Sergio Dahbar
Sergio Dahbar nació
en Córdoba,
Argentina, en 1957, y es periodista, graduado en la
Universidad Central de Venezuela, con licenciatura en Literatura
Hispanoamericana en la Universidad de Maryland (EUA). Fue director de uno de los últimos grandes periódicos
impresos de Venezuela, El Nacional, y ha sido creador de suplementos
dominicales y formador de varias generaciones de periodistas.
Durante veinte años Sergio Dahbar trabajó en el periódico El
Nacional en diferentes puestos del área editorial hasta alcanzar la posición
más alta de la redacción entre los años 2000 y 2006. Fue miembro del tren
directivo de Monte Ávila Editores (1990-1994), realizando estadías de formación en la editorial francesa Hachette (París) y en RandomHouse Mondadori (Nueva York). En la actualidad asesora a Randm HouseMondadori, en Venezuela, en el área de identificación de talentos editoriales,
logrando desarrollar publicaciones corporativas para grandes empresas y libros
de interés general con publicaciones que aparecen desde 2011 en el sello La Hoja del Norte.
A pesar de que sus padres querían que Sergio
fuese médico, él confiesa que… “Me di
cuenta que no servía para la medicina. Algunos compañeros de aquel año cuando
comencé a asistir a la Escuela de Medicina, planificaban en sus horas libres
las quintas que comprarían con las ganancias de las operaciones y las acciones
que llegarían a tener en sus clínicas preferidas”…”Oír estas conversaciones me
deprimía horrores; sobre todo cuando vivimos en un país con hospitales públicos
en constante emergencia, sin algodón, sillas de rueda, alcohol, medicinas… en
los que se mueren los enfermos y los doctores hacen huelga sobre el filo del
padecimiento humano”… “No quiero generalizar sobre La Medicina, hay
profesionales extraordinarios, gente que no conoce el sosiego y vive para
salvar a los demás”…
Destaco el detalle sobre la época de la que
estamos hablando ya que el libro de Arraiz Lucca se editaría en 1995, pero
Sergio había llegado a Venezuela con sus padres escapando de su país en dictadura
militar, a la edad de 17 años, y se
graduará en la UCV en el 84, por lo que sus comentarios, se refieren al país a finales
de los años 70 comienzos de los 80, la democracia ya comenzaba a mostrar sus
paradigmas y sus fallas, no obstante, Sergio diría… “También me alejó de la Medicina una verdad importante: quien escoge
esa carrera, sabe que vivirá cerca de la muerte”.
La frase de Sergio me obligó a reflexionar
pues yo soy médico y anatomopatólogo, y pensé en su opinión y me puse en su
lugar, pero recordé como aquella, no había sido mi preocupación. En algún
momento he hablado (https://bit.ly/3xt4eYy) del rol de esta especialidad
médica y por el contrario, yo me entusiasmé soñando con estar más cerca de la
verdad al poder examinar en detalle y a través de microscopios las causas y las
consecuencias de las enfermedades en los seres humanos…
Más adelante ofreciendo algunas explicaciones
del porqué es ahora periodista, Sergio diría: “¿La sangre? No la soporto. Lo descubrí en los sótanos de la Morgue
de Bello Monte… y hoy me aterra como el país (https://bit.ly/2YogtSz) se ha acostumbrado a
ella”… Hacia adelante en las preguntas del libro de
Arraiz Lucca, Sergio Dahbar confiesa que: “Al
final entendí que mis padres habían colocado un deseo de ellos (estudiar
medicina) en mí. Y estallé”… “Decidí optar por filosofía, letras o comunicación
social” “Por esos azares de la Universidad Central de Venezuela encontré cupo
en periodismo”…
En 1989 Sergio Dahbarobtuvo el premio Hogueras de Periodismo, con el libro SangreDioses, Mudanzas (Alfadil, 1990; Debate, 2003). Su compatriota y brillante
escritor Tomás Eloy Martínez, diría:
“Sergio Dahbar tiene el don de convertir en ficciones las realidades que toca con su lenguaje preciso y elegante. Sus crónicas retratan personajesy cuentan historias que no se encuentran en las novelas. Ha logrado construir un mmundo personal, que se reconoce en los primeros párrafos, atributo infrecuente tanto en el periodismo como en la literatura”.
La revista mensual y gratuita El Librero nació en el año 2006, como una publicación
dirigida a los libreros de Venezuela. La idea era repetir un modelo de medio de
comunicación ya probado, que circula en un canal específico,
que no tiene altos costos de distribución
ya que el canal se encarga de la distribución que vive de la
publicidad.
Como suele ocurrir con algunos fenómenos editoriales, su audiencia creció al mundo de los lectores de libros. Y se amplió su campo de expansión. Lentamente, y de forma segura, su crecimiento se hizo realidad en Colombia a partir de 2010.
En el resto de América Latina, se distribuyen ejemplares: Miami, México, Guatemala, Puerto Rico y Argentina. Es considerada una de las revistas más leídas por los lectores de libros en español. En total se imprimen 20 mil ejemplares. Un elemento llamativo de El Librero ha sido la ausencia de crítica de libros, del estilo personalista y feroz. Quienes trabajan en la revista creen que es el lector quien tiene la última palabra a la hora de decidir
lo que se debe leer y lo que no se debe leer. Resulta
ser un canal de información de lo más completo y eficaz que se puede.
Desde su fundación, el editor y los responsables de la revista tienen de objetivo hacer
bien lo que les gusta: reseñas correctas, entrevistas interesantes, perfiles atractivos. La
revista posee un diseño atractivo y su
fotografía es realmente de impacto. Siempre con la idea de que mundo editorial es una cadena que comienza con quien
tiene una idea de escribir un libro que espera algún día terminar en las manos
del lector. A lo largo de ese complejo proceso
es evidente la vocación latinoamericanista de El Librero como medio de
comunicación para promover la lectura como una forma de mejorar la calidad de
vida de todos resulta excelente.
Maracaibo, jueves 14 de abril del año
2022
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