No te hagas el loco, es contigo..
Hay dos frases que encierran toda la
crueldad oculta tras el perverso Chávez benefactor. Son axiomáticas, porque demuestran como el sociópata de
Sabaneta, las utilizó bajo el subterfugio del engaño, para envolver a propios y
extraños con medias verdades. Un
lenguaje que creíamos desterrado, devino
agigantado en él. Tanto así, que no solo los seguidores sectarios del chavismo son
quienes se empeñan en parlotearlo hasta la saciedad, sino que absolutamente
todos los colaboracionistas de la MUD, enchufados o con aspiraciones a serlo
(léase parlamentarias o diálogo), lo practican con soltura inusitada.
Me refiero a “ser rico es malo” y “hay
que darle poder a los pobres”.
Son frases que muestran la enorme
estafa del engaño dadivoso que no persigue sacar al pobre de su pobreza, sino que lo condena a ser siempre esclavo de
quien ofrece dar poder subjetivo a su marginalidad, obligándolo
a creer que salir de ella es malo.
La perversidad en pasta.
Pero ojo!.. antes también era igual. La
pobreza, los excluidos, y la necesidad
del liderazgo con agenda social, son patrañas enraizadas e ineludibles en el
lenguaje mediocre de casi todos los políticos
latinoamericanos de finales del siglo XX y de este decadente inicio del
XXI, salvo honrosas excepciones. Que las hay, pero que no enumeraré, para
evitar herir susceptibilidades de
grandes mayorías ignorantísimas.
¿Hasta cuando la compasión y la
caridad van a seguir siendo el instrumento político que se vale del sufrimiento
de quienes están en desventaja, para alcanzar privilegios?
A los barrios van los políticos a
buscar votos. Todos lo hacen en función del proselitismo político para poner
mano a la tajada que representa estar cerca de las arcas gubernamentales en Gobernaciones,
Alcaldías, Concejos Municipales y Parlamentos. Los pobres no necesitan líderes
que los sigan engañando. A los pobres lo único que los puede rescatar del
atraso y su precariedad del día a día, es defenderlos de quienes siempre los han
jodido. Los políticos de la cuarta y de la quinta. Todo lo que hicieron por los
pobres más allá de mantenerlos en su marginalidad se reduce a eso, ayudas y misiones miserables para que nunca
sean ricos sino unos pobres poderosos (o sea bien pobres). Con esta fórmula perversa solo lograron mitigar la sed de justicia, porque la sustentabilidad de ningún tipo, logró
dar respuesta adecuada al sin fin de sus limitaciones.
A los pobres lo único que puede
sacarlos de su pobreza es hacerlos ricos. Por eso, mientras el rancho que habita el lenguaje, la
mente y la estrategia de los políticos del gobierno y de la MUD, siga siendo el
mismo que causó y causa la pobreza y la marginalidad en el pueblo, resultará
casi imposible revertir esa ecuación.
Los pobres no están pendientes de
mirar jueces, fiscales y magistrados que alientan la impunidad. No les interesa
donde van los dineros del narcotráfico. No tienen idea de los ingentes recursos
del estado que se reparten oficialistas y colaboracionistas. No saben que su
tragedia clientelar es su condena, porque ignoran que su poder de decisión en
masa es el salvoconducto de su perdición.
Así que no es utopía desenmascarar a
estos farsantes fariseos de siempre que han alentado el burocratismo
sedentario, las corruptelas compartidas y el criticar lo visible sin ofrecer
soluciones y sin llamar las cosas por su nombre.
Razón infame la de Giordani ante
Chávez y Guaicaipuro, cuando aseveró que a los pobres había que tenerlos
siempre en su estado natural de pobreza porque esa era la única manera de
tenerlos bajo control. Siempre ha sido así. La marginalidad en este País tiene
nombre y apellido, y sus beneficiarios
directos e indirectos, sabemos todos
quienes son.
La tarea comienza en casa. Para
revertir la pobreza, no solo no basta con pintar el rancho o ponerle TV cable,
o construir una escuela en el vecindario “pobretón”. El barrio hay que “voltearlo”
de un solo sacudón. El barrio debe ser eliminado. La igualdad solo llega si
somos todos iguales en oportunidades. La vía expedita es, que quienes sean los más aptos para lograr
estos cambios de sustentabilidad económica, social, política, y ambiental, sean
los que instrumenten las acciones que reviertan el desarrollo en libertad. No
te hagas el loco es contigo…
Lorenzo García Tamayo Isla de Margarita, 10 de
agosto de 2014
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