sábado, 6 de mayo de 2017

Félix Pifano Capdevielle



Félix Pifano Capdevielle 

Félix Pifano Capdevielle (1912-2003), con Enrique Tejera Guevara, y Arnoldo Gabaldón fueron los pilares de la Medicina Tropical de Venezuela. Pifano es descrito como un hombre de pequeña estatura, cabeza inclinada hacia un flanco, de hablar pausado y tranquilo. Félix Pifano ocupó un asiento a mi derecha en el Consejo de la Facultad  de Medicina, mientras a mi izquierda se encontraba el Dr. Jacinto Convit; situación ésta que se daría semanalmente durante más de una década, entre los años 1984 a 1996, época cuando me tocó dirigir el Instituto Anatomopatológico de la Universidad Central de Venezuela. Una suerte del destino para quien conocía el valor de ambos profesores, directores de institutos de Medicina Tropical y de Dermatotología, sin duda una circunstancia impresionante el poder compartir semanalmente a izquierda y derecha, con dos titanes de la medicina venezolana. Por eso que querido aprovechar el discurso del Dr. Rafael Muci-Mendoza del 28 de abril de este año 2017, y publicado en la Gaceta Médica de Caracas (2003, 111:323-330), para resumir la historia de Félix Pifano para el conocimiento de quienes no hayan tenido la suerte de conocerlo personalmente y/o no hayan podido leer la conferencia del doctor Rafael Muci-Mendoza.

Félix Pifano nació en una casa de la Calle Real en la aldea capitalina de San Felipe, en el Estado Yaracuy, el 1º  de mayo de 1912. Para aquel entonces el Estado Yaracuy tenía 75 mil habitantes, de los cuales, 86 % era rural y San Felipe contaba con 2.500 habitantes. Su padre era italiano, su abuelo francés y sus bisabuelos vascos. Carmelo Pifano, su padre, conoció en San Felipe a Josefina Capdevielle con quien se casó. Félix estudió en la escuela “Padre Delgado” y luego en el “Colegio Montesinos” que fue cerrado en 1926 y el joven tuvo que emigrar hacia Barquisimeto, para estudiar con los Hermanos Cristianos de La Salle. Allí estudió y el Hermano Atanasio, su profesor de biología fue quien en su decir, quien “estableció su mentalidad biológica”, y el Hermano Luciano quien le dio “formación matemática”. Al decir de Rodríguez Cárdenas, su amigo del alma, quien le retrató hermosamente “Félix era menudo, pequeño y delgado. Padecía de un quebranto que le deformaba el cuello y miraba las cosas con ojos asustadizos”. A los 17 años, en julio de 1929, obtiene su título de Bachiller presentando un trabajo sobre “Serpientes ponzoñosas del Estado Yaracuy”. Se lo enviará al Profesor Afranio Amaral, entonces Director del instituto Buntantán de São Paulo y algunos años más tarde, cuando Pifano lo visitó para conocerlo personalmente, él le dijo “Guardo con celo el trabajo sobre serpientes venenosas que su padre me envió hace cierto tiempo”, y Pifano le respondió, – “No, no fue escrito por mi padre; fue escrito por mí”. El año 1929 se muda para Caracas a inscribirse en la Facultad de Medicina.

Tocaba el bandolín con soltura y en su infancia había tomado clases de piano con la señorita Eugenia Artiles, de esta manera, en el Teatro Principal de Caracas, tocaba el piano para amenizar los cuadros mudos del cinematógrafo prodigaba, interpretando valses criollos y merengues. El cargo de profesor de biología en el Liceo San José de Los Teques en 1932 fue una ayuda más a su apretado presupuesto. En 1934 cuando se abren los concursos para los monitores de Clínicas Médica, Obstétrica y Quirúrgica en el Hospital Vargas de Caracas, se inscribiría en las de Clínicas Obstétrica y Médica ganando ambos concursos, cargos que mantiene hasta 1935. A los 23 años, el 27 de julio de 1935, obtiene el título de Doctor en Ciencias Médicas con una investigación dirigida por el doctor Enrique Tejera e intitulada, “Contribución al estudio etiopatogénico y clínico del emponzoñamiento ofídico en Venezuela”. Designado Jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital San Agustín de San Felipe, permanecerá allí entre 1936 y 1939. En el pueblo yaracuyano de Guama conoce a Angelita Cordido, y se casará el 18 de noviembre de 1936. Tendrán entonces sus cuatro hijos, Edmundo, Hernán, Alicia y Emilia. En 1936, el doctor Enrique Tejera Guevara es designado Ministro de Sanidad y crea la División de Malariología a cuya cabeza coloca al doctor Arnoldo Gabaldón. Pifano lo acompañará a ver el trabajo de la Fundación Rockefeller en Costa Rica y el Canal de Panamá. A su regreso, será designado Jefe de Campaña en los Valles de Yaracuy y es provisto de un laboratorio para conocer en detalle la endemiología regional.

El Ministerio contratará al doctor Martin Mayer, Director de Cursos Internacionales del Instituto de Medicina Tropical de Hamburgo, y se funda para él un Departamento de Investigaciones Científicas. Pifano trasladado a Caracas, acompañará al insigne Mayer hasta su muerte 12 años más tarde. Desde 1939 trabaja con el patólogo alemán doctor Rudolf Jaffé en el Hospital Vargas de Caracas y da clases de Clínica Médica en el Servicio del doctor José María Ruíz Rodríguez. En enero de 1941, la Universidad Central de Venezuela (UCV) llama a concurso para la Cátedra de Medicina Tropical fundada desde 1926 por el doctor Tejera, y Pifano, a instancias de Fernández, se inscribe como aspirante para sustituirlo, y será elegido profesor titular comenzando el 1º de febrero de 1942 el diploma que lo reconoce estaba firmado por el doctor Arturo Uslar Pietri, a la sazón Secretario de la Presidencia de la República durante el gobierno constitucional del General Isaías Medina Angarita. Pifano insistirá en la creación de un Instituto de Medicina Tropical, sugerencia que se hará realidad durante el gobierno constitucional de Don Rómulo Gallegos. Allí se estudiarán patologías como la Schistosomiasis mansoni, amibiasis, Tripanosomiasis cruzi y rangeli, lehsmaniasis tegumentaria y visceral, micosis profundas, parasitosis intestinales, accidentes por animales ponzoñosos, toxoplasmosis, toxocariasis y tantas otras. En 1962, luego de revisarse el status específico de la Leishmania brasilensis productora en Venezuela de un cuadro clínico completamente distinto y de poder antigénico diferente al de la leishmaniasis tegumentaria clásica, el agente fuera llamado Leishmania brasiliensis pifanoi

Luego de 50 años en la Cátedra el 21 de junio de 1981 pasa a ser Director del Instituto de la UCV. Participó en múltiples comisiones del Consejo de la Facultad de Medicina y fue Decano de la misma por un período. Su oposición a la tiranía perezjimenista le valió la suspensión de su salario y el exilio voluntario el corazón atónico del chagásico crónico, le lleva al Instituto de Cardiología de México donde se asoma a la Mesa de Morgagni y verá abscesos hepáticos amebianos del lóbulo izquierdo con muerte por taponamiento cardíaco; diagnósticos que en Caracas valdrían para la salvación de muchas vidas y el alivio de muchas penas y dolores. Desde el instituto de Medicina Tropical le tocaría al brillante maestro ver como comenzaría el derrumbe del trabajo que durante años se había hecho con tanto esfuerzo en la Medicina Tropical. Su extrema vejez con la reclusión forzosa le hizo vivir de sus recuerdos y sus sueños no realizados. Le toco percibir el retroceso a la marginalidad y el primitivismo. El 1º de agosto de 2003, a los 91 años con meses, fallecería Pifano ante el desplome de la salubridad pública, en el repunte de la malnutrición de niños y adultos, en el ascenso de enfermedades endémicas y epidémicas, en la destrucción de las redes primarias de atención, en el genocidio hospitalario de cada día, que ha llevado a nuestra patria a la situación que actualmente se padece.
 
Maracaibo, 7 de mayo del año 2017

1 comentario:

Hector Pons dijo...

Excelente reseña, que suerte de sentarte entre titanes por tanto tiempo.