martes, 2 de agosto de 2022

Pablo, Rachmaninoff y el asbesto.




El año 2016, en este blog les conté como fue que estuve escuchando el Concierto No 2 para piano y orquesta de Sergei Rachmaninoff, y regresó a mi mente la imagen de Pablo Lasala, mi compañero y gran amigo de primaria y del bachillerato. Pude verlo sentado en el piano Wurlitzer de Los Arrayanes, en la avenida Santa Rita, de Maracaibo… Éramos varios compañeros del cuarto año y nos juntábamos para estudiar y Pablo ejecutaba sin acompañamiento orquestal, de puro oído, el memorable concierto de Rachmaninoff que aprendimos a escuchar admirando varias veces la película de Marilyn, la comezón del séptimo año, “The seven year itch”:

Hablé de Pablo Lasala sin hacer una presentación formal de mi amigo, quien con su hermana Aurora, (Aurorín le decía su mamá), eran los hijos del doctor Ángel Lasala, un odontólogo, profesor de la Escuela de Odontología de la Universidad del Zulia, quien había llegado a Maracaibo con su esposa la señora Pablita y sus dos hijos, exiliados de la España de Franco, cuando recién estábamos terminando la escuela primaria. Recuerdo como ayer, el primer día cuando lo vi ingresar en el autobús, de lentes, flaco y con una apariencia desvalida, de pantalón corto y tirantes. Pronto nos hicimos grandes amigos. Después, ya en bachillerato estudiamos juntos, y Pablo, no solo tocaba a Rachmaninoff en el piano, eran magistrales su recorridos musicales sin partituras que leer.


Hoy en 2022, hace ya 21 años que nos dejó nuestro compañero y amigo, quien era un destacado arquitecto. A Pablo, le decíamos “el viejo”, y supe que ya recién graduado de arquitecto, ganó el concurso para diseñar el emblemático edificio capitalino de La Previsora y años después, me enteré de que ya era Decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela (UCV) para dejar allí una huella imperecedera. Como dibujante no sólo gozaba de un indudable talento, sino de una ejercitación constante que desarrolló desde niño y que le acompañaría siempre. Su excepcional dominio del dibujo en perspectiva proviene de allí, y durante muchos años fue profesor de geometría descriptiva en la UCV, sin olvidar que su trabajo de ascenso a la categoría de agregado en 1990, fue: Perspectiva para arquitectos. Su hija Isabel Lasala ha dicho: “Sus dibujos a lápiz o a tinta tienen una base técnicamente dibujada con lápiz 4H, en la que luego, por medio de distintos tonos de sombra, se da forma a la imagen, a fin de que las aristas no estén definidas mediante líneas, sino con la intersección de dos tonos distintos de sombra”.

Durante uno de los doce años de mi ejercicio como director del Instituto Anatomopatológico de la UCV, tuve la oportunidad de volver a ver a Pablo. Él cumplía su gestión como Decano de la Facultad de Arquitectura y acudí a solicitar su ayuda y apoyo técnico en un intento por arreglar parcialmente un problema de contaminación con asbesto, Los patólogos conocíamos de las alteraciones pulmonares y pleurales padecidas por los trabajadores que habían respirado niveles de asbesto bajos, en particular sabíamos del Mesotelioma, un cáncer de la pleura provocado por el asbesto (amianto) y estábamos conscientes de que este no aparece inmediatamente, sino que se manifiesta entre 20 y 40 años después.

Posiblemente los detalles sobre este tema provenían de la historia de uno de nuestros héroes del cine. En aquellos años recién había fallecido Terence Steven "Steve" McQueen (1930-1980), quien en los primeros días de octubre de 1980, el propio actor McQueen confirmaba el rumor de que padecía de un mesotelioma pleural. Comentarios sobre la causa de su enfermedad circulaban desde hacía más de un año, atribuida a la exposición al asbesto durante filmaciones donde la protección sonora de los estudios se lograba usando asbesto, e igualmente se pensó que exposición masiva podría deberse a que en su época en la Marina norteamericana manipuló indiscriminadamente amianto "friable" (que desprende fibras con facilidad) utilizado como aislante de los motores y además había trabajado como estibador de puerto descargando minerales de amianto. Todo lo anterior habría que sumarlo a cuatro cajetillas de cigarrillos diarias que según se decía fumaba.

El asbesto en la construcción está conformado por minerales sumamente fibrosos constituidos por silicatos de hierro, aluminio, magnesio y calcio entre otros. Su presencia en edificios que se construyeron o repararon empleando asbesto o materiales que lo contienen. Determinar su presencia o no en los edificios es fundamental para la salud de los trabajadores que los ocupen, y especialmente para los que intervengan en su reparación, remodelación o derribo. Es elevada la contaminación ambiental que se produce al manipular materiales que contengan fibras de asbesto y en Venezuela los techos de asbesto-cemento fueron ampliamente usados en aplicaciones de viviendas, en industrias e instituciones hasta que se prohibió su fabricación hace más de 20 años al demostrarse que el asbesto era cancerígeno. Se empleaban principalmente láminas pesadas de onda alta.

Detectamos asbesto cubriendo los techos de algunos de los espacios del IAP de la UCV y era necesario saber si existía esta situación en otros de los edificios de la Universidad, los cuales realmente mostraban lo que detectamos como superficies aislantes de asbesto; especialmente lo vimos en los techos, con frecuencia ya deshilachando fibras colgantes en cielo rasos que antes había sido ubicados en edificios y laboratorios de la UCV. Teníamos en el IAP un gran auditorio con un techo muy alto, donde divisamos las peligrosas estalactitas de asbesto. La única manera de reparar aquello era creando placas que aislaran el techo, una tarea difícil por la altura del mismo, pero no había otra manera de hacerlo. El tema se tornó controversial en la UCV, hasta que finalmente la reparación se consideró como una necesidad y cumplimos con el apoyo del Decano Pablo, nuestra labor de medicina preventiva.

Hace ya muchos años desde el 2005 cuando me tocó regresar a mi ciudad natal, Maracaibo, pero Sergei Rachmaninoff siguió sonando, con Borodin, Tchaikosky, Mussorgsky y otros (https://bit.ly/3JlysjL) compositores rusos pero al de “la comezón” lo puedo escuchar en el recuerdo, y así lo he mencionado en este blog lapesteloca a propósito de los músicos rusos (https://bit.ly/3bejkbH), y relatando historias sobre Pablo, Marilyn y Steve McQueen, asuntos estos sobre los que escribí por primera vez un 20 de diciembre del 2016 estando en una temperatura bajo cero centígrados en Mississauga a las afueras de Toronto. Es curioso, pero he decidido traer estas memorias, hoy desde Londres, sin tanto frío pero nuevamente estando lejos de mi Maracaibo…

Desde Londres, el martes 2 de agosto del año 2022

No hay comentarios: