Francis Bacon(1561-1626),
era el primer barón de Verulamium, primer vizconde de Saint Albans y canciller
de Inglaterra. Fue un célebre filósofo,
político, abogado y escritor inglés, padre del empirismo filosófico y
científico quien se propuso ante todo reorganizar el método de
estudio científico. Bacon percibió que el razonamiento
deductivo destacaba entonces a expensas
del razonamiento
inductivo y creyó que, eliminando toda
noción preconcebida del mundo, se podía y debía estudiar al hombre.
La Nueva Atlántida (The New Atlantis ) es una novela utópica escrita por Francis Bacon en 1626, donde describe una tierra mítica, Bensalem,
a la que él viaja. Bacon narra la descripción que hace uno de los hombres
sabios de Bensalem, sobre del método
que utiliza en sus invenciones. Lo mejor de los ciudadanos de Bensalem
pertenecen todos a un centro de enseñanza denominada La Casa de Salomón, donde
se llevan a cabo experimentos científicos según el método baconiano de inducción, con el objetivo de comprender y
conquistar la naturaleza para poder aplicar el conocimiento obtenido para la
mejora de la sociedad.
Aunque en gran parte la narración de La Nueva Atlántida existe refiriéndose a los temas científicos y tecnológicos; a inventos de los cuales solamente ahora podemos valernos; la preocupación de Bacon también estuvo centrada en aspectos de índole social. Bacon presentó un peculiar interés por el cuidado de sí mismo, a partir del amor propio; es decir, manifestó que el hombre podrá alejarse de todo aquello que le es perjudicial si valora su cuerpo, su presencia y su existencia; si es capaz de respetarse a sí mismo, para en consecuencia poder respetar y amar a los demás.
En la obra de Bacon podemos
encontrar, además de una sociedad más justa y feliz, una gran aportación
artística, en términos literarios y poéticos. La forma en que narra cada uno de
los detalles hacen que esta obra resulte grata y amena para el lector;
situación que puede llevar a recrear tiempos y espacios pasados, pero también,
escenas aún no imaginadas.
Existe
una teoría baconiana de
la autoría de Shakespeare,
la cual sostiene que Sir
Francis Bacon escribió las obras que
se atribuyeron públicamente a William Shakespeare. Se han ofrecido
explicaciones como que, si se supiera que escribió obras de teatro para el
público, el ascenso de Bacon a un alto cargo podría haberse visto obstaculizado
y que fue por ello que las obras se le atribuyeron a Shakespeare, quien era
simplemente una fachada para proteger la identidad de Bacon.
Esta teoría
baconiana sobre la autoría de
las obras de Shakespeare fue
refutada en 1957, por los expertos en criptógrafos William y
Elizebeth Friedman quienes publicaron The Shakespearean Ciphers Examined. Los Friedman
demostraron que era muy poco probable que el autor de las obras de Shakespeare
haya empleado el método, y concluyeron que ninguno de los cifrados que los
baconianos afirmaban existir eran válidos. Sobre el tema de las teorías
alrededor de la autenticidad de las obras de Shakespeare como su autor se han
siempre suscitado muchas teorías de las cuales nos podremos ocupar en otra
oportunidad.
Existe otro Francis Bacon (1909-1992) pero él es
un pintor de estilo figurativo idiosincrásico, caracterizado por el empleo de la
deformación pictórica y gran ambigüedad en el plano intencional (https://bit.ly/3MWZAXJ). Nació en
Dublín en 1909 y parte de su niñez transcurrió tanto en Irlanda como en
Inglaterra, siendo su padre británico, nacido en Australia, y su madre inglesa. Autor de 584
pinturas y alrededor de 600 dibujos. Desde 1925 residió en Londres, donde permaneció y
trabajó durante 67 años, desarrolló allí casi toda su producción artística. Bacon
se consideraba un pintor británico. En 1937 participó en la muestra de
diez Jóvenes Pintores Británicos, en Londres y en 1945, expuso su
pintura en Londres, junto con los artistas ingleses Henry Moore y Graham
Sutherland, Tres estudios para figuras al pie de una crucifixión,
un tríptico que,
marcó el punto inicial su carrera plástica.
En 1950, obra de Bacon es
incluida en la exposición Los últimos cincuenta años en el arte
británico, presentada en la Galería Knoedler de Nueva York. En 1956, el
primer autorretrato de Bacon y seis pinturas suyas inspiradas por una imagen de
Van Gogh fueron incluidas y exhibidas en la muestra Maestros de la
Pintura Británica, 1800-1950, presentada en el Museo de Arte Moderno de
Nueva York y en 1960, la obra de Bacon figura en Pintura británica
1700-1960, muestra que tiene lugar tanto en Moscú como en Leningrado.
Cada día para Bacon
se dividía en dos. Por la mañana siempre pintaba. Para con su quehacer plástico
poseía la rutina diaria de un trabajador serio. Si bien existen numerosas
anécdotas acerca de él. Bacon llevaba una vida bastante solitaria y poco dada a
escándalos. La actuación y el saber fingir era también parte de su estrategia
artística. Ello posiblemente haya estado ligado a su condición de homosexual
dentro de una sociedad generalmente puritana y homofóbica.
El аrte de Europa que siguió a la
Segunda Guerra Mundial, parece una respuesta a la guerra y sus consecuencias.
Aparecerían el pintor británico Francis Bacon y el escultor con base en París
Alberto Giacometti. Bacon compara a los seres humanos con animales o incluso
con reses de carne y sus rostros a menudo contienen una boca gritando
silenciosamente. Las figuras de Giacometti están enflaquecidas, a veces
mutiladas. Estilísticamente. Bacon recurrió tanto al surrealismo
y al expresionismo, mas su obra pertenece a aquello
que se denomina Nueva Figuración o Arte Neofigurativo.
Bacon no solo se
interesaba por el arte figurativo sino también por introducir en su propia
pintura esa "muy ambigua precisión" de la que habló en 1962, ingrediente
que trabaja como una espada de doble filo sobre el espectador y le permite a su
vez al artista expresar contenidos autobiográficos desde un plano de vaguedad e
imprecisión. La obra
pictórica de Francis Bacon se inscribe en el marco de la pintura figurativa
realizada después de la Segunda Guerra Mundial, el así denominado
"arte de posguerra".
Bacon trabajó la representación
de la figura humana desfigurándola. Según Bacon, su arte era en gran medida
autobiográfico. Sus primeras obras reflejan influencias de Picasso, de Grünewald, Poussin, Rembrandt, Soutine y Cimabue;
de Velázquez, Van Gogh, Miguel Ángel, Degas, Goya o Ingres
y en todos los casos, las fuentes de inspiración son drásticamente
transformadas y trascendidas por la propia intervención de Bacon. Entre los
retratos y autorretratos que constituyen una parte importante de las pinturas
de Bacon, destaca George Dyer en un espejo de 1968. Además de varios
retratos de Peter Lacy, George Dyer y John Edwards, Bacon retrató también a
Henrietta Moraes, Isabel Rawsthorne, Muriel Belcher, Lucian Freud,
Peter Beard y Michel Leiris, así como eventualmente también
a Hitler, Pío XII y Mick Jagger.
El arte de Francis Bacon ha
experimentado un extraordinario repunte de precios en el mercado de las subastas.
Los
precios de sus obras ascenderían en progresión geométrica desde mediados de los años ochenta y
principios de los noventa. Después de su muerte, el estudio de Bacon
en Londres fue trasladado a Dublín. Hoy en día, los visitantes de este espacio
pueden ver todos los papeles, fotos, libros y muebles tal y como eran durante
la vida del artista. Debido a su temática intensamente emocional y su estilo
vanguardista, el arte de Bacon sigue siendo muy influyente hasta el día de hoy.
Su portafolio de pinturas dramáticas y existencialistas continúa siendo visto
como una parte clave del arte de la posguerra, reflejando el trauma que muchas
personas vivieron durante esta época.
Maracaibo, lunes 21 de marzo, del año 2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario