sábado, 2 de julio de 2016

Jesús Agustín Vílchez Martínez



Jesús Agustín Vílchez Martínez

Homenaje a un médico zuliano luchador e investigador en Endocrinología

Este es un resumen histórico sobre un brillante compañero de nuestra promoción de médicos del año 1863, una sinopsis  extraída de un extenso trabajo publicado por el    Dr. Rafael Molina Vílchez.

Les quiero hablar sobre un médico cuyo esfuerzo profesional volcado a la experimentación básica en Neuroendocrinología y Endocrinología de la Reproducción dejó un legado de repercusión internacional. Jesús Agustín Vílchez Martínez nació en Maracaibo, en la parroquia Santa Lucía,  el 28 de agosto de 1939, e ingresó a la Escuela de Medicina de La Universidad del Zulia el año 1957, egresando como Médico Cirujano en julio de 1963, en la promoción “Sanatorio Antituberculoso de Maracaibo”.

Desde estudiante, Vílchez sintió atracción por la Medicina de la Reproducción, quizás por ello logró un permiso de la jefatura del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Central de Maracaibo, para asistir a los quirófanos en las guardias de la emergencia. El director de hospital y profesor de cirugía, Dr. Carlos Araujo Herrera, subió al quirófano y para su sorpresa halló al gineco-obstetra de guardia haciendo una cesárea con un joven acondroplásico. Vílchez, quien era su ayudante, se encontraba subido sobre unas cajas para alcanzar el necesario nivel. Araujo, de carácter reconocidamente afable, con los buenos alumnos tenía un trato paternal, por ello, a puertas cerradas conversaría luego con Jesús Agustín y le hizo ver los problemas que tendría en su desempeño profesional para tratar con los pacientes y le sugirió que se dedicase a la investigación, señalándole que en la Facultad de Medicina se estaba organizando un plan de becas. Sin duda alguna, estos consejos cambiarían el curso de su vida. A nuestro compañero Jesús Agustín, le tocaría sobrellevar la dura e íntima contrariedad de tener una mente privilegiada en un cuerpo con acondroplasia: una conocida variedad de enanismo. No obstante,  él nunca se subvaloró,  ni toleraba que otros lo hicieran; siempre trató más bien de dejar a un lado su notorio aspecto físico para dedicarse incansablemente a hacer investigación y a llenarse con la vida familiar e intelectual. No fue un estudiante de nivel medio; siempre figuró entre los más competitivos. Como bachiller, en el año lectivo 1958-1959, fue nombrado Preparador de Anatomía. Su vocación y facilidades personales como docente, eran impresionantes. En el hogar, relajado, disfrutaba de la música y  era gran admirador de Gardel y de Alfredo Sadel. 

Antes de 1963, el año de graduación de la promoción “Sanatorio Antituberculoso”, la Facultad de Medicina había creado un programa de becas desarrollado por el Decano Dr. Enrique Molina con el apoyo del Rector Dr. Antonio Borjas Romero. De esta manera, Vílchez obtuvo una beca para hacer en Caracas entre 1963 y 1965, el Curso de Fisiología General bajo la coordinación del Prof. Humberto García Arocha, ejerciendo la docencia al volver a Maracaibo en julio de 1965, como instructor de la Cátedra de Fisiología. Ya como profesor a dedicación exclusiva, en 1969, ganará una importante beca. Fue uno de los seleccionados con el apoyo de la  “Fundación Ford”, para el Curso Latinoamericano de Biología de la Reproducción organizado por la “Pan American Health Organization”, un curso internacional sobre  Medicina de la Reproducción. Aquí comenzó su relación con la investigación y la Medicina Reproductiva que habría de ser su línea de estudio.

Había sido profesor de Fisiología en la Facultad de Medicina de LUZ, y cuando se trasladó a la Universidad de Tulane, en Baton Rouge, Louisiana, llegaría a formar parte del grupo de élite liderizado por Andrew Schally. Entre Marzo de 1969 y Marzo de 1971, lo encontraremos entre los investigadores del “Endocrine and Polypeptides Laboratories” del “Veterans Administration Hospital”; situados en 1601 “Perdido Street”, de New Orleans, Louisiana, en los estados Unidos. Su jefe sería Andrew Schally, uno de los tres ganadores del Premio Nobel de Fisiología y Medicina del año 1977, reconocido al igual que el francés Roger Guillemin como descubridor de  la estructura química de la Hormona Liberadora de Hormona Luteinizante. Ambos investigadores, compartieron el Nobel de ese año con la Dra. Rosalyn Yalow, una estadounidense creadora del método de laboratorio conocido como radioinmunanálisis. El éxito de los trabajos de Schally y Roger Guillemin, dio a conocer cómo es la estructura del GnRH. Con Vílchez, entre los miembros  del  grupo de Tulane  figuraban Akira Arimura un PhD quien publicaría sobre la influencia de la hipófisis posterior en la secreción de ACTH, la hormona estimulante de las glándulas suprarrenales quien en Tulane llegó a ser Profesor Emérito, mundialmente considerado como maestro de la Endocrinología y las Neurociencias. Arimura fallecería a los 83 años. Estaba también Abba Kastin, coautor de los  trabajos pioneros con Schally; David y Esther Coy, coautores de más de 600 publicaciones que han contado con el apoyo de los “Institutos Nacionales de Salud”, la universidad y la industria privada; Leonardo Debeljuk, argentino ganador de un “Guggeheim fellowship”, con más de 160 publicaciones. De manera que con Schally como el jefe del equipo de Louisiana, el laboratorio donde los Coy diseñaban nuevas moléculas polipeptídicas, con Arimura  y  Vílchez, otros  “fellows” estudiaban la actividad biológica de cada una de estas moléculas. En la Escuela de Medicina de Universidad de Tulane, Vílchez alcanzaría el nivel de investigador asociado, Instructor y Profesor Asistente del Departamento de Medicina, e investigador asistente del Hospital de la Administración de Veteranos. El Prof. Schally en su autobiografía reconocerá la labor del venezolano; en la “Conferencia Nobel”, que se dicta el recibir el premio, Schally diría: “Se nos unieron en esa importante tarea investigadores de muchos  países, y el trabajo de los Dres. J. Vílchez, de Venezuela; A. de la Cruz, de Perú, y N.  Nishi del Japón, estableció en 1976 que los antagonistas de LH-RH, pueden ciertamente bloquear por completo la ovulación en animales”.

Al regresar  a Maracaibo, Jesús Agustín en la cátedra de Fisiología de la Universidad del Zulia alcanzó la condición de Profesor Agregado. Pero aquí, realmente, pudo hacer muy poco. La institución no ofrecía las condiciones para su nivel de investigación y se le requeriría su labor tan sólo como expositor teórico, con casi todo el tiempo consumido por la gran carga docente de manera que su gran conflicto personal se transformó en ser requerido a  la vez, por un centro de estudios superiores, creador de conocimiento, y por otro al estar en su país desde donde se le reclamaban deberes contractuales, y donde él hubiese querido tener mejores condiciones para desarrollar cuanto había aprendido, pero se le limitaba prácticamente con asignarle su actividad a la carga docente. En la Universidad del Zulia, la Neurociencia experimental en aquellos días apenas comenzaba y esta como otras tantas  situaciones las vimos repetirse en diversas subespecialidades médicas, en muchas tristes ocasiones. Tras diversas contrariedades con las autoridades de la institución, Vílchez no logró modificar su status por lo que, cuando le fue posible, renunció y  se marchó a la Universidad de Los Andes. En Mérida empezó como contratado por la cátedra de Fisiopatología, en la cual llegó a jefe encargado, Profesor Titular asociado y jefe del Laboratorio de Investigaciones Hormonales. En Endocrinología trabajó en la cátedra de Fisiopatología bajo la jefatura del  Dr. Walter Bishop produjo y orientó algunos trabajos. Fue profesor Titular y llegó a ser el jefe del Departamento de Fisiopatología y, desde mayo de 1984, jefe del Laboratorio de Investigaciones Hormonales. Ya como profesor Titular Jubilado, seguiría activo cuando  la muerte lo sorprendió el 21 de julio del año 2002.

Las investigaciones en las cuales participó Jesús Agustín, marcaron el camino mundialmente reconocido en el conocimiento de los llamados “análogos de  GnRH”.  Estos han formado parte del tratamiento de tumores malignos dependientes  de las hormonas sexuales, como el cáncer de próstata y el de mama, de los miomas del útero y de la endometriosis. Medicamentos estos que tienen valor terapéutico en el desarrollo sexual precoz, el hirsutismo severo, la protección funcional de los ovarios de mujeres jóvenes sometidas a quimioterapia contra enfermedades malignas, y son conocidos como parte de los protocolos de tratamiento de alta complejidad para  el manejo de la infertilidad. Vílchez Martínez abordó otros tópicos de la Endocrinología experimental, como el papel de la melatonina, el funcionamiento de la tiroides y la infertilidad masculina y dejaría una relevante bibliohemerografía. Además de su obra escrita, Vílchez fue conferencista, correlator, panelista  y coordinador de  actividades en  varios países por lo que contribuyó internacionalmente con numerosas actividades difusoras del conocimiento científico.

Maracaibo, 3 de julio del año 2016

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