sábado, 14 de enero de 2023

Marc Chagall


Marc Chagall (1887-1985), registrado al nacer como Moshe Segal o Movsha Jatskélevich Shagálov y en ruso, Mark Zajárovich Shagal fue un pintor ruso y francés de origen judío. Nacido en una pequeña aldea rusa, llegaría a París en 1910, donde alcanzó su madurez artística. Volvió a Rusia en 1914 y participó activamente en la renovación cultural de su país.

Chagall se volvería un participante activo en la Revolución rusa de 1917, por lo que fue nombrado Comisario de Arte para la región de Vítebsk, donde fundó la Escuela de Arte de Vítebsk en 1919. Sin embargo, debido a la carga burocrática del puesto de director en la Escuela y a las desavenencias con Kazimir Malévich, profesor de la Escuela, se mudó a Moscú en 1920 y luego a París en 1923. Las exigencias revolucionarias de vincular compromiso político y obra artística le llevarían a marcharse a Alemania en 1924.


Su condición de judío le obligaría después a un peregrinaje por Francia y Estados Unidos, que le devolvería definitivamente a Francia al concluir la Segunda Guerra Mundial. Chagal fue un pintor de las dos vanguardias señeras, el fauvismo de Matisse y el cubismo de Picasso y de Braque, influencias que son evidentes en los cuadros que realizó en sus primeros años parisienses. Composiciones como El poeta (1911) y Homenaje a Apollinaire (1912) son plenamente cubistas, mientras otras, como El padre (1911), siguen las consignas fauvistas.

Desde el primer momento, sin embargo, estas influencias formales se fundirán con sus propias vivencias personales, profundamente arraigadas en su Vitebsk natal y por pertenecer a la comunidad judía. De esta doble condición extrae Chagall su particular repertorio de imágenes, al que se mantuvo fiel a lo largo de toda su vida. Su pintura es la encarnación de una memoria que funde los recuerdos personales con la imaginería del folclore popular ruso y constituye una unidad indisoluble entre realidad y fantasía, entre la lógica simbólica y la irracionalidad del subconsciente.


La aldea y yo (1911) en el MOMA de Nueva York, fue realizado apenas un año después de su llegada a París, resulta ejemplar entre vanguardia y tradición popular con el cromatismo brillante y emancipado de la realidad que aprendió del fauvismo, rasgo dominante en toda su producción. La aparente anarquía de sus imágenes, mezcladas sin una clara lógica espacial y narrativa que justifica las superposiciones, la heterogeneidad de tamaños y la transgresión de las leyes de la física, están sujetas a una cuidada composición radial que sigue las enseñanzas del cubismo.

Las referencias al mundo campesino en el que pasó su infancia así como el motivo vegetal en primer término, son algunas de las imágenes que con mayor constancia repitió a lo largo de toda su obra. Todas ellas tienen como referente común el mundo de su niñez y Chagall hace uso de ellas encastándolas con la arbitrariedad del ensueño y la nostalgia. La apariencia ilógica de sus imágenes deriva de la simple transcripción al lenguaje visual de expresiones comunes del lenguaje hablado. Chagall las retoma y visualiza como forma de revelar experiencias psíquicas. Así el flotar en el aire de la pareja de amantes en cuadros como El cumpleaños (1915), pintado poco después de su matrimonio con Bella, su musa durante largos años.


La idea de "perder la cabeza" se materializa en A Rusia, los asnos y los demás (1911-1912); en esta tela, la cabeza separada del tronco es una arbitrariedad explicable, al igual que la vaca roja sobre un tejado o la ingravidez de la mujer, son fábulas visuales donde la irrealidad no necesita justificarse. Chagall construye un mundo de asociaciones a través del cual quiere poner de manifiesto el mensaje secreto de las cosas, pero su mirada está más cerca de la ingenuidad infantil, que de la búsqueda de revelaciones concretas. De ahí que rehúse adherirse al movimiento surrealista a pesar de la insistencia y los elogios de André Breton.

La existencia de imágenes que coexisten fuera de la lógica racional es para él un hecho real y lo acepta como algo consustancial a la vida misma, no como producto de un refinado juego intelectual o un viaje a las profundidades del inconsciente. Chagall gustaba de colocarse a sí mismo, a veces junto con su mujer, como observador del mundo, un mundo de colores visto a través de un vitral. Muchos consideran que La crucifixión blanca (y sus ricos e intrigantes detalles) es una denuncia del régimen de Stalin, del holocausto nazi y de toda la opresión contra los judíos. Chagall cultivó durante más de ochenta años un arte inspirado en el amor, los recuerdos, las tradiciones rusas y judías, los acontecimientos históricos o los hitos artísticos de los que fue testigo y, en muchas ocasiones, protagonista.

Cabe destacar su estancia en la Costa Brava, concretamente en la localidad de Tosa de Mar, donde pasó un par de veranos, en 1933 y 1934. Actualmente se conserva en el Museo Municipal de Tosa de Mar la obra titulada El violinista celeste. En 1964, por encargo de Charles de Gaulle, Marc Chagall pintó el techo de la Ópera de París. En 1977, fue condecorado con la orden de Legión de Honor de Francia. En 1981, recibió el Premio de la Fundación Wolf de las Artes de Jerusalén. Chagall murió a la edad de 97 años y está enterrado en el pueblo de Saint-Paul de Vence, cerca de Niza, junto a su esposa Valentina Bródskaya (Vava) y su cuñado.

Maracaibo, sábado 14 de enero del año 2023

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