Milton Quero
Arévalo (Coro, 1959)
es un actor, narrador y poeta, egresado de la Universidad del Zulia Licenciado
en Letras (2003) y Licenciado en Educación (2009), quien cursó estudios de Arte
en la Universidad Central de Venezuela (1983-1987). Milton, además, es egresado
de la Escuela de Teatro “Porfirio Rodríguez” (1982) y del Taller de Dramaturgia
del Celarg (1990-1991).
En una oportunidad, hace ya varios años, reunidos con Víctor Bravo, nos
conocimos personalmente. Ya en ese entonces yo había leído y disfrutado de su
novela Corrector de estilo y creo
recordar que le comenté que conocía a su hermana Mijaira, mi colega quien es
también anatomopatóloga. Por un “chat” de patólogos, nos saludamos a menudo…
Actualmente, Milton es profesor
de la Facultad Experimental de Artes de la Universidad del Zulia. Fue actor
invitado de La Sociedad Dramática de Maracaibo, y en Caracas trabajo en calidad
de actor con Levy Rossell, Gilberto Pinto, Ugo Ulive, Eduardo Gil y Horacio
Peterson. En cine estuvo a las órdenes de Jacobo Penzo en el largometraje
Borrador.
Milton Quero ha
obtenido importantes premios literarios, entre ellos: Ganador del Premio de
Novela “Adriano González León” organizado por el grupo editorial Norma y el PEN
de Venezuela (2005). Ganador del Certamen Mayor de las Artes y las Letras
(CONAC) “Cada Día un Libro” (2004). Primer Premio Bienal de Literatura “Eduardo
Sifontes” género: narrativa. Primer Premio de la Bienal “Antonio Arráiz” en el
género narrativa y Accésit en poesía. Mención de Honor del Premio de poesía de
Fundarte, Caracas (2002) y Mención de Honor en el género poesía Concurso
Literario de la Universidad del Zulia (2001). Recientemente obtuvo Mención de
Honor en el Concurso de Cuentos de Sacven con el cuento Hombres de salón. Colaborador de las revistas digitales País
Portátil, Qué Leo y Ficción Breve.
Para hablar de su novela Corrector de estilo, del Grupo editorial Norma; recordaremos que el jurado evaluador al referirse a su obra dictaminó: "El autor exhibe un oficio narrativo que se sustenta en un punto de impostación en el tono que le confiere una vigorosa ironía. Reconstruye el espacio urbano en forma inteligente y crítica, y demuestra un conocimiento del alma humana que se expresan en personajes que a su edad lo han vivido todo, menos el amor."
Ya en 2016 en este
blog lapesteloca, conversé sobre la
novela de Milton, a la par que sobre la novela “Las puertas ocultas” de
José Napoleón Oropeza quien falleciera recientemente este año 2024 y quien en
el Ateneo de Valencia me había personalmente otorgado la distinción del premio
en Narrativa de la Bienal José Rafael Pocaterra del año 1994 por mi novela
ganadora Escribir en La Habana.
Las bondades del estilo de Milton Quero Arévalo pueden ser
captadas por cualquier lector y particularmente en este ámbito local, donde
consagrados novelistas todavía vivos, hay pocos. Destaco este punto a riesgo de
parecer pedante porque no es lo mismo llegar a
publicar un libro y creer sentirse escritor, y en particular “novelista”, pues
no existe entre nosotros trayectoria seria con “pares” representativos en la
novelística zuliana. En particular el oficio de escritor de novelas en la
región zuliana a menudo se menciona, pero se ocultan realidades por peculiares
motivos usualmente de carácter personalista…
La calidad de la novela de Milton es más
que evidente y como una muestra de ello, José Napoleón Oropeza ya poéticamente opinó, que aquella
novela de Quero Arévalo tenía el encanto de un relámpago en el deslumbrante sol
de Maracaibo. Al hablar sobre la
fascinación de su luz, o de los colores que se alternan con el de las viejas
casas de El Saladillo y Santa Lucía, pero, sobre todo, le llamó la atención por
la música del habla de su gente, “alma
bullente, bulliciosa y candente”. Oropeza diría, “si “Tierra del Sol
Amada”, de José Rafael Pocaterra nos atrapa, en “Corrector
de Estilo” nos seduce por la jerga maracucha de un habla y un argot de la
estética del alma marabina de picardía y fino humor”.
Sobre Geografia Urbana (Maracaibo, UNICA -2004),
de Milton Quero Arévalo, Miguel Ángel Campos en Gestos cercanos (Revista de Artes y Humanidades UNICA I
Enero-abril 2005), diría: “la lectura de
este libro nos deja la sensación de la mesura, lo bien cercado y cedido puesto
a distancia. Ante las tentaciones se vuelve constante a la duda, no se da a los
juegos previstos y cuando el catálogo parece agobiar se acude, a una manera de
brevedad, el propio mutismo de la granítica, la expresión neutra. No basta
decir que es una visión personal, eso puede ser válido siempre que un autor de
con un acento. Es, sobre todo, una escritura eficaz, sostenida por las demandas
de su propia elocuencia, lo oral retumba en ella, pero no la coloniza”.
Sobre los cuentos
de Milton Quero, tan solo me referiré a “Autopsia del deseo”
un cuento con un ritmo interesante que logra efectos por su combinación de
aspectos médicos y de la técnica de autopsias, muy certeros, con el Concierto
de Brandemburgo en tres partes, Adaggio, Allegro y Minueto, mientras se mezclan
los detalles de la autopsia con el recuerdo de Aquiles ante Patroclo muerto y
con citas de Bonifacio VIII (de sepulturis) o del año 1302, o sobre Bartolomé
de Varignana, quien realizó la autopsia de un tal Azzolino que quizás había muerto
envenenado, o en Don Carlos de Sigüenza y Góngora… En fin, a mí personalmente
(como patólogo colega de su hermana Mijaira) me gustó mucho el desarrollo de
este cuento de una autopsia, donde alterna la barriada maracaibera, con el
libro de poemas del difunto “Pitufo” y demás detalles muy bien logrados. Las
conclusiones algo confusas entre la música y la poesía se transforman en un
relato digno de una especial atención.
Recientemente en
el Papel Literarrio de El Nacional,
Milton Quero Arévalo ha aparecido con un trabajo premiado de 1963 “Animales feroces” sobre la obra del dramaturgo, traductor, ensayista y narrador venezolano; Premio Nacional de Teatro en 1979, Isaac
Chocrón Serfaty (1930–2011).
Maracaibo, sábado 7 de diciembre del año 2024
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