viernes, 12 de diciembre de 2025

A que Irene…

En su prosa, jocosa, aunque realista y descarnada, José Eduardo Espinoza un caballero actualmente gozando de buena salud, en diciembre del 2025 ya en el mero siglo XXI resulta ser un nonagenario amigo, con una prodigiosa memoria y perfectamente lúcido. José Eduardo describiría para quienes en Facebook tuvieron la oportunidad de leerlo, de cómo se desarrolló “la prostitución” en su ciudad: Maracaibo.

Confieso que he tenido el atrevimiento de plasmar las ideas de José Eduardo Espinoza intentando adaptar sus palabras como si fuesen una crónica más de este blog lapesteloca, con la advertencia para quienes me lean, de que en un 98 % por espinosas que parezcan sus palabras, son fiel expresión de las ideas de su autor, anunciadas como: (Memorias del pasado II) en donde afirma que:  

Maracaibo es una de esas que se la tiran de ciudades donde la profesión más antigua del mundo siempre estuvo presente; por la década de los 40 del siglo pasado, a las prostitutas se les conocía como mujeres de la vida alegre, pero se equivocaban en tanto no puede ser alegre una manera de vivir llena de miseria más que de alegría.

El lugar dónde laboraban se le conocía con el nombre de Mabil localizados dependiendo del estamento social de estas mujeres por ejemplo Bobulitos que estaba por los lados del Mercado de los buchones más o menos donde están Las Playitas actualmente.

 

En la calle comercio al poniente de la parada de los carritos de La Cañada estaban las prostitutas francesas que atendían una categoría social de clase media-baja, no trabajaban en Mabil sino que atendían a su clientela en casas de habitación fáciles de identificar porque tenían dos bombillos en la puerta uno de color rojo y el otro de color verde, el verde señalaba que estaban trabajando.

 

Otros establecimientos que se conocían con el nombre de "reservados"; en la calle El Milagro funcionaba uno que conocíamos como "A que Irene" con una clientela variopinta al costo de 4 fuertes; era una casa de una sola ventana a la cual al trasponer la puerta entrabas a una sala en penumbra donde se originaban las siluetas de una chica otras menos chicas, aquí el negocio era diferente uno no escogía sino que lo escogían y en 15 minutos ya estabas de regreso a tu casa.

 

Por los lados de la Bomba "Muniche" en la Calle Soledad había 3 reservados, eran para clase media-alta y estaban localizados allí porque en un tiempo la Calle Soledad fue el límite del casco de la ciudad.

 

En la calle Dr Portillo (78) cruce con la calle Maracaibo (Av 12) ahí había un prostíbulo, con el nombre de, el "Lirio del Bosque" que era regentado por un miembro de la comunidad gay de apellido Rosales más conocido por el apodo de "El Ovejo".

 

En Maracaibo, la prostitución comenzó a alcanzar volúmenes apreciables y se estableció una zona para el ejercicio de la misma que se llamó Zona de Tolerancia que estaba ubicada desde donde está hoy la URBE hasta donde está más o menos el Sambil. Allí estuvieron varios botiquines tales como "El Atlántico", "El Tibiri Tabara", "El Avión", "El Paisandu" y otros…

 

En 1970 bajo el gobierno de Caldera se dispuso el traslado de la Zona de Tolerancia del norte de la ciudad hacia la carretera de La Concepción, lo que significó “Fin de mundo” para los Mabiles que sobrevive ahora más refinada con Las Chicas Prepago, las "Villa Cariño", los Aladinos, los Moteles y pare de contar.

 

Para finalizar esta entrega de datos del pasado maracaibero, podemos recordar que esta actividad fue considerada popularmente como “la profesión más antigua del mundo”, ya que se ha practicado desde los orígenes de las civilizaciones, cuando se contemplaba la necesidad de regular el fenómeno. La primera mención registrada de la prostitución como “ocupación” se encontró en unos “Registros Sumerios” que datan del año 2400 a.c. Las antiguas civilizaciones, Grecia y Roma, tanto mujeres como niños se dedicaban a la prostitución, legal y pública, distinguiéndose en el imperio Romano las prostitutas llamadas “meratrix” y las no registradas se clasificaban en la categoría amplia y todavía frecuentemente mencionada de “prostibulario”.


A lo largo de la historia se han planteado distintos sistemas legales para enfrentar la prostitución y a pesar de constantes intentos de regulación, continúa abierto el debate en Europa sobre su legalización y las leyes que la regulen pues resulta un negocio de millones de euros anuales. Actualmente coexisten tres sistemas en el marco de los países de la Unión Europea, prohibicionismo, abolicionismo y reglamentarismo. En España, y en Portugal se opta por la no intervención del Estado, con una situación de “alegalidad”, siendo permitida y tolerada, pero no regulada por el ordenamiento Jurídico.

 

En la prostitución, el objeto de la venta, es el propio cuerpo, y quien la ejerce, aun con su consentimiento, lo cosifica y mercantiliza, de modo que la prostitución implica una venta del cuerpo, lo que reduce la persona a ser una mera mercancía. Aunque exista consentimiento, la prostitución se considera una actividad dañina, contraria los valores imperantes en nuestra sociedad, tal como la esclavitud, o la venta de sangre o de órganos, puesto que tiene un objeto ilícito y debe considerarse extra comercio.

 

Sin embargo, curiosamente, en la actualidad existen grupos feministas que, dando voz a las organizaciones sociales de prostitutas, abogan por la legalización partiendo de que la realidad de las mujeres que se prostituyen, es amplia y diversa, señalando que el abolicionismo menosprecia el poder de decisión de quien la ejercen. 

 

Para el blog lapesteloca, escrito en Maracaibo el viernes 12 de diciembre del año 2025


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