lunes, 8 de marzo de 2021

Los perros y los gansos

 

Los perros y los gansos

Hoy los científicos continúan explorando el complejo mundo del comportamiento animal, donde existen sin duda dos figuras pioneras que tienen en común haber fallecido un 27 de febrero: el ruso Ivan Petrovich Pavlov y el austríaco Konrad Lorenz. Sus teorías eran discrepantes, trabajaron con perros y con gansos, y sin embargo, aunque pertenecieron a generaciones diferentes y no tuvieron ocasión de debatir directamente sus puntos de vista, se puede decir que representan dos etapas sucesivas en la construcción de una misma ciencia.

Iván Petróvich Pávlov (1839-1946) fue un fisiólogo ruso, quien en 1890 obtuvo la plaza de profesor de fisiología en la Academia Médica Imperial y fue nombrado director del Departamento de Fisiología del Instituto de Medicina Experimental de San Petersburgo. Los experimentos de Pavlov son de sobra conocidos, con los perros que salivaban simplemente al escuchar la campana que anunciaba la comida y casi que forman parte de la cultura popular; menos sabido es que fue un descubrimiento accidental, ya que en realidad la intención de Pavlov no era estudiar el comportamiento, sino la digestión.

Con un doctorado en fisiología Pavlov comenzó en 1884, a investigar la función digestiva en los perros. Los animales salivaban cuando se les ofrecía la comida. El fisiólogo hizo una curiosa observación: los perros habían aprendido a identificar a sus cuidadores, y salivaban solo con verlos a ellos. Pavlov llamó a esta respuesta “secreciones psíquicas” que se producían como un “reflejo condicional”. que, por un error en la traducción de su obra al idioma inglés, fue llamada “reflejo condicionado”, Los experimentos de Pavlov fueron desarrollados a partir de 1901 con su asistente Iván Filíppovich Tolochínov, quien comunicó los primeros resultados en el Congreso de Ciencias Naturales en Helsinki en 1903 y llamó al fenómeno “reflejo a distancia”.

En 1904, Pavlov recibía el Nobel de Fisiología o Medicina por sus investigaciones sobre las glándulas digestivas. Pero un año antes había presentado en un congreso médico en Madrid el trabajo sobre el hoy llamado condicionamiento clásico, el que realmente le convirtió en una figura célebre para la posteridad.

La Guerra civil rusa y la llegada de los bolcheviques no influyeron en las investigaciones de Pavlov. A pesar de no sentir simpatía por el nuevo régimen, no sufrió represalias por parte de los comunistas. Después de la Revolución de Octubre fue nombrado director de los laboratorios de fisiología en el Instituto de Medicina Experimental de la Academia de Ciencias de la URSS.

En EEUU nacía por la misma época, una nueva escuela de la psicología: el conductismo. Los conductistas desarrollaron una metodología sistemática que permitía llevar el estudio del comportamiento al laboratorio, mediante condiciones controladas y respuestas observables rechazaban una psicología que no podía medirse ni predecirse, el comportamiento era un aprendizaje a partir de los estímulos ambientales.

En la década de 1930, con el conductismo en pleno auge, surgió Konrad Zacharias Lorenz (1903-1989) fue un zoólogo austríaco, etólogo y ornitólogo que estudiaba los instintos de los animales y pensaba que los experimentos de laboratorio eran demasiado reduccionistas para entender el comportamiento. En 1936 conoció a Tinbergen, y los dos colaboraron en el desarrollo de la etología como una subdisciplina separada de la biología. La etología moderna, es el estudio del comportamiento animal.

 

Lorenz estudió el comportamiento instintivo en animales, especialmente en los gansos comunes con los que investigó el principio de la impronta, proceso por el cual algunas aves nidífugas (aves que abandonan su nido temprano) se unen instintivamente con el primer objeto en movimiento que ven dentro de las primeras horas.  El trabajo de Lorenz fue interrumpido por el inicio de la Segunda Guerra Mundial y en 1941 fue reclutado en el ejército alemán como médico. En 1944 fue enviado al Frente Oriental, donde fue capturado por el Ejército Rojo soviético y pasó cuatro años como prisionero de guerra alemán en la Armenia soviética. Durante estos años, fue miembro del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (Partido Nazi).

En 1973 compartió el Premio Nobel de Medicina con Nikolaas Tinbergen y Karl von Frisch. Lorenz escribió numerosos libros, algunos de los cuales, como El anillo del rey Salomón, Sobre la agresión y El hombre se encuentra con el perro, se convirtieron en lecturas populares. Lorenz es hoy conocido sobre todo por sus estudios sobre la impronta, la vinculación de los polluelos a la primera figura móvil que ven; pero su visión de la conducta como un aprendizaje complejo sobre un conjunto de patrones innatos, donde los reflejos son un elemento más, le encumbró como uno de los padres de la etología, la biología del comportamiento animal.

Lorenz se mostró respetuoso con las ideas de Pavlov; apreciaba su enfoque fisiológico del comportamiento, algo que no interesaba a los conductistas. El etólogo pensaba que los experimentos del ruso revelaban mucho más de lo que este había concluido, y que aquellas conclusiones apoyaban su propia teoría. “Estoy muy lejos de reírme de Pavlov”, escribió en una ocasión. Sesenta y nueve años después que Pavlov, Lorenz dejaría también su nombre inscrito en el olimpo de los Nobel.

Referencias: Javier Cercas Cuando empezamos a entender a los animales”(26/02/2020) y Javier Yanes (@yanes68) 03/02/2021.

Maracaibo, lunes 8 de marzo, del año 2021

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