domingo, 3 de abril de 2022

Felipe von Hutten

 Felipe von Hutten

Felipe von Hutten (1505-1546) nació en la Ciudad Imperial Libre de Ulm que formaba parte del Sacro Imperio Romano Germánico, en el seno de una familia noble alemana formada por Bernhard von Hutten y Gertrude von Ebersburg. En su adolescencia fue paje en la Corte de Carlos V, donde estuvo al cuidado del conde Enrique von Nassau.

Recordemos que el imperio de Carlos V se extendía desde el mar Báltico hasta Hungría y el Mediterráneo y más allá, hasta el Nuevo Mundo recién descubierto allende el Océano Atlántico. En el año 1516 Carlos era el Rey de España; en 1519 fue nombrado emperador del Sacro Imperio en Francfort y coronado en Aquisgrán en 1520. Desde 1522 hasta 1529, Carlos vivió en España en tiempos cuando el joven Felipe von Hutten era paje del conde Enrique III.

Desde 1526 existían las negociaciones del emperador Carlos V con el Consejo de Indias para decidir las maneras de cómo obtener capital alemán destinado a la exploración del Nuevo Mundo. Existió un proyecto denominado “Patagonia pacífica” el cual le fue ofrecido a los Fugger, pero terminaría por fracasar en 1534; así, sería como se llevaría adelante el proyecto de los españoles con los Welser alemanes para la explotación de la provincia de Venezuela.

Entre 1530 y 1534 Felipe estaba al servicio de Carlos V emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, al cumplir 21 años, en febrero de 1530, Felipe recibiría en Bolonia 200 florines que le enviarían de su casa paterna. Sería en 1534 cuando también entraría a trabajar para la Compañía de los Welser de Augsburgo. Un año antes en 1533 había arribado a Europa el tesoro de Francisco Pizarro el cual representaba el rescate logrado con el inca Atahualpa y llegaría con gran revuelo a Sevilla Hernando Pizarro, para ofrecerle ese “quinto” al emperador. En aquellos días, Felipe se había enterado que la Compañía estaba organizando una armada naval en Sevilla con la intención de zarpar para irse a la conquista de El Dorado. Estos acontecimientos despertarían la ilusión del joven von Hutten y él tomaría la decisión de irse al Nuevo Mundo.

Se han planteado las razones para la decisión de Felipe, quien inicialmente estuvo movido por el entusiasmo de las noticias sobre el Dorado y sus riquezas, pero hay quienes opinan que, que dada la confianza depositada en el joven por el emperador, este le encomendaría la misión de observar que tal marchaban las actividades de los Welser esperando recibir directamente información desde la Provincia; esta teoría se apoya en una correspondencia con Mattias Zimmermann del 20 de febrero en1538. También se cree que Felipe esperaba ascender y alcanzar una posición para aspirar a casarse con Magdalena von Obritschan dama de honor de la reina María de Hungría.

El 20 de octubre de 1534 Felipe von Hutten llegaría a Sevilla como el Capitán de una tropa de 600 lanquenetes destinados a Venezuela y a la vez como empleado al servicio de Bartolomé Welser y de su Compañía. Inicialmente, ya Enrique Ehinger y Jerónimo Sailer los apoderados de Bartolomé Welser (el viejo), habían recibido de manos de la Corona Española la tierra para gobernarla, precisando sus límites “de oeste a este, del cabo de la Vela, hasta el Cabo de Maracapana, y de norte a sur de una mar a la otra”, lo cual se traduce en la actual Venezuela y parte de los llanos de Colombia. Toda la documentación referente a estas decisiones alrededor de la empresa entre la Corona Española y los Welser está archivada en el Archivo de Indias de Sevilla.


Desde el 20 de noviembre de 1530, la Compañía Welser-Sociedad Comercial de Augsburgo-, iba a gobernar nominalmente el territorio de Venezuela y lo haría hasta el año 1556. De esta manera, la Compañía alemana obtuvo durante 10 años (1519 a 1528) el monopolio sobre la fundición del oro en las Provincias de Coro y Santa Marta, así como también el monopolio salífero y el comercial con el derecho, además, de ocupar los más altos cargos en las provincias y el privilegio de poder enviar sus barcos directamente a Amberes sin el visto bueno de la Casa de la Contratación en Sevilla. Adicionalmente la Compañía fue autorizada en junio del año 1529 a embarcar alrededor de 4.900 esclavos negros para América.

Existía una relación simultánea entre los alemanes que le servían a la Compañía de los Welser y el gobierno de España. Los Welser y sus soldados ya establecidos en la Provincia, se decía que ganaban poniendo precios abusivos que provocaban descontento entre los colonos españoles, mientras sus altos funcionarios recibían pagos adicionales y vendían bienes de consumo con pingues ganancias. Así fueron llegando a Venezuela, Ambrosio D´alfinger(1528-1533); También llegó a Venezuela en la expedición el alemán Jorge Hohermuth von Speyer, también denominado Jorge Espira(1534-1539); luego Nicolás Federman (1528-31-1534-39) y finalmente Felipe von Hutten.

Jorge Hohermuth Speyer se convertiría a finales del verano del año 1534, en el sucesor de Ambrosio D´alfinger y ocupó el lugar de Nicolás Federman a quién en agosto de 1534, la Corona Española había designado como sucesor, pero este se había embarcado en una expedición hacia el sur del territorio. A poco de arribar von Hutten a Santa Ana de Coro, decidiría participar en una larga expedición que duraría tres años interminables, desde 1535 hasta 1538. El gobernador Jorge Speyer la había organizado supuestamente con el propósito de encontrar a Nicolás de Federmann de quien se decía deambulaba perdido por los llanos y más allá sin lograr sus objetivos.

En 1539 Felipe le escribió a su padre contándole que pensaba regresar a Alemania, pues estaba desilusionado de Venezuela, pero cambió pronto de parecer, como lo notificó poco después a su hermano mayor, y la causa del cambio de opinión fueron las noticias sobre el descubrimiento del país de los Chibchas por Federmann, y por Jiménez de Quesada y Benalcázar. A la muerte de Hohermuth Speyer le iba a corresponder a Felipe von Hutten pasar a ser el General en Jefe de la Provincia, y el 11 de junio de 1540, Felipe regresó a Barquisimeto con la esperanza de ser nombrado gobernador de Venezuela, pero la Audiencia de Santo Domingo designó para el cargo al obispo Rodrigo de Bastidas (1540).

Este último nombró a Hutten capitán general de la provincia de Venezuela, cargo que ratificó la Audiencia dominicana aquel mismo año y la Corona al siguiente (1541), de manera que a finales de 1540 von Hutten fue nombrado por Carlos I de España como teniente general de la Provincia de Venezuela y al mismo tiempo gobernador de Coro. Von Hutten siempre había seguido recopilando noticias sobre el mito de El Dorado y después de obtener el título, en 1540, organizó su expedición acompañado del joven Bartolomé Welser hijo homónimo de su padre el propietario de la banca del mismo apellido. En esta expedición, plagada de dificultades, de los 490 soldados españoles que salieron solamente regresaron 150. Los alemanes iban con algunos capitanes españoles veteranos cuando partieron desde Coro el 1 de agosto de 1541 con cien jinetes y alguna infantería. Le acompañaban muchos personajes, como Pedro de Limpias, que había estado con Federmann, Sebastián de Amasena, Martín de Arteaga, y otros.

Felipe von Hutten siguió la ruta inicial de Federman hasta la Burburata, y pasó por Barquisimeto y los llanos atravesando varios afluentes del Orinoco y llegó hasta el sitio donde luego se instaló el pueblo de Nuestra Señora de Papamene. Allí encontró huellas de la expedición anterior. El rastro encontrado era de la hueste de Hernán Pérez de Quesada, hermano de Gonzalo Jiménez de Quesada, que había bajado hasta allí desde Bogotá buscando el mismo mito y von Hutten siguió luego por el pie de la cordillera andina y se desvió al sureste, entrando en la Alta Amazonía, donde sufrió infinitas calamidades, sobre todo al cruzar los afluentes del Amazonas.

Llegaron las grandes lluvias y tuvo que acogerse en una pequeña serranía. Aquí oyó hablar de un pueblo indígena, llamado los Omaguas, famoso por su riqueza de oro y pensó que era El Dorado. En las orillas del río Guaviare fue bien recibido por el cacique Macatoa quien les acompañó parte del camino y les confirmó, según Aguado, “que junto a cierta cordillera que en días claros de allí se divisaba, había grandísimas poblaciones de gentes muy ricas y que poseían innumerables riquezas; que le parecía que no debía ir a ellas con tan poca gente como llevaba”.

Otro cacique les condujo hasta el pueblo de los Omaguas, pero los naturales le recibieron no muy amistosamente y los expedicionarios sostuvieron frecuentes escaramuzas con los indígenas. En una de las peleas que sostuvieron con los omaguas, Felipe recibió un lanzazo que le hirió gravemente en una axila. Gracias a la intervención del cirujano Diego de Montes, consiguió sobrevivir a aquella herida. Cuando se repuso, continuaron avanzando y luchando con los naturales. No encontró lo que buscaba y, después de tres años, decidió regresar a Coro para organizar otra expedición con más soldados. En Coro le esperaba una sorpresa.

Durante los años que Felipe von Hutten había empleado en sus exploraciones, mucho habían cambiado las cosas en Coro. Las familias de los soldados pasaban calamidades porque la tierra de aquella comarca no producía nada más que cardonales. Como nada se sabía del alemán, la Real Audiencia de Santo Domingo envió como teniente de gobernador interino a Juan de Carvajal quien ya había estado antes en Coro como administrador real y conocía la interesada actuación y los manejos comerciales que tenían los alemanes y las penalidades que pasaban las familias de los soldados. Cuando obtuvo la gobernación del territorio lo primero que hizo fue mudarse para crear otra ciudad asentada en una vega feraz para que aquellas familias pudieran sembrar y acabar con el hambre que los mortificaba.



Carvajal organizó a las familias, y se llevó a los que aceptaron su propuesta y así, en diciembre de 1545, fundó la ciudad de El Tocuyo. El alemán Felipe von Hutten al entender que España pretendía hacerse cargo del territorio que les habían dado en garantía a los alemanes, pensó que habría que despoblar El Tocuyo y llevarse otra vez la gente a Coro. Como era de esperar Juan de Carvajal se opuso a las intenciones de von Hutten, y mientras ambos discutían, Bartolomé Welser VI "el Joven" -hijo de Bartolomé Welser V "el Viejo"- quien acompañaba a Von Hutten, le dio a Carvajal con el palo de una lanza y lo tiró en el barro. Los soldados expedicionarios desarmaron a los hombres de Carvajal y Felipe decidió regresar a Coro, llevándose armas y caballos. Carvajal convocó a los suyos y saldrían en persecución contra von Hutten. Los perseguirían hasta alcanzarlos al atardecer de un día. Se dice que las huestes de Carvajal alcanzaron a los expedicionarios en fuga en la zona que se conoce como La Cruz de Taratara cerca de Quibor y entonces Carvajal ordenó a sus hombres que decapitasen a Felipe von Hutten, a Bartolomé Welser y a tres españoles más del escuadrón de los alemanes y luego de enterrarlos, regresaron a El Tocuyo.

Carvajal fue arrestado y ajusticiado en la horca. Felipe von Hutten sería el último gobernador alemán de Venezuela, y es conocido por la exploración que hizo hasta la Alta Amazonía buscando el mito de El Dorado. El escritor Herrera Luque en su novela “La luna de Fausto” transformaría a Felipe en un personaje de leyenda, pero su historia con todas las vicisitudes de la expedición en tierras vírgenes de la Provincia de Venezuela, se puede conocer en detalle gracias a el libro “Cartas” con sus documentos en cartas enviadas a su padre y otros familiares que fueron publicados en la colección El nombre secreto dirigida por Miguel Ángel Campos y publicada en 2005 por la Universidad Católica Cecilio Acosta de Maracaibo.

Maracaibo, domingo 3 de abril del año 2022

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