sábado, 15 de febrero de 2025

El mago de Lublin


Isaac Bashevis Singer es un escritor polaco de origen judío, hijo de un rabino jasídico quien se trasladó con su familia a Radzymin y posteriormente a Varsovia, en donde ingresó en el Seminario Rabínico que más tarde abandonaría. Lo más probable es que la fecha de nacimiento real de Isaac Bashevis Singer fuera el 11 de noviembre de 1903.

Singer era hijo y nieto de rabinos y hermano de los novelistas Israel Yehoshua Singer y Esther Kreitman. Creció en el barrio judío de Varsovia —rodeado por un recurrente escenario de violencia antisemita en forma de pogroms. En 1908 la familia se trasladó a Varsovia, en la calle Krochmalna, donde se hizo amigo de una joven llamada Shosha, que despertó su ternura. En el ínterin leía mucho, estudiaba lenguas y el Talmud. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial su familia fue de nuevo a refugiarse en el pueblo materno.

En 1920 entró en el Seminario Rabínico de Tachkemoni, pero pronto volvió a Bilgoray, donde siguió dando clases de hebreo. En 1923 se trasladó a Varsovia, donde trabajó como corrector de pruebas para la revista Literarische Bleter, publicada por su hermano Israel a su regreso. Isaac tradujo al yiddish obras de Knut HamsunGabriele D'Annunzio (la novela El placer, en 1929), la danesa Karin Michaelis y Stefan Zweig, además de Thomas Mann y Erich Maria Remarque, y se convirtió en amigo de Aaron Zeitlin y otros escritores jóvenes.

De 1933 a 1935 Isaac fue codirector de la revista Globus, donde publicó cuentos y la novela por entregas Satán en Goray (1933) es una novela escrita en el estilo medieval de las crónicas yiddish. La historia comienza a partir de los acontecimientos del siglo XVII que se relacionan con el falso mesías Sabbatai Zevi y ofrece una imagen de la fiebre mesiánica que se extendió entre los judíos en esos años. En un trabajo posterior, El esclavo (1962), volvió al siglo XVII, con una historia de amor entre un judío y una gentil, cuya relación es atormentada por sus diferentes tradiciones.

En 1940 se casó con Alma Haimann (casada y divorciada Wassermann), una inmigrante alemana que trabajaba en una tienda de ropa de prestigio, con quien vivió hasta su muerte. Ella ya tenía dos hijos y no hablaba yiddish. A Isaac le llegó la noticia de que su primera esposa Runia, denunciada como sionista fue expulsada de la URSS y se encontraba en Turquía, con la intención de trasladarse a Tel Aviv. En 1935 emigró a Estados Unidos y trabajó en el periódico The Forward. A partir de ese momento, comenzó a cultivar también la literatura, que escribió casi siempre en yiddish. Bashevis era un acérrimo defensor del vegetarianismo, lo que hizo notar en varios de sus libros. En el año 1973 recibió el National Book Award. El Premio Nobel de Literatura de 1978 fue otorgado a Isaac Bashevis Singer "por su apasionado arte narrativo que, con raíces en una tradición cultural judía polaca, da vida a condiciones humanas universales".

El mago de Lublin (1960), traducida a varios idiomas, habla de un mago lujurioso y su transformación hacia la expiación por autorreclusión. Con Shosha (1978), narra una historia de amor en la Polonia en los años treinta, vuelve a narrar la calle Krochmalna en la que creció. Entre las colecciones de relatos hay que recordar también Un amigo de Kafka (1970), La muerte de Matusalén y otros cuentos (1988). Entre las historias y novelas autobiográficas: En el tribunal de mi padre (1966) y Amor y Exilio (1984).

El mago de Lublin (1979) es una sofisticada historia sobre el sexo como obsesión que ha llegado a coronarse con el tiempo como la novela más importante de la literatura yidis. Su protagonista, Yasha Mazur, un polaco medio judío y medio pagano, realiza actos de magia, acrobacia y escapismo a lo largo de la Polonia del este y mientras él va recorriendo los poblados, tendiendo entre la libertad y la amoralidad una simple soga que cruza cual equilibrista, su esposa, judía practicante, lo espera en casa sin creer en las habladurías que dan cuenta de la doble vida de Yasha. Pero no hay magia que resista el deterioro de la ilusión ni hombre al que no le toque la hora de luchar contra sí mismo.

El mago de Lublin resulta ser un extraordinario relato sobre la eterna, y casi siempre sinuosa, búsqueda de la divinidad.  "La novela más importante de la literatura yiddish según "The Times. "Hace cuarenta años elegí como inspirador a Knut Hamsun; si tuviese hoy que volver a empezar, tomaría como inspiración a Singer. Todo lo que hace es perfecto” es una cita de Henry Miller.

En Lublin [Polonia], a principios del siglo XXYasha Mazur destacaba por su habilidad para estafar de diversas formas, una de las cuales convencer a la gente que era capaz de realizar “actos de magia”. Se trataba de un personaje muy conocido en Polonia Oriental. Tenía por oficio recorrer distintas localidades para presentar sus espectáculos de magia, que incluían la acrobacia y escapismo. Sus habilidades ilusionistas no se focalizaban en escenarios. Pasaba por judío y era persuasivo.  No tenía dificultades para experimentar la vida de mago y otra mundana, lo cual le permitía conocer muchas mujeres y dedicarse a trampear.

Por períodos largos, dejaba sola a su esposa (una judía auténtica) so pretexto de cumplir con programadas giras. Sin embargo, llegaría el día cuando Yasha ya no pudiera escapar a de los problemas que buscaba como hacía durante sus espectáculos ante el público. Tendría que tomar decisiones respecto al rumbo de su existencia. Era mujeriego, embarazaba irresponsablemente mujeres cuyos hijos nunca reconocería, jugaba cartas y se endeudaba con frecuencia. 

Eran aquellos tiempos cuando el Viejo Mundo no estaba tan industrializado o desarrollado tecnológicamente, no era rara la movilización poblacional masiva de individuos sin “oportunidades laborales” y sometidos a enfermedades, cambios climáticos extremos, hambrunas y raterismo.

En uno de los más dramáticos episodios existencialistas de El mago de Lublin, ebrio, Mazur levanta su mirada hacia el cielo para gritarle a Dios que no creía en él: era imposible que existiera. Estaba decepcionado de todo, abrumado por sus vicisitudes, y sus engaños. En otra ocasión quiso conseguir mayor cantidad de dinero con la propuesta de lanzarse desde una edificación de varios pisos de altura, y caer de pie sin sufrir lesiones. Logró recoger una gran suma de dinero que luego, la noche antes de realizar el acto anunciado, perdería jugando cartas.

Por presión popular, Yasha Mazur se ve compelido cumplir con lo convenido y acude al encuentro con lo que sería una muerte segura. Lo hace, se lanza desde el más alto piso del edificio del lugar. Sorprendentemente, la intervención de alguna divinidad impide que su cuerpo impacte contra el piso y fallezca. Los espectadores quedan admirados, pero “el mago” se reprochará haber negado la existencia de Dios y se sumirá en un conflicto que lo empujará regresar a su lugar de procedencia, donde comienza a construir con piedras y cemento una especie de cúpula en la cual –como penitente- se encerraría hasta el final. Pasaría cierto tiempo oculto en esa especie de concha donde acudían sus paisanos para pedirle consejos, platicarle sobre sus problemas, llevarle alimentos o simple curiosidad. 

Su desaparición (que no fue muerte) sucedió luego que un pequeño grupo de hombres irrumpió en la aldea buscándolo con el propósito de asesinarlo, castigarlo con la pena capital por haber preñado y abandonado a una hermana de quienes capitaneaban el propósito de lincharlo. Con porras, se propusieron demoler ese caparazón de hormigón que Mazur se había construido para enmendar su licencioso y pasado estilo de vida. Lo hicieron con fervor e iracundos. Al culminar la tarea, buscaron, infructuosamente, el cadáver “el mago”. La súbita aparición de un ave precipita la imaginación de los testigos. Yasha Mazur habría transmigrado.  

La película está basada en la novela; es de 1979, 114 min. País: Israel. Dirección: Menahem Golan. Fotografía: David Gurfinkel. Reparto: Alan ArkinLouise FletcherValerie PerrineShelley Winters. Coproducción Israel-Alemania del Oeste; Geria III / Golan-Globus Productions. Con magníficas las tonalidades grises, el filme muestra suspenso, la exaltación de los ánimos de quienes se mostraban víctimas del mediocre ilusionista tanto por sus acciones fraudulentas como sus hábitos de mujeriego. A pesar que el final del rodaje, su desenlace, nos presenta personajes secundarios que despiertan gran interés, la expectante música atrapa, agita nuestros espíritus, mantiene alerta la mente y cuerpo de quienes miran The Magician of Lublin.

Maracaibo, sábado 15 de febrero del año 2025

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