Ayer relatábamos como en Julio de 2024 en la cuenca de Franceville, en Gabón, Africa, Ernest Chi Fru llamó un 'primer intento que no logró prosperar', a lo que podría ser en realidad una de las primeras manifestaciones físicas visibles de un largo proceso genético invisible que desvelaría recientemente la Universidad de Bristol, y publicado en Nature donde al parecer, ratificaban que la vida, sencillamente, estaba ensayando desde mil millones de años antes de lo que se creía.
Hay una
pregunta por responder… Si la maquinaria comenzó a funcionar hace 2.900
millones de años, ¿por qué tardamos tanto en ver animales grandes y plantas?
Gergely Szöllősi, uno de los autores del estudio en la cuenca de Franceville, en
Gabon, explica el concepto de la 'complejificación acumulativa'. En
pocas palabras, no se puede construir un rascacielos en un día.
Aquel estudio, que fue
presentado en Precambrian Research
describe un episodio de actividad volcánica submarina única tras la colisión de
dos continentes, lo que creó un "laboratorio" rico en nutrientes para
los primeros experimentos en evolución biológica compleja. El Dr. Ernest Chi
Fru, autor principal del artículo y profesor de la Facultad de Ciencias de la
Tierra y del Medio Ambiente de la Universidad de Cardiff, dijo: "Se cree que la disponibilidad de
fósforo en el medio ambiente es un componente clave en la evolución de la vida
en la Tierra, especialmente en la transición de organismos unicelulares simples
a organismos complejos como animales y plantas". Chi Fru añadiría: “Ya sabemos que
el aumento de las concentraciones de fósforo marino y oxígeno en el agua de mar
está vinculado a un episodio de evolución biológica ocurrido hace unos 635
millones de años. Nuestro estudio añade otro episodio mucho más temprano al
registro, hace 2100 millones de años”.
El equipo de Cardiff
identificó un vínculo entre el cambio ambiental y el enriquecimiento de nutrientes
antes de su aparición, lo que podría haber desencadenado su evolución. El
análisis geoquímico del equipo de las rocas sedimentarias marinas depositadas
hace 2.100 millones de años arrojaría nueva luz sobre este conjunto de fósiles
de tamaño (ver) inusualmente grande y muy disputado en la cuenca de
Francevillian.
La investigación del equipo
proporcionaría una sólida validación de la afinidad biológica de los
macrofósiles lobulados, cuya validez ha sido ampliamente debatida en la
comunidad científica. El Dr. Chi Fru agregó: “Creemos que los volcanes submarinos, que siguieron a la colisión y
sutura de los cratones del Congo y São Francisco en un cuerpo principal,
restringieron aún más e incluso cortaron esta sección de agua del océano global
para crear un mar interior marino poco profundo y rico en nutrientes.
Dicen los
investigadores que la naturaleza
restringida de esa masa de agua, junto con las condiciones hostiles que
existieron más allá de los límites de este entorno durante miles de millones de
años después, probablemente impidieron que estas enigmáticas formas de vida se
establecieran a nivel global, Estos estudios sugieren que se dio una evolución
en dos pasos de la vida compleja en la Tierra. El primer paso siguió al primer
aumento importante en el contenido de oxígeno atmosférico hace 2.100 millones
de años y el segundo paso siguió a un segundo aumento en los niveles de oxígeno
atmosférico unos 1.500 millones de años después.
Si bien el primer intento no logró propagarse, el segundo
creó la biodiversidad animal que vemos hoy en la Tierra.
Para demostrar la
autenticidad biológica de estos restos, el grupo de Poitiers aplicó análisis químicos avanzados y ya en
2023, se identificó una prevalencia de isótopos ligeros de zinc y una
distribución específica de arsénico en las supuestas colonias, lo que suele
asociarse con tejidos eucariotas y mecanismos de aislamiento de toxinas.
Pese a la fuerza de
estas pruebas, las conclusiones de El Albani generaron un acalorado debate.
Paleontólogas como Leigh Anne
Riedman y Susannah
Porter manifiestan escepticismo. El
propio El Albani admitiría que resultaba complicado convencer a la comunidad, pero insistió en que no hay, hasta ahora, una refutación completa de sus hallazgos. El
biogeoquímico Ernest Chi Fru respalda
la hipótesis: “Me parece que el material
de Franceville muestra que la vida compleja pudo haber evolucionado dos veces
en la historia”.
Al parecer se habría creado un
entorno localizado donde la fotosíntesis de las cianobacterias fue abundante
durante un período prolongado de tiempo, lo que condujo a la oxigenación del
agua de mar local y a la generación de un gran recurso alimenticio que habría
proporcionado suficiente energía para promover el aumento del tamaño corporal y
un comportamiento más complejo observado en formas de vida primitivas simples
similares a animales, como las que se encuentran en los fósiles de este período.
Sin embargo, la naturaleza
restringida de esta masa de agua, junto con las condiciones hostiles que
existieron más allá de los límites de este entorno durante miles de millones de
años después, probablemente impidieron que estas enigmáticas formas de vida se
establecieran a nivel global, dicen los investigadores. Estos estudios sugieren
que estas observaciones podrían indicar una evolución en dos pasos de la vida
compleja en la Tierra.
El primer paso siguió al primer
aumento importante en el contenido de oxígeno atmosférico hace 2.100 millones
de años y el segundo paso siguió a un segundo aumento en los niveles de oxígeno
atmosférico unos 1.500 millones de años después y si bien el primer intento no
logró propagarse, el segundo creó la biodiversidad animal que vemos hoy en la
Tierra.
La
evolución de la vida compleja, no fue un evento puntual, sino un proceso
agónicamente lento. Primero hubo que 'inventar' las herramientas internas (el
núcleo, el esqueleto celular, etc) en un mundo sin aire. Luego, hubo que
esperar a la fusión con una bacteria que diera origen a la mitocondria. Y
finalmente, hubo que esperar aún más, a que el planeta mismo cambiara,
llenándose de oxígeno, para que esa maquinaria pudiera funcionar a pleno
rendimiento y crear la biodiversidad que hoy disfrutamos.
La
evolución de la vida compleja, no fue un evento puntual, sino un proceso
agónicamente lento. Primero hubo que 'inventar' las herramientas internas (el
núcleo, el esqueleto celular, etc) en un mundo sin aire. Luego, hubo que
esperar a la fusión con una bacteria que diera origen a la mitocondria. Y
finalmente, hubo que esperar aún más, a que el planeta mismo cambiara,
llenándose de oxígeno, para que esa maquinaria pudiera funcionar a pleno
rendimiento y crear la biodiversidad que hoy disfrutamos.
La vieja
idea de que la Tierra fue un lugar aburrido, habitado solo por bacterias
'tontas' durante la mayor parte de su historia, parece estar condenada. Al
parecer, en las profundidades de aquellos océanos oscuros y sin oxígeno, hace
casi 3.000 millones de años, la naturaleza ya estaba trabajando silenciosamente
en el diseño de la célula que muchos siglos después, daría lugar a las
criaturas que ahora intentan comprenderla. Un nuevo estudio genético señala que las primeras
células complejas surgieron en un mundo en el que aún no existía el suficiente
oxígeno La vida compleja ya trató de imponerse, sin éxito, en la Tierra
1.500 millones de años antes de lo que se creía.
Hasta aquí del estudio genético de
la evolución de la vida en la tierra.
Maracaibo, martes 23 de diciembre de
año 2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario