La historia gallega más conocida la
tenemos a partir de los romanos, pero algo podemos saber también de las épocas
prerromanas, especialmente a través de la arqueología. La entrada de los celtas
en el noroeste peninsular tiene lugar en el siglo mil a. C, y su celtización se
produce ya entre los siglos IV y V a. C. De esta época es la cultura castrense.
Son como fortificaciones de varios recintos con fosos y otros sistemas de
protección. Cuando ya están habitados con casas de piedra, formando poblados,
se convierten en “citanias”, que se encuentran también en el norte de Portugal.
Este pueblo así formado, que podríamos llamar ya galaico, mantenían relaciones
con los habitantes de las islas Británicas y con otros del occidente europeo.
Pasando ya a tiempos más conocidos
por testimonios escritos, se sabe que poco antes del nacimiento de J.C., en
tiempos del emperador Augusto, someten los romanos a los galaicos. La
romanización de Galicia fue lenta. En la época de Diocleciano, Gallaecia
comprendía el Norte de Portugal donde estaba su capital que era Brácara, la
bella Braga portuguesa de hoy, llegando hasta Portum Cale en la desembocadura
del Duero, comprendía además Galicia y parte de Asturias. Las murallas de Lugo
son romanas; romana es Iria Flavia; romana, la columna de Hércules; romano es
el cementerio hallado en las excavaciones bajo las naves de la catedral de
Santiago, interesantísimas, no sólo para la historia de Compostela, sino de
Galicia y aun de España.
En el siglo v después de Cristo la
región Gallaecia fue invadida por los vándalos y, sobre todo, por los suevos:
los vándalos se fueron hacia el sur, los suevos, a veces tranquilos, a veces
belicosos contra los galaico-romanos, se fueron mezclando con ellos poco a
poco. También bajo la catedral se ha descubierto un cementerio suevo. Los
suevos no se marcharon de Gallaecia: aquí quedaron y aquí están hoy en nuestras
raíces gallegas, aunque en el siglo vi queda incorporada Galicia al reino godo,
como provincia. Consideramos esta época sueva como una de las más creadoras de
Galicia.
Existe
un texto denominado El Breviario de los Apóstoles que en el siglo IV relata
la muerte de Santiago apóstol que fue decapitado en Jerusalén por órdenes del
rey Herodes. Se dice que después de decapitado, el cadáver de Santiago fue
llevado a través del desierto y esperaban que allí lo devorasen las aves
carnívoras, pero sus discípulos, robaron su cuerpo y lo trasladaron a Joppe, o
Jaffa (hoy es un barrio de Tel Aviv). Entonces, cuatro discípulos de Santiago,
recogieron su cadáver y en una nave cruzaron el mar mediterraneo y llegaron al
puerto de Iria, o Pontecesures y lo trasladaron hasta. Bisria, que esta en la confluencia del río Ulla y
el Sar,
en Galicia.
En una carreta tirada por bueyes, el cadáver de Santiago apóstol
llegaría al pico Sacro y colocaron sus restos en una “Arcis Marmoricis” y en el lugar del sepulcro construyeron
una pequeña iglesia en el sitio.
En el
Siglo VII ya se hablaba de una misión donde estaba el cuerpo del apóstol
Santiago. Luca y Reina Loba, es un personaje de la mitología gallega. La Reina Lupa aparece en
el Códice
Calixtino, donde se cuenta como una vez
llegados los restos del apóstol
Santiago a Iria Flavia por
parte de sus discípulos Teodoro y Atanasio, fueron depositados en la propiedad
de una señora llamada Lupa. Esta los mandaría a donde el gobernador de Duio, con la intención de que se deshaga
de ellos, pero el gobernador no sólo no consigue echarlos, sino que va a
morir en el intento.
Tiempo
después cunado los discípulos con el cuerpo del apóstol
Santiago junto a Lupa y esta, que quiere engañarlos por segunda vez,
y los manda al Monte Ilicino, que es el actual Pico Sacro,
para que con dos bueyes acarreen el material que es necesario para el sepulcro
del apóstol. Lo hizo porque resultaba que en el Monte Ilicino, existía una
cueva que decían era la entrada del Infierno, donde había un dragón.
Pero la presencia de la cruz lo fulmina, y los toros bravos que llevaban los
discípulos se hacen milagrosamente dóciles por lo que Lupa, al conocer que su
plan ha fracasado, se convertirá al cristianismo y después ayudará en la
construcción del sepulcro del apóstol Santiago. Se piensa que Lupa podría ser
la representación de una diosa precristiana, probablemente la versión femenina
de Lug,
que es un Dios de la Guerra y Maestro de todas las Artes, en la cultura celta,
Lug es el Dios Rey de los dioses.
Siete
discípulos de Santiago regresarían a Jerusalén y dos de ellos, Anastasio y
Teodoro se quedaron al cuidado de su tumba en esos años se daría inicio la
invasión musulmana de la península Ibérica. En la época de Carlomagno y cuando
el rey de Asturias era Alfonso II “El casto”, aparecería un hermitaño de nombre
Palagio, quien vio una estrella que iluminaba el bosque Libedon- El obispo de
Iria Flavia fue informado y fueron siguiendo la estrella hasta un sitio en el
bosque donde hallaron la antigua capilla, de manera que el rey Alfonso iba a
dar inicio a las gestiones para ubicar los restos del apóstol Santiago que
reposan con los de sus apóstoles.
En la última frase de la carta León exhortaba a la cristiandad a acudir allí y orar porque “Ciertamente allí yace oculto Santiago” Las noticias de la epístola de León pasaron enseguida a los martirologios que circulaban por todo occidente. En el siglo IX, en las anotaciones correspondientes al 25 de julio de año no conocido, se lee el párrafo siguiente: “Natividad de Santiago. Sus sagrados huesos, trasladados a España y sepultados en sus regiones occidentales, son objeto de una celebérrima veneración”. Durante el reinado de Felipe IV, el Papa Urbano VIII decidió que Santiago el Mayor sería el único patrón de España, ya que se había afirmado que sus restos habían sido enterrados en Compostela(ver). De este modo se estableció la festividad del Santo el 25 de julio.
Dentro de la mitología gallega, se
ha planteado que existen ciertos pozos sagrados que eran considerados por los
antiguos celtas como un lugar de entrada a “El Otro Mundo”. La reverencia a
lugares acuáticos de los antiguos celtas es visible también en la substancial y
persistente tradición del culto a manantiales y fuentes sagradas en Galicia y
el Norte de Portugal. Existen antiquísimas leyendas en la mitología
céltico-irlandesa acerca de viajes mágicos hacia un país localizado bajo las
aguas, o en un sidh, lugar situado
bajo un montículo sagrado que en muchos casos coincidía con un arcaico resto
megalítico. Los ríos, prominentes en la mitología céltica, eran también reverenciados
en el norte de la Península Ibérica. El Río Limia estaba considerado como poseedor
de propiedades mágicas. Aún hoy existen dos ríos en esa zona que mantienen un
nombre proveniente de su arcaica diosa céltica tutelar, el Navia y el Deva…
Hace 2000 años que en el territorio
de los celtas ivian los pueblos Luggones como parte de una etnia mayor, los
Astures, pueblo que hace referencia al dios Lug. Los promontorios eran
considerados también como lugares sagrados por muchos pueblos antiguos, como los
habitantes del Oeste de la Península Ibérica durante la época preromana. En
Galicia, el portador más frecuente de presagios de muerte es la rolda, “la que camina durante la noche” que
posee muchas de las características de la famosa banshee de Irlanda. En Finisterre y otras regiones de Galicia, un
espíritu solitario actuaba en forma similar a la banshee irlandesa, deambulando
a menudo por las campiñas. A veces era una “hermosa hada” o una mujer del “Otro
Mundo” del tipo descrito en Irlanda, en otras ocasiones aparecía en forma de
una vieja arpía con largos cabellos blancos o se asemejaba a la ´Dama Verde´ de
las tierras altas de Escocia.
En Galicia, al igual que en el SO
de Irlanda, la banshee podía aparecer
en forma de una bellísima doncella peinando sus rubios cabellos con un peine de
oro. En muchas aldeas
gallegas la gente creía en la estadeira,
un ser solitario que rondaba por una casa donde alguien iba a morir, ululando
lastimeros y quejumbrosos sonidos, gimiendo y llorando como una banshee irlandesa; otras veces era
vista a lo largo de los caminos. Otro ser sobrenatural de Galicia es orcabella, que era una horrible y vieja
arpía; Orcabella actúa como una típica diosa céltica territorial o de la
soberanía, pues puede destrozar seres humanos sólo con mirarlos o tocarlos, o
tornarse invisible en forma instantánea, y muestra un extraordinario apetito
sexual a pesar de su avanzada edad.
Varios autores describen la
abundante presencia en Galicia de criaturas místicas conocidas popularmente
como mouras, que son conocidas
también en las zonas vecinas de Asturias con el nombre de xanas. Estos seres femeninos, que poseen muchas de las
características de las fairies, o hadas, y viven según las creencias populares
en zonas subterráneas, o suelen aparecer al lado de manantiales, fuentes, lagos
o ríos peinándose sus dorados cabellos. Algo diferentes que las mouras o xanas son los xacios que viven sumergidos en las aguas de los vados
del Río Miño, a veces con figura humana en las cercanías de algún castro, como
el de Marce donde aldeanos que estaban pescando en el río han visto en el
pasado bellas xacias que se
dirigieron a ellos antes de desaparecer bajo las aguas. Estas mouras, xanas y xacias muestran claras
similitudes con los seres femeninos Aes
Sídhe o “Raza de las Colinas
Sagradas” descritos en la mitología de la antigua Irlanda.
Para lapesteloca,
escrito en Maracaibo el lunes 8 de diciembre de 2025
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