miércoles, 10 de septiembre de 2025

La bacteria carnívora

 


Muchos tipos diferentes de bacterias pueden causar infecciones, pero una forma de infección necrosante de tejidos blandos muy grave y generalmente mortal es la causada por la bacteria Streptococcus pyogenes, por lo que algunas veces se ha denominado la " bacteria carnívora ": es el estreptococo.

 

La infección necrotizante de los tejidos blandos aparece cuando las bacterias entran al cuerpo, generalmente a través de una herida menor o raspadura. Las bacterias comienzan a multiplicarse y a liberar sustancias toxinas que destruyen los tejidos y afectan el flujo sanguíneo en la zona. Con la bacteria carnívora, el estreptococo también produce químicos que bloquean la capacidad del cuerpo para atacar a este organismo y en la medida que el tejido muere, las bacterias ingresan a la sangre y se diseminan rápidamente por todo el cuerpo. Este es un tipo de infección bacteriana afortunadamente es poco frecuente, pero es muy grave ya que la infección puede destruir los músculos, la piel y el tejido subyacente. La palabra necrosante o necrotizante se refiere a algo que ocasiona la muerte del tejido corporal.

Algunas infecciones necrosantes de la piel se extienden profundamente a lo largo de la superficie del tejido conjuntivo que cubre el músculo; esta es la denominada fascia, por lo que se las conoce como fascitis necrosante. Otras infecciones necrosantes de la piel se extienden en las capas externas de la piel y se denominan celulitis necrosante. Pueden causarlas diferentes tipos de bacterias, como los Streptococcus y Clostridia, aunque en muchos casos la infección se debe a una combinación de varias.

La fascitis necrosante, también llamada fascitis necrotizante, es una infección aguda que se extiende por el tejido celular subcutáneo y la fascia, produciendo una rápida necrosis tisular, con grave afección del estado general. El conocimiento sobre la fascitis necrosante ha ido variando durante la historia, desde su descubrimiento hasta la actualidad. Había sido descrita en la antigüedad con otros nombres, pero la similitud de los síntomas descritos con la ya conocida fascitis, demuestran que se trataba de fascitis necrosantey tenemos referencias de la misma desde los tiempos de de HipócratesGaleno y Avicena.

En el siglo XVIII fue denominada “úlcera maligna” y no sería sino hasta el año 1820 cuando el cirujano militar Joseph Jones dio detalles acerca de esta afección, a la que llamaría “la gangrena de hospital”. Durante los años siguientes, la fascitis necrosante fue conocida y temida en los hospitales de guerra, mientras que en hospitales civiles era difícil de encontrar. Hasta el siglo XX se la siguió llamando “Gangrena de hospital”, o en su defecto, “Fagedeno”.

En 1883, Fournier publicaría su trabajo sobre la gangrena del periné y de los genitales, siendo esta una variante de fascitis necrosante que sería denominada “gangrena de Fournier” incluso hasta en la actualidad le dan ese nombre. Durante el siglo XX esta infeccion fue llamada de varias maneras, entre ellas “erisipela necrosante” y “Gangrena estreptocócica aguda hemolítica”. En el año 1952 se llegó a la actual denominación de fascitis necrotizante acuñada por B. Wilson. Ese nuevo término incluía ya los dos tipos de fascitis necrosante.

La mortalidad global de la fascitis necrosante oscila entre el 20 y el 47%. Entre los pacientes con fascitis necrosante del tipo I o II en quienes el diagnóstico se lleva a cabo dentro de los 4 días desde la aparición de los síntomas iniciales, la mortalidad se reduce al 12%. La presencia de toxicidad sistémica debe alertar al médico de que no se trata de una celulitis simple.

En realidad, el término fascitis necrosante engloba dos entidades bacteriológicas: En la tipo I, se aísla por lo menos una especie anaerobia (habitualmente Bacteroides o Peptostreptococcus) en combinación con una o más especies anaerobias facultativas, tales como estreptococos no pertenecientes al Grupo A (este es el caso de la fascitis necrosante de tipo II, como se explica más adelante) y miembros de enterobacterias (por ejemplo Echerichia coli, Enterobacter, Klebsiella, Proteus).

Un aerobio obligado, como la batería denominada Pseudomonas aeruginosa, rara vez es componente de tal infección mixta. Los casos en los que solo están presentes anaerobios parecen infrecuentes. En la entidad tipo II, es la correspondiente a la gangrena estreptocócica hemolítica, donde se aíslan estreptococos del grupo A ( denominado también Streptococcus pyogenes) en solitario o en combinación con otras especies, más habitualmente Staphylococcus aureus.

La gangrena estreptocócica hemolítica se produce por traumatismos leves, heridas punzantes o cirugía, especialmente en el contexto de diabetes y vasculopatía periférica, aunque la cirrosis y el tratamiento corticosteroideo también han sido factores predisponentes. La fascitis necrosante está presente en aproximadamente la mitad de los casos del síndrome de shock tóxico estreptocócico.

Clínicamente, estos suelen ser procesos agudos, pero en raras ocasiones sigue un curso subagudo progresivo. La fascitis necrosante puede afectar a cualquier parte del cuerpo, pero es más frecuente en extremidades, especialmente en las piernas. Otros lugares de predilección son la pared abdominal, las áreas perianal e inguinales y las heridas posquirúrgicas. La puerta de entrada suele ser una zona de traumatismo (laceración, abrasión, quemaduras, picaduras de insectos), una laparotomía llevada a cabo en presencia de contaminación peritoneal (traumatismo abdominal penetrante o perforación de una víscera) u otro procedimiento quirúrgico, un absceso perirrectal, úlcera de decúbito o una perforación intestinal. Algunos casos especiales en los que se puede desarrollar una fascitis necrosante se encuentran la diabetes mellitus, el alcoholismo y el abuso de drogas intravenosas.

El área afectada está inicialmente eritematosa, inflamada, sin bordes definidos, caliente, brillante, muy sensibilizada y dolorosa. A lo largo de varios días, hay cambios de color cutáneo de rojo violáceo a manchas gris-azuladas y de 3 a 5 días después se pueden ver roturas cutáneas con ampollas y gangrena cutánea franca. El área afectada ha quedado anestesiada debido a la trombosis de pequeños vasos sanguíneos y a la destrucción de los nervios superficiales localizados en el tejido subcutáneo necrótico afectado. La anestesia puede suceder antes de la necrosis cutánea, en cuyo caso puede ser una pista de que el proceso cutáneo no es una celulitis simple. La inflamación pronunciada y el edema pueden ocasionar una mionecrosis extensa como complicación y puede verse gas subcutáneo en la forma polimicrobiana de la fascitis necrosante, especialmente en pacientes con diabetes mellitus.

En las pruebas de laboratorio suele haber leucocitosis y en los frotis con tinción de Gram del exudado revelan generalmente una combinación de microorganismos o, en el caso de la gangrena estreptocócica, cadenas de cocos grampositivos.

El tratamiento para la fascitis necrosante y la gangrena gaseosa es la extirpación quirúrgica del tejido muerto, además de la administración de antibióticos por vía intravenosa. A menudo debe extirparse gran cantidad de piel, tejido y músculo, y en algunos casos incluso es necesario amputar el brazo o la pierna afectados.Las personas afectadas pueden necesitar grandes volúmenes de líquidos intravenosos antes y después de la cirugía.

Resumido para lapesteloca en Maracaibo, el miércoles 10 de septiembre del año 2025

 

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