¡CLARO Y RASPAO!
La conferencia del abogado norteamericano en un lujoso hotel
de Caracas tenía como tema central las condiciones legales que exige Estados
Unidos para que extranjeros puedan trabajar legalmente y crear empresas allá.
El evento estaba previsto para 400 participantes con un pago
de Bs.4.000p/p. Se presentaron 1.200 participantes y a las 7pm. un agotado
conferencista preguntó a su último consultante: ¿por qué un profesional exitoso
como tú se quiere ir? La respuesta lo impactó:
"No es por dinero, ni por seguridad, ni por la escasez,
ni por la inflación. Es porque ya no soporto vivir en este gran rancho que es
Venezuela". Esto lo puede apreciar no sólo quien conozca mejores sitios en
el extranjero, sino venezolanos que vivieron un país que estaba "en vías
de desarrollo".
Miren su entorno: calles llenas de huecos y policías
acostados, cerros de basura acumulada, aguas negras corriendo por las calles,
autopistas sin defensas, oscuras, zonas industriales semiparalizadas, comercios
cerrados. Venezuela es un país abandonado, derruido, descascarado, sucio,
oscuro.
Adivinamos que ya el rancho está instalado en la cabeza de
muchos venezolanos cuando hacen colas de horas, no para comprar comida para sus
hijos, sino para revenderla! Cuando no les importa perder horas hábiles
esperando un número para comprar trapos en una tienda del Sambil. Cuando un
pueblo cambia su dignidad por un plato de lentejas, estamos jo.., pasan cosas
insólitas y ya sabemos que quienes las rechazan son los que preparan las
maletas y abandonan el país convencidos de que pasarán muchos años "para
que esto se arregle". Pero quienes se adaptan, aceptan, se conforman, esos
son los que hacen que esta situación perdure.
Mientras haya más venezolanos que no se revelen al maltrato
y la humillación a que están siendo sometidos, haciendo colas, aceptando el
racionamiento, quedándose callados cuando en los Bicentenario y Mercal les
dicen que no pueden comprar ese día porque no le toca a su terminal de cédula o
que no puede llevar tal producto porque ya lo compró esa semana (racionamiento
cubano y ya sabemos lo muerto de hambre que está el pueblo de Cuba).
¿Cómo soportar nuestra vida perdida en infinitos trámites,
planillas de internet, colas y riesgos para sacar un documento, realizar
cualquier permisología? El empeño en el control absoluto los ha llevado a la
ineficiencia absoluta. Tiene que haber corrupción cuando para sacar un
pasaporte (derecho que el gobierno está obligado a entregar gratuitamente) haya
que cancelar a gestores que se reparten con funcionarios internos cantidades
que llegan hasta a 25.000Bs.
Un país donde las mujeres hacen cola para parir, los muertos
para ser cremados o velados, donde no hay gas en los hornos y el latón de las
urnas escasea porque la empresa de Guayana que lo producía está quebrada.
Un país donde no hay carros, comida, dólares ni pasajes. Los
comercios están acorralados por el martillo oficial, inspecciones, multas. Las
empresas que continúan abiertas, están a menos del 40% de su productividad.
Ningún servicio público funciona, llámese electricidad, aseo, agua, gas,
transporte, salud o educación.
Lo peor es que la ineptitud viene acompañada de fanatismo:
ellos juran que los médicos cubanos lo hacen de maravilla, que la colección
Bicentenario es mejor que la Enciclopedia Británica y que este pueblo los va a
soportar porque 'Chávez vive y la lucha sigue'.
De cómo un país rico como Venezuela ha llegado a estos
extremos paupérrimos sólo es explicable cuando se ve la calidad de la gente que
está al frente del timón. Ni siquiera entienden el derecho a la protesta de
ciudadanos indignados por tanto sufrimiento causado por un pésimo gobierno.
Creen que los quieren matar y lo que realmente desean es que se vayan para
nombrar otros que sirvan y respeten a sus mandatarios, que son TODOS los
venezolanos sin excepción. La ineficiencia está acompañada de corrupción. Si no
les parece que esto se envíe por este chat, es muy lamentable, porque entonces
seríamos parte del rancho..
Esto NO es politica, es la verdad!!
DEL Facebook del amigo: Gustavo
Bracho
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