martes, 22 de noviembre de 2022

De novelas y del cine

Józef Teodor Konrad Korzeniowski, más conocido como Joseph Conrad, era un polaco quien había nacido en diciembre de 1857 bajo el Imperio ruso, en un pueblo de la actual Ucrania. Como novelista y siendo un ciudadano polaco, Conrad adoptó el inglés como lengua literaria y pasaría a ser considerado como uno de los más grandes novelistas de la literatura inglesa. En 1899 el Joseph Conrad escribió la sensacional novela El corazón de las tinieblas. La escribió en inglés, su tercer idioma, y en ella nos cuenta la historia del viaje de Charlie Marlow remontando el río Congo y su llegada a una estación comercial donde contempla las aberraciones que los colonos cometen con los nativos en pleno colonialismo de África y donde va en busca de Kurtz, persona encargada de una estación de explotación de marfil en el interior de la selva, quien parece haberse erigido en una especie de dios, pero que se encuentra terriblemente enfermo y preso de la locura.

La literatura ha sido fuente de inspiración inagotable para el cine. Apocalypse Now transcurre durante los años 60 y tiene como escenario la guerra de Vietnam. En la película de Coppola, Benjamin Willard, interpretado por Martin Sheen, obedeciendo órdenes de sus superiores, tiene que remontar el río Knong para llegar hasta Camboya, donde el coronel Walter Kurtz, interpretado por Marlon Brando, se ha convertido en una especie de semidiós para los nativos del lugar. Apocalypse Now es la película cumbre de la guerra en Vietnam y del Ejército de los Estados Unidos.  Su argumento plantea como el capitán Willard es enviado a llevar a cabo una misión que, oficialmente "no existe, ni nunca existió" para buscar a un misterioso coronel boina verde, Walter Kurtz, cuyo ejército ha cruzado la frontera hacia Camboya y está llevando a cabo misiones contra el Vietcong.

Ambos personajes el de la novela de Conrad y el de la película de Coppola, habían visto hasta qué punto puede llegar a degenerarse el corazón del ser humano. Marlow vio la masacre llevada a cabo por el imperialismo salvaje de Leopoldo II en el Congo, es el caso de la novela de Conrad, y Willard, en el caso de la película de Coppola, nos narra los desastres de la guerra de Vietnam y su influencia en los soldados que participaron en esa contienda. Ambos personajes, Marlow y Willard hanbrían sido testigos de la más baja degeneración del ser humano y al parecer se han contagiado de esa oscuridad profunda, de esas tinieblas, que surgen en los corazones de los hombres cuando el mal nos rodea por todas partes.

La figura de Lope de Aguirre, el vasco cojo y harapiento que caminó incansablemente las tierras americanas, aquel que Arturo Uslar Pietri nos mostró en El camino de El Dorado (1947) y que el periodista e historiador guaireño Casto Fulgencio López transformara en el primer caudillo de América en López de Aguirre, el peregino (1947), también fue abordada por el novelista argentino Abel Posse en 1978 cuando publicó Daimón y sobre esta novela, “nos parece -dijo el escritor canario Juan Jesús Armas Marcelo en 1979-, que la novela era tan importante como Cien años de soledad”. Será Miguel Otero Silva quien lo bautizará como “el Príncipe de la libertad”. Lope de Aguirre orquesta la historia: traidor de traidores, por donde pasa no quiere volver a ver crecer la hierba española en América, generando con ello el sentimiento continental, de la utopía americana que aún sigue tentando a tantos y tantos pensadores, políticos e intelectuales, de aquel y de este lado del Atlántico: “A tí Felipe, rey español, te declaro enemigo mío cincuenta veces más mi enemigo...

Así se inicia su carta de rebeldía que habrá de ser, en el devenir del destino histórico, la expresión de lo que harán valer nuestros libertadores por todo el continente. Años más tarde Otero Silva, establecerá los parámetros humanos del loco Aguirre, y utilizando métodos lingüísticos y tempos novelescos, creará su novela “Lope de Aguirre, Príncipe de la libertad”, editada por Seix Barral/Biblioteca Breve. Barcelona, en 1979. El tiempo, en la novela de Otero Silva, se percibe como una sucesión de anécdotas, tal como “literariamente”, el narrador estima que ocurrieron las cosas. Una sucesión irrevocable de muertes de falsos conquistadores, de capitanes y patanes españoles cuya ambición estuvo siempre muy por debajo de la imaginación, ya americana y profética de Lope de Aguirre.Lope de Aguirre es la figura clave de una película que se considera como una de las joyas del cine alemán. También conocida en español como Aguirre, la ira de Dios (en alemán" Aguirre, Der Zorn Gottes"), del cineasta alemán Werner Herzog, es un filme del año 1972 que fue protagonizado por el actor de la misma nacionalidad Klaus Kinski. El film narra supuestamente el viaje del conquistador español 

Lope de Aguirre por la cuenca el río Amazonas en busca de El Dorado. La historia está basada en la figura histórica de Aguirre y en el diario de viaje de Gaspar de Carvajal, elementos con los que Herzog y Kinski reconstruyeron la época de la llegada de los europeos a América. Es una película arrítmica y abigarrada, que recrea una visión poco real de la verdadera historia; un film de locura e irracionalidad contrastando con la riqueza exuberante e implacable de la selva amazónica. La producción cinematográfica es narrada con un ritmo lento, casi irreal, que le otorga al film un aura de pesadilla, cual preludio del descenso a los infiernos río abajo también, que nos recuerda a Conrad en El corazón de las tinieblas, o como sucede en la sobrecogedora Apocalypse now de Francis Ford Coppola.

Jonathan Swift, en su sátira Los viajes de Gulliver, no creía en una la sociedad ideal cuando se le ocurrió la invención de la isla flotante Laputa, en una de esas tierras mágicas donde el sueño utópico de Thomas More se hacía realidad y existiría una isla donde se acabarían las plagas, las injusticias y, sobre todo, los políticos. Aquel perdido paraíso, como el de Milton, se planteaba varios siglos atrás, y casi que parecía hacerse realidad. La esperanzadora utopía de More, dependería quizás de las nuevas tierras americanas donde la felicidad sí que parecía estar al alcance de los humanos. 

Era 1999 en el filme The Matrix, ni La utopía (https://bit.ly/3Ew4qIq) de Thomas More ni el progreso científico y tecnológico de la humanidad importaban mucho, pues aquella teórica época (1999) no era real y sucedía que la humanidad se hallaba totalmente engañada, pues lo que veíamos estaba sucediendo en el año 2199 y la Tierra para esa época ya estaba totalmente destruida. Así pues, desde aquel año de 1999 cuando el filme The Matrix se estrenó, han venido sucediendo muchas cosas…

En 2001 un grupo de terroristas islámicos derribó el World Trade Center; en el 2003 se inició la Guerra de Irak; en el 2010 se dio la Primavera Árabe y cayeron los tiranos Husein, Mubarak, Gadafi, Ben Ali y Abdalá Saleh; ya en manos de la tecnología vimos como en el 2017 Arabia Saudí le concedió la ciudadanía a la androide Sofía, una máquina desarrollada por la firma tecnológica Hanson Robotics con la apariencia de Audrey Hepburn y al año siguiente, en 2018, el japonés Akihiko Kondo contrajo matrimonio con un personaje de la realidad virtual, Hatsune Miku, que no es de carne y hueso, sino un holograma capaz de reconocer la cara y la voz de Kondo y con su cámara y micrófono integrados puederesponderle con frases y canciones sencillas.

Hoy, cuando la huamidad se recupera de la pandemia del Covid-19 creemos entender que las utopías son proyectos irrealizables, pero las distopías se han instalado firmemente entre nosotros. Con 1984, (https://bit.ly/3Avm8KW) George Orwell no sólo describía el comunismo estalinista, también nos advirtió sobre los peligros del Estado totalitario cuando se dispone de la tecnología para controlar a la población. Ya en 2019 en la China de Xi Jinping los ciudadanos eran clasificados mediante una aplicación en sus teléfonos, al tiempo que veinte millones de cámaras distribuidas en la nación los vigilan sin tregua. Para no quedarse atrás y quién sabe si será para recordarnos que esta es una singular época, los directores del filme Matrix, los hermanos Andy y Larry Wachowski, como premonitores de la mala costumbre que vendria en el futuro, cambiaron de género y se convirtieron en las hermanas Lana y Lilly Wachowski…

NOTA: estas reflexiones las habia inniciado en Mississauga, Ontario, en el mes de febrero del año 2019.

Hoy en Maracaibo el martes 22 de noviembre de 2022

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