EL DR WASSELL Y EL ZUAVO DE MALAKOFF
Mucho se ha hablado
sobre la importancia de incentivar la lectura en los niños aportándoles libros
y no subestimar sus capacidades para absorber lo leído que estimulará la
imaginación y sus dotes creativas. Había comentado antes sobre las dificultades
de poder aficionarse tempranamente a la lectura en el mundo actual tan
mediatizado por el bombardeo informático. La idea merodeaba los métodos para lograr
que los niños y jóvenes tuviesen la fortuna de ingresar en el maravilloso mundo
de los libros. Recuerdo haber recibido como un regalo siendo muy niño, las
leyendas de Becker a los 6 o 7 años, quizás es exagerado el ejemplo, pero
insisto para referirme al tema de leer tempranamente, no solamente libros
“infantiles” creo que siempre será una suerte tener acceso desde la niñez a la
literatura. Con estas reflexiones me llegan a la mente dos novelas leídas hace muchos
años y cuya pista al envejecer se las perdí totalmente. Una es La historia del Dr Wassel. De todos
bien sabido es el axioma que “todo se encuentra en Google”, y eso hice, la
busqué y si, existía como libro, La
historia del doctor Wassell, es una novela de James Hilton de la Editorial
Poseidón (Buenos Aires 1945).
Pero lo que no puedo recordar es, si verdaderamente la leí o sencillamente vi la
película, ya que The Story of Dr. Wassell fue un filme dirigido el año 1944 por
Cecil B. DeMille, con Gary Cooper, Laraine Day, Signe Hasso y Dennis O'Keefe, basado
en la novela de James Hilton, su único libro que no era de ficción pues recogía
la historia del Dr Corydon M. Wassell, de la Marina norteamericana y se hizo
popular al haber sido divulgada por el presidente Franklin Delano Roosevelt en
una alocución radial en abril del año 1942.
El otro libro, y en este sí que no pudo ayudarme Google, fue El zuavo de Malakoff. Sé que “Zuavo” es el
nombre que se le dio en 1830, a los combatientes alistados en determinados regimientos
de Infantería en la armada francesa, los cuales sirvieron en la mayoría de las
campañas militares del ejército francés hasta el año 1962. Originarios de
Argelia, tanto el nombre como el uniforme distintivo de los zuavos se extendió
por el mundo y fue utilizado por las fuerzas armadas de los Estados Unidos de
América, los Estados Pontificios, España, Brasil y el Imperio Otomano. El año
1830 durante la conquista de Argelia, el general Bertrand Clauzel del ejército
expedicionario francés, hizo contacto con una tribu de la etnia bereber quienes
habían sido por muchos años reclutados por los turcos y formó una unidad de
élite, Los Zouaouas. Originarios de Djurjura un macizo montañoso del norte de
Argelia, llegaron con Abrahman Kenni, quien se presentó ante el mariscal
Bourmont y le ofreció 2000 hombres para luchar por Francia. Bajo este Mariscal
comenzarán a denominarse Zuavos e intervendrán en las campañas guerreras hasta
lograr la pacificación de Argelia en 1847. Por su fiereza les denominaban “los
chacales”. Durante el reinado de Napoleón III los Zuavos alcanzaron fama
mundial por participar en las mayores campañas del Segundo Imperio Francés, la
Guerra de Crimea, la campaña de Italia, en la invasión francesa de México y la
guerra Franco-Prusiana. Durante la guerra de Crimea, los Zuavos obtendrán fama
por su participación en varias de las batallas más importantes de este
conflicto, Alma, Inkerman, el ataque a Malakoff y el sitio de Sebastopol.
En el encuentro de
Inkermann del 5 de Noviembre, el tercer regimiento de Zuavos sufrió grandes
pérdidas en un forcejeo mano a mano con los agresores rusos; también estuvieron
los Zuavos en Balaclava, donde la Brigada Ligera Inglesa hizo su famosa carga.
Pero fue en el prolongado y costoso sitio de la ciudad fortaleza de Sebastopol
donde estos guerreros de llamativos colores ganaron inmortal renombre. El 7 de
Junio de 1855, más de 500 Zuavos cayeron tomando a punta de bayoneta el
terraplén conocido como Mamelon Vert. Tres meses después, el 8 de Septiembre,
el Mariscal MacMahon condujo personalmente a los soldados del 1er regimiento en
una carga que arrasó el Malakoff, un punto fuerte que era el eje de las
defensas rusas. La batalla de Malakoff (o batalla de Malájov Kurgán), durante
la guerra de Crimea, fue luchada entre los ejércitos de Francia y Rusia el 7 de
septiembre de 1855 como parte del asedio de Sebastopol. Resultó en una victoria
francesa bajo el comando del general Aimable Pélissier elevado poco después a Mariscal
de Francia. El zuavo francés Eugène Libaut fue el primero en clavar la bandera
francesa en la cumbre del reducto principal ruso. En esta batalla murieron la
mayoría de los almirantes rusos: Pável Najímov, Vladímir Istomin y Vladímir
Kornílov. Esta batalla sería la primera vez que los cuatro regimientos de
Zuavos participarían en un conflicto fuera del Norte de África, y sería durante
esta campaña cuando los regimientos de Zuavos entablarían una relación de
amistad con los regimientos de los Highlanders del ejército Británico.
Pero los Zuavos no
sobrevivieron al baño de sangre de la Primera Guerra Mundial. Durante el verano
y el otoño de 1914 algunos batallones de Zuavos perdieron nada menos que 800
hombres en una única carga, con formaciones de llamativos colores lanzándose
inútilmente sobre la artillería y el fuego de las ametralladoras alemanas.
Hacia mediados de 1915 los uniformes azul oscuro y rojo de la infantería
francesa fueron reemplazados por los más prácticos azul horizonte y el quepi
rojo dejó paso al casco de acero. Todas las tropas coloniales, incluidos los
Zuavos, vestirían con sombríos tonos marrón mostaza, el camuflaje remplazaría
al color, y esto sería adoptado por todos los ejércitos del mundo.
Maracaibo, 20 de mayo del 2016
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