Sobre novelas y notas de pie de páginas
Se supone que «Las notas de pie de
página sirven para la mejor comprensión del texto. Se llama pie de página
porque las notas se colocan en la parte inferior, ya que si se colocaran en el texto, implicaría confusión
para el lector». Cuando se trata de
traducciones, algunos opinan que poner notas de pie de páginas representa un
fracaso del traductor. Otros consideran que usarlas en las llamadas «novelas
históricas» viene a ser casi una necesidad. El rechazo de las mismas en las
novelas es un concepto general que tiene explicaciones sencillas y de una
cierta lógica.
En este caso, esta «Edición Especial» de
«Escribir en La Habana»
tiene 812 notas al pie de página. Los temas que se abordan en esta novela van
desde la literatura al cine, de la música y las canciones, hasta la santería y
la política, bajo la mirada de quien analiza el conocido fenómeno de la
revolución cubana, para el año 1989.
Para no cansar al lector con detalles
que puedan sonar como excusas, o aclaratorias, señalaré un solo ejemplo: si
examinamos las notas a pie de página, tan solo de la No 1 a la No 85 (seleccionamos tan solo
esta muestra arbitrariamente, para usarla como ejemplo). Si decidimos escoger
un solo tema, como puede ser : la música. Hallaremos en el texto y citados en
los pie de páginas, 35 fragmentos de canciones, usualmente boleros que se
encuentran intertextualizados, por lo que no es de esperar que sean detectables
como retazos de composiciones musicales. Si examinamos los nombres de músicos,
cantantes o cantautores, o de conjuntos musicales entre los primeros 85 pie de páginas,
encontraremos a 10 personas citadas, pero si examinamos el mismo renglón en los
breves textos al pie de las páginas, hallaremos 42 personas o agrupaciones
musicales citadas y 48 títulos de piezas musicales de diversos estilos.
Si este ejercicio se realiza con todo el
texto, es comprensible que exista mucho más de un centenar de personajes, canciones,
y referencias musicales, usualmente asociadas con el Caribe, y ellas estarán
inmersas en el texto de la novela, pero seguramente pasarán absolutamente
desapercibidas para el lector. Si vamos más allá y el ejercicio lo repetimos
con algunos temas como pueden ser, la literatura, las obras literarias y sus
autores, el cine y sus artistas hombres y mujeres, directores de cine, la
música de las películas, la santería y el sincretismo religioso, la política y
algunos otros aspectos menores, el resultado puede llegar a ser sorprendente.
El resultado de este experimento que constituye la tercera edición de esta
novela, con pie de páginas ( Edición Especial de Escribir en La Habana), confío en que
lejos de distraer la atención de los lectores, enriquezca la emoción de vivir
la trama a través de hendijas o espacios que se acerquen a la corriente de
pensamiento del autor. Al final he de parafrasear a una joven personaje de esta
misma novela quien casi al final de la misma dice un par de frases: «la
literatura no se ha hecho para leerla sino para releerla» y «lo que cada uno
encuentre en los libros depende más del lector que del autor, sobretodo
del lector que sea capaz de releer».
Nota del Autor
Escrito al inicio de la 3ra edición de "Escribir en La Habana"
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