lunes, 2 de septiembre de 2024

Oleografia y agresividad

 

Es sabido que Simón Bolívar el Libertador, acaso por un resabio de emulación bonapartista- según ha dicho Ibsen Martínez, al recordar cómo podía dictar varias cartas a la vez y a distintos amanuenses-, virtud esta que trae a mi memoria a nuestro genial científico zuliano, el doctor Humberto Fernández Moran cuyo destino, como el del Libertador, lo llevó a morir fuera de su patria. Las cartas ológrafas (según el DRAE, “ológrafo” quiere decir “escrito de mano del autor) han sido siempre documentos de un gran valor para los biógrafos e historiadores. 

Quiero referirme en lapesteloca, a esta supuesta carta ológrafa de Bolívar detectada en Cartagena, Colombia, en 1939, -de cuya existencia (en el supuesto caso de ser real y no una ficción) me he enterado leyendo un artículo de Ibsen Martínez- publicado en Colombia el día 18 de este pasado mes de agosto, 2024.

Ignorando a quién estaba dirigida la comunicación, el autor del hallazgo, -según el periodista Ibsen Martínez- (https://tinyurl.com/2wvc5p8v ) en realidad fue don José Avellanos, -a quien Martínez califica de “prócer civil costaguanés del siglo XIX”- donde el supuesto historiador tras un escrupuloso análisis grafológico quedaría  convencido y sin lugar a dudas, de que era la letra del Libertador.

“Don José Avellanos, inmediatamente comprendió que Bolívar se dirigía a alguien de su máxima confianza para relatarle la conversación que había sostenido en Guayaquil con el general argentino José de San Martín, (el llamado “Protector del Perú”)en aquella famosa entrevista en Guayaquil donde no hubo testigos”… Hasta aquí las consideraciones del periodista venezolano radicado en Colombia, para pasar de inmediato a referirse a Joseph Korseniowski. 

Cuando Korseniowski (https://tinyurl.com/bddnfjyc) se hizo súbdito de la Reina Victoria, moldeó su apellido recreándolo en el idioma inglés, lengua que aprendió de adulto y gracias a la cual, desde fines del siglo antepasado le conocemos como una de las figuras cimeras de la literatura británica. Korseniowski se convirtió en Conrad quien decidió imaginar un país de nombre Costaguana como una república heredera de la Gran Colombia, nación descrita por él en Nostromo, su novela publicada por vez primera en 1904, donde narra tres lustros de Costaguana, una república sudamericana, imaginaria, aun cuando su autor no vivió nunca en ningún país del Caribe o de la América del sur.


Ibsen Martínez, a sus 72 años, y con un background “pugilístico” cuestionable, relataría detalles sobre Conrad y sobre la carta oleógrafa de Bolivar examinada por don José Avellanos el supuesto, “prócer civil e historiador costaguanés del siglo XIX”. Martínez es “el propio”, nuestro conocido compatriota, el gran amigo de Cabrujas, el escritor de telenovelas venezolanas, y de algunas novelas, quien es muy recordado entre otras cosas “Por estas calles”, quien vive desde hace una década en Bogotá desde donde escribe…

 

Ibsen Martínez trabajó durante nueve años colaborando con El País (España) hasta que su labor finalizó tras la publicación de una investigación periodística donde él admitía agresiones a mujeres, ocurridas a principios y finales de la década de los noventa, y una tercera ocurrida en los años setenta. Este “record” llevó al periodista -luego que resurgiera el escándalo por golpear a sus parejas sentimentales- a ser despedido, no solo de El País (España), sino de Letras Libres (México) y también de El Malpensante una revista para la que trabajaba en Colombia.


Según la ONU la violencia machista es "una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas del mundo”; y esta quizás pudiera ser la situación en la que incurría el personaje de Robert Louis Stevenson (https://bit.ly/3vWTXiV), al tomar su brebaje y transformarse de ser el circunspecto Dr. Jekyll en el terrible Mr. Hyde. Regreso a recordar que finalizando el año pasado (2023), y en abril de este 2024, hemos hablado en lapesteloca de estas tristes y lamentables “curiosas conductas” agresivas que sabemos no solamente se dan “por estas calles”… 

 

En abril de este año recordando la película DrJekyll y Mr Hyde  un filme dirigido por Víctor Fleming en el año 1941, donde Spencer Tracy aparece al transformarse en Hyde, como el agresor de Ingrid Bergman… ¡Pueden imaginarse el horror de vapulear a esta bella y para aquellos días muy joven actriz! No obstante, es así como se comportan estos personajes que no siempre son ficcionales. Los Mr Hyde de nuestros tiempos explotan en sorprendentes raptos de violencia, y en ocasiones disimulan su agresividad aparentando honorabilidad, o buscan contactos con potentados, y algunos hasta disimulan su apariencia engordando, o apareciendo en compañía de magnates en fiestas y francachelas, y hasta dándose baños de mar…

 

Como la esperanza es lo último que se pierde, -y en estos días, esperanzados vive la mayor parte del país-, soñando con sobrevivir a la eternizada crisis que padece esta desarticulada nación, ansiando quizás una oportunidad que nos permita al menos tener salarios dignos, o gozar de una mínima seguridad social  y/ o,  política, confiaremos en que nuestro famoso periodista -en el exilio como otro más de los 8 millones de compatriotas- nunca más reincida en esos raptos de agresividad que desdicen de su brillantez profesional y ojalá que escriba oleográficamente o desde su laptop, pero que continúe dejándose escuchar, aunque simule ser un “lobo aullador de los manglares”, en la seguridad de que lo hará admirablemente, aunque ahora quizás le toque escribir desde la ribera del Magdalena.

Escrito para lapesteloca en Maracaibo, el lunes 2 de septiembre del año 2024.

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