Hace más de 1.800 años que el escritor sirio de tradición griega Luciano de Samósata produjo su “Historia
Vera”, una historia escrita sobre el año 150 después de Cristo que narra las aventuras de un grupo de
navegantes que tras sobrepasar las columnas de Heracles, el punto donde se
acababa la Tierra según la cosmogonía helénica, fueron arrastrados por una
tormenta hasta la Luna, y allí en el satélite conocerán a un grupo de selenitas
envueltos en una guerra interplanetaria contra El Rey del Sol.
Tomas Moro y su “Utopía” (1516) (https://bit.ly/3RyDzja)
que representa una muestra de viajes a países y mundos idílicos, dando entrada
también a las primeras visiones de un posible futuro que habría de tener
caracteres distópicos.
Ciudad del Sol (Civitas Solis) la obra utópica
más importante del inicio de la Edad Moderna
fue escrita en 1602 por el fraile dominico
italiano
Tomás
Campanella durante su estancia en la cárcel de Nápoles.
Aunque se inspira en La República
de Platón,
es una obra teocrática
y comunista
que no aplicaría el humanismo
de Erasmo
como referencia. El mismo Campanella cita, entre los modelos de su obra, la Utopía
de Tomás Moro
y la República de Platón;
y es singular la coincidencia del carácter heroico entre los tres autores, pues
Moro murió en el patíbulo por su fe y Platón fue vendido como esclavo. La
Ciudad del Sol, parece haber sido influenciada por el filósofo
racionalista y naturalista Bernardino Telesio
con quien Campanella se había educado.
“La Nueva Atlántida” (1626)
de Francis Bacon, se describe un
mundo donde la ciencia de la época es el eje, pero no sería hasta el siglo
XVII, con la llegada de la Ilustración y la revolución científica, cuando la
razón como eje del pensamiento abriría nuevas puertas. En La Nueva Atlántida (The New Atlantis), se describe una tierra mítica, Bensalem,
a la que viaja Bacon quien narra la descripción que hace uno de sus hombres
sabios del método que utiliza en sus invenciones. Los mejores ciudadanos
de Bensalem pertenecen a un centro de enseñanza denominado La Casa de
Salomón, donde se llevan a cabo experimentos científicos según el método
baconiano de inducción,
para comprender y conquistar la naturaleza y poder así aplicar el conocimiento
obtenido para la mejora de la sociedad. En Bensalem, el
conocimiento es considerado como el más preciado de sus tesoros y el matrimonio
y la familia
son la base de la sociedad y los lazos familiares se celebran en fiestas
subvencionadas por el estado. En su utopía, Francis Bacon apuesta por una
reforma de la sociedad a través de la ciencia aplicada para lograr el control
de la naturaleza.
“Somnium” (1634) es
una novela de el astrónomo Johannes Kepler quien fijó las bases de los
movimientos de los planetas en torno al Sol, quien nos contaría el viaje a la
Luna de un observador que la describe. Aunque sus visiones del satélite se
hacían con vocación científica, su teletransportación a la Tierra se produce
por la intervención de unos espíritus divinos. Todavía no se pensaba en un
cohete u otro artilugio tecnológico como disparador de la trama, aunque voces
tan autorizadas como Carl Sagan, quienes bajo su punto de vista situarían la
obra de Kepler como el primer relato de
ciencia-ficción de la historia.
En
1657 Cyrano de Bergerac (https://bit.ly/3zrZ0fK) en su relato
“El Otro Mundo”, describe en primera persona el viaje de su personaje al
Sol. En 1666 Margaret Cavendish, la
duquesa de Newcastle, publicaba “El Mundo Ardiente”, una historia que
nos llevaba a un mundo alternativo al que se accedía por el Polo Norte. La
francesa Marie-Anne Robert contaba
en “El nuevo Mentor” otro viaje por el Sistema Solar. Todas estas
historias mantenían aún sin embargo una marcada fantasía y los relatos incluso
de tono cómico, como serían los ideados por Rudolf Erich Raspe, bibliotecario, científico y
escritor alemán, creó un personaje literario entre extraordinario y antihéroe, cómico y bufón en algunas ocasiones que inspiraba
pena ajena en otras: “El Barón de
Munchausen” (1781), capaz de
recorrer el mundo sobre una bala de cañón o volar también hasta la Luna.
Durante el siglo XVIII comienzan a verse los primeros relatos que
intentaban imaginarse cómo sería el futuro. En 1771, Louis-Sébastien
Mercier publica “2440”, una novela que viaja hasta ese año tan
lejano mediante sueños, con una sociedad fascinada por la ciencia. “Micromegas”
(1752) de Voltaire, donde cuenta la
historia de un ser llegado de otro plantea quien describe la sociedad en la
Tierra, un argumento sorprendente para su siglo, que además contó en el relato
la presencia de lunas en Marte antes de su descubrimiento.
Se ha dicho que el primer relato de ciencia ficción es el “Frankenstein”,
(https://bit.ly/3TReYbt)
de Mary Shelley (1818). En la década
de los años 30 del XIX, Edgar Allan Poe escribió relatos como “La
incomparable aventura de un tal Hans Pfaal” o la “Revelación mesmérica”,
que, sin duda, deben englobarse dentro de la ciencia ficción. También en el
siglo XIX aparecerían Julio Verne y H. G. Wells, ambos considerados dos
maestros del género, si bien el primero se centraba mayormente en el desarrollo
de ingenios e inventos científicos y el segundo en la crítica social (https://bit.ly/3Wn5c2i) al
imperialismo británico en “La guerra de los mundos”, o a la lucha de
clases en “La máquina del tiempo”.
A la primera mitad del siglo XX podríamos denominarla. La Edad de Oro de
la ciencia ficción, con la aparición de autores como Isaac Asimov, Arthur C.
Clarke, Aldous Huxley, George Orwell o Ray Bradbury. Aldous Huxley en “Un
mundo feliz”, (1932), “Una
odisea del espacio” (2001), de
Arthur C. Clark se publicó en 1968 inspirado en un cuento titulado “El
centinela” (1951) y en “Crónicas marcianas” (1950) de Ray Bradbury quien terminaría por crear estas (https://bit.ly/2NSNil5) y otros
relatos precursores de la ciencia ficción.
Desde el 15 de diciembre del año 2019,
hablamos más de literatura ficcional que de ciencia-ficción, o de aquello
que Isaac Asimov, (https://bit.ly/3T34hRY) definiría como ciencia-ficción, es decir “la
rama de la literatura que trata sobre la reacción de los seres humanos a los
cambios en la ciencia y la tecnología".
Durante los años 60 y 70 apareció lo que se conoce como La
nueva ola (The new thing), que tiene su origen en la
revista británica New worlds, caracterizada por una mayor
experimentación narrativa, dando a conocer a autores como J. G. Ballard o Brian
W. Aldiss. Ya en los 80 y los 90 aparecieron géneros como el cyberpunk y
el postcyberpunk, donde hicieron su aparición, como no podía ser
menos, la informática y los ordenadores y que dieron origen a toda una
corriente estética donde las nuevas tecnologías convivían con los ambientes
sórdidos de los bajos fondos urbanos.
En el cine, (https://bit.ly/3T3tziL)
sin olvidar el aporte de Philip Dick (https://bit.ly/36BZpvh) y su
influencia sobre muchos filmes fantásticos
como Gravity (2013), Interstellar (2014) , La llegada (2017)y en series como Black
Mirror (2011) o
la críptica Aniquilación (2018), todo esto,
recientemente, sin olvidar que años después de su estreno de Hijos
de los Hombres (2006) y hacia adelante la saga inicida por
Ridley Scott con Blade Runner( 1982) y Alien y
luego filmes de Steven Spielgerg con “Minority Report”(2002)
“Ready Player One” (2018) potenciarían el cine de ciencia ficción
de la cual podremos conversar más adelante.
Maracaibo, sábado 8 de enero del año 2025
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