jueves, 7 de febrero de 2013

Retazos del diario de Ruth



RETAZOS de "el diario de Ruth" en la novela 
"El año de la lepra"
Editorial elotro@elmismo, 2012

16 de noviembre,1991 : Mamita despertó en la noche quejándose. Yo la sentí desde mi cuarto y me levanté. Papaíto estaba allí a su lado y la cama era un desastre. Mamita había vomitado y las sábanas y el cobertor estaban manchadas de rojo, pensé en las fresas y las moras, no quería creer que era sangre. Ella estaba muy pálida y se quejaba como si tuviera mucho dolor. Papá me pidió que saliera y me llevé la ropa y fui a la cocina y la puse en la lavadora. Era ya de madrugada y Papaíto llamó al doctor Durán. Yo regresé con Brinolfo al cuarto, donde mamita se quejaba llorando con mucho dolor. El doctor dio instrucciones por el teléfono, pero no vino. Le dijo a papá que la vería hoy en su consultorio, al mediodía. Papá se quejaba de que ya no es como antes que los doctores iban a las casas a ver a los enfermos. Yo regresé con Brinolfo a la cocina, y esperamos que la lavadora terminara su ciclo, después pusimos a secar la ropa de cama y nos echamos a llorar. No me gusta ver a Brino así. ¡Él siempre es tan alegre!, pero era que al recordar a mamita y cuanto parecía dolerle, se encogía del dolor la pobre, nosotros no podíamos hacer otra cosas que llorar y esperar. Cuando papá salió del cuarto ya la ropa se había secado y ya no llorábamos más. Papaíto nos dijo que nos fuéramos a dormir porque le había dado a mamita un calmante y ella se había tranquilizado y estaba dormida. Yo pensé en muchas cosas y me dio mucha lástima ver a papaíto tan triste, y tan agobiado, lo noté envejecido y muy lloroso. Recen mucho. Eso fue lo que nos dijo. Rubén no se despertó y convencí a Brino que no le dijéramos nada hasta el otro día. Él está presentando exámenes esta semana y estudió hasta tarde. Hablamos Brino y yo bastante, con mucho miedo. Puede ser que el cáncer quiera aparecer otra vez y eso me aterra. Hoy mismo, ya de día, cuando mamita y papaíto ya salieron para donde el médico y estoy sola en la casa, tengo tanto temor que solo me atrevo a venir a conversar contigo diario querido, para contarte estas cosas terribles que nos están sucediendo. 
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22 de diciembre, 1991: Querido diario, escribo hoy más tranquila porque siento que ya mamita está mejor. Los exámenes dicen que no ha vuelto a aparecer el cáncer y yo no ceso de darle gracias a Diosito porque el milagro sé que se va a dar. Además estamos en unos días especiales, ya está aquí la Navidad. Toda la familia se reúne y hacemos hallacas y cenaremos juntos todos. Bueno mi diario querido, te cuento ahora sobre Brinolfo y sus estudios de Veterinaria en la universidad. A él siempre le gustaron los animales, y cuando nos sentamos a conversar siempre me cuenta montones de cosas interesantes sobre la anatomía, las vacas, la leche y las cosas que le ocurren a sus compañeros, y tiene montones de historias sobre algunos profesores que son más locos que las cabras y unos de esos cuentos son para morirse de la risa. Yo a veces pienso que eso del cariño de Brino por los animales es como una herencia por parte de mamá, digo, mamita nació y su familia vivía en el campo, en haciendas, con vacas y demás. Ahora ya eso todo se acabó. Por eso será que Brino dice que su hermanita, que soy yo, y él, somos como unos canarios, animalitos que vuelan dice él, y deberíamos dedicarnos más bien a cantar. Jajaja!
23 de diciembre, 1991: Ahora si que voy a escribir sobre Brino y sobre la música. A mí desde siempre me ha encantado cantar, ya te lo he contado y tú lo sabes bien mi diario querido. Cantar es algo que está por dentro de mí.  Mi hermano, cuando quiere y siempre que podemos, canta conmigo. Creo que él es quién desde pequeñita, iba a decir desde chiquita, pero parece que me voy a quedar chiquita, como mamá, ambas somos menudas, ya tu sabes esa mortificación interna mía querido diario, a veces quisiera crecer un poco más y aunque somos mamita y yo menudas, no es Menudo lo que más me gusta, mas bien me agrada Karina y canto como ella esto de, “se como duele comprender, como duele sonreír, me duele tanto sonreír y nada puedes hacer” y yo lo canto imitándola, como si tuviera un micrófono en la mano, jajaja. A Brino, le encanta Guaco, pero él me acompaña, por que él se las sabe todas, toditicas, las de Franco de Vita, las de Jordano, ah la Perla negra, y algunas de Frank Quintero, pero lo cumbre, para mí es oír a Brino imitar a Santiago: “Lluvia tus besos fríos como la lluvia” y yo le echo mucha broma porque no sé como es que él no tiene todavía una novia, bueno, dice él que no tiene, y yo le digo, pero mijito si estáis como una cocaíta, si sois un bomboncito, y él que se explota de la risa, porque él, al sentirse así medio cuestionado, se enseria y dice, dizque él que solo tiene en su cabeza una cosa, y eso es, estudiar, jajaja. Bueno, si lo hace. Estudia. Lo hacen, él y sus amigos, pero yo digo que es solo cuando están apurados, con Sergio en la casa madrugan y beben café, se puñalean que da gusto, eso es lo que hacen cuando hay exámenes, pero después arrancan con la parrandita y ¡dígame en estos tiempos!, lo que es en noviembre y diciembre son pura gaita. Cuando termine la temporada gaitera tendrán que volver a los libros, a estudiar, eso les digo yo...

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