domingo, 29 de noviembre de 2015

Soldados de Salamina



SOLDADOS DE SALAMINA

Hace un par de meses, tuve la suerte de escuchar en el programa radial matutino de César Miguel Rondón, una entrevista con el escritor español Javier Cercas. El autor de Soldados de Salamina,  llegaba a Caracas para promocionar una nueva novela y conversaron sobre su famosa obra, considerada como la gran novela de la Guerra Civil Española, publicada ya hace 14 años y de la cual hay una nueva edición de este año 2015 del Grupo Editorial Penguin Random House, la cual incluye un epílogo con comentarios del autor sobre la misma.

Javier Cercas ha dicho que cuando se publicó Soldados de Salamina la gente no estaba interesada en el tema de la guerra civil. Les parecía algo tan viejo, tan remoto como la batalla de Salamina donde los griegos con Temístocles al frente derrotaron a la flota persa de Jerjes I y acabaron con las pretensiones de invadir Grecia y arrasar con la civilización occidental de aquella época. 

Sobre la novela el director y guionista Javier Trueba realizó una película con algunos cambios argumentales, rodada en 2002 y estrenada en marzo del 2003 en España. El film recibió un Goya el 2004 por la fotografía de  Javier Aguirresarobe y tiene inolvidables escenas como la del soldado bailando bajo la lluvia el paso doble “Suspiros de España”, o la del enfrentamiento del mismo joven soldado con el asustado falangista quien lo mira con sus lentes de cristales como culos de botella. 

La novela es una mezcla de ensayo, crónica e investigación donde el escritor busca la explicación de porqué en un momento, en un instante, durante la guerra, un soldado decide no matar a un enemigo. En enero del año 1939 dos meses antes de que terminase la guerra civil, cerca de la frontera francesa, serán fusilados un grupo de prisioneros franquistas y Rafael Sánchez Mazas fundador de la falange  quien sería luego Ministro de Franco, logra escapar y mientras está oculto en el bosque un soldado republicano lo descubre y al encañonarlo, le perdona la vida.

Cercas afirma que en las novelas no deben existir respuestas claras sino preguntas contundentes y esas son como un punto ciego. ¿Don Quijote estaba loco? ¿Qué buscaba Ahab al perseguir a Moby Dick? ¿De qué se le acusa realmente a K en El Proceso? Las respuestas las debe soñar el lector. Por ello Cercas en su novela pone en boca de Bolaños su precisa opinión de que “hay que ser un redomado embustero para ser un buen novelista”. 

En el epílogo de la edición 2015 de Soldados de Salamina, Javier Cercas insiste en que hay tantas lecturas de una obra como lectores existan de la misma, de manera que cada lector crea su propia obra. Por ello hay quienes han tratado de verla como una apología del franquismo al relatar la vida del falangista, escritor y poeta cortesano, o viejo libertino, sin atenderle quizás al hallazgo de Miralles y el abrazo solidario, fraternal y conmovedor, llorando “igual que lo hacían los viejos guerreros homéricos, igual que lo hubiera hecho un soldado de Salamina”, que nos recuerda que todavía no estarán muertos los hombres mientras nos acordemos de ellos.

Jorge García Tamayo

Maracaibo 29 de noviembre del 2015

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