domingo, 14 de enero de 2018

Hospitales en Venezuela, ¿zonas de peligro para la salud?






Hospitales en Venezuela, ¿zonas de peligro para la salud?
El 19 de octubre del año pasado (2017), Laura Carrillo Nieto publicó este reportaje:
La OMS indicó que 1 de cada 10 personas sufre una afección al ingresar a un hospital para un tratamiento. Hasta un 30% de los pacientes venezolanos son perjudicados por errores médicos y por falta de higiene en entes de salud pública del país.

El sistema de salud nacional se encuentra gravemente deteriorado. Las ventajas que representaba nacer en un territorio político y jurídicamente comprometido con salvaguardar las condiciones mínimas para la protección de los derechos fundamentales desaparecen. Actualmente, vivir en Venezuela es un riesgo para todos los ciudadanos.  La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en sus artículos 83, 84, 85 y 86, sostiene que es una obligación del Estado garantizar la salud como parte del derecho a la vida y, en ese sentido, promover y desarrollar políticas públicas orientadas a elevar el bienestar colectivo. Sin embargo, pese a los esfuerzos mediáticos por parte del Gobierno nacional por demostrar que existe un compromiso en brindar atención médica de calidad a la población, con proyectos como el Plan Cayapa Hospitalario —anunciado en marzo de 2017 por la ministra de salud, Antonieta Caporale, para fortalecer el sistema preventivo en el país—, quienes acuden a la emergencia de un hospital o clínica del país afirman que la realidad es, indiscutiblemente, otra: un sistema sanitario deteriorado, en el que las pésimas condiciones de infraestructura, la insalubridad, la falta de personal calificado y la escasez de recursos e insumos médicos imposibilitan la atención oportuna al paciente, lo que atenta contra su seguridad  y empeora su delicada situación. La Encuesta Nacional de Hospitales 2017 (ENH), realizada en 92 hospitales venezolanos por la organización Médicos por la Salud con el apoyo de la Subcomisión de Salud de la Asamblea Nacional, indicó que 89 % de los servicios de rayos X ofrecidos se encuentran inoperativos o intermitentes; en 71 % los de ecogramas; 94 % los de tomografía computarizada y en 94 % los de laboratorio. Además, 64 % de los servicios nutricionales se encuentra fuera de funcionamiento. Mientras que, por su parte, la Federación Farmacéutica Venezolana denunció que el desabastecimiento de fármacos supera 80 %, con el agravante de que unas 150 referencias de alta rotación necesarias para atender enfermedades crónicas se encuentran prácticamente desaparecidas del mercado. Asimismo, la escasez de recursos y la deficiencia en políticas de control sanitario indispensables para la prevención de enfermedades y la correcta atención clínica supone enormes peligros para los pacientes que, con la intención de recibir un diagnóstico o un tratamiento para su padecimiento, terminan por exponerse durante su estancia en el hospital a efectos adversos como el contagio de infecciones nosocomiales o intrahospitalarias. 
Todo esto aunado, en primer lugar, a la falta de profesionalismo de una generación de médicos que, respaldada por el Ejecutivo, asume arbitrariamente la responsabilidad de salvar la vida de pacientes aun con insuficiente formación académica; y, en segundo, a la inconsciencia ética de la directiva de algunas instituciones que se han caracterizado por someter a los miembros de sus organizaciones a la realización de prácticas inadecuadas, como la reutilización de inyectadoras y otros materiales desechables. Las consecuencias son lamentables y quedan expuestas en el Boletín Epidemiológico Nº 52 publicado por el Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS) en 2016: la reaparición de al menos tres enfermedades infecciosas, el aumento de 30,12 % de muertes en niños menores de un año y ascenso a un 65,79 % de mortalidad moderna en relación al año anterior. Para el Observatorio Venezolano de la Salud, estas cifras revelan el deterioro en el cuidado y atención médica, sobre todo, de las mujeres y niños, ya que las causas de muertes en madres y neonatales expuestas en el documento pueden ser prevenidas y abordadas con un excelente pronóstico si se contara con el personal, las herramientas y las condiciones adecuadas. 
Mónica Chirinos, especialista en Seguridad del paciente y calidad asistencial, explica que el principal problema es que «desafortunadamente, en Venezuela, una política de seguridad del paciente no está establecida claramente», lo que provoca que todas las acciones que se realicen estén dispersas y no tengan una repercusión contundente; ni que las instituciones de salud tengan un respaldo a la hora de realizar alguna acción que tenga que ver con resguardar la seguridad del paciente. «En el mundo, el servicio de salud es más peligroso que otras organizaciones. En el caso de Venezuela, si existen los mínimos controles, si la gestión de riesgos es nula, si prácticamente existe una anarquía en las situaciones cuando el compromiso debería ser mayor para garantizar una mejor seguridad del paciente, la situación se intensifica. Para el venezolano es muchísimo más riesgoso ir a una institución de salud que la inseguridad en calle», afirma Chirinos.
Un problema de salud pública: Desde el 2002, la seguridad del paciente es considerada un problema de salud pública. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que 1 de cada 10 personas puede sufrir una afección al ingresar a un hospital para recibir un tratamiento y las posibilidades de que esta fallezca debido a un error médico es de una entre 300. Mientras que en «de cada 100 personas hospitalizadas, siete en países desarrollados y 10 en países en desarrollo, adquirirán al menos una infección asociada con el cuidado sanitario». No obstante, pocas son las políticas implementadas en los centros de salud venezolanos para salvaguardar la vida de los ciudadanos.  El 10 de octubre de 2017, la presidenta del Colegio de Profesionales de la Enfermería del Distrito Capital, Ana Rosario Contreras, denunció la carencia de insumos de higiene como cloro, guantes, jabón y soluciones antisépticas; así como la reutilización de jeringas para la administración de dosis a los enfermos, medida impuesta por la dirección de dos hospitales de Caracas y que puede ocasionar infecciones asociadas con bacterias para las que no hay antibióticos. Ya en el 2010, la Sociedad Venezolana de Infectología advertía que la incidencia de las infecciones intrahospitalarias superaba el 25 % cuando en el resto del mundo oscilaba entre 3 y 7 %, y lo aceptable es que no superen un 5 %. Hoy, se estima que 30 % de los pacientes que asisten a una institución médica nacional se ve afectado por su precario estado higiénico, según estudios de la Red Defendamos la Epidemiología.  Para Chirinos, «si los entes gubernamentales, como la Contraloría Sanitaria, están afectando la seguridad del paciente y no realizan los controles sanitarios necesarios, se está haciendo cómplice de estas situaciones; sobre todo cuando ellos, como entes de control, al menos deberían garantizar que existan las condiciones de aseo e higiene correcto en las instituciones».
¿Negligencia médica tolerada? :Entre las principales causas de los efectos adversos que amenazan la seguridad del paciente se encuentra el nivel académico de algunos profesionales médicos del país que, sin el debido compromiso de quienes diariamente son proveedores y ofertantes del servicio, «muestran actitudes como la pasividad y el desinterés para brindar una atención de calidad», según explicó la especialista.   En el 2012, la Academia Venezolana de Medicina alertaba sobre las deficiencias del personal de la salud formado por el Gobierno nacional a través del Programa Nacional de Formación en Medicina Integral Comunitaria para la atención a pacientes en los entes pertenecientes al Área de Salud Integral Comunitaria del MPPS.   El análisis —denominado La Enseñanza de la Medicina fuera de la escuelas universitarias formales: la Medicina Integral Comunitaria» y el cual integra el documento Educación Médica, firmado por 11 expertos en la materia— revela que la primera generación de pasantes del proyecto era incapaz de realizar un examen físico completo, por lo que resultaba imposible realizar un diagnóstico y aplicar un tratamiento adecuado. Además, se identificaron fallas en el manejo de conocimientos básicos sobre anatomía, fisiología, farmacología, fisiopatología y bioquímica.  Múltiples casos de afecciones graves e incluso muerte en manos de estos y otros doctores han sido expuestos a la luz pública, evidenciando la falta de vocación del personal médico y el riesgo que esto supone para la vida de los venezolanos.  La fiscal nacional con competencia plena 59º Marisol Zakaría manifestó que, durante el periodo 2016-2017, 89 denuncias por fallecimientos y 118 por lesiones fueron reportadas al Ministerio Público desde todo el país; lo que refleja un aumento en el número de personas que reportaron acusaciones, sobre todo en Caracas y el Zulia. Mientras que, de estas cifras, 30 muertes ocurrieron en niños y adolescentes el año pasado, según indicó el informe anual Somos Noticia 2016, publicado por la organización no gubernamental Centro Comunitario de Aprendizaje.
En el caso específico de Maracaibo, la doctora Mónica Chirinos sostiene que en 4 instituciones de la ciudad —2 públicas y 2 privadas—, la cantidad de incidentes con daño al paciente supera un 19 % la tasa promedio de eventos de Latinoamérica, lo cual corresponde a un 10 %; siendo Traumatología, Pediatría y Medicina Interna los servicios donde se cometen más errores por parte de los profesionales. «Ningún trabajador de un hospital o clínica tiene intención de daño. Sin embargo, es suficiente con su estado de enfermedad de un paciente, como para que también el proceso le genere daño. Lo importante es sensibilizar a los profesionales de la salud para que acepten su cuota de responsabilidad, reconociendo la importancia de esta situación, haciéndoles partícipes en las medidas de mejora», explica.  Para Mónica Chirinos, ante el crítico estado actual del sistema de salud venezolano y las fallas en respuestas eficientes por parte de los organismos estatales encargados, la única solución para preservar la seguridad del paciente es evitar acudir a un centro médico. Por tal motivo, es necesario iniciar un proceso educativo orientado a incentivar la participación de toda la población en la defensa de su derecho a la salud y la vida.«La gente se debe aferrar a las buenas prácticas, como promover hábitos alimenticios adecuados y hacer ejercicio. Hay que cuidarse para evitar ir a una centro médico», aconseja. Asimismo, invitó a los ciudadanos a educarse porque «en la medida de que se informe y sea participativo en todo lo relacionado a la situación de la salud que están ocurriendo en Venezuela, se sensibilizará y evitará muchas cosas. Es necesario empoderar al paciente para que esté pendiente y no sea sujeto de un daño peor del que lleva».  Para ello, los interesados pueden acceder a la cuenta en Instagram @seguridaddelpaciente_vzla, «a partir de la cual se podrán obtener datos sobre los últimos estudios en esta área y métodos de prevención, así como los proyectos y actividades impulsadas por los gremios de la salud», comenta.
Maracaibo 14 de enero del año 2018

1 comentario:

Unknown dijo...

Es un articulo, realista y sustentado con evidencias científicas. No es una simple opinion, y debería ser tomado no como una agresión sino como una oportunidad de mejora. Somos muy sensibles a este tipo de investigaciones y las malinterpretamos. A mi juicio de experto no son solo los hospitales zonas de peligro, sino todo el sistema; estas instituciones son solo parte importante del mismo, de mayor costo para su operación y de prestigio, pero como afirma la OMS solo resuelven la menor cantidad de los problemas relacionados con la salud, pero se le pretende culpar de todo cuanto ocurre en el sector, por ello, quienes pregonan conocer la problemática sanitario asistencial,por lo menos en el pais, aunque la tendencia no es exclusiva, se empecinan en tratar de resolver los problemas enfocando la solución en el Hospital y no en el sistema. Ojala todas las investigaciones como esta, se divulguen, despierten interes,estimulen y no queden en los anaqueles de las Bibliotecas.R.Salom Gil