Hace setenta años, durante la Ocupación nazi, el 13 de noviembre de
1943, se estrenó en Copenhague la película Dies
irae (Vredens dag). Su director, Carl Theodor Dreyer, se
basó en la exitosa pieza teatral Anne Pedersdotter (1906), del escritor
y dramaturgo noruego Hans Wiers-Jenssen (1866-1925). Con una puesta en escena
sobria, Dreyer se inspiró en los retratos e interiores pintados por Frans Hals,
Rembrandt y Vermeer, sin embargo, el filme permaneció pocos días en la cartelera.
Vredens dag la película dramática danesa de 1943
protagonizada por Lisbeth Movin, Thorkild Roose y Preben Lerdorff
Rye. Es una adaptación de la obra de 1909 Anne
Pedersdotter de Hans Wiers-Jenssen, basada
en un incidente de 1590, cuando Anne Pedersdotter, la
viuda del sacerdote Absalon Pederssøn Beyer, fue acusada de
brujería y quemada viva en la ciudad de Bergen.
Esta es una historia que gira en torno a la traición y la venganza.
Marta, que amenazó con denunciar a Absalom Pedersson Bayer -quien es un
personaje histórico- por pretender salvar a la madre de su esposa Anne –puesto
que según la ley, las hijas de las brujas también estaban condenadas a correr
su misma suerte-, quien fue conducida a la hoguera después de confesar bajo
tortura.
Absalom Pedersson Bayer cuyo retrato mostramos aquí, se sabe que contribuyó
de forma notable a la reforma espiritual en Noruega. Su esposa Anne, con la que
tuvo ocho hijos, fue declarada culpable de brujería y quemada en la hoguera. En
realidad, esto sucedió quince años después de la muerte de su marido, el 7 de
abril de 1590. Absalom murió a los 47 años, en 1575, mientras que en la
película muere a los 60 años.
Las ejecuciones por brujería en la Europa de los siglos XVI y XVII se
propagaron como la peste. Se calcula que en este periodo fueron quemadas 45.000
personas, la mayoría mujeres. El terror se apoderaba de las personas, que
vivían con el temor de que alguien las acusara de este delito y que las
sospechas degenerasen en rumores y los rumores en las temidas pesquisas por las
autoridades.
En todas las épocas, las diferencias personales se han pagado caras
cuando se vivía en sociedades cerradas y tiranizadas por el dogmatismo
religioso o ideológico. No están tan lejos de nosotros estos los regímenes
totalitarios que aspiraban a enfundar a los ciudadanos en una misma categoría
para así señalar a quienes excluían de ésta, apelando a diferencias raciales,
religiosas o de orientación sexual, para perseguirlos primero, apresarlos luego
en gigantescos recintos aislados del mundo y finalmente asesinarlos en masa.
En el filme,
una violenta tormenta estalla mientras Absalón visita a Laurentius, un joven
feligrés moribundo. Marta de Herlof, lo maldijo durante su interrogatorio y
predijo una muerte inminente. Mientras tanto, Ana y Martín discuten sobre el
futuro, y ella se ve obligada a admitir que desea la muerte de su marido, pero
solo como un "si", en lugar de que realmente ocurra. En ese momento,
Absalón, de camino a casa, siente "como si la muerte misma la
rozara". Al regreso de Absalón, Ana le confiesa su amor por Martín a su
marido y le dice que desea su muerte. Él se desploma y muere, llamando a Martín.
Ana grita…
Anne traicionará a su ya anciano marido al enamorarse de su hijo Martin
(Preben Lerdorff Rye), nacido de su primer matrimonio, y más joven aún que
ella, y desearle en secreto la muerte. Con semejante deseo también estaba
traicionando a su enamorado, puesto que, después de todo, era su padre. A la mañana
siguiente, Martín abrumado por sus propias dudas, mientras Ana declara que no
tuvo nada que ver con la muerte de su padre, la cual ve como una ayuda
providencial del cielo para liberarla de su miseria actual y de su matrimonio
infeliz.
Dies irae ha sido vista como una interpretación del terror que se extendió por
Europa tras la invasión por tropas alemanas de numerosos países, implantando su
programa de odio, persecución y asesinato de los judíos. En la mayoría de las naciones
ocupadas por la Alemania nazi, que fueron sus aliadas o simplemente neutrales,
los gobiernos y la pasividad, cuando no la complicidad de amplios sectores de
la población, fueron determinantes para la caza y captura de los miembros de
las comunidades judías, cuyo destino final sería la muerte en alguno de los
numerosos campos de exterminio diseminados por Centroeuropa durante la Segunda
Guerra Mundial.
Maracaibo, jueves 21 de agosto de 2025
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