto al nuevo orden. La mayoría de los deportados
fueron destinados a un campamento en las orillas del río Counamarna, y los más
peligrosos fueron trasladados a unas islas a diez kilómetros de la costa, un archipiélago
conocido como Islas del Triángulo, por la disposición geográfica que
presentaban. Cuando en 1763 una epidemia acabó con la vida de cerca de diez mil
personas que habitaban en la Guayana, los pocos colonos buscaron refugio en las
islas por lo que pasaron a llamarse Iles
du Salut (Islas de la Salvación) que son tres; la Real, la San José y la
del Diablo. En 1794, tras la muerte de Robespierre, 193 de sus seguidores
fueron enviados a Guayana. En 1797 el general republicano Pichegru y muchos
diputados y periodistas fueron también enviados a la colonia. Cuando llegaron, solo
54 de los 193 deportados enviados tres años antes habían sobrevivido. Más
tarde, esclavos fueron traídos de África y se establecerían plantaciones a lo
largo de los ríos. Cayena, la capital, fue rodeada por plantaciones, algunas de
las cuales tenían varios miles de esclavos. Exportaciones de azúcar, madera,
pimienta de Cayena y otras especias trajeron cierta prosperidad a la colonia
por primera vez. En 1848, Francia abolió la esclavitud y los ex esclavos
huyeron hacia la selva estableciendo comunidades similares a las que habían
abandonado en África. En 1850, grupos de indios, malayos y chinos fueron
traídos para trabajar en las plantaciones pero, se establecieron en Cayena y
otras poblaciones creando tiendas dedicadas al comercio.
Alrededor de 70 mil hombres serían transportados al presidio que
identificó a la Guayana francesa por muchos años. Decir estuvo en Cayena era
sinónimo de haber sido convicto y residente posiblemente de la isla del Diablo.
El nombre de las islas de Salvación sería una paradoja ya que el ochenta por
ciento de los presos enviados hasta las islas jamás salió de ellas, ni siquiera
muertos, por la costumbre de tirar los cadáveres al mar, lo que hizo crecer la
cantidad de tiburones que rodeaba el archipiélago. En mayo de 1852, las Islas
de la Salvación recibieron su primer remesa oficial, con 304 reclusos. Los
convoyes llegaban a Saint-Laurent du Maroni, poblado donde había una especie de
cárcel matriz, y los prisioneros eran distribuidos por toda la Guayana Francesa
de acuerdo con sus delitos y peligrosidad. En 1885, para deshacerse de los
criminales habituales y para aumentar el número de colonos, el parlamento
francés aprobó que quien tuviera más de tres sentencias por robo, de más de
tres meses cada una, sería enviado a la Guayana Francesa, como un relegado. Este
experimento fue un fracaso ya que los prisioneros incapaces de ganarse la vida trabajando
la tierra, se veían forzados a delinquir nuevamente hasta morir. Ser enviado a
Guayana Francesa como relegado era cadena perpetua.
El capitán Alfred Dreyfus
(1859-1935), de origen judío-alsaciano, fue víctima de una sentencia judicial
de neto corte antisemita, y dio origen a un escándalo por el artículo “Yo
acuso” (J'accuse), de Émile Zola que en 1898, provocó una grave crisis política
entre los franceses. El famoso capitán Dreyfus, estuvo más de cuatro años preso
en la isla del Diablo hasta que fue perdonado en 1899 y finalmente declarado
inocente en 1906.El penal fue clausurado en 1946 y la mayoría de los prisioneros
regresó a Francia, si bien algunos decidieron quedarse en la Guayana Francesa.
Esta
historia viene a cuento por las iniquidades de la ley cuando se trastoca para
intentar usarla como “política de Estado”, o peor aún, de “gobierno”… Seguramente
todos recuerdan la novela autobiográfica, “Papillón” publicada en 1969, por el
francés Henri Charrière, y más adelante, en 1973, algunos verían el filme Papillón de Franklin J. Schaffner, como director de la
película basada en el libro de Charrière, con Steve McQueen como protagonista,
quien fue nominado al Oscar(1974) y Dustin Hoffman como actor secundario. El
film sería también nominada al Oscar la banda musical de Jerry Goldsmith. Charrière
apodado Papillón por una mariposa tatuada en su espalda, fue condenado a
trabajos forzados a perpetuidad el 26 de octubre de 1931 por el asesinato de un
proxeneta, de los bajos fondos de París. Estuvo preso en el Centro
Penitenciario de Saint Laurent du Maroni y fue trasladado a las Îles du Salut. Dos años
después se escapó del hospital colonial André-Bouron con otros dos presos,
Clousiot y André Maturette, con quienes navegó desde Trinidad hasta Riohacha en
Colombia. Recapturado, Charrière se escapará y llegará hasta la Guajira donde
vivirá durante meses hasta que capturado de nuevo. Encarcelado en Santa Marta, y
luego en Barranquilla se reencuentra con Clousiot y Maturette. Todos serán extraditados
a la Guayana Francesa en 1934. La fuga le costó a Charrière dos años en aislamiento
en la isla de Saint-Joseph ("la devoradora de hombres"). Sus amigos
Clousiot y Maturette corrieron con la misma suerte, que concluyó con la trágica
muerte de Clousiot pocos días después de cumplir su pena. Papillón fue
transferido a la isla de Royale, donde fracasará en un nuevo intento de fuga y
volverá a ser condenado a ocho años de aislamiento, una pena a la que es casi
imposible sobrevivir, sin embargo fue liberado de su encarcelamiento en
solitario 19 meses después, tras arriesgar su vida tratando de salvar a una niña de
ahogarse en aguas infestadas de tiburones. Charrière fingió locura y haría un
nuevo intento de fuga de la isla manicomio, que era muy poco resguardada. Fue
un momento ideal para el escape del manicomio ya que después de iniciada la
Segunda Guerra Mundial el castigo por intento de escape fue elevado a pena de
muerte, considerando la fuga como traición a la patria. En otro intento de
escape Papillón y su compañero estuvieron cerca de estrellarse contra los acantilados
y ahogarse. Charrière pidió ser transferido a la "Île du Diable" la
más pequeña de las tres islas de la Salvación, donde rodeada por fuertes
corrientes la isla hacía imposible cualquier fuga. Papillón decidió arrojarse
al mar desde los riscos usando una bolsa con cocos como balsa. Antes convencería
a un compañero convicto para acompañarlo en el escape y tras varios días a la
deriva en el mar, sobreviviendo gracias a la pulpa de coco, su amigo dejó la
balsa y se hundió en arenas movedizas. Charrière esperó hasta que las olas
pusieron su balsa en la sólida costa. En tierra firme, en un bote llegará con
otros compañeros a Georgetown capital de la Guayana Inglesa y continuarían por
tierra hacia Venezuela, donde serían capturados y encarcelados en las Colonias
Móviles de El Dorado, hasta que finalmente fue puesto en libertad el 18 de
octubre de 1945. Se naturalizó como ciudadano venezolano en 1956. En 1970
Charrière fue contratado como guionista y actor en el film "Popsy
Pop" protagonizado por Claudia Cardinale y Stanley Baker. Fallecería en
Madrid, por un cáncer de garganta en 1973.
Maracaibo, 11 de junio del año 2016
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