El año de la lepra
Jorge García Tamayo, 2011
Capítulo 10
El profesor Arístides Sarmiento se levantó de su sillón
forrado en semicuero y se acercó hasta una cafetera eléctrica encendida.
Todavía había suficiente café y su aroma había invadido la habitación. Sirvió
de nuevo dos tazas. Omar Yagüe parecía ensimismado en sus pensamientos y
permaneció sentado en su sillón. Arístides le ofreció el café y le acercó la
azucarera. El padre no rechazó su sugerencia edulcorante y tras colocarle dos
cucharaditas tomó la taza con un ligero temblor de su mano, todavía sin decir
una palabra. Tras sentarse de nuevo y beber un sorbo, fue Arístides quien tras
remover algunas carpetas y tomar algunos infolios de la mesa que estaba a su
lado, reinició la conversación.
–Fíjate Omar, es importante que hayas venido, me interesa
que estemos aquí para ser yo mismo quien pueda demostrarte algunas cosas, con
papeles de mis propios archivos, para darte datos precisos que puede que te
sirvan para que se te abra más la mente. Te digo esto porque sé cual es la base
de tu preocupación. Estamos en un mundo globalizado. Esto es un hecho
incontrovertible y tú tienes que saber, por esta misma sencilla razón, que
existe un fenómeno que algunos denominan “el efecto mariposa”. Lo sabes,
¿cierto? Lo que hagan en Rusia, en China, en California o en Irán puede
repercutir en tu pueblito. Esto es preciso. Entonces para antes de comenzar,
escúchame lo que te leo aquí: “Agentes de la CIA que trabajaron como espías
en Pakistán detectaron desde los inicios del
siglo XXI que fue un alemán, Mohsen Vanaki el espía que
le vendió a los iraníes la tecnología para desarrollar
armas nucleares. Los agentes de la CIA le dieron seguimiento a
las actividades de Abdul Qadeer Khan el cerebro
del proyecto nuclear iraní y descubrieron como desde el año
2003, este personaje le había ofrecido tecnología nuclear
a Corea del Norte y a Libia con la
idea de crear potencias nucleares para enfrentar el imperio
norteamericano”. ¿Me entiendes porqué esto es algo
que tú tienes que saber? Al menos, creo yo que tendrías que sopesar este tipo
de informes si estás en negocios con esta gente, digo con los iraníes...
El cura Yagüe apuró totalmente el café de su taza,
frunció el rostro y haciendo un gesto de rechazo interrumpió la perorata del profesor
Sarmiento para decirle.
–Sigo creyendo estimado doctor, que a pesar de todas las
cosas que le he relatado inicialmente, yo insisto en que usted está exagerando.
Entiéndame usted que también la
CIA está metida en estas cosas. La CIA está en todo, todo lo
sabe, créamelo profe, la CIA
está al tanto de todo cuanto se hace en este país. ¿Acaso no ve usted que
siempre el país ha estado sometido como a una contraofensiva? Esto de que la CIA diga cosas, como las que
usted me acaba de leer, es un cuento. Yo se lo puedo garantizar, es que lo sé
de fuentes muy seguras, yo también he aprendido a tener buenas conexiones.
Arístides Sarmiento parecía querer insistir en la
repercusión que sobre el cura pudiesen tener sus informes y sus datos sobre las
negociaciones de los iraníes, por lo que volvió a la carga.
–Mire padre Yagüe, puede que lo que me dice sobre la CIA sea cierto, pero el asunto
de las evidencias del comercio y de las ofertas de armas nucleares que le acabo
de leer, se supo en el mundo entero. Las denuncias sobre el señor Abdul Qadeer
fueron de tal magnitud que estuvo preso hasta el año 2005, y sin embargo, las
influencias le valieron y lo pusieron en libertad. Se ha dicho por la prensa
que el Premier ruso actual, Dimitri Medveded no está de acuerdo con el
desarrollo de pruebas misilísticas por parte del gobierno de Ahmadineyad. Él ha
firmado tratados hasta con el presidente Obama. Esto es algo que puede sonarle
lógico a cualquiera, nadie dice querer más armas nucleares, pero lo que nadie
sabe es hasta que punto a Valdimir Putin, o al presidente de nuestro país, les
parezca adecuada esta opinión. Para el mundo no es un secreto la amistad muy
publicitada entre el presidente de nuestro país petrolero y caribeño con el
jerarca ruso Vladimir Putín. Todos conocemos de la participación de los rusos
en la faja petrolífera del Orinoco, ellos están en eso, y lo mismo sabemos
sobre el otro ruso, sobre Lukashenko.
Las ofertas para que monten bases rusas en el país las ha
gritado nuestro presidente al mundo, y aunque fuese una alharaca para
contrarrestar lo de las bases militares en suelo colombiano, es él mismo quien
lo ha dicho. Además, sobre Ahmadineyad, los muchos convenios firmados, los que
se conocen y las manifestaciones públicas de cariño y admiración entre ambos
líderes que se las dan de revolucionarios han llenado páginas de la prensa
mundial. ¿Y el armamentismo de esta pseudorevolución? ¿Quiere que le hable
también más sobre los intereses muy bien conocidos del gobierno de Lukashenko? Fíjese padre que ni le
he mencionado a Cuba, a Cubita la bella…
El padre Yagüe se veía bastante
molesto por lo que replicó de inmediato.
–No. No tiene que decir mucho más. Muchas gracias. Lo que
me dice usted, profesor, no es nada nuevo. Para mí, todo esto puede también
considerarse como la repetición de una campaña de descrédito que montan el
imperialismo yanqui y la
CIA. Están todos, especialmente la oligarquía, empeñados en
acabar con una revolución que ha beneficiado a quienes nunca tuvieron nada, ni
poder, ni participación en las ganancias del petróleo, nada…
– ¿I ahora si lo tienen?–
Arístides replicó enfático poniéndose las manos en la
cabeza mientras parecía esperar una respuesta inmediata y sin embargo no dejó
que el cura replicara.
– ¿A unas bolsas de comida y a dejar que los cubanos, con
su G2 hayan penetrado todos los estamentos de este país, a eso es a lo que
llamas tú la participación del pueblo en las ganancias? ¡Carajo! ¿Estás ciego o
te haces el loco? ¿No sabes nada de la boliburguesía? ¿No consideras acaso que
la entrega de los estamentos militares a las directrices de los militares
cubanos es una vil traición a la patria?
Yagüe replicó presto.
–Creo que nos estamos desviando del tema y de porqué vine
a verle profesor. El cura al decir esto, pareció querer adoptar un tono más
conciliador, y sin dar tiempo a que Arístides replicara, agregó.
–Le hablé sobre alguna gente peligrosa y eso no pareció
interesarle mucho.
Usted se caería de apatrás si le nombro a algunos
personajes que están metidos hasta el cuello en negocios muy turbios. Ellos son
de los que usted podría creer que son sus amigos, le digo que son aparentemente
oposicionistas, están podridos en dinero pero son unos pillos… ¡Empresarios,
comerciantes, banqueros inescrupulosos! ¡Ojh!
El profesor Sarmiento se adelantó entonces para
preguntarle.
– ¿Cuántos presos tenemos por delitos de opinión?
¿Cuántos periodistas están siendo perseguidos por decir lo que piensan?
¿Cuántos están tras las rejas por corrupción?, ¡Ja!... El profesor Sarmiento
parecía haber cambiado el ritmo de la discusión, pero Omar haciendo gestos
negativos prosiguió su disertación.
–De esto, de las intransigencias, no quiero saber, pero
he venido a pedirle que me ilumine para salir de un embrollo en el que estoy
metido. Por esto es que he querido venir a hablarle esta noche. Hablarle de mi
isla. La isla de mi proyecto. Ahora creo saber que es lo que viene preparándose
para mi isla, y le repito que esto que sé, que recién conozco, no me gusta. Por
eso es que he querido que conversemos sobre lo que le he contado, lo que le he
confiado, lo que me tiene muy preocupado. No vine a hablar de vainas sobre
presos políticos y de escuálidos resentidos, menos aún deseo hablar sobre
política internacional…
–Es que padre Yagüe, usted tiene que saber bien que la revolución
bolivariana prometió implantar aquí un modelo que ya ha demostrado su
inviabilidad y su fracaso en el mundo entero desde la caída de
Pero es ese, el modelo que obsesiona al presidente y su
paradigma es el modelo cubano, lo que él denomina “la isla de la felicidad”.
Cuba, una isla que necesita de nuestros generosos subsidios para subsistir. Los
tuvo cuando los rusos jugaban a la guerra fría. Este, el que se está planteando
para nuestro país, como otros sistemas autocráticos, son modelos políticos que
persiguen a la disidencia, donde no se respetan los derechos humanos, ni la
propiedad privada, donde no existe la alternabilidad republicana ni hay
equilibrio de los poderes del Estado; el juego de las ideas y la libertad de
expresión están conculcadas, y esto bien lo sabe usted. Cuanto le leí antes,
sucede en el mundo, y tiene que ver directamente con lo que nos ocurre aquí
adentro. Esto del mundo globalizado es un hecho. Estamos, aunque no nos agrade
saberlo, metidos en un lío internacional y ha sido ésta, nuestra República,
quien así lo ha decidido. Agentes de la
CIA, que no son unos inocentes, han destapado algunas claves
sobre cosas que ahora todo el mundo conoce. Se ha publicado bastante, también
sobre Irán y sus proyectos sobre la energía nuclear. Cuando el río suena, ya
usted sabe. ¿Acaso no fueron agentes de la CIA quienes acabaron con la revolución de
Allende? Todos lo sabíamos y no fue hasta que el gobierno militar de Pinochet
cayó cuando todo lo sucedido se pudo hacer público. Así han sido los gobiernos
de militares en América. ¡La CIA
no es el Corazón de Jesús! ¿Quién no lo sabe? Es una verdad tan grande, casi
como no querer aceptar que este es un gobierno militarista, centralizado y
autocrático que paso a paso nos está conduciendo hacia una tragedia nacional.
El cura Yagüe se levantó de su asiento y avanzó unos
pasos por la habitación. Arístides aprovechó el momento para retomar uno de los
infolios que reposaban en la mesa, y de nuevo insistió, presentándolo ante él.
–Permítame que le lea esta otra noticia. Escúcheme: “Se
ha podido demostrar fehacientemente que fue a través del Kurdistán iraquí como
Teherán logró obtener la tecnología necesaria para fabricar ojivas nucleares,
misiles como los que se creían que solo poseen los gobiernos de Gran Bretaña y
de los Estados Unidos”. Estas son noticias del año pasado.
Esto no es nada nuevo Omar… Ahora vienes tú, y
me cuentas sobre tus socios iraníes y me
hablas de unos sótanos y de unos laboratorios en nuestras
narices, aquí mismo frente a la “ciudad de fuego” y… ¿Te
parece que esto que te estoy leyendo es una
bobada? ¡Medicamentos genéricos!
El padre Yagüe se volvió hacia el profesor con un gesto
de rabia o de dolor. De momento pareció desesperar e hizo un ademán como de
ponerse a llorar cuando compungido expresó.
– ¿Qué quiere que le diga? ¿Palabra de Dios? Es ahora
cuando supe sobre los protocolos de investigación. Le dije que si no es por
Zacarías, estuviese perdido. Yo no ando pensando en el plutonio, ni el la
energía atómica, me duelen más mis huérfanos wayúus y temo por que se que así
es como actúan casi todas las transnacionales de las industrias farmacológicas
del mundo, sabemos bien que existen unos perros negociantes, deshumanizados…
Arístides le interrumpió.
–Sí, desde mucho antes de la Talidomida, lo sabemos,
pero también existen los llamados “perros de la guerra” y mire como y cuanto se
ha invertido en armas en nuestro país durante los últimos doce años. Esto es un
hecho terrible. Por eso le digo Omar, yo pienso que los acercamientos suyos a
gentes que no son de su entorno, han sido desacertados. Está negociando con
grupos humanos fundamentalistas y usted como religioso debe conocer sobre esa
situación mejor que otros. Yo dudo que unos señores árabes, o iraníes puedan
ver y juzgar nuestras realidades con la misma mentalidad nuestra, de
hispanoamericanos. ¡Por Dios!
Yagüe siguió negando con la cabeza y replicó.
–Ya los acuerdos se hicieron, y todos están suscritos…
¿Qué quiere usted que haga yo ahora?
–Por eso está metido en este embrollo. La ambición lo ha
cegado. Se ha asociado con gente de otra cultura, de otra mentalidad, y no se
lo digo por el hecho de ser extranjeros, es que creo yo que ellos no pueden
pensar como si fuesen ciudadanos de un país cuya raíz libertaria está desde
hace siglos firmemente establecida por la historia, por la sangre derramada
para liberar a los demás pueblos de Hispanoamérica.
El presbítero Omar Yagüe se rió abiertamente por primera
vez en la noche y con fingida suavidad le respondió al profesor Sarmiento.
–Ahora como que se me quiere poner romántico y sensiblero
mi profe Arístides, ¡que patriota! Esto que le he venido a contar son hechos
concretos y si se lo digo es porque recién los estoy conociendo. Lo se todo de
una fuente directa. ¡Raíces libertarias! No me venga con discursos históricos y
sentimentales. Después se quejan de la utilización excesiva de la imagen del
Libertador, y hasta de haber revuelto sus cenizas. Este negocio de la isla es
algo muy concreto y muy local. He venido a plantearle una situación que puede
ser, si usted quiere interpretarla así, una denuncia, es…
Sarmiento le interrumpió.
–Sí, por Zacarías, ya lo sé, pero al Libertador ni me lo
nombre, sobretodo ni lo mencione después del show necrofílico en el panteón. Ya
me explicó como su fuente ha sido Zacarías, ya le he escuchado… Entonces el
cura Yagüe respiró profundamente y sin mirar a su interlocutor y casi como un
murmullo de nuevo habló.
–No. No es solo por Zacarías. No le he dicho todo
profesor.
– ¡No me joda padre!, no me diga que hay más…
–Desde hace varios años yo estoy conectado con una
persona, cierta personita que es muy amiga mía. Nadie le conoce, no lo creo,
pero, déjeme pintarle el asunto de esta manera. Yo tengo un socio. Fíjese que
soy hasta capaz de confiarle a usted esta situación mía, tan personal. Digamos
que es mi real amigo, un amigo en las buenas y en las malas y él lo sabe todo,
sabe de mí y de mis deseos y ambos tenemos nuestros proyectos. Sabe lo del
dinero y de lo que me puede suceder, él, quien es mi amigo, lo ha sido, digo...
Es él quien me está poniendo sobre aviso. Él está en las mejores migas con la
gente del partido, es uña y mugre del General Alcides Henares y tiene también
conexiones con tipos del bajo mundo, es una especie de… ¿Cómo le dirían ahora?
Una especie de agente encubierto.
– ¿Juega para los dos bandos? ¿Es esto lo que me quiere
decir?
Arístides lo dejó abriendo los ojos y la boca en un gesto
de sorpresa. Después pareció reaccionar y le dijo.
–Si yo no le creyera a él, quizás tan solo con lo del
anuncio de Zacarías, a lo mejor, ni hubiese venido a hablarle. Pero lo que él
me dice, sus noticias, lo que me ha confesado, me hace creer, es que siento que
me está poniendo, que nos están conduciendo a ambos, a los dos, a mi socio y a
mi mismo a confrontar una situación apremiante y por demás muy grave. Ahora si
creo que como dicen, estoy en tres y dos…
***
Son muchos los retazos, podría
haberlos denominado fragmentos, o trozos, en fin, los segmentos que he extraído
del diario de Ruth. Algunos podrían ser mostrados para ahondar en sus
vivencias, por ejemplo las que ella escribiera durante la gravedad de su madre
y sobre su pesar y su angustia a la muerte de Carmen Luisa. Me pareció que
estas fueron confidencias muy personales, y tuvieron su final, que fue, a mi
entender demasiado triste… Ruth se iría a vivir durante varios años lejos de su
casa. Fue enviada, despachada, debo decirlo así, al fallecer su madre y cuando
partió, estaba abatida e inconsolable. Realmente su padre, Eusebio, fue quien
decidió que ella tenía que marcharse a vivir con una tía. Yo sé que en su casa
todos pensaron que eso sería positivo, bueno para alejarla de los tristes
recuerdos de la enfermedad de Carmen Luisa. Cuando todo aquello se dio, el año
1993, Ruthica tenía tan solo 15 años y estaba terminando su bachillerato. En
aquellos días, ella escribió muchas cosas. Buscaba consuelo en su diario y
seguramente pudiese haber continuado escribiendo, pero la realidad fue otra.
Reduciría su comunicación consigo misma. Es posible que soñase con regresar a
su tierra y volver a vivir con su padre, con Eusebio quien se había quedado
solo. Esto es una suposición mía, puesto que durante varios años, ella dejaría
de ir a su “ciudad de fuego”, y de ver a sus hermanos y a su propio padre. No
me pareció a mí que fuese normal esa conducta, aquel alejamiento en ella, una
joven tan dulce. Era hija única, y como tal, Ruth tendría que haber sido un
consuelo para Eusebio. Tal vez debió quedarse con él, pero así no fue como
sucedió. Nadie podría decir si fue el golpe de perder a Carmen Luisa, o una
reacción de ella al sentirse alejada de todos, pero lo cierto es que pareció
madurar rápidamente, y los hechos lo demostrarían. Por todas estas cosas, la Medicina terminaría por
obsesionarla. En menos de un año, fue como si la pasión por estudiar le hubiese
sorbido totalmente el seso. Ruth, se transformó en una jovencita tenaz y
decidida, presta a defenderse por si sola en un nuevo entorno, una joven mujer
moviéndose en la gran capital, empecinada en estudiar Medicina para
transformarse en una doctora de las que curan a la gente. La separación del
hogar paterno, fue como un desgarro. Ella quedó en otro medio, en otro plano,
viviendo con su tía en otro ambiente, otra vida, diferente, y estudiar se
volvió una especie de reto, de manera tal que ya no tendría tiempo para más
nada, tan solo leer y estudiar. Ruth fue olvidándose hasta de la escritura, ya
lo dije. Su diario comenzó a espaciarse hasta casi desfallecer. Tal vez esa fue
una decisión personal suya. Su diario, su querido diario, se transformó en una
suerte de esporádicas anotaciones. Supongo que ella pensaría mucho en todos sus
parientes, padre y hermanos, especialmente en su queridísimo Brinolfo, su
hermanito confidente, pero hasta a él dejó de verlo durante un tiempo. Hubo de
ser Brino quien se acercaría hasta Caracas para visitarla. Esto fue cuando Ruth ya estaba estudiando
Medicina. Su otro hermano, el mayor, Rubén, estuvo especializándose en petróleo
y regresó de los Estados Unidos ya casado y con un hijo. Un ingeniero petrolero
residenciado en Lagunillas, con una muy buena posición en la industria
nacional. Sería Rubén quien vería por Eusebio, quien lo estimularía para que su
trabajo en ebanistería le mantuviese ocupado. No obstante, existen datos,
retazos prefiero llamar yo a las anotaciones aisladas, escritas por Ruth en sus
años como estudiante de Medicina. En ellas, tal vez se puedan hallar pistas que
ayudan a esclarecer algunos aspectos sobre su vida personal y sobre sus
sentimientos, amén de que en lo concerniente a sus estudios. No hay cuadernos
ni un diario formal durante sus estudios médicos. Su vida en la capital y
cuanto hizo durante la brillante evolución de su carrera (sé que mereció varias
distinciones por calificaciones y por trabajos que presentó, sola y en grupos,
durante diversas pasantías hospitalarias), todas sus ideas de esta larga etapa,
lamentablemente no quedaron plasmadas en cuadernos como un diario, aunque si
hay detalles al margen en algunos de los cuadernos que ella conservó,
posiblemente éstos los debió guardar con notas de interés entre sus apuntes de
estudiante.
Retazos del diario de Ruth
15 de noviembre, 2001: No he escrito nada en tus páginas,
querido diario, no te he contado nada, pero nada en absoluto sobre mi
matrimonio, y es que, te digo, diario querido, que estando en la capital fue
donde decidimos casarnos en nuestra casa, la casa de mi padre y por eso fue que
regresamos a nuestra querida “ciudad de fuego”. Preparativos se dieron en
tiempo breve y con apoyo de algunos familiares y de amigas. Muy pocas de ellas
estuvieron presentes en el acto, es cierto, puesto que al venirme a mi ciudad,
las amistades de mis estudios y de mi vida capitalina, casi que han
desaparecido. Es decir, quedan allá, lejos, en el pasado y esta es una nueva
vida pues no creo que regrese a la casa de mi tía Eloisa, al menos a vivir
allá. Ella si estuvo en la boda, hacia añales que no venía a este Estado
fronterizo de la
República. Se veía feliz. Ante todo te diré que papaíto
estaba de lo más orondo y orgullosísimo. Él me llevó al altar. Avanzamos por la
nave central y en el altar estaba Alejo, esperando por mí. ¡Cuánto le hubiese
gustado a mamita estar presente en la ceremonia! Todo se fue en un suspiro, fue
breve, y ya en la casa, éramos pocos pero escogidos. Rubén con su esposa y los
hijos y Brino y su amigo Sergio quien estaba con Zulay su novia, ellos están
también pensando casarse y no te cuento casi más nada, ni de más nadie, querido
diario. Vino poca gente, pero la pasamos muy bien en la casona y los amigos de
Brino pusieron la música y hasta bailamos y comimos de todo. ¿Qué más puedo
pedir? En la intimidad de la familia, como dicen. También así resultó puesto
que como estábamos recién llegados, los contactos con el profesor Sarmiento y
mi amistad con el personal de investigación con quién ahora trabajo, no se
había dado todavía. Les conocí a ellos, después, en el curso de este año, un
año que ha sido muy especial para mí. Me casé y regresé a los brazos de mi
padre y de mis hermanos. Es una cosa que no tiene precio. Cuando estaba
terminando mi carrera, tengo que contártelo diario querido, porque en aquellos
días con el ajetreo de la graduación y sobretodo, por mi romance con Alejo,
todo estaba como para no poder escribir mucho. Además ya en ese sexto año me
habían hecho ofertas formales para quedarme en la capital. A través de Víctor,
de Víctor Pitaluga, un biólogo que hace investigación sobre micobacterias y
trabajaba para esos días en el Instituto que está en el hospital José María
Vargas, ya yo tenía en mente hacer una Maestría. De él, de Víctor, creo que no
te he dicho nada. No he escrito nada... Bueno, yo terminé interesada en la
lepromina y mi tesis de grado la estuve desarrollando sobre ese tema. Así que
desde el hospital, o mejor desde el Instituto que allí funciona, donde hay muy
buenos leprólogos, me habían hecho algunas ofertas. Eran buenas, económicamente
digo, querían que me quedase trabajando con ellos haciendo investigación sobre
lepra, con una muy buena beca de investigación, cosa que me gustaba bastante,
la idea era buena, ojala pudiese algún día hacer realidad mis sueños sobre la
investigación. Eso les dije, y Víctor quien ya había trabajado en nuestra
tierra, puesto que él nació aquí, y trabajó antes con el profe Korzeniowski,
iba a ser el tutor de mi tesis. Algo sobre esto le había comentado ya a Alejo.
Estaba yo, en mi último año de carrera y desde esos meses al fi nal, estaba ya
fascinada con la investigación. Pero decidimos regresar. Para tranquilizar a
Alejo, hablamos sobre Víctor y yo le puse como ejemplo el de sus
investigaciones hemerográficas en las bibliotecas, y sobre sus trabajos que son
necesarios porque siempre van encaminados a hacer de él un buen escritor, eso
es la investigación. Le expliqué, que para mí, lo de hacer investigación es
como una manía, resulta ser un trabajo apasionante, así lo veo. Aquí en mi
tierra, siento que debo continuar en alguna de estas líneas. Pero por ahora no.
Es tiempo de vivir con más tranquilidad. Hemos regresado a nuestra ciudad, y
ahora estamos con nuestras gentes. Vivir aquí en paz, hacer feliz a mi Alejo,
es lo que más deseo. Papaíto quiere que encarguemos de una vez, y yo le digo
que tenga calma, ¡que es eso! Él parece que está apurado por
seguir siendo abuelo pues le encantan los niñitos de
Rubén y Mayra. La verdad es que para terminar algunos aspectos de mi tesis y
poder hacer más investigación sobre ellos, tengo tiempo. Ya llegará la
oportunidad. El profesor Sarmiento me está ofreciendo una importante
posibilidad para que comience a aprender muchas cosas con el genial doctor
Silvester Korzeniowski. Mi suerte es única. Arístides Sarmiento es un personaje
famoso en nuestra región y el doctor Korzeniowski quien es ya un señor mayor,
sabe de todo y sobre cultivos de micobacterias es un experto. Hemos conversado
ya, y se que él es también un fanático de la investigación. Todas estas cosas
querido diario, cuando las escribo me parecen meras ilusiones utópicas. Si una
viene y se sienta a pensar en lo mal que parecen estar las cosas en lo que al
país se refi ere, no parece que mi ilusión por la investigación pueda tener
lógica alguna. El presidente de nuestro país, después de una gira por Asia ha
arremetido con locura contra los Estados Unidos mostrando fotografías de
niñitos en las zonas de guerra y dice a gritos que el presidente de aquella
nación es un asesino. Si yo fuera un presidente no me gustaría que dijeran eso
de mí, pero me imagino que ese tipo, que además tiene fama de alcohólico, me parece
a mí que no está muy cuerdo, y supongo que no le parará nada a lo que diga
cualquiera en otro país. A ese tipo, no creo yo que le vayan a preocupar unos
insultos, y menos mientras tenga seguro el suministro de petróleo que sale
desde aquí. Al fi n y al cabo somos su mejor proveedor. Estas cosas las he
conversado con mi papá y con Rubén quien si sabe de petróleo. Alejo ya aseguró
su cargo como profesor de la
Universidad, él en realidad estaba en una situación como de
permiso, por lo que su regreso no le produjo interrupciones académicas, y eso
es muy bueno. Yo le echo bromas pues es como una señal de que él cuando se fue
a la capital, estaba seguro de que me conquistaría, dejó los puentes echados,
no quemó las naves, y todo esto es una evidencia de que es un hombre que no da
pasos en falso y además y más importante, yo siento y veo todo eso como un
signo de que verdaderamente me quiere. Estamos viviendo en la casa grande, con
papaíto y si es cierto que el refrán de “el casado casa quiere”, también es un hecho
que hoy día las cosas están muy caras, así que pensar en alquileres o en compra
de casas, ¡huy!, eso es para gente que tiene ya un capital. Ya pensaremos como
resolver este asunto, pero más adelante. Creo que buscaremos un pequeño
apartamento, y esto se lo digo a mi Alejo, para que no se mortifique. Eusebio
en estos días ha estado mal con una ciática. Ya le estoy dando vitamina B12,
diario mío, se que son de lentas esas neuralgias, pero mejorará. Por lo pronto,
en estos días recibí carta de Víctor. Él me pregunta por mis planes y yo ya se
los he dicho. Por ahora, adiós Maestría. Creo que con el grupo del doctor
Sarmiento podré cumplir mis deseos. La investigación científica me entusiasma
increíblemente.
Diciembre 2001: No quiero escribir en tus páginas, diario
querido, cosas de política. Me niego a hablar de eso. Pero debo reconocer que
algo grave está pasando en el país. Hay marchas de millones de personas
pidiendo un cambio en la manera como el gobierno está llevando las cosas. La CTV y Fedecámaras están
también reclamando y cada vez marcha más gente de todas partes del país,
sobretodo en la capital, se ve por la tele, todas las estaciones de TV lo
muestran, no puede ser un sueño. El malestar es general y lo que dice la gente,
no es solo en la capital. El presidente habla de que tenemos que ir “al mar de
la felicidad” que para él es Cuba. No quiero comentar esto. Víctor me ha
escrito, él quiere regresar a nuestra “ciudad de fuego”, él me dice que buscará
trabajar nuevamente con el profesor Korzeniowski. No se si eso será prudente,
no lo se. Ellos se conocen bien porque ya han llevado adelante juntos algunos
proyectos… No sé, estas cosas me preocupan un poco, por lo que pueda suceder.
Ni lo quiero comentar con Alejo, ¡estamos tan bien! Pensamos encargar, y con
esto te digo que con un hijo, ya solo la investigación no tendría que ser mi
prioridad más urgente, hacemos planes, tenemos proyectos, pero las cosas de la
política en el país no se ven bien.
Febrero 2002: Dije que no iba a escribir para ti querido
diario, nada que tuviese que ver con la política, pero… ¿Cómo hago? No puedo
obviar la inestabilidad que existe en nuestra patria. Desde enero se han
reiniciado las marchas, y se alborota todo el país. Esto es algo que no solo
ocurre en Caracas. El profesor Korzeniowski es un sabio. Mi trabajo en su
laboratorio es increíblemente interesante, cada vez vamos a cosas más complejas
sobre los bacilos de Hansen. Hay cosas nuevas e increíbles que estamos
conociendo sobre el Corynebacterium leprae.
Victor ha regresado de la capital, e insiste que quiere ser de nuevo parte del
personal de investigación del Instituto. Siento que él es capaz de convencer en
un dos por tres al profesor Sarmiento. Él ya sin cargo, prácticamente se ha
incorporado también al trabajo de investigación con el profesor Silvester.
Ahora comenzamos trabajando con cultivos de bacilos en las almohadillas
plantares de los ratones. Es apasionante. Alejo está tranquilo con su trabajo y
va a ir a unas elecciones de candidato a la directiva del Colegio de Profesores
de Educación Secundaria. No quiero hablar de cosas desagradables. Algunas
diferencias con Alejo se están apareciendo por culpa de mis actividades de
trabajo. Siento que Alejo tiene celos de Víctor y esto me parece que es una
soberana estupidez. Pero es difícil que entienda que ya no queda nada entre
nosotros, si es que hubo algo, así le digo, pero él tiene una idea fi ja con
este tema que es recurrente, se calma, como que pasan días y reincide. Espero
que todo esto sea pasajero.
***
CONTUNUARÁ
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