LA MICROSCOPÍA ELECTRÓNICA EN VENEZUELA
PRÓLOGO
El doctor José Antonio Serrano me
propuso que prologara este libro el cual resume casi sesenta años de trabajo y
dedicación de mucha gente que vivió y padeció en diversos laboratorios de
Venezuela, las dificultades que conlleva hacer investigación de calidad con el
uso del microscopio electrónico (ME). En la propuesta original, cada uno de los
investigadores convocados debería expresar su opinión sincera sobre sus
vivencias y reseñar brevemente la productividad en los sitios donde había
trabajado. En principio, este cometido se ha cumplido a cabalidad, con la
lamentable ausencia de quienes no existen ya para conversar con nosotros o de
quien por estar fuera del país, no ha podido hacerlo.
Quien escribe este, lo hace, con
la intención de complementar los esfuerzos de José Antonio Serrano al
convencernos de que valía la pena resumir la historia de los laboratorios de ME
en Venezuela, de sus gentes, y de manera similar la suerte de algunos equipos
que comenzarían a llegar a nuestro país cuando recién estaba el doctor
Fernández Morán iniciando sus estudios en Suecia, y me estoy refiriendo a la
intención de avanzada del Rector Jesús Enrique Losada en el Zulia, de haber
logrado un ME para su Alma Mater ya en el año 1948. Después de su labor en el IVNIC Fernández
Morán fue execrado del país por motivos políticos y personales, y no obstante
todas las vicisitudes que le tocó padecer en sus reiterados intentos por
regresar a su patria como investigador, al final de sus días, sus palabras no
expresaron rencor sino optimismo "…El
haber pasado por este valle de lágrimas, no me ha dejado confuso y desamparado,
pues intuyo límites incandescentes donde otros ven barreras…"
Haber organizado éste libro, en
una época tan difícil como la que está viviendo nuestro país, creo que es un
logro que sin duda va precedido por una gran dosis de optimismo. No obstante,
algunos detalles que pueden parecer menores permanecen silentes aunque algunas
veces estos hayan conspirado para que los estudios en ultraestructura no hayan
siempre llegado a feliz término. Curiosamente el trabajo de investigación con
el ME en Venezuela, cual si se mantuviese siempre en un territorio de
disparatadas dificultades, emulando la desproporcionada historia de “El brujo
de Pipe”, parece haber estado signado por inconvenientes de todo tipo.
El caso del Laboratorio de ME del
Sanatorio Antituberculoso de Maracaibo, ha sido expuesto en el informe
correspondiente, y ante la destrucción de los equipos que estaban bajo la
tutela del Servicio de Patología, la denuncia formalmente planteada, como se
describe, quedó sin resolverse. La manera como la Sección de ME del IAP de la UCV fue intervenida en el año
1997 por una supuesta denuncia sobre contaminación ambiental, y como la Dirección de ese
Instituto manejó la situación de enfermedad de su personal administrativo,
llevaron a la apremiante jubilación de quien escribe, García Tamayo quien en
esa condición, obligado a buscar ayuda en el ME de la Universidad Simón
Rodríguez fuera de la ciudad de Caracas, terminaría por abandonar 30 años de
trabajo en ultraestructura para dedicarse a la inmunohistoquímica.
Cuando “situaciones laborales” generaron la salida del
doctor Serrano del CME de la ULA,
para poder continuar realizando investigaciones en el campo de la ultraestructura
bacteriana afortunadamente pasó a la Unidad de Ultraestructura del Departamento de Patología de la Facultad de Medicina de la ULA en el Hospital
Universitario de los Andes y fue en esa época cuando salió de Mérida invitado por la Universidad Lisandro
Alvarado del Estado Lara para la creación de la Unidad de Investigación en Ultraestructura. Diversas publicaciones entre los
años 1982 y 1988, realizadas por el Dr. Serrano y sus colaboradores, en la
unidad, por él creada en la UCLA
dan cuenta de esos años de trabajo. Así mismo, es importante el resaltar que
bajo la dirección del doctor Palacios Prū y de la doctora Rosa Virginia Mendoza
el CME de la ULA
continuaría la obra iniciada por los Drs. Julio M. Sosa y José A. Serrano.
Entre 1991 y el año 2000 los
esfuerzos de la Lic.
Auristela Sánchez de Mirt en la Universidad
Experimental Francisco de Miranda provocaron un despertar del
interés por la investigación en ultraestructura en el Estado Falcón, no
obstante, problemas relativos al mantenimiento de los equipos y de otra índole,
pueden denominarse laborales, pero, obligaron a la Lic. Sánchez de Mirt
a dejar su cargo.
El deterioro de los equipos de
microscopía electrónica sin estos poder haber sido reemplazados, han llevado a
situaciones de paralización como ha sucedido en el Laboratorio de la Facultad de
Odontología de la UCV, así como en otros laboratorios
existentes en universidades e institutos del país.
Cualquiera de los ejemplos
señalados previamente son situaciones puntuales si se examina el caso de la
doctora Susan Tai y su labor en la Universidad de Oriente (UDO). El año 1982, la
Dra. Susan Tai fundó el Centro de
Microscopía Electrónica del Núcleo Sucre de la UDO con un ME de barrido, un ME de transmisión (1986),
y un ME de emisión de campo, analítico, para 1987 y ese año, el Centro de ME
pasó a ser el Instituto de Investigaciones y Ciencias Aplicadas (IIBCA) de la
UDO. La doctora Tai logró los recursos para
que estos equipos se ubicasen en una edificación nueva con cubículos diseñados
para albergar los cursantes de un postgrado de Maestría y Doctorado y sus
conexiones nacionales e internacionales facilitaron la formación de más de una
docena de jóvenes profesionales quienes ahora algunos son excelentes técnicos o
investigadores en diversos campos de la ultraestructura. La doctora Susan Tai,
organizó la Conferencia Atlántica
de ME en Mérida, el año1992 la cual fue todo un éxito con la asistencia del Dr.
Fernández Morán. Las “situaciones laborales” de la doctora Tai la mantuvieron
como personal administrativo de la UDO.
Nunca pudo gozar del privilegio de ser personal docente y de
investigación. Cuando tuvo que abandonar el país, lo hizo dejando toda una obra
en el campo de la ultraestructura que nunca ha recibido el merecido
reconocimiento.
Debo confesar que finales del
pasado siglo XX, embargado por la preocupación de ver que la productividad de
los ME en el país había estado siempre muy por debajo de la cuantiosa inversión
realizada, me dirigí al CONICIT, en comunicación enviada a la
Lic Lucy Bujanda para solicitarle al
Directorio un estudio sobre este negativo fenómeno. En esta comunicación les
sugería que fuese precisamente el Dr. Ernesto Palacios Prū, en su condición de
ex -presidente de la
Institución, quién pudiese servir como árbitro de esa
investigación. Quien esto escribe, se enteró por medio de la doctora Elena Ryder, quien para esa
época, hacia parte del Directorio del CONICIT, que dicha carta fue discutida, mas, nunca se
llegó a tomar una decisión sobre lo planteado en ese documento.
Quien escribe este prólogo, se ha
permitido el haber vuelto sobre algunas
situaciones que no han sido muy afortunadas en el desarrollo de las
investigaciones con el ME en Venezuela, pero no obstante, lejos de deprimirnos
éstas deberán señalarnos que vale la pena reconocer nuestras fallas, no
olvidarlas para poder avanzar mejorando. Hace años solíamos decir que “cada
defecto es un tesoro” en el sentido de que debemos usar nuestras fallas para
aprender de nuestros errores y mejorar hacia el futuro. En este sentido, siento
que este libro ayudará a crear expectativas y estimulará el interés sobre todo
cuanto podemos hacer para proseguir haciendo investigación de calidad con el ME,
en nuestro gran país, Venezuela.
Jorge García Tamayo
En Maracaibo, Edo. Zulia, Octubre
del año 2010.
Prólogo del libro" La microscopía electrónica en Venezuela" Orígenes y desarrollo. Dr José A. Serrano Coordinador. Edit: Consejo de Estudios de Postgrado de la Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela. 2010.
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