domingo, 9 de noviembre de 2014

Sobre la elípsis y el vosceo en la literatura






SOBRE LA ELÍPSIS Y EL VOSEO EN LA LITERATURA

Quiero responder a un par de preguntas que me han hecho algunos amigos a quienes les he dado a leer fragmentos de una novela aún inédita, en la cual me refiero a los amores elípticos de un médico e investigador de nuestra tropical región del planeta. Más concretamente hablo particularmente sobre nuestra ciudad, amada por el sol. ¿Por qué considerar elípticos los amores de ese curioso personaje a quien apodan Murmullo, y por qué me atrevo a utilizar el voseado como léxico para relatarlos?

La primera Ley de Kepler asegura que cada uno de los planetas del Sistema Solar describe una órbita elíptica, uno de cuyos focos está ocupado por el Sol. Un elipsoide es el equivalente tridimensional de una elipse y puede ser descrito comúnmente como una esfera achatada y su volumen puede ser calculado a partir de la longitud de sus tres ejes. Hace algunos años, escribí un relato intitulado “Elipse” para hablar de un indígena en la selva quien se marcha para olvidarse de sus penurias y termina regresando a sus orígenes a través de un viaje nocturnal con lluvia, y reflejos de la luna en escenarios fantasiosos. En ese viaje de ida y vuelta, el personaje se acerca y se aleja y ese giro elipsoidal, nunca es parabólico por lo que no pretende fin didáctico alguno.

En la gramática tradicional se dice a veces que la "elipsis consiste en suprimir algún elemento del discurso sin contradecir las reglas gramaticales". Cuando se habla de elipsis, en lingüística se trata de ciertas construcciones sintácticas en las que no aparece alguna palabra que se refiera a una entidad lógica necesaria para darle sentido a una frase.  

Karl Vossler (Hohenheim, Stuttgart, 1872 - Múnich, 1949) romanista e hispanista alemán, creador de la escuela del Idealismo lingüístico y de la Estilística, en su análisis teórico de la sintaxis participó en una polémica histórica concerniente a la naturaleza de la elipsis lingüística. Precisamente sobre Vossler, y el lenguaje, nos habló Sábato en un artículo titulado “El voseo” donde señalaba que, “ya Karl Vossler, con dialéctica hegeliana, nos ha dicho que el lenguaje es una estructura que oscila entre dos polos opuestos, entre el individuo y la sociedad, entre la creación y la tradición, entre la originalidad y la convención, entre la libertad y la determinación, entre la poesía y la acomodación social, entre el espíritu y la cultura hecha, entre la psicología y la gramática”. Sábato escribió el artículo en Santos Lugares, Argentina, el año 1966 e insistió en que, “el único idioma general y universal es el de las matemáticas, porque se refiere a entes lógicos y helados, no a seres humanos calientes y contradictorios. Así como bien afirma Rosenblat, hay un castellano de Madrid otro de Bogotá y otro de Buenos Aires, y todos igualmente lícitos”. 

Años más tarde en 1989 refiriéndose a “La lengua de Castilla en el Nuevo Continente”, en una conferencia dictada en Buenos Aires Ernesto Sábato precisaba que “cuando hablamos del castellano tenemos que tener presente lo que afirmaba Humboldt, que el lenguaje no es un hecho cristalizado, sino una energía en permanente creación”, “porque esa lengua, como todas, difiere de un lugar a otro, sino hasta de un hablante a su vecino, motivo por el cual hay un castellano cervantino, otro quevediano y otro gongorino. Y así hasta el infinito”. 

Estos comentarios son pertinentes para discutir el hecho de atreverme a utilizar el voseo para redactar una novela. Jesús Ángel Parra ha señalado que “el voseo usado en Maracaibo es diptongado, lo que lo hace genuino, utilizado sólo por algunas comunidades en la sierra del Ecuador, es único en el mundo y no rompe totalmente con el voseo español de los siglos XII-XVI, que no es totalmente diferente de aquella modalidad latina, que comenzó a propagarse en tiempo del Bajo Imperio Romano. El vos que se fortalecerá en América es el vos que ya había comenzado a declinar y desaparecer en la Península”. El mismo Jesús Ángel Parra en su reciente artículo, nos refiere la existencia de movimientos literarios que propugnan el rescate del habla cotidiana de la calle, e informa que ha irrumpido cierta literatura en el Zulia en ese sentido, la cual siempre conllevará  “sus aliados y detractores”. Vaya pues este trabajo para alimentar la polémica sobre el uso del voceo en la literatura regional y nacional.

Jorge García Tamayo
Maracaibo,  noviembre, 2014.

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