No son de mi autoría pero valen para la lectura del diario acontecer en la Venezuela de hoy
Los anuncios de Maduro este 1ero de
Mayo y la toma de Polar // Nelson Bocaranda Sardi
Runrunes
Revelaciones de un enchufado
En medio de las especulaciones,
peticiones, reivindicaciones y temores que pululan en el ambiente laboral y
político en torno a la celebración del Día del Trabajador, creí conveniente
acercarme a un funcionario que durante los últimos meses nos ha suministrado
información bien sustentada desde el sector del gobierno que controla la
distribución de alimentos a nivel nacional. Hizo su primer contacto con
nosotros hace unos años, durante la primera administración del general Carlos
Alberto Osorio Zambrano frente al Ministerio de Alimentación, quien en aquel
momento lanzó la “primera guerra contra la derecha que acapara los alimentos y provoca
una falsa escasez y desabastecimiento”.
Osorio asumió ese despacho entre
los años 2010 y 2014 cuando fue nombrado presidente de la Corporación
Venezolana de Guayana (CVG) y pasó luego
de unos meses a ministro del Despacho Presidencial. Cuando fue reemplazado en
el despacho de Alimentación por otro militar, Félix Osorio, se dijo que había
dudas sobre su actuación en el manejo de la cadena alimentaria.
Cuando asumió, en febrero pasado,
el ministerio que dirigía el hoy perseguido general Hebert García Plaza, se
volvieron a refrescar las dudas sobre
Carlos Osorio. Sin embargo, su cercanía con Nicolás Maduro —y la amistad
de sus esposas— lo regresan al mismo cargo donde su desempeño mediocre fue
superado por sus acciones contra el sector privado con la intervención de la red popular privada
DíaDía, la detención de dos de los directivos de esta cadena y también de otros
directivos de Farmatodo. Siempre buscando a quién echarle la culpa de los
fracasos rojos, en los que la improvisación y la demagogia por un lado y la
corrupción por otro son las razones verdaderas.
Regresando a la fuente, a solo
horas de los anuncios que mañana deberá hacer Maduro, le pregunto en torno a lo
que se especula que podrían ser algunos de estos anuncios. Como el foco rojo ha
estado centrado en Alimentos Polar,
principal grupo productor alimentario de Venezuela, que en 7 años ha recibido
1.899 inspecciones siendo las últimas 15 en la última semana de abril. Ese
acoso raya en un odio visceral del militar que está al frente del Ministerio de
Alimentación.
La respuesta de mi entrevistado:
“En lo único que coinciden el todopoderoso general Carlos Osorio, Ministro de
Alimentación y gran administrador de los 8.000 millones de dólares a 6,30 para
Alimentos, y Homar Farahón Viera, Superintendente de la Sunagro —quien
fuera asistente del Presidente Maduro— es en el odio que profesan por Empresas
Polar. En todo lo demás no se entienden y tienen una puja por el control de la
Sunagro”.
Sigue: “Osorio es el padre del
Sistema de Control de la Distribución de Alimentos, quien le vendió el SICA
como la gran solución a Chávez para controlar toda la distribución de
Alimentos, pero ve con recelo la independencia con la que actúa Farahón. En
este mismo sentido, es conocido por todos el gran desprecio con el que Osorio
se refiere a los funcionarios civiles del chavismo en sus reuniones con otros
militares. Por otra parte, Farahón no tiene experiencia alguna y su equipo ha
tenido muchísimos problemas en la implementación de reformas al sistema, lo que
ha ocasionado numerosos retrasos en la distribución de los productos tanto
públicos como privados que han sido denunciados públicamente por Cavidea y
algunas otras de las empresas de alimentos, quienes además se han reunido
muchas veces en la Sunagro y han propuesto modificaciones”.
Le recuerdo que he oído es que
ese nuevo sistema, a más de un mes de su implementación, no termina de arrancar
bien. Me interrumpe rápidamente para testimoniar que “frente a este desastre
Farahon se ha defendido echándole la culpa a las empresas privadas acusándolas
de no colaborar, en especial a la Polar, el chivo expiatorio favorito de
Osorio”.
Seguimos conversando mientras
indago más a fondo sobre el tema. Para entender el plan hay que conocer un poco
el sistema con el que distribuye la Polar. Esta es la única compañía de alimentos en Venezuela que distribuye a más de
38 mil clientes de forma directa. La mayoría de las empresas
distribuyen directamente solo al canal
moderno (supermercados) y a mayoristas. Polar no. Polar vende a más de 20.000
pequeñas bodegas y abastos, según lo pública en su sitio web. Esa es la gran
fortaleza de Polar y por ello —por su pulcro y moderno sistema de trabajo,
producción y distribución— es el “enemigo a destruir” pues es la mejor
demostración de que todo lo contrario es lo que sucede dentro del burocratismo
militar-cívico que trabaja para Maduro.
Me lanza una pregunta antes de
que sea yo el que siga interrogando:
¿Sabes que inventaron en enero Osorio y Farahón?
Te lo digo: “Osorio arrancó a
decir públicamente que la empresa
privada había dejado de atender a 20.000 bodegas y abastos para que los
bodegueros hicieran cola en los supermercados y que por ello el gobierno iba a
encargarse de distribuirles a esas bodegas. En privado nos decía que la Polar dejo
de atender a 20.000 bodegas y abastos. Todo el mundo en Sunagro sabía que esto
era mentira porque precisamente todos los despachos a esos clientes los
autoriza la Sunagro y la Polar no puede dejar de despacharle a ninguno sin la
autorización de esta, ni puede despachar más productos a otros canales sin su
autorización. Más aún, todos en la Sunagro saben que el general Osorio en
muchas oportunidades —cuando era superintendente del Sada, antiguo nombre de la
Sunagro— ordenaba constantemente a la Polar que redireccionara productos que
estaban destinados a las bodegas para que fuesen enviados a las grandes cadenas
del canal moderno para lograr lo que él llamaba “el efecto vitrina” y “que la
gente camine más y vaya a los supermercados”.
Le recuerdo que Cavidea salió a
desmentir públicamente las afirmaciones de Osorio. Me contesta con estos datos:
“Posteriormente, Osorio y Farahón empezaron a decirle al Presidente que la
Polar no estaba colaborando con la Sunagro en la implementación del nuevo
sistema, que no quería entregar los nombres de esos clientes, que la Polar
dejaba poblaciones completas sin productos”.
De nuevo, en la Sunagro, todos
los funcionarios sabíamos que todo era
mentira ya que la decisión de distribuir a una o a otra ciudad solo la puede
tomar la Sunagro pues es la que autoriza los despachos. Por cierto, y esto es
de suma relevancia, la lista con nombres y apellidos de todos los clientes de
la Polar es pública y está en su página web.
Con mucho empeño el informante me
alerta: “La tercera fase del Plan Osorio/Farahón es de más alto calado y tiene
dos propósitos, uno electoral y el otro de control social: El objetivo es el
control total de la distribución de los productos de la Polar a través de la
intervención de sus centros de distribución para luego poder hacer grandes
redireccionamientos hacia los canales
que el Gobierno decida y lograr así un mega “efecto vitrina” y bajar las colas
en los supermercados. Buscan un nuevo ‘Dakazo’ remedando al hoy defenestrado
general Hebert García Plaza. Así, todos los productos que Alimentos Polar
distribuye hoy día a las 20.000 bodegas podrán mandarlos a PDVAL, Bicentenario
y los supermercados privados. Por otra parte, el gobierno avanzará en su
control y administración de la escasez y la miseria”.
¿Y qué efectos tendrá esto? —le
pregunto.
“Escucha bien. Será así: si
quieres comprar los productos de la Polar, los vas a comprar dónde y cuándo yo
diga. Todo esto iría barnizado con el discurso, ya montado y ensayado aquí
adentro: “Desde que intervinimos hay más productos de la Polar, ¿vieron que
ellos lo desviaban a Colombia? Etcétera, etcétera. Dirán: ‘Los 20.000
bodegueros y todos sus clientes que caminen más y nos compren a nosotros’. La
paradoja de todo esto es que el gran
plan es con los productos de la Polar y no con los del Gobierno y esto es así
porque las empresas productoras de alimentos que expropió o construyó el
gobierno están en la ruina y no producen lo suficiente.”
Hay quienes han oído decir a
Osorio: “En Venezuela vamos a administrar la escasez con los productos de la
Polar y con los que compremos fuera del país.”
Cierra este diálogo subrepticio,
apenas hoy jueves 30 en la mañanita, con esta despedida: “Pan para hoy y hambre
para mañana, como todo con este gobierno. Ojalá y el presidente Maduro no caiga
en esta trampa montada y que supuestamente es para ayudarlo a subir en las
encuestas”.
Muy grave. Con la inflación más
alta del mundo y la corrupción controlando todos los estamentos gubernamentales
el futuro no es nada promisor.
Publicado por Venezuela Primero
…………………………………..
¿Zonas de paz? // Gonzalo
Himiob Santomé
Runrunes
Para poner las cosas simples, el
Estado existe solo porque los ciudadanos decidimos organizarnos, cediendo
algunos de nuestros espacios de libertad para lograr ventajas comunes, entre
ellas la garantía de nuestra supervivencia y el respeto irrestricto a nuestros
más esenciales derechos. La autoridad, así entendida, no se hereda ni viene de
Dios, sino de un pacto general (de un “contrato social, diría Rosseau) en el
que los grupos humanos se comprometen a cumplir ciertos deberes comunes a
cambio de pública protección. Los términos de esos pactos, las fórmulas de
vinculación entre el poder y la ciudadanía, las reglas a la que están todas las
partes sometidas en dicha relación, normalmente se recogen en esos cuerpos
normativos que se llaman “Constituciones”.
Hay muchas formas de gobierno y
muchos tipos de constituciones diferentes. La nuestra, la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela es, pese a que a veces se la quiera ver de
otra manera, fundamentalmente antropocéntrica ¿Qué significa eso? Pues que en
nuestro modelo de Estado el poder se ha articulado, al menos formalmente, para
la protección del individuo, de los seres humanos, de manera que todos sus
órganos e instituciones solo tienen sentido si se estructuran y trabajan para
la protección del ser humano, de los ciudadanos. El ser humano es el centro y
destinatario final de toda la actividad del Estado, y ésta debe orientarse, sin
cortapisas, a la defensa de las personas y al resguardo de nuestra dignidad
humana, que no a la auto preservación de las estructuras del poder. Que no nos
quepa duda, si en nuestra Carta Magna
algo está claro, es que el poder está subordinado a la ciudadanía, y no al
revés. A riesgo de ser malinterpretado como “subversivo”, afirmo que el gobierno, por orden constitucional, no
es ni debería ser tenido como “autoridad pública” sino “servidor público”,
y la diferencia entre los dos conceptos no es netamente semántica.
Lo dice la Constitución
Como seguramente algunos dudarán
de lo que he escrito, y pensarán que para nuestro gobierno somos los ciudadanos
los que estamos a su servicio, que no al contrario, les invito a confirmar mis
palabras en el primer párrafo del artículo 3º de nuestra Constitución,
que expresa textualmente lo que sigue:
“El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona
y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la
construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la
prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los
principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución”.
No es un invento mío entonces. El
Estado y sus instituciones tienen unos fines “esenciales”, es decir, unos de
los que no pueden olvidarse ni prescindir sin dejar de ser lo que son, a los
que deben someterse. El primero de esos “fines esenciales”, y no es casual el
puesto en la enumeración, es el de la defensa de la persona, del ser humano, y
el respeto a su dignidad.
Una de las más importantes
conquistas humanas es que desde hace mucho tiempo los individuos acordamos
cederle a una entidad colectiva, al Estado, la potestad de administrar
justicia. Siglos atrás, el “derecho de castigar” o la “potestad punitiva” se
mantenía en manos de los mismos individuos afectados, que tenían pleno derecho
de castigar, sin control alguno y con base en reglas difusas y subjetivas, a
todo el que en su criterio les hubiera causado, fuera cierto o no, cualquier
daño. Eso cambió más o menos por allá en el siglo XII, cuando el poder asumió
en occidente dicha potestad, a la que se comenzó a llamar desde ese momento
“ius puniendi” o “derecho de castigar”. En nuestro país, dicha facultad solo la
tiene el Estado, de manera que cualquier forma de toma de justicia “por propia
mano” no solo es ilegal, sino que además es delito. Solo el Estado, a través de
los tribunales, de la Fiscalía y de los órganos de seguridad, puede garantizar
la seguridad ciudadana a través de la creación y aplicación, sometida a reglas
muy estrictas, de normas penales.
Zonas de delitos
Pero veo con mucha preocupación
que, de manera absolutamente inconsulta, desde el 2013, como parte de estos
peligrosísimos “experimentos” a los que lamentablemente ya nos tienen tan
acostumbrados nuestros gobernantes, propios de personas que, se nota, en su
vida han leído ni una línea sobre criminología o sobre política criminal, se ha
decidido crear unas supuestas “Zonas de Paz”, en las que el poder ha decidido
dejar de ser poder, renunciando a su potestad punitiva y violando con ello sus
deberes esenciales de “defensa de la persona” y del respeto a nuestra dignidad.
En la jugada los únicos que han salido ganando, como era de esperarse, son los
delincuentes.
En estas “Zonas de Paz”,
distribuidas a lo largo de todo el territorio nacional, la vigilancia policial
no existe. De hecho, los funcionarios del CICPC están obligados a informar a la
Sala Situacional de su institución, y deben hasta “pedir permiso” si desean
entrar a algunas de estas “Zonas de Paz”. Lo mismo ocurre con otros cuerpos de seguridad.
Eso no se ve en ninguna parte del mundo, ni en Cuba.
Al final del día la “gracia” no
ha concluido sino como cualquiera con dos dedos de frente podía fácilmente
anticiparlo. Las “Zonas de Paz” no son sino reductos en los que la ley no la
impone el gobierno, sino los delincuentes. Allí el Estado dejó de serlo y ahora
no es más que un “mirón de palo”. Allí se retiene a los secuestrados, al amparo
del gobierno, mientras la delincuencia progresa y crece. Allí están a resguardo
las “caletas” de armas, drogas y dinero mal habido, sin que nadie pueda hacer
nada para evitarlo. Allí, a plena luz del día se “esconden”, si es que cabe el
término, los criminales solicitados y viven sus vidas tranquilos sabiéndose
protegidos por un gobierno que, en la jugada, ha corroborado lo que ya todo el
mundo sabe: No tiene la más mínima idea sobre cómo se maneja el fenómeno
criminal, y como no sabe, ni le interesa, controlarlo, se abre de piernas ante
la delincuencia para que ésta haga de las suyas, con la vaga esperanza de que
algún “beneficio” le reportará haberse rendido de esa manera.
Los “bienandros” de Chávez
El establecimiento de estas
“Zonas de Paz” es un reconocimiento claro, una confesión absoluta, de la franca
incapacidad del gobierno en materia de seguridad interna. Es una renuncia
indigna y peligrosísima al “ius puniendi”, que nos afecta a todos, sin
distinciones, y una franca violación a nuestra Carta Magna. Mucho vociferar
“mano dura”, mucho asumir en cadena nacional posturas de bravucón y de
fortachón para luego morir en la misma orilla, dejando en el camino a la
ciudadanía aterrorizada y a los policías a merced de estos “nuevos mejores
amigos”, los “bienandros” de Chávez.
¿Las razones? La falta de
conocimiento, la incapacidad manifiesta, y que no se ha entendido que el que
baila pegado con el demonio, inevitablemente, se quema.
Gonzalo Himiob Santomé | @himiobsantome
……………………………………………………………………………………………………………………
La corrupción
gubernamental defeca sobre la ética del Estado
Víctor Vielma Molina
La Patilla
Hay crisis de valores; pero no todos los venezolanos están entregados a
la corrupción. Al contrario, las mayorías la repudian. Tampoco, todos han
perdido la esperanza, la fe ni la ética. Las mayorías, nunca se van a meter en
el cascaron donde el gobierno trata de amordazarlas e intimidarlas. Otra cosa, jamás puede hacerse ver que la
corrupción es un problema de ADN. Eso sería razonar bajo un determinismo fuerte
que pudiera rayar en racismo, con el propósito de sembrar a los pueblos
latinoamericanos en el fatalismo y la condición resignada de vivir en el delito
y del delito.
La corrupción es el enemigo
público a reducir. Se ataca y resuelve de raíz con educación, desarrollo
cultural, enseñanza ética y observancia de la ley. De tal manera, el pueblo
venezolano, en rechazo a teóricos y políticos deterministas, fatalistas,
racistas, mezquinos, excluyentes y segregacionistas, jamás pueden abandonar la
defensa de la patria, hasta hacerla buena, progresista, democrática, victoriosa
y triunfante.
Ciertamente, los gobiernos del extinto Hugo Rafael Chávez Frías y de su
sucesor Nicolás Maduro Moros no han sido transparentes ni sinceros con el
pueblo. La corrupción y la demagogia de estos gobiernos “revolucionarios”
despiertan la ira de los dioses y de la gente. Ahora que la patria, nos
necesita, nadie puede, “tirar la toalla” ni reducirse a la detestable
complicidad del silencio. En lo más profundo de cada venezolano, no hay quien
no repudie la incapacidad administrativa, fiscal y contralora de la
“revolución”. La impunidad “revolucionaria” tolera a la corrupción desde el
Plan Bolívar 2000; pasa por la fortuna, mal habida de los “hijos” y
funcionarios del comandante supremo (Andrade, Isea y Ramírez); sin omitir otros centenares de
casos como el blanqueo de capitales en las entidades bancarias BPA Andorra y
HSBS Suiza; la actuación delictiva de los jefes del “Bachaqueo”, hasta llegar a
la estafa en importación de alimentos, más reciente, Ecuador-Venezuela. -¿Será
que entendieron socialismo por latrocinio?
La Ley Orgánica contra la
Delincuencia Organizada fue publicada en Gaceta Oficial N° 5.789 Extraordinario
del 26 de octubre de 2005. Pero no hay autoridad ni institucionalidad ni Poder
Público que la haga valer. Esta ley, en su artículo 4, sanciona contra la Legitimación de Capitales: “Quien por sí o por interpuesta persona
sea propietario o poseedor de capitales, bienes, haberes o beneficios cuyo
origen derive, directa o indirectamente de actividades ilícitas o de delitos
graves, será castigado con prisión de ocho a doce años y multa equivalente al
valor del incremento patrimonial ilícitamente obtenido.” Al igual, sanciona
contra la: “conversión, transferencia o
traslado por cualquier medio de bienes, capitales, haberes, beneficios o
excedentes con el objeto de ocultar o encubrir el origen ilícito de los mismos
o de ayudar a cualquier persona que participe en la comisión de tales delitos a
eludir las consecuencias jurídicas de sus acciones.” Además, con
predominio, castiga el “ocultamiento o
encubrimiento, la adquisición, posesión o la utilización de bienes producto de
algún delito previsto en esta Ley. El resguardo, inversión, transformación,
custodia o administración de bienes o capitales provenientes de actividades
ilícitas.” Y advierte: “Los capitales,
bienes o haberes objeto del delito de legitimación de capitales serán
decomisados o confiscados según el origen ilícito de los mismos”.
¡Esta lucha tiene que darse! No
existe miseria más abominable, después de violación al derecho a la vida, que
la corrupción. Nuestro sentido de pertenencia y amor por Venezuela nos empuja a
luchar contra este flagelo. La corrupción gubernamental defeca sobre la ética
del Estado, destroza la confianza, las buenas costumbres de la población;
además, frena el desarrollo ético-político del país. La corrupción y el despilfarro destruyeron la oportunidad política,
social y económica que tuvo el presidente Hugo Chávez para sacar al país a
flote y salvarlo. Pues, tenía a la mayoría de población a favor, cosa que es
más fuerte y alentadora, que un barril de petróleo sobre los 140 dólares.
Actualmente, todos los días se
descubre un escándalo más de corrupción gubernamental. Pero el gobierno de
Nicolás Maduro, únicamente demuestra su capacidad para distraer la atención de
la opinión pública. Solo acusa al débil “chinito de Recadi”, demanda, amordaza
y niega papel a los medios de comunicación social, lucha contra una supuesta
“guerra económica” para evadir culpas y ocultar responsabilidades, ante la
realidad inflacionaria y la escasez de alimentos que impacta a la población.
¿Será que su objetivo es desensibilizar al pueblo para que no repudie ni luche
contra este despiadado delito? El
monstruo de la corrupción se adueñó de los Poderes Públicos; pero la fruta,
aunque se pudra, preserva la semilla; una sola que germine para el bien,
bastará para salvar al mundo.
Víctor Vielma Molina/Educador/victormvielm@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario