sábado, 20 de mayo de 2017

Émilie de Châtelet, física y matemática en el siglo XVIII



Émilie de Châtelet, física y matemática en el siglo XVIII

Gabrielle Émilie Le Tonnelier de Breteuil, marquesa de Châtelet fue una matemática y física francesa, traductora de Newton al francés y difusora de sus teorías. Había nacido el 17 de diciembre de 1706 en París, hija de Louis Nicolas Le Tonnelier, barón de Breteuil, y de Gabrielle-Anne de Froulay. En una sociedad donde la nobleza tuvo aversión a la noción de la educación para sus hijas surgiría Gabrielle Émilie  como una de las grandes matemáticas del siglo XVIII, la francesa. Cursó estudios porque lo decidió su padre quien pensó que ella nunca alcanzaría la belleza suficiente para garantizar un buen matrimonio. Su padre, el barón de Breteuil era introductor de embajadores de Luis XIV y contaba con antepasados en la magistratura y en las finanzas; se había casado tardíamente con la madre de Émilie, tras un largo romance con Anne Bellinzani, una inteligente mujer interesada en la astronomía, con la que tuvo una hija ilegítima, Michelle. Años más tarde. Émilie apoyaría a su medio-hermana cuando esta pidió el reconocimiento de paternidad y la compensación económica correspondiente. 

Gabrielle Émilie contra todo pronóstico, logró brillar en casi todo lo que estudió. Entre tutores, frustrantes los asediaría con un sinfín de preguntas, superándolos intelectualmente. A los diez años ya había leído a Cicerón y estudiado matemáticas y metafísica; a los doce hablaba inglés, italiano y alemán, y traducía textos del latín y el griego de autores como Aristóteles y Virgilio. Aprendió esgrima, equitación y gimnasia, ejercicios que se encontraban entre sus objetivos físicos. Estudió  música, y fue actriz y bailarina. Crearía fórmulas matemáticas para ayudar en los sistemas de calificaciones. Estudió a Tasso, a Virgil, a Milton y a otros grandes eruditos de su tiempo.

El 20 de junio de 1725,  Émilie se casó con el marqués Florent-Claude du Chastellet. Ella tenía diecinueve años y él treinta y le daría tres hijos. La familia Du Châtelet no era rica, el matrimonio fue ventajoso para Émilie ya que la elevaba en su posición social y la emparentaba con la nobleza militar. La pareja pasó cierto tiempo en Semur-en-Auxois, y también vivió en París y en otros lugares. El marqués du Châtelet dedicaba bastante tiempo a sus obligaciones en su guarnición, por lo que pasaba largos períodos separado de su esposa. Émilie tuvo tres hijos en su matrimonio: Gabrielle Pauline en 1726, Louis Marie Florent en 1729 y Victor-Esprit en 1733, quien murió a los pocos meses, en el verano de 1734. Después de ello, Emilie, que tenía por entonces veintiocho años, decidió no tener más hijos, aunque pasados los cuarenta años volvería a quedarse embarazada y moriría a consecuencia del parto. 

Sobre la base de su investigación en la ciencia del fuego, en 1737, Gabrielle Émilie publicó un documento titulado "Dissertation sur la naturaleza y la propagation du feu", que predijo lo que hoy es conocido como la radiación infrarroja y la naturaleza de la luz. La memoria sobre el fuego de Émilie constaba de ciento cuarenta páginas y mostraba sus estudios sobre los físicos anteriores. En esta obra aparecían dos importantes ideas obtenidas solo por la reflexión, sin apoyo experimental: la atribución a la luz y al calor de una causa común, y la afirmación de que los rayos de distintos colores no proporcionan el mismo grado de calor. Escribió un libro de divulgación, para su hijo de doce años, Institutions de Physique ("Lecciones de Física") en el que combina la metafísica de Leibniz con las nuevas ideas de Newton, el libro  apareció en 1740, y se presentó como una revisión de nuevas ideas en materia de ciencia y filosofía donde incorporó y trató de conciliar ideas complejas de los principales pensadores de la época. En ella se combinan las teorías de Gottfried Leibniz y las observaciones prácticas de Willem's Gravesande para demostrar que la energía de un objeto en movimiento es proporcional a su masa y al cuadrado de su velocidad (E=mv²), y no directamente proporcional, como anteriormente se habían creído por Newton, Voltaire y otros. La fórmula exacta, más tarde se demostró que es Ek = (1/2) mv², donde Ek es la energía cinética de un objeto, m su masa y v su velocidad. En el año de su muerte, completó los trabajos considerados como su logro excepcional: su traducción al francés, con su propio comentario, de Newton's Principia Mathematica, incluyendo su derivación a partir de sus principios de la mecánica, la noción de conservación de la energía.

La marquesa de Châtelet se labró una reputación de frivolidad debido a sus frecuentes amoríos. Entre sus amantes estuvieron el duque de Richelieu, paradigma del noble libertino en la época, y los matemáticos Maupertuis y Clairaut, ambos además profesores de la marquesa. El más famoso y perdurable amante fue el filósofo, Voltaire, con quien mantuvo una estrecha amistad mucho tiempo. Voltaire y Émilie se habían conocido cuando esta era una niña, ya que el filósofo había visitado ocasionalmente la casa de su familia. Se reencontraron en mayo de 1733, y establecieron rápidamente una fuerte relación. Émilie y Voltaire  asistían en la Borgoña a la boda del duque de Richelieu, cuando escucharon  rumores de una orden de arresto contra Voltaire a causa de sus “cartas inglesas” (después serían publicadas como Cartas filosóficas), editadas sin permiso. Emilie le ofreció refugio en su castillo de Cirey, en el norte, donde podía conservar el anonimato y salir rápidamente de Francia si fuera necesario. El 4 de mayo de 1734, Voltaire se instalaría en Cirey donde permaneció mientras Émilie regresó a París, pero en el verano de 1735 ella se trasladó de nuevo a Cirey, donde permaneció con Voltaire durante varios años, estableciendo una relación segura y duradera. El castillo de Cirey se convirtió entonces en el centro de promoción de la fisica newtoniana en Francia y sería frecuentado por varios de los científicos más importantes del momento. Allí, establecerían contacto permanente con los más importantes matemáticos y físicos de su época y con las academias científicas de Berlín, Escandinavia y Rusia. La pareja acumuló una biblioteca de 21.000 volúmenes, que era el equivalente de una biblioteca universitaria en el siglo XVIII, y que incluía tanto autores antiguos como contemporáneos. Hacia 1736, Emilie du Châtelet y Voltaire, que ya habían estudiado matemáticas y física con el newtoniano Maupertuis años atrás, retomaron estos estudios en Cirey, y sería ella quien entonces comenzaría a traducir del latín los Philosophiae naturalis principia mathematica de Newton para elaborar una versión en francés comentada. En una carta dirigida al Rey Frederick II de Prusia, Voltaire escribió sobre Emilie que era "un gran hombre cuya única culpa es ser mujer". 

La última relación de Émilie la sostuvo con el poeta, Jean François de Saint-Lambert quien llegaría a su vida siendo diez años más joven que ella y daría lugar a un embarazo, que llegó a su término en 1749, pero ella morirá dos días después del nacimiento del niño por una embolia pulmonar o tal vez de fiebre puerperal. Émilie falleció a punto de cumplir los cuarenta y tres años. En su Discurso sobre la felicidad, ella escribiría: “Supongamos, por un momento, que las pasiones hagan a más personas desgraciadas que felices; digo que, aun así, seguirían siendo deseables, porque es la condición sin la cual no se pueden gozar grandes placeres; y no merece la pena vivir si no es para tener sensaciones y sentimientos agradables; y cuanto más vivos son los sentimientos agradables, más felices somos". En honor a tan interesante y destacada física y matemática del siglo XVIII, quien aparece en una pintura de la época con un compás en las manos, se le ha dado su nombre a un asteroide y a un cráter de Venus. 

Maracaibo 19 de mayo del 2017

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