domingo, 24 de marzo de 2013

Tres venezolanos escritores guerreros




         TRES    VENEZOLANOS    ESCRITORES    GUERREROS
RESUMEN HISTÓRICO
Jorge García Tamayo


RAFAEL NOGALES MENDEZ

Rafael de Nogales nació en el Tachira el 14 de Octubre de 1879.Su familia era de origen Vasco, su abuelo, el Coronel Pedro de Inchauspe, habia cambiado su apellido durante la Guerra de la Inpendencia a Nogales, traduciendolo al Castellano.  

En 1898 a los 18 años, estaba junto a los españoles peleando en Cuba contra la invasión estadounidense, donde participo como Teniente Segundo, en la Campaña de Cuba y tras la derrota del 98, regresó a Venezuela. En 1902 participó en la llamada Revolución Libertadora contra el gobierno de Cipriano Castro. Deberá salir del país y se irá a Europa, luego irá a Agfanistan y a Beluchistan como explorador y comerciante. En Nevada, se hizo rico, para encontrarse en Port Arthur en plena guerra Ruso-Japonesa en 1904 participa en la guerra, como espía a favor del Japón.  La caída del régimen del General Castro en Venezuela se le permitió regresar a su país, y lo hace en 1908, tras el golpe de estado de Juan Vicente Gómez. No obstante, volvió a exiliarse a causa de su enemistad con el General Gómez. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial,  se ofreció para servir en el Ejercito Belga, pero no lo admitieron por su condición de extranjero, y en el de Montenegro, Serbio y Ruso, con igual resultado. Encontrándose en Sofía haciendo las mismas gestiones ante el Ejercito Búlgaro le presentaron al Embajador Turco, Fetty Bey y Nogales ingresó en el Ejercito Turco en Abril de 1915 con el grado de ¨Bimbasi¨ Comandante, del Cuerpo de Estado Mayor. Sería destinado al Estado Mayor III Ejército en el Frente del Caucaso, con sede en Ezerzerum al mando del General Mahmund-Kimail Pacha. En abril de 1915, durante los días más críticos de la Batalla de Van, a los 37 años Rafael de Nogales Méndez cruzó el Lago Van desde Adilcevaz hasta Edremit para unirse a las fuerzas turcas que se encontraban atrincheradas en el castillo de Van, y comandadas por Cevdet Baskale antes de que su arsenal cayera ante el avance de las columnas de cosacos y rusos. Más tarde, a mediados de los años 20, Nogales escribió un libro titulado "Cuatro años bajo la Media Luna" sobre sus años de servicio en el Imperio Otomano.  Nogales, tras participar y dirigir el sitio de la ciudad de Van, en Armenia, protesta y termina asqueado de las matanzas que ve y solicita ser relevado. Se había alistado como oficial del Ejercito Otomano para participar en una guerra honorable y no para ver como aplicaban la consigna dada por el Ministro de la Guerra Enver Pacha a sus Tropas, “quema, roba, y mata”, contra las minorías cristianas de Armenia.  Tras esto lo trasladarán a Siria, a la ciudad de Alepo, donde ejerce como Inspector de los Servicios de Transporte del Ejército. Luego será destinado a Bagdad, a las ordenes del General Von der Golz, al mando de una Fuerza de Caballeria.  En Enero de 1917 es destinado al frente de Palestina, al 12 Regimiento de Infantería con guarnición en Belén y luego pasará la Zona de Gaza. Participó en dos de las tres batallas por Gaza con la 3ra División de Caballería y realizaría una incursión contra las fuerzas aliadas en el Sinaí. Fue Gobernador Militar de la costa de Palestina. Gracias a su amistad con el Ayudante de Campo del nuevo Sultán, sería nombrado segundo Comandante del Regimiento de Lanceros de Constantinopla.  En Abril de 1919, tras el armisticio y la derrota de Turquia, pidió la baja en el Ejercito Turco con el grado de Coronel de Estado Mayor, y abandonará el país con rumbo a España.
En 1919, en la época de la fiebre del oro, sólo por curiosidad va a Alaska, a descansar luego de sus aventuras en China. Luego sería vaquero en Arizona, época esa cuando se hacía llamar “Nevada Méndez”, fue también pescador de ballenas con los esquimales, y en sus memorias cuenta sus aventuras en todos estos países, haciendo un pormenorizado recuento de sus amigos, relaciones, actividades, costumbres. Más tarde vivirá en México en plena Revolución Mexicana. Al final de ésta estuvo al lado de Madero. También fue amigo y colaborador de Augusto César Sandino, y publicó un libro llamado “El saqueo a Nicaragua”. En los entretiempos planificaba acciones contra Gómez. A la muerte de éste regresará a Venezuela donde López Contreras, que aparentemente desconfiaba de él porque Nogales siempre estaba en la oposición contra todos los gobiernos, le concedió un puesto de jefe de aduana en Las Piedras, en el Estado Falcón, donde un año después, muy molesto con el trato recibido, olvidadas sus aventuras y desilusionado con el nuevo régimen, Nogales Méndez renunciará y se radicará en Panamá, donde morirá de pulmonía después de una operación en 1937.

……………………………………………………………………………………………………………………………

ISMAEL URDANETA
Ismael Emilio Urdaneta Paz,  poeta, periodista, cronista, narrador, y soldado legionario, nació el 4 de marzo de 1885, en Moporo, Estado Trujillo. El puerto de Moporo existía como parte de un despojo territorial hecho al Estado Zulia, por orden de José Tadeo Monagas, para separar las Parroquias de la Ceiba y la Ceibita del Cantón de Gibraltar y  así fue como ese puerto fue anexado al Cantón de Escuque en la Provincia de Trujillo.

Su padre  Don Arístides Urdaneta Leal, era natural de La Cañada de Urdaneta y su madre Doña Altagracia Paz, era oriunda de Los Puertos de Altagracia, donde lo bautizarán y donde vivirá su infancia y hasta 1895, cuando su familia decide residenciarse en Maracaibo, y vivirán frente a La Beneficencia, hoy Hospital Dr Urquinaona. En esta ciudad Ismael realizará sus estudios de secundaria, y vivirá con sus diez hermanos, su madre y su padre quien trabajaba en una oficina, como Jefe del Aseo Urbano de la ciudad.
En  1905,  Ismael publicó   su   primer   poema   en   el   periódico vespertino  El Ciudadano,  fundado  en 1903, por Marcial Hernández. En 1906, Ismael, con el joven Jorge Schmidke, será asesor de Nuevos Ideales revista literaria donde aparecían el poeta colombiano Pedro Barrios Bosch, Carlos Rincón Nebott, Eliseo López y Alejandro Fuenmayor Morillo, todos zulianos quienes serían perseguidos al llegar Juan Vicente Gómez al poder. En 1908, el poeta fundó en Maracaibo la revista Elitros, dirigida Carlos Medina Chirinos, quien dirigía el Archivo Histórico del Estado Zulia, y destacó la tesis de la fundación de Maracaibo por Ambrosio Alfinger en 1529.  Fundó también Ismael, la revista Proshelios, dirigida por José Antonio Butrón Olivares, periodista perteneciente al grupo literario Los Mechudos. En 1908, editará  en Maracaibo, Laureles y Rosas, en honor al General Jorge Antonio Bello y conmemorando el quinto aniversario de la defensa ante el bloqueo de las potencias extranjeras a la entrada del Lago de Maracaibo. También publica su primer poemario Corazón Romántico donde se percibe la influencia del criollismo de Udón Pérez. En 1910, el crítico literario y poeta zuliano Jesús María Semprum Pulgar, lo encontró en Caracas, en una pensión componiendo el poema Los Libertadores, con el cual ganaría el primer premio del certamen literario de prosa y verso promovido por la Gobernación del Distrito Federal con motivo del Centenario del 19 de Abril de 1810, que se publicará  en el Cojo Ilustrado el 15 de Abril de 1910. Ismael Urdaneta a finales de 1910 iniciará su periplo de inquietudes  intelectuales y de búsqueda de horizontes, que lo llevarán a Barbados, al Brasil, la Argentina y Uruguay, en una primera larga y fecunda aventura periodística. En Buenos Aires publicará en 1911 su segundo poemario Siembra y Vendimia, alejándose del Romanticismo y acercándose cada vez más al Modernismo, influenciado el cubano José Martí, del nicaragüense Rubén Darío, de los mexicanos Amado Nervo y Salvador Díaz Mirón, y del argentino Leopoldo Lugones.
A finales de  1912 viajará a España como corresponsal del Diario del Plata, y allí escribirá reportajes, colaborará con diarios españoles y escribirá el poemario Jardín Solariego. En 1913 está en en París, donde compartirá con los venezolanos Carracciolo Parra Pérez, Diego Carbonell, el médico Jorge Dacovich, el pintor Carlos Otero, el poeta Dr. José Tadeo Arreaza Calatrava, con Ramón Vallenilla, y con otros personajes venezolanos para la época residentes en París. En abril de 1914, desatada la Primera Guerra Mundial, el poeta decidirá alistarse en La Legión Extranjera de Francia, y luchará con el Primer Regimiento Extranjero en Bel-Abbés, y después, en la Península de Gallípoli en Turquía donde en 1915 será herido en combate. Posteriormente luchará en la Batalla de los Dardanelos, luego pasará a Orán en Argelia, y a Bizerta en Túnez, África Septentrional. En 1916, será nuevamente herido combatiendo en Francia durante la Batalla de Verdún contra la invasión alemana. También combatió en Egipto, Servia y Ucrania, con el Cuerpo de Expedicionario de Oriente en los frentes orientales y soviéticos.  Durante cinco años, vivió el horror de la guerra, herido en dos oportunidades, en la Cruz Roja de Niza le amputarán parte del pie izquierdo, por gangrena provocada en las trincheras de Verdún. Recibiría La Medalla Interaliada, La Cruz de Hierro, Medalla de Verdún, el Distintivo de Herida y el Cordón de Honor al Mérito de La Legión Extranjera,  y una distinción del coronel Geay, jefe del Regimiento en 1918. El final de la Primera Guerra Mundial,  encuentra al poeta, en  Argelia y se casará con Teresa Pascott a quien conoció durante su permanencia en el hospital  de La Costa Azul, y con quien tendrá dos hijos, Emiliana y Alexis Arístides, quienes vivirán con su madre en Sidi Bel-Abbés, Argelia.
El 17 de agosto de 1921 Ismael regresará a Venezuela  y en Maracaibo se le recibió el 29 de septiembre con un acto en el Teatro Baralt, en primera fila estaba el Presidente del Estado Zulia, General Vicencio Pérez Soto, se escucharía a la Banda Bolívar dirigida por el maestro Martucci y sería presentado por el escritor Elías Sánchez Rubio. El 12 de noviembre de ese mismo año, se le  recibirá en el Teatro Nacional de Caracas. Casi inválido y enfermo, será pronto abandonado en su misma tierra, sin ayuda alguna por lo que decidirá  regresar a Europa pero deberá hacerlo como un inválido héroe de la guerra: Volverá a ver a su esposa e hijos. En 1927,  empeora gravemente enfermo de tabes dorsal y siente que debe regresar a su tierra, pero no logrará convencer a su familia para que vengan a vivir con él a Venezuela. Ya en Maracaibo publicará en 1927 en El Tocuyo, el poemario Cantos de gloria y de martirio, escrito durante los años 1915 y 1916 y colmado de versos dramáticos, con una voz modernista con asomos vanguardistas, sobre los horrores de la guerra y de los padecimientos del guerrero. Ismael Urdaneta, condenado a una silla de ruedas y a una cama, con una parálisis progresiva y dolorosa y heridas que no cierran en su pierna, es abandonado en su tierra maracaibera, a pesar de tantos supuestos amigos venezolanos conocidos de España y París, con altos cargos de la dictadura gomecista. Así, padeciendo la nostalgia de su familia en Argelia, con dolor y desesperanza en el alma, “el poeta legionario” como lo llamó Elías Sánchez Rubio, padecerá un martirio en la soledad de su confinamiento, en su cuarto maracaibero, hasta que el día sábado 29 de septiembre de 1928, a los cuarenta y tres años, se suicidará de un disparo. Reposan sus restos en el más antiguo de los cementerios de Maracaibo, El Cuadrado.

……………………………………………………………………………………………………………………………………….

FERNANDO CARLOS TAMAYO

Fernando Carlos Tamayo fue uno de los poetas líricos más firmes y expresivos del Táchira. Hijo primogénito de Don Lorenzo Tamayo de la Madriz y de Doña Albina García de Tamayo, Fernando, nació en Valencia el año 1890 y antes de cumplir el año se trasladó con sus padres a San Cristobal. 
Fernando fue el mayor de una familia de nueve hermanos, la menor, Amelia conocida cariñosamente como Maruja, fue mi madre. Fernando era el mayor de una familia de poetas. Su hermano Francisco, y sus hermanas Josefina y Amalia compartían desde muy jóvenes la pasión por la literatura, escribían y publicaban sus poemas en revistas literarias y en las páginas culturales de los periódicos del Táchira. El con sus hermanos poetas, aparecen en el libro de Antonio Arellano Moreno, “Poetas y versificadores Tachirenses” publicado en 1979 por la Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses dirigida por el Dr. Ramón J. Velasquez.  Fue en la revista literaria “La Idea” donde Fernando dio a la luz pública su primer poema titulado “Parábola”, reproducida en 1908 en diversas publicaciones de los círculos literarios de Caracas, Maracaibo y de Quito. Fernando Tamayo formó parte de un grupo de jóvenes tachirenses, inquietos y talentosos, muchos de ellos agrupados en torno a la revista “Bloques”, escritores de poemas y de ensayos quienes mantenían viva la actividad cultural en la San Cristobal de comienzos de siglo. En aquellos duros días, en una Venezuela rural, acogotada por guerras y dificultades económicas, Fernando Tamayo, con José Abel Montilla, Ramón Leonidas Torres, Eduado López Vivas, y su hermano Francisco Tamayo, comenzaban a descollar en la actividad literaria del Estado Táchira y del país nacional. La vida de Fernando, habría de cambiar radicalmente en su adolescencia. Su padre, Don Lorenzo Tamayo, quiso ofrecerle al joven poeta un destino diferente al que parecía esperarle en su país. Venezuela había padecido la tragedia de las guerras de la Independencia y de la Federación, y venía de sufrir  por las contiendas de los caudillos, empobrecida por deudas externas e internas  provocadas por los pésimos gobiernos de turno. Se vivían los últimos años del régimen de Cipriano Castro y alboreaba la larga dictadura gomecista. Las circunstancias de ser Don Lorenzo amigo del Cónsul de Venezuela en Nueva York, Don Pedro Rafael Cárdenas, o quizás Rincones, hizo gestiones y con los buenos oficios del Cónsul amigo, le otorgaron una beca al joven Fernando para cursar estudios en los Estados Unidos. En el año de 1907 tenía Fernando 17 años y la posibilidad de abandonar el suelo nativo agitaría sin duda su corazón de soñador y poeta, él seguramente sopesaría la idea, dejara a sus padres, sus hermanos, y decidiría aceptar el reto. A finales de ese mismo año, a lomo de mulas, en tren y luego embarcándose en varios vapores, marcharía para irse a estudiar en Norteamérica En el Colorado College, de Colorado Springs habría de iniciar Fernando su periplo de personaje novelesco.  Durante sus años de estudio y  con los avatares de su existencia, el poeta siempre tuvo presente su tierra tachirense, las montañas andinas, sus gentes, su familia, y será esa nostalgia del terruño la que formará la médula de su poesía. Fue estudiante de ingeniería civil, profesor de español, deportista, dibujante. Cuando estalló la primera guerra mundial, se enroló como voluntario en el ejército de los Estados Unidos y se fue a la guerra con sus compañeros y sus discípulos. En realidad, los Estados Unidos no se involucraron en la contienda mundial, hasta el mes de Abril del año 1917, cuando el Congreso norteamericano por gran mayoría y el presidente Thomas Woodrow Wilson así lo decidieron. El Tío Sam llamaba a los muchachos para irse a la guerra, y se alistaban sus discípulos y sus compañeros del Colorado Collage. Así, el poeta, dibujante y profesor de español, tomó la determinación de hacerse ciudadano americano para poder irse con sus camaradas, decisión disgustó enormemente a su padre, Don Lorenzo, quien no podía estar de acuerdo, pues su hijo perdía la beca de estudiante de la que dependía para costear su carrera en los Estados Unidos. Pero la suerte estaba echada y Fernando se alistó en el ejército y se fue a Europa con la Infantería de Marina. Los Aliados tenían ya  casi cuatro años combatiendo en una extenuante guerra de trincheras cuando los Estados Unidos enviaron a sus tropas al mando de John Pershing, el mismo militar que persiguiera durante muchos meses a Pancho Villa en territorio mexicano. El mariscal francés Foch y el Jefe de las Fuerza Expedicionarias Británicas Douglas Haig habrían de recibir a Pershing al frente de las 9 divisiones de soldados norteamericanos para ayudar a las 164 divisiones de franceses e ingleses que luchaban por contener la invasión de las 207 divisiones del ejército germano. Los jóvenes “marines” acostumbrados a la estrategia de grandes cargas de la guerra de Secesión, armados con fusiles y ametralladoras, sufrieron grandes bajas en los campos de Francia, minados, llenos de trincheras y nidos de ametralladoras enemigas, padecieron los rigores de los gases tóxicos y entre lluvias de obuses y de morteros, pronto aprenderían de los soldados aliados a moverse en grupos, y a inventar estrategias convergentes para destruir las posiciones del enemigo. Estaría en Francia adscrito al Cuerpo de Ingenieros, y ya en el frente de batalla estuvo dirigiendo una compañía de Infantería. Estuvo al principio, en el “sector defensivo” y pasó luego al frente activo. Tomó parte en varios combates de importancia y concurrió a la última batalla de la guerra poco antes del armisticio y en la cual ganó la medalla de guerra de la “Meuse Argonne”, condecorado por servicios de guerra. Recuerdo en mi niñez distante, las palabras de mi tío Fernando relatando el significado de la palabra miedo, cuando se ha vivido una guerra dentro de las trincheras, y en la noche se ha tenido que arrastrar sorteando cráteres en un terreno empantanado y tener que pasar sobre los muertos descuartizados por la metralla, me decía, era para él, lo más difícil y lo que más terror le inspiraba. Al regresar de la guerra a los Estados Unidos, el poeta volvió pleno de experiencias, condecorado, pero muy enfermo. Una infección pulmonar y la inhalación de los gases tóxicos de fosgeno y cloruro de carbonilo, actuando probablemente sobre una lesión pulmonar antigua ya que en Colorado había padecido de una neumonía, lo mantuvieron en cama en un hospital para Veteranos en Boston y el poeta soldado, sintió no poder estar presente en el desfile del ejército triunfante por las calles de Nueva York. Finalmente logró restablecerse y regresó a Colorado a sus clases de español y se graduó en Filosofía y Letras en el Colorado College. En ese entonces se casó con Katherine McShane, mayor que él, “esposa y camarada” le diría en la dedicatoria de su libro de poemas del año 1945. Trabajó como obrero en molinos para la extracción de oro, lavó platos en un restaurante neuyorkino, fue actor de cine, cowboy, guionista de películas, asesor de Producción de la Fox, ejerció un importante cargo que en la industria cinematográfica al frente de la Publicidad en la Columbia Pictures, premiado con un OSCAR de la Academia de Artes Cinematográficas de Hollywood en 1935  a Fernando C. Tamayo por “Sombras de Gloria” con el protagonismo de José Boor le valió al poeta esta distinción, la cual fue reseñada en la edición del X Aniversario del Diario de Occidente de Maracaibo en 1959. La estatuilla de 14 centímetros tiene una inscripción  que dice “Academy of Motion Picture Arts and Sciences First Award Columbia Pictures for the Best Picture of the Year” y se la regaló Fernando a su hermana Mercedes, en 1947, antes de irse enfermo a los Estados Unidos. Ejerció el periodismo en Nueva York y con una sólida cultura humanística, se transformaría en un erudito, versado en literatura y filología. Hablaba y escribía en inglés y en francés con la misma perfección que en español, colaborador de numerosos periódicos y revistas de América Latina y España con los seudónimos de “Tom Ayala” y “El Conde de San Javier”, sus crónicas se titulaban “ Vistazos Neuyorkinos” y “Salpicón Cosmopolita”.   Escribía y publicaba poemas en inglés y en español. En la poesía de Fernando Tamayo, es posible siempre asociar el espíritu combativo e intrépido del poeta y el soldado  que viviera las cruentas experiencias en la guerra, con ese acendrado amor y veneración por su terruño montañoso pleno de neblinas y de recuerdos. Se transparenta en el curso de su vida una compenetración con sus gentes y sus montañas andinas. Poeta de rítmica prosodia y versos brillantes con una sintaxis que igual permiten introspectivas visiones bucólicas como, el lenguaje coloquial o  desgarradoras expresiones del acontecer diario. Con  su esposa, el poeta regresará a San Cristobal el año 1935. De vuelta al terruño, ha ver a sus padres ya ancianos. En ese entonces se volverían a encontrar Fernando el poeta y su hermana menor, Maruja quien ya era una joven de 27 años y tenía un novio maracaibero, Jesús García Nebot, con quien se casaría el mes de julio del siguiente año, 1936. El 18 de octubre del año 1937 nacería su primer hijo a quien llamarían Fernando en honor al hermano mayor poeta, de nuevo ausente. Fernando y Katherine, durante el viaje a Venezuela del año 1935, pasaron unas semanas en San Cristóbal, estuvieron de visita en Maracaibo y regresaron a  Norteamérica.  En 1937 volverían a su tierra con la intención de instalarse definitivamente, y vivieron en San Cristóbal, en una casita alquilada. Ese año, Maruja visitaría a sus padres en San Cristóbal desde Julio hasta Noviembre y con ellos y sus hermanas y hermanos celebrarían el 18 de octubre, el primer cumpleaños del primogénito Fernando García Tamayo, mi hermano mayor. Madre e hijo regresarían a Maracaibo en Noviembre, en el vapor “Libertador” y Jesús, mi padre, estaría esperándoles en el puerto. A finales de ese año, morirá Don Lorenzo Tamayo de la Madriz y pocos meses después en 1939 fallecerá la madre del poeta, Doña Albina. Treinta y dos años después de haber dejado su tierra, para  iniciar su vida de aventurero, Fernando, de vuelta en su casa recibe estos dos golpes del destino y se comporta  “como un viejo soldado”,  sin claudicar ante la vida y ante las letras... Continúa escribiendo poesía y acepta el cargo de  director de un liceo, el “Rafael María Morantes” en el barrio San Carlos en las afueras de San Cristóbal.  En 1945  Fernando Tamayo, verá coronada una gran aspiración. A través de sus amigos del Grupo Literario “Yunke” se publicará su libro “Romances de mi Montaña”, el cual se inicia con un poema dedicado a su esposa, titulado “Intimo”, fechado en octubre de 1944: Un año después, Katherine se caería accidentalmente sobre un rosal y moriría de tétanos en San Cristóbal. La primera parte del libro lo constituyen seis poemas sobre su tierra, sus gentes y  las montañas andinas y adicionalmente el “Romance de Miguelón Contreras”, ya comentado previamente. Después vendrán  seis poesías tituladas “Romances de Guerra y otros Poemas”, páginas en las cuales alternan cuatro poesías de los años 1915, 1916 y 1918 cuyos títulos hablan por si solos, “En Flandes crecen las amapolas”, “En la Cruz Roja”, “Uno de tantos” y “Sola”. Con “Tarde otoñal” y  “La Inefable”, el poeta retoma el tema de la lejanía de sus gentes y la nostalgia para finalmente brillar en el “Romance del Camarada Muerto”, ya comentado parcialmente en esta ocasión. Finalmente hay varias poesías en inglés, de las cuales con modestia, dice el poeta, deberían llamarse en inglés, en vez de “Atempts” intentos o intenciones, mas bien “ atentados”... Los poemas en inglés de Fernando C. Tamayo, fueron escritos, dos de ellos en 1925, en los Estados Unidos,  a los 37 años,  ambos plenos de nostalgia con esa permanente ilusión de un amor eterno que habrá de sobrevivir a las catástrofes, a las guerras, y a  la soledad del distanciamiento y que parece insuflar en él una fuerza interior, el amor  eterno, ese que aviva su flama y le ofrece la oportunidad para seguir luchando. Son ellos, los poemas “Arcades Ambó! “ y “Post Bellum”.  El tercer poema en inglés, se intitula “The Port of Broken Ships”, escrito el año 1943, ya en su tierra, cuando de nuevo el horror de otra conflagración mundial está en marcha, y de nuevo “los marines”, después de Pearl Harbor, han zarpado para ir a morir en Battan, en Corregidor, en Guadalcanal, o en Las Filipinas, en el Pacífico Sur. El poeta revive el enfrentamiento entre sus más puros sentimientos antibélicos y ese terrible sino de los hombres, quienes acaso han de mirar hacia el cielo, conscientes de que las aves se han tornado en pájaros de acero y en el puerto, los barcos semihundidos en sangre estarán seguramente a la espera de ver salir el sol, o quizás de poder volver a divisar en el cielo la quietud eterna de las estrellas... Fernando Tamayo, luego de la muerte de su esposa, empeoró de su condición pulmonar crónica. Regresó a la casona de sus padres en San Cristóbal y su hermana Mercedes se mudó para atenderlo y cuidarlo. Con su hermana Mercedes, el poeta estará un tiempo en Maracaibo, allí deberá ser hospitalizado en el hospital Central Dr Urquinaona varios días por su enfisema y fibrosis pulmonar.  Logró contactar con el Hospital de Veteranos en Miami y con la ayuda de una enfermera venezolana, la Sra. Pino, viajó finalmente de nuevo a los Estados Unidos. Tenía una gran ilusión para estar en un desfile de Veteranos de la II da Guerra que se daría en Miami, pero por motivos de salud no logró estar presente. El Hospital VE de Miami lo trasladó al Hospital de Veteranos de Nueva York donde moriría el 22 de agosto de 1948.

Maracaibo, marzo del año 2013

No hay comentarios: