miércoles, 13 de enero de 2021

La espía de Felisberto

La espía de Felisberto

Me voy a referir a uno de los episodios de la vida de Felisberto Hernández el músico y escritor uruguayo a quien recién mencioné en este blog (https://bit.ly/2XuPqp0).

Siempre llamó la atención sus varios matrimonios; el primero con la maestra María Isabel Guerra, que había sido alumna suya en clases de piano; el segundo con Amalia Nieto, una pintora surrealista que le instaló a Hernández una librería. Luego, con Paulina Medeiros, autora de una biografía del escritor y con quien vivió en París. Después, y al final con una rica profesora y escritora llamada Reina Reyes. En París conocería a una modista española, María Luisa de las Heras, y con ella se casaría y se iría a vivir en Montevideo, de ella también se divorciaría y será precisamente el personaje de quien hablaré en esta ocasión.


Felisberto Hernández viajó en 1946 a Francia gracias a una beca que le consiguió Jules Supervielle. En París se encerró en la habitación de su hotel y en el castillo de su amigo. Sabemos que el 13 de diciembre de 1947 fue homenajeado en el Pen Club de París. Una de las asistentes, era una joven de ojos negros con acento andaluz quien había maravillado a Supervielle y a sus amigos Roger Caillois y Oliverio Girondo.  Maria Luisa de las Heras, era conocida como “África de las Heras”, y ante su seductora presencia todos ignoraban que a la postre resultaría ser una espía soviética. Conocida con los alias de “Patria”,”Africa”,“María de la Sierra”, como “Ivonne” y “María Pavlovna”, era nada menos que coronel del Ejército Rojo y miembro de los servicios secretos. Cumpliría su encargo en apenas cuatro meses logrando seducir a Felisberto, porque su beca terminaba y él debía regresar a Uruguay.

De las Heras creció y adquirió conciencia política en un momento de gran agitación en la historia de España. El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República y la joven acomodada, que había contraído matrimonio con un oficial de la Legión, empezará a establecer contactos -primero en la ciudad norteafricana de Ceuta y después en Madrid- con círculos socialistas. Su compromiso ideológico se consolidó cuando se traslada a Barcelona tras golpe de Estado del general Franco contra el gobierno republicano el 18 de julio de 1936. Allí -en plena Guerra Civil- conoció a dos personas que marcarían su vida: Caridad Mercader y su hijo Ramón, el futuro asesino de Trotsky.  

 

Fue Caridad Mercader, la madre del asesino de Trotsky y para aquel entonces amante de Pavel Sudoplatov, la encargada de introducir a África en el espionaje. Eligieron Montevideo porque nadie desconfiaría de una ciudad tan tranquila y porque era una vieja conocida para los rusos, quienes habían tenido allí un Buró Sudamericano de la Internacional Roja desde 1933. Uno de los primeros trabajos de África fue viajar a México y convertirse en secretaria de Trotsky, fungiendo ser amante de Jacques Mornard el nombre adoptado por Ramón Mercader, para preparar el asesinato del líder bolchevique (https://bit.ly/3l4YjzL) en México, debería dibujar los planos de La Casa Azul, donde con su mujer Natalia Sedova y su nieto Esteban Vólkov Bronstein les habían acogido Frida Kahlo y Diego Rivera, cerca de la fortaleza de la Calle Viena, vecina del río Churubusco. Cuando Alexei Orlov pasó por México pidiendo asilo en los Estado Unidos, África regresó a Moscú en la bodega de un barco mientras Mercader junto con Siqueiros (https://bit.ly/34OWBg8) llevarían adelante los planes para liquidar a Trotsky.

La NKVD, futura KGB, le ordenó a Las Heras, desde la Lubianka moscovita, seducir a Hernández para organizar sin sospechas una red latinoamericana de espionaje en plena Guerra Fría. África se presentó como María Luisa, supuestamente era sobrina del general rebelde Manuel de Las Heras, muerto mientras reprimía una sublevación republicana.  Educada en Madrid, en 1934 ya estaba del lado de los mineros asturianos que serían aplastados por el ejército franquista. Luego aparecería militando en las Juventudes Comunistas de Cataluña al lado de los generales Ernö Gero y Alexei Orlov, asesinados por el trotskista Andreu Nin, padre de la escritora Anaïs Nin.

Fue entonces cuando África recibió el grado de coronel, tras haber logrado fama al lanzarse en paracaídas sobre un pueblo ucraniano llevando a cuestas un pesado equipo de radio. Las Heras y Felisberto Hernández se casaron en Montevideo. Felisberto creía que para él, María Luisa sería una solución a sus problemas económicos. Dos años después ya estaban separados. María Luisa cumplió su cometido pues había logrado penetrar, como modista de alta costura, en la flor y nata montevideana y con su máquina decodificadora Enigma trasmitía a todas partes del planeta.

 

Los numerosos amigos apreciaban su serenidad, su amor por los niños, su supuesta ignorancia en política y la compadecían por tener que soportar a un gordo maniático como Felisberto, bendiciendo que se divorciara de él y se casara de nuevo con el italiano Valentino Marchetti, otro espía. Se cree que Hernández murió sin saber quién era María Luisa, pero hay quienes creen dada su participación en numerosos programas radiales anticomunistas, que sí sabía quién era ella, y así, tras el divorcio, él no dudaría en ayudarla para obtener la ciudadanía uruguaya.

África vivió en Montevideo muchos años, hasta 1967, cuando regresó a Moscú en tiempos de Stalin como instructora de espías. Sobrevivió a Beria y a Sudoplatov y murió en 1988, antes de la caída del muro de Berlín. Fue condecorada dos veces con la Estrella Roja, la orden de la Guerra Patria, la medalla Guerrillero de la Guerra Patria y la Por la Valentía. Un sello postal y un grabado con su rostro que permanece en el cementerio moscovita Jovánskoye.

Maracaibo, miércoles 13 de enero, del año 2021

 

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