domingo, 12 de octubre de 2025

López Baralt y Rangel (2)


La razón de ser de este nuevo trabajo (López Baralt y Rangel dividido en dos partes -1 y 2-) tiene una explicación quizás con cierto carácter justificativo y vale para atraer nuevamente la atención de los lectores del este Blog (lapesteloca) sobre dos de mis novelas “El movedizo encaje de los uveros” y “El año de la lepra”. La primera, es la novela de Rangel y de Cipriano Castro y exceptuando la descripción del final político de López Baralt con una patada en el trasero que le estamparía el propio general Juan Vicente Gómez, el lector no llega a percibir la presencia de la ayer descrita retaliación constante del -médico -político-marabino para con el joven científico trujillano.

Al incorporar ayer la historia personal del doctor Carrasquilla y sus esfuerzos en “la hermana república” por descubrir un tratamiento efectivo para la lepra, me lleva a recordar para mis lectores que los capítulos impares de la novela “El año de la lepra” es la historia real del doctor Luis Daniel Beauperthuy, un precursor de la investigación científica en nuestro país y su lucha, aislado en la Guayana Inglesa y en una isla en el rio Esequibo, con la idea de poder curar a los enfermos de lepra.

Pero, regresemos al 19 de septiembre de 1903, cuando el Bachiller Rafael Rangel, por intermedio de su ductor: el doctor Pablo Acosta Ortiz, presentaría ante el Colegio Médico de Venezuela (la futura Academia de Medicina), su trascendental trabajo sobre la “Etiología de ciertas anemias graves. El Dr. Pablo Acosta Ortiz, leyó el trabajo del sabio Rangel, ante el resto de los integrantes del ilustre colegio (para el momento 31 miembros) y estaban presentes José Gregorio Hernández, Luis Razetti, JM. de los Ríos, Elías Rodríguez, y E. Meier Flégel, entre otros. Rangel continuó trabajando sobre este mismo tema, y adicionalmente, presentaría dos informes a la recién creada Academia de Medicina, en los años 1904 y 1905.


El gran aporte del sabio Rangel, a los estudios científicos del país, le fue recompensado por la Academia de Medicina, con un premio especial, consistente en recomendar al gobierno, como obra de utilidad nacional, que enviara a Rafael Rangel, a realizar estudios al exterior, y a tales fines publicaron un “acuerdo”, el 25 de mayo de 1905, del tenor: siguiente: “CONSIDERANDO: que los estudios del señor Rafael Rangel sobre parasitología tropical, en especial la determinación del Anquilostomo Americano como causa de ciertas anemias graves en Venezuela, representan un notable esfuerzo de investigación científica. ACUERDA:1º.- Conceder al señor Rafael Rangel, un premio especial a título de estímulo por su amor a la investigación científica y su consagración al trabajo. 2º.- Recomendar al gobierno como obra de utilidad nacional, que envíe al señor Rangel a una Escuela de Patología Tropical, con el objeto de que perfeccione allí sus conocimientos e implante luego en Venezuela la enseñanza de una parasitología tropical. 3º.- Entregar este acuerdo y el premio al señor Rangel, el día del Aniversario de la Academia en la sesión solemne y pública anual. Dado en el Salón de sesiones de la Academia de Medicina el 25 de mayo de 1905.

Ese mismo año de 1905, es nombrado el Dr. Rafael López Baralt, como miembro correspondiente Nacional de la Academia de Medicina, por el Estado Zulia, el influyente político y médico marabino, recién había sido nombrado Ministro de Relaciones Interiores y de Relaciones Exteriores del Presidente Cipriano Castro, y hasta allí llegó el Acuerdo de la Academia de Medicina, cuyos miembros callaron para siempre, ante el poder político del Dr. Rafael López Baralt, quien además había sido el ideólogo y propulsor de la creación de la Academia de Medicina, de la cual formaba parte a partir de 1905. Fue notorio el silencio del Dr. Luis Razetti, un silencio que continuó hasta la muerte de Rangel, pues en 1908, siendo Senador de la Republica, y médico personal del Presidente Cipriano Castro, llegaría a ser Vicepresidente de la Cámara del Senado y Presidente de la Comisión Permanente de Instrucción Pública, pero nunca abogó por el cumplimiento del Acuerdo del 25 de mayo de 1905, de la Academia de Medicina, de la cual fue “Secretario Perpetuo”.

También en el año de 1908, el Dr. Roberto Vargas, titular del Ministerio de Obras Publicas y el Dr. Samuel Darío Maldonado, titular del Ministerio de Instrucción Pública, actuando de común acuerdo, resuelven presentar al Congreso una petición para que le fuese acordada una pensión a Rafael Rangel, a fin de que se trasladase a Europa a realizar estudios. El Congreso de la Republica, negó la solicitud, pues el Dr. Rafael López Baralt, había descargado toda su influencia, en contra del joven Rafael Rangel, obstaculizando con ello la evolución de la Investigación en Venezuela.

A pesar de estas evidencias, el propio Dr. Ceferino Alegría, refiere que el Dr. Jesús Acosta Galbán, en la página 70 de su libro “El Centenario del Hospital Chiquinquirá”, al referirse al Dr. Rafael López Baralt, opinba que: “Los errores que pudo haber cometido, arrastrado por las veleidades de la política, no llegan a obscurecer siquiera ligeramente, su recia personalidad de excelente médico y de político decidido y valiente, siempre fiel a las ideas que sustentaba y creía verdaderas”. Concluye el Dr Ceferino Alegría que el Dr. Rafael López Baralt, había “descargado toda su influencia, en contra del sabio Rafael Rangel, obstaculizando por ello, la evolución de la investigación en Venezuela”.

En 1908, el Dr. Roberto Vargas, del Ministerio de Obras Publicas y el Dr. Samuel Darío Maldonado, del Ministerio de Instrucción Pública, presentaron al Congreso una petición para que le fuese acordada una pensión a Rafael Rangel, a fin de que se trasladase a Europa a realizar estudios, pero el Congreso de la Republica, nuevamente negó la solicitud.

Conviene recordar que, en 1906, Rafael Rangel desarrolló una gran actividad académica, en el Laboratorio del Hospital Vargas. Tenía varios médicos que eran sus discípulos y dirigió siete (7) tesis doctorales, y solo pidió que en ellas, se colocara la inscripción: “Trabajo de Laboratorio del Hospital Vargas”.Tres ejemplos de ellas, según cita el investigador Ceferino Alegría en la bibliografía de su obra: Soto, Victor Raul. “Naturaleza de la disentería en Caracas”. Trabajo del Laboratorio del Hospital Vargas. T. de D. Nº 63. Tip HI. Caracas 1906. Romero Sierra, J.M. “Contribución al estudio de los mosquitos en Caracas”. Trabajo del Laboratorio del Hospital Vargas. T. de D. Nº 67. Tip. HI. Caracas 1907. Alfonzo Rivas, Francisco. “Contribución al estudio del agente patógeno de la Buba”. Trabajo del Laboratorio del Hospital Vargas. T. de D. Nº 61. Tip. Americana. Caracas 1909.

Inicialmente bajo la dirección de José Gregorio Hernández y Santos Aníbal Domínici, así como de otras grandes figuras como Pablo Acosta Ortiz, Enrique Meier Flégel y Luis Razetti, recordemos que Rangel dominaba la lectura de los cinco idiomas más importantes de la ciencia mundial, y adquirió una erudición que le permitió estar en la frontera del conocimiento médico y biológico. Esa formación lo preparó para ser director del Laboratorio del Hospital Vargas, 1902-1909. Convertido en investigador activo, dirigiría el 26,2% de las tesis doctorales en medicina de ese período, y produjo los más importantes descubrimientos sobre la causalidad, diagnóstico, tratamiento y epidemiología de graves enfermedades que afectaban tanto a la población humana como animal de nuestro país.

En 1908, el Dr. Roberto Vargas, del Ministerio de Obras Publicas y el Dr. Samuel Darío Maldonado, del Ministerio de Instrucción Pública, presentaron al Congreso una petición para que le fuese acordada una pensión a Rafael Rangel, a fin de que se trasladase a Europa a realizar estudios, pero el Congreso de la Republica, nuevamente negó la solicitud.

Lopez Baralt, fue arrestado en diciembre de 1908 por proclamar su lealtad al general Cipriano Castro, recién depuesto por golpe de Estado. Fue liberado en abril de 1909, retirándose de toda actividad política y retirado en Maracaibo, fallecería el junio del año 1918.

Fin de López Baralt y Rangel (2)

Maracaibo, el domingo 12 de octubre, “día de la Raza” del año 2025

 

sábado, 11 de octubre de 2025

López Baralt y Rangel (1)

Después de leer la obra del investigador: Dr. Ceferino Alegría, profesor Titular de Historia de la Medicina en la Universidad Central de Venezuela, podemos llegar a la conclusión, de que el Dr. Rafael López Baralt, a partir de haber tenido un incidente personal, con el bachiller Rafael Rangel, en Maracaibo, cuando éste tenía 19 años, afectaría negativamente durante toda su vida.

El doctor Juan de Dios Carrasquilla Lema trabajando en Bogotá, estaba bien informado sobre los avances de la ciencia de finales del siglo XIX, y de los sorprendentes hallazgos de Pasteur y de Koch. Conocía las doctrinas iniciales de las nuevas especialidades de la microbiología y de la inmunología relacionadas con las toxinas y estaba al tanto de la posibilidad de producir experimentalmente sueros neutralizantes de las toxinas bacterianas. El 30 de agosto de 1895, pronunció en la Academia de Medicina de Colombia la primera de cuatro conferencias sobre el empleo de la Seroterapia contra la lepra y pidió comedidamente a la Academia que estudiara su comunicación y le indicara si debía “continuar por el camino seguido o cambiarlo por otro”.

Los testimonios de aquella época, señalan que cuando Rangel cursaba su último año de bachillerato en 1896, llegaron noticias desde Bogotá, donde estaban realizando la curación seroterápica de la Lepra, según un novedoso procedimiento seguido por el doctor Juan de Dios Carrasquilla. La Junta de Lazareto del Zulia, decidiría enviar a Bogotá, una comisión con el objeto de estudiar el procedimiento utilizado por el doctor Carrasquilla.

Rangel, quien finalizaba sus estudios de bachillerato en Maracaibo, de inmediato, se ofrecería voluntariamente, para ir en calidad de ayudante; pero el director de la Sección de Seroterapia del Instituto Pasteur de Maracaibo, pero el Dr. Rafael López Baralt, lo rechazaría. Rangel insistiría, pero nuevamente su petición sería rechazada por el Dr. López Baralt. Acto seguido el joven estudiante Rafael Rangel, exaltado y ofuscado, le enrostró al Dr. López Baralt, su pequeña estatura, diciéndole que la trataba de compensar con unos zapatos de tacones altos, asignándole el calificativo de “Enano Engreído”. Rangel, previendo las consecuencias de ese incidente, con el Dr. Rafael López Baralt, ante la gran influencia política y científica del Dr. López, en Maracaibo; decidiría irse a seguir los estudios en la Universidad de Caracas.

El doctor Juan de Dios Carrasquilla Lema había nacido en la ciudad de Bogotá, el día 19 de marzo de 1833. El doctor Carrasquilla fue un hombre de ciencia forjado en la medicina del siglo XIX estudioso de la naturaleza y supo aplicar diestramente sus conocimientos en el terreno de las ciencias naturales al de las ciencias agropecuarias y al desarrollo técnico de las mismas; fue un experimentador en los campos casi desconocidos de la malaria; un investigador que indagaría en los misterios de la lepra con el anhelo de doblegar la enfermedad y de vencerla.

El doctor Carrasquilla estudió Medicina en los Colegios de San Bartolomé y el Rosario e hizo sus prácticas en el viejo hospital de San Juan de Dios hasta obtener su grado de Doctor a los 19 años, Ejerció la medicina durante seis años en las zonas rurales de Antioquia, en donde debía competir con los curanderos ambulantes que combatían los cólicos con “cayetanas de humo” y la indigestión con “enemas de caldo de pollo tierno”; que atacaban las lombrices con agua de siete hierbas y la debilidad con parches de Vigo aplicados sobre las sienes; que utilizaban la cañafístula en el tratamiento de las afecciones propias de la mujer, la otoba para tratar las niguas y el hinojo en las conjuntivitis, y pretendían curar la erisipela adhiriendo sapos a las áreas afectadas para que en forma mágica la enfermedad pasara a los sapos liberando al enfermo.

Con un artículo aparecido en noviembre de 1881 en “El Agricultor”, titulado “La elefantiasis de los griegos”, el doctor Carrasquilla dio comienzos a sus estudios sobre la lepra. En Colombia aún se consideraba a la lepra como la más temible quizás de las enfermedades. Los periodistas tomaban parte en discusiones acaloradas con los médicos sobre cómo tratar la enfermedad y opinaban en pro o en contra sobre la conveniencia o inconveniencia de aislar a los enfermos leprosos en leprocomios regionales, o como lo aconsejaba el general Rafael Reyes, en un Gran Lazareto Nacional que se establecería en una pequeña isla del Océano Pacífico, frente a Panamá, para albergar los veinte mil o más enfermos que se suponía que existían según “las más idóneas” estadísticas nacionales.

La clase más privilegiada de la sociedad bogotana pensaba que de no adoptarse prontamente medidas radicales, en corto tiempo el país habría de transformarse en una República de leprosos. Escritores prestigiosos como doña Soledad Acosta de Samper, el doctor Ricardo de la Parra y don Adriano Páez, al igual que lo hacía en España doña Emilia Pardo Bazán, contribuían a mantener el clima de zozobra y temor con relatos apocalípticos sobre una enfermedad que amenazaba destruir a todos.

En su primera conferencia sobre Seroterapia de la lepra, presentada ante los médicos de la Policlínica de Bogotá, diría: “El bacilo de la tuberculosis y el de la lepra se parecen hasta el punto de confundirse; las lesiones de la lepra y la sífilis ocasionan a menudo errores diagnósticos por su semejanza. En su segunda exposición, un mes más tarde, anunció a la Academia que había iniciado el tratamiento seroterápico en leprosos de la forma tuberculosa.  He necesitado presentar día por día los sorprendentes efectos de la medicación para adquirir el convencimiento que hoy tengo de que la lepra se cura”.

En 1897 el doctor Carrasquilla partió hacia Europa aceptando una honrosa invitación para tomar parte en el Congreso de Leprología que se reuniría en Berlín en octubre de ese año. Allí presentó sus trabajos de investigación y tuvo la satisfacción de recibir el respaldo de muchos delegados al certamen científico y logró que sus trabajos se a aceptaran como material de estudio de futuras investigaciones. Pero al regresar al país, encontró con sorpresa que el Gobierno Nacional había clausurado su Instituto basándose en un informe desfavorable que la Comisión de la Academia había rendido finalmente sobre el tratamiento de la lepra por el método de la seroterapia. Sus palabras, recibidas con frialdad en la Academia fueron estas: “Cultivado el Bacilo de Hansen en condiciones prácticas y relativamente fáciles, las diversas cuestiones relativas a la naturaleza infecciosa de la lepra, y sobre todo el gran problema de la durabilidad de esa terrible enfermedad, quedarán definitivamente resueltas”. Pero al igual que Federico Lleras Acosta, treinta años más tarde, Carrasquilla no había logrado cultivar el bacilo…

Rafael Rangel ya en el hospital Vargas de Caracas, había diseñado un programa tutorial de licenciatura en microbiología con especial énfasis en parasitología, y lo cumplió durante cinco años (1898-1902), bajo la dirección de José Gregorio Hernández y Santos Aníbal Domínici. Desde su inicio en el año  1898, Rangel solicitó por primera vez al Congreso una beca, para trasladarse al exterior, a realizar estudios de inmunología seroespecifica, pero el Dr. Rafael López Baralt, era miembro de la comisión encargada de otorgar las becas en el parlamento, y la solicitud de Rangel, quedaría negada.

A mediados del año 1900, Rangel conseguiría la aprobación de un aporte presupuestario, con el primer Presidente del Estado Trujillo, Inocente de Jesús Quevedo, recién nombrado por Cipriano Castro. Rangel esperaba viajar al exterior a realizar su sueño, de estudiar serología inmunoespecifica, pero ya en el mes de abril de 1901, fue nombrado Presidente del Estado Trujillo, el médico y político marabino Dr. Rafael López Baralt, y el aporte presupuestario aprobado, no se ejecutó en beneficio del joven trujillano. Así lo dispuso el nuevo Presidente del Estado.

La alegría de Rafael Rangel, duró muy poco, pues en el mes de abril de 1901, sería nombrado Presidente del Estado Trujillo, el Dr. Rafael López Baralt, el médico y político marabino, que en 1896, había recibido en Maracaibo, las palabras del emocionalmente alterado joven Rafael Rangel, y sus esperanzas tuvieron que silenciarse pues con intenso dolor, se sintió lesionado en sus intereses investigativos, nuevamente tropezaba con la misma piedra.  

Esta historia continuará   y finalizará   mañana…   

Maracaibo, sábado 11 de octubre del año 2025

viernes, 10 de octubre de 2025

Sándor Márai

Este año 2025, el Premio Nobel de Literatura ha sido otorgado a un periodista y escritor húngaro: László Krasznahorkai, hoy en el blog hablaré sobre Sándor Márai (1900-1089) también Sándor Grosschmid, quien nació en Kassa, Hungría, y está considerado como uno de los grandes escritores en lengua húngara de todos los tiempos y una de las figuras clave en la literatura europea de entreguerras.

Tras iniciar su carrera escribiendo en alemán, Márai decidió usar su lengua natal para desarrollar su obra literaria, en la que destacó, además de en la narrativa, en la poesía, la dramaturgia y la crónica periodística. De estilo realista y descarnado, se le comparó con Thomas Mann y Stefan Zweig, disfrutando de gran éxito en toda Europa durante los años 30.

Tras la Guerra Mundial, en la que se posicionó claramente en contra de los movimientos fascistas, y debido al auge del comunismo en Hungría, Odiaba el régimen comunista húngaro, por lo que se fue a Italia en 1948 y luego Márai tuvo que exiliarse en Estados Unidos Pero Márai no pudo encontrar un hogar en Estados Unidos. Sentía nostalgia y añoraba sus raíces europeas. Escribiría en su diario: “¿Qué es eso que no me gusta? sobre América? No hay otra respuesta, sólo ésta: sin espíritu (…) No se puede encontrar una nueva patria, sólo se puede ganar dinero y convertirlo en un lugar de residencia”.

 

En 1956, siguió de cerca la Revolución Húngara. Creía tanto en su victoria que se trasladó a Europa el 6 de noviembre. Para cuando llegó, la revolución había perdido toda posibilidad. Márai estaba profundamente decepcionado con las potencias occidentales por no apoyar la causa húngara. Más tarde, a su regreso a Nueva York, envió un poema (titulado "
Mennyből az Angyal") a los húngaros a través de Radio Europa Libre (Szabad Európa Rádió).

De entre su obra habría que destacar obras como El último encuentro La herencia de Eszter, aunque sus diarios y memorias resultan indispensables para conocer la Hungría invadida por alemanes o soviéticos, como queda retratada en Confesiones de un burgués. Los rebeldes (1930)(2009), La extraña (1934) (2008), La gaviota(1943) (2011), Música en Florencia  (1951), A la luz de los candelabros(1967), El último encuentro (1999).      


Publicaciones póstumas: Un perro de carácter
(2024),  Los celosos (2023),  El matarife (2022),  Lo que no quise decirte (2016),  Diarios 1984-1989(2008),  La hermana (2007),  ¡Tierra, tierra!(2006),  La mujer justa(2005),  Confesiones de un burgués (2004),  La amante de Bolzano (2003)(2014),  Divorcio en Buda(2001),  La herencia de Eszter(2000),  Liberación(2000) (2012). 

 

El último encuentro es una novela que sigue la historia de dos amigos de la infancia que se reencuentran después de muchos años de separación. A través de sus conversaciones, se revelan los secretos y las heridas del pasado que han afectado profundamente a ambos hombres. La novela es una reflexión sobre la amistad y cómo ésta puede ser una fuerza poderosa tanto para el bien como para el mal. Por otro lado, La extraña es una novela que sigue la historia de Vicktor Askenasi, quien emprende un viaje solitario por el Mediterráneo en el que reflexiona acerca de la condición humana: el amor, la pasión, el sexo, el matrimonio, la insatisfacción y la felicidad transitoria, antesala de la decepción inevitable. Un viaje en el que el mar, el paisaje y la muchedumbre le hacen sentir la extrañeza de la vida. Un libro profundo de uno de los escritores europeos más importantes del siglo XX. Una obra breve e impactante que mantiene viva la tensión que oscila entre la incertidumbre, el amor, la soledad y la felicidad transitoria, antesala de la decepción inevitable,

 

Las novelas de Sándor Márai han sido traducidas a varios idiomas y son ampliamente leídas y admiradas en todo el mundo. Su lenguaje refinado y su profunda reflexión sobre la humanidad las hacen obras maestras de la literatura y seguirán inspirando a las generaciones futuras. 

 

Después de la pérdida de las dos guerras mundiales y sometida Hungría a una dictadura de tipo soviético, hasta prácticamente mediados de los años sesenta, la literatura atravesaba una época de poca calidad, con intentos de engañar a la censura. En los años noventa, en tiempos de la democracia, la literatura húngara resurgirá con Imre Kertéz, premio Nobel de literatura que con Sin destino, una obra maestra, considerada una de las mejores novelas del siglo XX, vuelve a ocular un lugar de honor en la literatura europea y universal.

Habría que esperar varias décadas, hasta el inicio del ocaso del régimen comunista en los años 80, para que este extraordinario escritor fuese redescubierto en su país... y en el mundo entero. Sin embargo, esta renovada fama coincidió con una serie de tragedias familiares que marcaron los últimos años de su vida: primero, la muerte de su mujer, Lola, en enero de 1986; después, las de su hijo adoptivo János, a los 46 años, y las de sus hermanos. Estas desgracias quedaron muy patentes en los diarios que Sándor Márai escribió en esta etapa, con entradas tan dolorosas como la siguiente: “La soledad que me envuelve es tan densa como la niebla invernal, es palpable. Hasta la ropa huele a muerte”. Enfermo, pobre y deprimido, Sandor Márai se estableció en San Diego, California. Se aisló mucho tras la muerte de su esposa se suicidó disparándose en la cabeza el 21 de febrero de 1989.

“¿Que significa 'amar'? Durante años he pensado que significa conocer a la otra persona..., conocerla perfectamente, con todos sus secretos; conocer cada rincón de su cuerpo, cada reflejo; conocer a fondo su alma, cada una de sus emociones... Quizás sea eso, quizás conocer sea lo mismo que amar. Pero eso solo es una teoría. Después de todo, ¿que quiere decir conocer? ¿Cuánto se puede conocer a un ser humano? ¿Hasta dónde se puede seguir a un alma desconocida? ¿Hasta sus sueños? ¿Y luego adonde?

¡Qué cosa más rara debe de ser! Como un milagro... Yo imagino que los encuentros de ese tipo deben de ser místicos. La vida real no se basa en tales probabilidades. Creo que las personas que siguen el mismo ritmo, que segregan sus hormonas al mismo tiempo, que piensan lo mismo de las cosas y lo expresan con palabras idénticas... bueno, creo que eso no existe. Una de las dos será más lenta y la otra más rápida, una es tímida, la otra osada, una ardiente, la otra tibia. Así es como hay que tomar la vida, los encuentros... Hay que aceptar la felicidad así, en su estado imperfecto.”

Para lapesteloca, en Maracaibo, el día viernes 10 de octubre del año 2025

jueves, 9 de octubre de 2025

El pájaro de fuego


El 29 de mayo de 1913, cuando se estrenó el ballet La consagración de la primavera de Igor Stravinsky, y se considera es una de las fechas clave del nacimiento de la llamada música contemporánea; la armonía politonal, sus ritmos abruptos y dislocados y su agresiva orquestación provocaron en el público uno de los mayores escándalos de la historia del arte de la música.

Hace menos de una semana que mi nieta Ella, bailaría en El pájaro de fuego para cerrar la temporada de la Compañía de ballet clásico en Miami, y no quiero perder esta oportunidad de mencionar a Ella, mi bella nieta gringuita, para recordar a Igor Stravinsky (1882-1971) el compositor ruso, nacionalizado francés y, posteriormente estadounidense…

Ya Stravinsky había sido reconocido como el autor de otros dos ballets que habían sido sensacionales. El pájaro de fuego fue internacionalmente conocido desde 1910 y también Petrushka. Habría de ser en mayo de 1913 cuando Stravinsky pasaría a ser el jefe de una nueva escuela musical. Como lo hiciera Picasso en el campo de las artes plásticas, Stravinsky, se caracterizó en su vida profesional por ir de un estilo a otro con absoluta facilidad, sin perder su propia personalidad. La carrera compositiva de este maestro, puede dividirse en tres periodos: el ruso, el neoclásico y el dodecafónico y será siempre uno de los referentes incuestionables de la música del siglo XX.

Igor Stravinsky era alumno de Nikolai Rimski-Korsakov en San Petersburgo, cuando el empresario Sergei Diaghilev, le encargó una partitura para ser estrenada por su compañía, los Ballets Rusos, en su temporada parisiense. El resultado fue El pájaro de fuego, obra con una profunda influencia de su maestro en su concepción general, donde ya se perciben algunos de los rasgos que definirán el estilo posterior de Stravinsky, como su agudo sentido del ritmo y del color instrumental. Su rápida evolución culminó en la Consagración de la primavera y en otra partitura Las bodas, instrumentada para la original combinación de cuatro pianos y percusión, con participación vocal, fue llevanda al límite la herencia de la escuela nacionalista rusa.

El estilo de Stravinsky, experimentó entonces un giro que desconcertó a sus propios seguidores: en lugar de seguir el camino abierto por estas obras, en 1920 dio a conocer un nuevo ballet, Pulcinella, era recreación respetuosa, de la música barroca a partir de composiciones de Giovanni Battista Pergolesi y de esta manera comenzaba la etapa neoclásica del maestro, caracterizada por la revisitación de los lenguajes del pasado, como homenaje a sus compositores más admirados, como Bach (Concierto en re), Tchaikovsky (El beso del hada), Haendel (Oedipus rex), Haydn (Sinfonía en do) o, Mozart (La carrera del libertino) y obras tan importantes como el Octeto para instrumentos de viento, la Sinfonía de los salmos o el ballet Apollon Musagète.

Stravinsky abandonó las armonías disonantes y la brillante orquestación de sus anteriores composiciones para adoptar el estilo más severo y objetivo, del neoclasicismo, que nació como una oposición al arrebatado subjetivismo del Romanticismo y el expresionismo germánicos, estilo que sin embargo, no excluía cierto sentido del humor en su aproximación al pasado. Con la Sinfonía en tres movimientos y la ópera La carrera del libertino concluiría esta etapa.

Stravinsky volvería a sorprender al mundo al adoptar el método dodecafónico sistematizado por su colega y rival Arnold Schönberg, a la muerte de éste. De nuevo un ballet, Agon, señaló la apertura de este período, en el que sobresalen títulos como Canticum sacrum, ThreniMonumentum pro Gesualdo y Requiem Canticles, ninguno de los cuales ha obtenido el nivel de aceptación de las obras de las dos épocas precedentes.

Debido a la Primera Guerra Mundial y a la Revolución Rusa, Stravinsky no pudo regresar a su país natal hasta 1962. Se había instalado en Suiza y luego en París, nacionalizándose francés en 1934. Se sabe que Stravinsky era fascista y antibolchevique, y algunas de sus acciones se han interpretado como simpatizantes de los nazis y de Mussolini, y estuvo tocando para él y haciéndole regalos en varias ocasiones en Italia. 

Robert Craft, confidente de Stravinsky, ha escrito que, Stravinsky "detestaba" a los nazis y que guardaba un álbum de recortes lleno de fotos anotadas de Himmler y Goering en poses extrañas, pero lo cierto es que, a lo largo de la década de 1930, Stravinsky viajó a Alemania para dirigir y actuar, y siguió manteniendo correspondencia con editores alemanes hasta 1939. En mayo de 1938, la música de Stravinsky fue declarada Entartete Musik (música degenerada) en Alemania y sus obras fueron prohibidas en gran medida. El Deutsche Allgemeine Zeitung informó de que “Stravinsky y Arnold Schoenberg son [...] los líderes de las tendencias bolchevistas culturales decadentes en el arte actual”.

Su hijo menor fue movilizado en el ejército francés a finales de 1939 y más tarde tuvo que demostrar (con éxito) que su padre no era judío. El hijo mayor de Stravinsky fue internado cerca de Toulouse en junio de 1941, y su yerno judío fue asesinado por la Gestapo, dejando huérfana a su nieta. El compositor pudo transferir dinero a su familia en la Francia ocupada a través del también compositor Darius Milhaud, cuya madre permaneció en Francia hasta su muerte en 1943. Durante este tiempo, Stravinsky compuso dos obras importantes, incluyendo la neoclásica Sinfonía en Do (1938-40) y la sinfonía-concierto, Sinfonía en tres movimientos (1942-45).

Su Cantata (1951-2) es una obra coral en lengua inglesa para soprano, tenor, coro femenino y conjunto instrumental que se ajusta a cuatro poemas ingleses anónimos de finales de la Edad Media sugeridos por W. H. Auden. La elección del texto de la Cantata, que marca el primer paso de Stravinsky hacia “el serialismo”, se interpreta a menudo como una prueba más de su antisemitismo.

Stravinsky se estableció en California y se nacionalizó estadounidense en 1945. Regresó a Leningrado en 1962 para dirigir una serie de conciertos y conoció a Dmitri Shostakovich y a Aram Khachaturian. Murió de insuficiencia cardíaca en 1971, a los 88 años. Sus restos mortales fueron inhumados en Venecia y está enterrado cerca de Diaghilev en San Michele, Italia.

Maracaibo, jueves 9 de octubre del año 2025

miércoles, 8 de octubre de 2025

Italo Calvino


Pin es un niño que crece en la Italia convulsionada por la Segunda Guerra Mundial y busca clientes para su hermana, quien se prostituye para la supervivencia de ambos; un día le roba un arma a un militar alemán y la esconde en lo que él llama “el nido de araña”, pero la encuentran y lo llevan a la cárcel, pero se escapa con ayuda de otros quienes eran parte de la resistencia. Desde una infancia atravesada por las miserias humanas, comenzará una búsqueda de identidad que nunca estará libre de tensiones.

La historia del niño Pin, se parece demasiado a la trama de un italiano nacido en Cuba, el 15 de octubre de 1923, quien luchó en aquella misma guerra, y cuya experiencia tomó forma en su primera novela, El sendero de los nidos de araña. El autor, hasta el momento de su muerte en 1985, era el escritor más traducido de Italia y se llamaba Italo Calvino.

Italo Calvino fue un escritor que luchó contra los fascistas durante la Segunda Guerra Mundial y con un estilo único muy personal, escribió novelas, cuentos y ensayos, que oscilaron siempre entre el realismo y lo fantástico. Se casó con una traductora argentina, y es uno de los autores italianos más leídos en el mundo. Italo Calvino es considerado uno de los grandes autores italianos del siglo XX, siendo autor tanto de novela como de relato y ensayo.

Hijo de un ingeniero agrónomo y de una botánica y profesora universitaria, quienes estaban en Cuba, pero ya dos años después del nacimiento de su hijo, ya vivían en Italia, en Turín, donde Italo ingresó a la Universidad para seguir los mismos estudios que su padre. Completó su formación en agricultura, pero su vocación estaba en la literatura. Sin embargo, al estallar la Segunda Guerra Mundial, abandonó los cursos que había empezado y se integró a los partisanos contra el fascismo. Todo aquello dejó una marca a fuego de la que no se desprendió jamás.

Al finalizar la Guerra, Italo retomó sus estudios y se graduó de la carrera de Letras, con una tesis sobre Joseph Conrad y comenzó a escribir profesionalmente en diversos diarios donde colaboraba. Fue durante esos años cuando conoció al escritor italiano Cesare Pavese, quien lo ayudó a ingresar a la editorial Einaudi, con la que mantuvo una fuerte relación laboral y de amistad con sus miembros, de manera que fue gracias a la ayuda de Pavese, que Calvino, con 24 años, publicó su primera novela, inspirada en la Resistencia contra los fascistas.

“Todo lo que escribo y pienso, es parte de la experiencia de la Resistencia. Sólo las revoluciones, los grandes movimientos renovadores, ponen en movimiento la conciencia y dan el derecho a decir”, expresó una vez Calvino. Luego, comenzó a escribir relatos que se alejaban de la perspectiva realista y se acercaban a lo fantástico y como muestra existe la trilogía “Nuestros antepasados”, integrada por El vizconde demediadoEl barón rampante y El caballero inexistente.

Esta trilogía de Calvino marcó un importante giro en su evolución literaria, y dejando a un lado sus inclinaciones neorrealistas, consiguió reinventar magistralmente el conte philosophique del siglo XVII. Con un refinado juego de acontecimientos emblemáticos, que acercan el estilo del libro a la fábula, en El vizconde demediado (1952) se propuso analizar y denunciar la realidad contemporánea, así como la soledad y el miedo implícitos en la condición humana. La misma problemática continuará en El barón rampante (1957) y en El caballero inexistente (1959), obras que según comentan sus biógrafos Elena Tamaro y Tomás Fernández, muestran su conciencia de vivir en un mundo en el que se niega la más sencilla individualidad de las personas, reduciéndolas a una serie de comportamientos preestablecidos,

Notable fue también su interés por los problemas de la sociedad industrial contemporánea y la alienación urbana, que quedó plasmado en otra especie de trilogía compuesta por La especulación inmobiliaria (1957), La nube de smog (1958)y La jornada de un interventor electoral (1963). Gracias a su labor de crítico literario en la revista Il Menabo, que codirigía junto a Elio Vittorini, entró en contacto con la obra de Raymond Queneau y del grupo experimental francés Oulipo, a cuyos planteamientos literarios, se acercó.

En 1953 publicaría Marcovaldo (1963), combinando la narrativa realista y fantástica, Tamaro y Fernández opinarían que: “su poética se abrió a un nuevo clima cultural, moral y estilístico, determinado por el interés hacia argumentos científicos o matemáticos y hacia la experimentación literaria, pero en el que pervive claramente su característica actitud irónica y deformadora con respecto a la realidad”.

Cosmicómicas (1965) y Ti con zero (1967) forman parte de un nuevo momento en su producción literaria, donde intenta mediante la ficción una visión del mundo distinta, en la que el pensamiento humano y la noción de la verdad se expresan con un estilo único y personal. La editorial Einaudi –fundada en Turín en 1933 por Giulio Einaudi– fue decisiva en la carrera literaria de Calvino. fue uno de sus grandes colaboradores y como asesor del sello, impulsó la publicación en Italia de escritores argentinos como Julio Cortázar. A Cortázar lo conoció en París, en 1961, mientras Calvino promocionaba su novela El caballero inexistente.

El cronista Demian Orosz, comentaría: “Fue en el círculo de argentinos radicados en París donde Calvino conoció a ‘Chichita’, su futura esposa, y a Julio Cortázar y Aurora Bernárdez la mujer de Cortázar, quien se convertiría en la traductora al castellano de las obras del escritor italiano. Calvino y Cortázar se leyeron recíprocamente con mucha admiración e intercambiaron guiños. Tenían en común el amor por la literatura fantástica y el deseo de llevar la creación literaria al campo de la experimentación”,

Orosz agregaría: “El otro gran escritor argentino al que se lo vincula, es Borges. Según Martín Caparrós, Las ciudades invisibles es ‘el libro más borgeano que Borges no escribió’. ‘Yo no estaría tan de acuerdo con Caparrós en este punto’ –precisa Juan Kolasinki–. ‘Basta con leer la poesía de Borges y la poesía en Las ciudades invisibles para notar una diferencia de estilos que no es fácil de conciliar. Sin embargo, podría estar de acuerdo en el punto en que ambos escritores tienen una fascinación por las estructuras. En Borges están dentro del relato. En Calvino, esa estructura desnuda y a la vista no está dentro del relato, sino más bien en la organización con otros relatos’”.

Durante los años sesenta, Calvino volvió un tiempo a Cuba y fue en La Habana, en 1964, donde se casó con su mujer, la traductora argentina Esther Judit Singer, a quien apodaban “Chichita”. Chichita formaba parte con Julio Cortázar y Aurora Bernárdez del grupo de argentinos intelectuales que vivían en Francia y se habían conocido dos años antes en París. Luego de la boda, se fueron a vivir a Roma y, un año después nació su hija, Giovanna. Esther fue la principal traductora de la obra de Calvino y fue quien difundió la obra de su marido por distintas partes del mundo.

En los años setenta y ochenta, produjo sus últimas novelas –la famosa Las ciudades invisibles (1972), Si una noche de invierno un viajero (1979) y Palomar (1983)-. Entre 1984 y 1985, Calvino estaba trabajando en una serie de conferencias a dictar en Estados Unidos, invitado por la Universidad de Harvard (publicadas como Lezioni americane o, en español, Seis propuestas para el próximo milenio). Se trataba de los valores literarios que para Calvino eran más relevantes y que, según él, deberían conservarse en el nuevo milenio que se acercaba.

Calvino nunca las impartió: sufrió un derrame cerebral, el 6 de septiembre de 1985. Lo internaron en el hospital de Santa Maria della Scala (Siena), y falleció dos semanas después, el 19 de septiembre, con 61 años de edad. Las conferencias se editaron de manera póstuma, igual que otros títulos como Por qué leer los clásicos.

Maracaibo, miércoles 8 de octubre del año 2025

martes, 7 de octubre de 2025

Más allá de El Aleph…


Fue en el departamento de Silvina Ocampo y su marido, Adolfo Bioy Casares, donde Estela Canto conoció a “Georgie”. Era agosto de 1944. Ella tenía 26 y él, 45, y ambos participaban de reuniones de literatos en aquel dúplex con bibliotecas que, según Canto “parecían tener todo lo que se había escrito en el mundo”, ubicado en la esquina de Santa Fe y Ecuador. Como las declaraciones de amor de Borges están muy bien documentadas, sabemos que aquella misma noche, había quedado fascinado por Estela y como solía hacer frecuentemente, Borges le declaró su amor. Seguirían siendo amigos durante muchos años.

Estela Canto no solo era una escritora que solía polemizar con los intelectuales de la época, sino que era militante comunista, muy avanzada en sus costumbres sexuales ya que hablaba de ellas en público, en una época en la que las mujeres, aun las más liberales solían ocultarlas. Con Estela Canto, la relación entre ella y Borges fue diferente a la mayoría de las otras amistades amorosas, siempre platónicas, descritas en la vida personal de Borges y se tiene una casi certeza plena de que Borges, jamás tuvo una relación sexual física con otra persona.

 

En febrero de 1945 Borges le contó a Estela Canto que estaba escribiendo un cuento que hablaba de un objeto que permitía ver todos los objetos y lugares del universo desde cualquier punto de vista (y de esa manera cada objeto era infinitos objetos en un universo que, a su vez, era infinito). Y le dijo también que ese "aleph" (ya lo llamó así) estaría ubicado en San Telmo, en la calle Garay, cerca de donde ella vivía -en México y Tacuarí- y que el cuento le estaría dedicado a ella. De hecho, cuando Borges hizo pasar su cuento en limpio para entregarlo a la revista Sur para su publicación le regaló el manuscrito a Estela Canto.

 

En octubre de 1945 ocurrió como un hecho de relevancia en la literatura de Argentina, la revista Sur publicaría el cuento "El Aleph", de Jorge Luis Borges (el cual más adelante en el año 1949, integraría el libro "El Aleph" publicado por Losada). Hasta 1955, cuando Borges quedó ciego, todos sus textos fueron escritos a mano. Jamás usó una máquina de escribir… Su relato se iniciaba de la manera siguiente: La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió, después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo, noté que las carteleras de fierro de la Plaza Constitución habían renovado no sé qué aviso de cigarrillos rubios; el hecho me dolió, pues comprendí que el incesante y vasto universo ya se apartaba de ella y que ese cambio era el primero de una serie infinita. Cambiará el universo pero yo no, pensé con melancólica vanidad;”

 

Borges conocía las habladurías de su círculo intelectual sobre los amores incestuosos entre Estela Canto y su hermano Patricio, también escritor. En la primera versión de El Aleph Borges decía que Beatriz Viterbo (alter ego de Estela Canto, pero también de otras mujeres que Borges había amado) y Carlos Argentino Daneri eran hermanos, y tenían una relación incestuosa. Sin embargo, en la versión final eso no quedó así y convirtió a Beatriz y a Carlos en primos hermanos, aunque también incestuosos. “El Aleph” iba a llegar a los kioscos porteños unos pocos días antes del 17 de octubre de aquel año 1945.

 

Alba Estela Canto (1915-1994) escritoraperiodista y traductora argentina, era descendiente de una tradicional familia del Uruguay. Alba Estela tuvo variados trabajos durante los años 1930 y 1940. Fue bailarina "por pieza" en un local bailable, donde los hombres pagaban a las mujeres un importe para que bailasen determinadas piezas con ellos.

En 1944, en la casa de Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo, cuando conoció   Jorge Luis Borges; ella lo observó con admiración y aunque no le interesaban los romances con intelectuales, en otra reunión en casa de Bioy, Borges se ofreció a acompañarla y caminaron y charlaron hasta tarde, descubriendo que ambos admiraban a George Bernard Shaw y Borges se enamoró de Canto.

Alba Estela fue destinataria de varias cartas románticas del escritor, que luego publicaría en su libro de 1989 sobre Borges y en este libro sobre la relación que mantuvo ella escribiría: “La actitud de Borges me conmovía. Me gustaba lo que yo era para él, lo que él veía en mí. Sexualmente me era indiferente, ni siquiera me desagradaba. Sus besos torpes, bruscos, siempre a destiempo, eran aceptados condescendientemente. Nunca pretendí sentir lo que no sentía”.

Contrariando a su madre Leonor Acevedo Suárez, quien no veía con buenos ojos a Alba Estela debido a su pensamiento y su liberalismo sexual, Borges le propone casamiento, pero ella le respondería: “Lo haría con mucho gusto, Georgie, pero no olvides que soy una discípula de Bernard Shaw. No podemos casarnos si antes no nos acostamos”.  El paso del tiempo fue borrando el amor que Borges sintió por ella, y muchos años más tarde volvieron a encontrarse, como amigos.

El cuento El Aleph le está dedicado a Alba Estela y el original le fue obsequiado por Borges, en gratitud por la ayuda prestada al mecanografiárselo.[ Este manuscrito fue vendido por Alba Estela Canto a la casa de subastas Sotheby's por treinta mil dólares, y fue comprado luego por la Biblioteca Nacional de España (Madrid). ​ La reconstrucción de los acontecimientos indican que Estela pidió permiso a Borges para vender El Aleph durante un almuerzo, tomando una botella de vino blanco, en el hotel Dora ubicado en Maipú al 900, frente a la casa de Borges.

Alba Estela trabajó en la revista Sur y realizó varias traducciones, destacándose la de En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust. En 1979 colaboró en el guion del filme El Fausto criollo, dirigido por Luis Saslavsky. La obra de Alba Estela Canto, de 1945 a 1989 describe la vida en Buenos Aires en tiempos anteriores al peronismo. En 1989, publicó Borges a contraluz, biografía del célebre escritor, donde contaba intimidades y publicaba cartas. En la reedición de “Borges a contraluz” Canto desnuda la pasión del escritor y su relación con ella, quien narra: “Al fin del verano de 1945, en marzo, cuando yo acababa de llegar de Mar del Plata, salimos una noche. Al pasar ante una panadería de Constitución, aspiramos el perfume del pan caliente, recién horneado. Él habló. Me dijo que quería escribir un cuento sobre un lugar que encerraba «todos los lugares del mundo» y que quería dedicarme ese cuento. Fue la primera alusión El Aleph. Él siguió escribiendo el cuento. Me telefoneaba todas las mañanas y me mandaba notas y postales anunciándome –redundantemente– que nos íbamos a ver esa noche. Me repetía que él era Dante, que yo era Beatrice y que habría de liberarlo del infierno, aunque yo no conociera la naturaleza de ese infierno”

En Borges, vida y literatura (Emecé), Alejandro Vaccaro detalla el encuentro que despertó en Borges sensaciones nuevas, pocas veces experimentadas.“Estela era joven, hermosa, hablaba fluidamente su idioma preferido y además admiraba a George Bernard Shaw. Era desinhibida, comunista, buena lectora. La mujer ideal para pensar en compartir la vida y para, en un hombre como él, ganarse un sinfín de problemas.

Una noche de verano, Borges y Estela salieron juntos de aquella casa ubicada en la esquina de Santa Fe y Ecuador. Alba Estela relataría… “Me preguntó a dónde iba. Le contesté que a casa y que iba a tomar el subterráneo. Llegamos a la estación. Ya nos disponíamos a bajar la escalera cuando Georgie se detuvo y tartamudeó: “Eh… ¿no te gustaría que camináramos unas cuadras?”. Acepté de buena gana. Echamos a andar, olvidados de las próximas estaciones y los horarios (…) “¿Puedo acompañarte hasta tu casa?”, me preguntó. Y emprendimos la marcha hacia el sur, que él sentía como algo vasto y libre… …Habíamos llegado a la Avenida de Mayo. Entramos a un bar. Yo pedí un café y él un vaso de leche. Al alejarse el mozo, él me escudriñó con la mirada, como si me estuviera viendo por primera vez y dijo en inglés: “La sonrisa de la Gioconda y los movimientos de un caballito de ajedrez”. Me sentí halagada. Borges era un hombre a quien yo impresionaba, uno más, y –al parecer– no sólo por lo que veía. Y añadió: “Es la primera vez que encuentro a una mujer a quien le gusta Bernard Shaw. ¡Qué extraño!”.

 En 1990, el mediometraje La novia de Borges fue producido por el cineasta peruano Ricardo Arroyo sobre la base de una historia escrita por el escritor chileno Omar Pérez Santiago. Luego se hizo una adaptación cinematográfica en 1999, llamada Un amor de Borges, que dirigió Javier Torre.

Maracaibo, martes 7 de octubre del 2025