martes, 9 de diciembre de 2025

La crisis del CNIO


El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), es uno de los orgullos de la ciencia española, pero está inmerso desde hace meses en la mayor crisis de su historia. El pasado enero, tanto su directora científica desde 2011, María Blasco, como su gerente, Juan Arroyo, fueron cesados por el patronato del centro, con acusaciones de deterioro de la producción científica, fallos en la estructura organizativa e incluso acoso laboral. El nombramiento de una nueva dirección, en septiembre, prometía abrir una nueva etapa, pero el peso del pasado sigue presente: la denuncia de la existencia de una red de amaño de contratos ha llevado a la Fiscalía Anticorrupción a abrir diligencias.

Arroyo salió de la gerencia en medio de un gran escándalo el pasado mes de enero, cuando el patronato de la institución anunció su destitución como director gerente y también la de Maria Blasco, al frente de la dirección científica. Graves denuncias por la gestión de esta última con un enfrentamiento abierto entre los dos. Durante el periodo de interinidad, Arroyo conservó su despacho y su puesto de vicedirector de Asuntos Económicos, que aún ocupa, con una fuerte influencia sobre la gerencia interina, según fuentes conocedoras del proceso.

El máximo órgano de decisión del CNIO se ha reunido de urgencia para atajar la nueva crisis desatada tras conocerse la existencia de una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción contra Arroyo y su entorno por parte de uno de los ex altos cargos de la institución. El actual gerente del CNIO también ha informado sobre la entrega en la Fiscalía de Madrid de un informe sobre la situación del centro, en el que ha trabajado desde que tomó posesión de su cargo el pasado 1 de septiembre.

María Antonia Blasco Marhuenda (1965), conocida es una científica española especializada en la investigación biomolecular. Su trabajo se centra en el estudio de los telómeros, la telomerasa y su relación con el proceso de envejecimiento y el cáncer. Es autora de 297 artículos y tiene un índice h de 102. En 1993, obtuvo su doctorado en  Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad Autónoma de Madrid, bajo la supervisión de Margarita Salas Falgueras, en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (UAM-CSIC). ​ Ese mismo año se trasladó a Estados Unidos para ocupar un puesto como investigadora postdoctoral en el laboratorio de la premio nobel (2009), Carol Greider, en el Cold Spring Harbor Laboratory, de Nueva York. Allí María Blasco clonó uno de los genes de la telomerasa de los mamíferos generando el primer ratón knockout para la telomerasa. Durante este tiempo también fue nombrada miembro de la Leukemia Society of America.

En 1997 comenzó en investigación como jefa de grupo y científica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el departamento de inmunología y oncología del  Centro Nacional de Biotecnología (CNB), Madrid. Desde el 22 de junio de 2011 hasta el 29 de enero de 2025[]​ ocupó el cargo de directora científica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), siendo una reconocida autoridad en su campo de estudio.

Actualmente Maria Blasco ha recibido críticas por presunta malversación de fondos en el programa de "CNIO Arte" aunque ella lo ha negado, responsabilizando a Presidencia del Patronato y al Director Gerente Juan Arroyo. La polémica se desató tras la publicación de un artículo en el diario ABC, en el que se denunciaba que «el CNIO destinó miles de euros a un programa que nada tiene que ver con su fin investigador oncológico», mientras sufre de un déficit presupuestario.[ ​ A ello María Blasco respondió que «el programa se financia gracias al apoyo de entidades privadas colaboradoras del CNIO que específicamente quieren apoyar esta acción» y que «en ningún caso se financia con dinero de donaciones».

Posteriormente varios directores de laboratorios de investigación del centro criticaron en un artículo publicado en el diario El País la gestión de María Blasco como directora científica del CNIO. Según dicho artículo, Maria Blasco estaría eternizada en el puesto de dirección cobrando 230 000 euros y sin atender a las necesidades de investigación básica del mismo. 

El documento, presentado a Anticorrupción por un exresponsable del centro cesado en agosto con un expediente disciplinario, dibuja un mapa de empresas satélites, encabezadas por altos cargos directivos del CNIO, que reciben contratos para labores secundarias, encadenados y despiezados para evitar un escrutinio más profundo. La denuncia calcula que el desfalco puede ser hasta de 20 millones de euros en una década; el presupuesto del centro para este año es de unos 40 millones.

Las denuncias han llevado al patronato a retirar a Arroyo de su puesto como vicedirector de Asuntos Económicos —al que había regresado tras su cese como gerente— y a dos de sus principales colaboradores. El cese había sido solicitado por el nuevo gerente del CNIO, José Manuel Bernabé, que ha entregado a la Fiscalía de Madrid un informe elaborado con toda la información que ha obtenido desde que tomó posesión, el 1 de septiembre, hasta el 18 de noviembre. El contenido de ese informe se desconoce, aunque fuentes del centro indican que también describe “irregularidades”.

Desde su fundación en 1998 como una de las grandes apuestas del primer Gobierno de José María Aznar en materia de investigación, el CNIO ha buscado alejarse de los modelos tradicionales de la ciencia institucional española a favor de un paradigma más vertical y menos burocratizado. Sin embargo, la crisis que ha vivido la organización este último año indica que este modelo tiene sus lagunas.

Pero no se podrá saber realmente cuáles son los problemas del CNIO sin una investigación independiente en profundidad que explique todo lo ocurrido en los últimos años. Esta ya hubiera sido de agradecer tras el cese de Blasco en enero; ahora, con este último escándalo, se vuelve imprescindible. Un primer paso para ello sería ir conociendo los resultados de las pesquisas del actual gerente.

Bajo los focos está no solo uno de los centros punteros de la ciencia española sino todo un modelo de investigación, uno que ha obtenido resultados fundamentales para reducir la brecha de España con nuestros vecinos europeos. El silencio corporativo e institucional no es aceptable cuando hay tanto en juego.

NOTA: Información tomada de, el diario El Pais, para el Blog lapesteloca, en:

Maracaibo, el martes 9 de diciembre del año 2025

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