jueves, 27 de noviembre de 2025

Los hermanos Karamazov


Los hermanos Karamazov, la novela escrita por Fiódor Dostoievski en entregas que se publicaron durante dos años, ha sido comparada con la “Divina Comedia” y con “La Ilíada”. El 18 de septiembre del año 2023, Michael Dirda, PhD en literatura comparada (medieval studies and European romanticism) de la Universidad de Cornell, quien es periodista del Washington Post Book World y fue ganador del Premio Pulitzer, y del estudio crítico  "On Conan Doyle," asi como de cinco colecciones de ensayos: “Readings, Bound to Please, Book by Book, Classics for Pleasure y Browsings; Michael Dida en un trabajo publicado en INFOBAE en 2023  preguntaba: ¿Por qué “Los hermanos Karamazov” es “la cumbre suprema de toda la literatura” y no es un fastidio leerla aunque tenga 900 páginas?

La pregunta no significa que esta obra maestra de Fiódor Dostoievski esté libre de críticas. León Tolstoi garabateó en su diario que “los diálogos de Dostoievski son imposibles y completamente antinaturales (...) Me sorprendió su dejadez, su artificialidad, su calidad fabricada... tan torpes... totalmente antiartísticos”. Antón Chéjov calificó la novela de “buena pero pretenciosa. Vladimir Nabokov se limitó a tildar prácticamente todo lo que escribía Dostoievski de “poshlost”, vulgar, periodístico barato, kitsch de segunda categoría. Nadie puede negar que Los hermanos Karamazov puede ser prolijo y repetitivo, en parte porque inicialmente apareció a lo largo de dos años como una revista por entregas. Sin embargo, también es tan apasionante y pesadillesco como un thriller psicológico moderno o el cine negro.

La trama básica se puede resumir en el libertino y venal Fiódor Karamázov quien tiene tres hijos: el sensualista y conmovedor Dimitri, el intelectual y ateo Iván, y el gentil y espiritual Aliosha. Cuando Dimitri se enamora de la terrenal Grushenka, su rica y bella prometida Katerina se niega a dejarlo, en gran parte por vanidad, a pesar de que ha llegado a amar y ser amada por Iván. Mientras tanto, el padre Karamazov babea por Grushenka y le promete 3.000 rublos a cambio de sus favores. Enloquecido por los celos, Dimitri acaba por agredir a su padre durante una reunión familiar, amenazando incluso con matar al anciano. Observándolo todo, el silencioso y taciturno Iván parece desdeñar todo y a todos, incluido a sí mismo.

Alyosha, de 19 años, actúa como mediador y confesor de todas las personas con problemas de esta ciudad de provincias, en parte porque este muchacho de carácter dulce -Somerset Maugham lo consideraba quizá la criatura más atractiva de toda la ficción- posee un corazón indulgente y comprensivo. Cuando comienza la novela, Alyosha ha estado viviendo en un monasterio cercano como discípulo del santo y profundamente humano monje Zosima, que predica que nunca se deben decir mentiras, especialmente a uno mismo, y que cada individuo es responsable de todos los demás en la Tierra.

Aunque eclipsado por el tempestuoso Dimitri y el carismático Iván, Alyosha fue concebido en realidad como el eje principal de Los hermanos Karamazov. De hecho, se supone que toda la novela no es más que el preámbulo de un futuro relato, nunca escrito, de su vida posterior. Desgraciadamente, Dostoievski –(todos cuyos personajes principales encarnan claramente aspectos de su propia personalidad extremista)- murió en 1881, poco después de terminar esta suma de sus temas y obsesiones más profundamente sentidas. Tenía 59 años. Se dice que cuarenta mil personas asistieron a su cortejo fúnebre.

La trama de suspense de la novela se desarrolla en zigzag, alternando los capítulos entre los tres hermanos, mientras un narrador anónimo relata sus movimientos y acciones en los días, y luego en las horas, que preceden al asesinato de Fiódor Karamázov. Como Dostoievski aprendió gran parte de su arte de los romances góticos y de esas “horribles novelas” adopta muchos de sus elementos más sensacionales.

Nos enteramos de que Fiódor pudo haber engendrado un hijo ilegítimo, llamado Smerdyakov, que ahora es su sirviente untuosamente obediente; de que Grushenka sufrió abusos sexuales por parte de un hombre mucho mayor que ella cuando sólo tenía 17 años; y de que Katerina planeaba sacrificar su virtud para salvar a su padre de una desgracia financiera. Mientras tanto, un frágil niño muere lentamente de tisis, surgen dudas sobre la santidad de Zosima y la fe de Alyosha se tambalea. Incluso hay una orgiástica bacanal y un dramático final en los tribunales.

Al igual que otras novelas de Dostoievski, Los hermanos Karamazov presenta las almas de sus principales personajes como campos de batalla ideológicos entre la fe y la razón, contraponiendo la espiritualidad rusa y el cristianismo desinteresado representados por Zosima, al socialismo, el nihilismo y el racionalismo de Occidente. Como cristiano rusófilo conservador, Dostoievski esperaba que su novela fuera una teodicea, una justificación de los caminos de Dios ante el hombre, pero como artista da igual peso a la visión atea y empirista del mundo.

Los hermanos Karamazov  la famosa novela de Dostoievski se puede resumir así:

Dimitri, el mayor; Iván, el segundo, y Aleksiey Fiodorovich (Alioscha), el último, son los tres hijos protagonistas del drama en la casa de Fyodor Paulovich, un padre vicioso que jamás se ocupó de ellos pese al amor que supuestamente les tenía. Iván y Alioscha son hijos del segundo matrimonio de Fyodor Paulovich Karamazov. Su primera mujer, Adelaida Mivsolva, sólo le dio un hijo antes de morir: Dimitri. Skotoprigonyevsk, la pequeña ciudad donde viven, ha sido testigo de los desmanes de Dimitri, el primogénito, fuerte, violento, camorrista y borracho; un hombre corpulento pero con sentimientos nobles. Iván, el segundo de los Karamazov, es un intelectual austero, silencioso, de sentimientos contenidos, cínico y calculador. Alioscha, el menor, es reservado y cándido, naturalmente casto y de espíritu sensible que se ofende ante la vulgaridad. Cada hermano Karamazov pareciera encarnar una tendencia donde Dimitri es la Rusia del pasado; Iván la Rusia occidentalizada, y Alioscha el utópico futuro de Rusia quizás por el cual el mismo autor aspira.

Dimitri cuenta 29 años y se acaba de retirar como oficial del ejército; Iván es un estudiante de 28 años y Alioscha de 19 años ha decidido dedicar sui vida a la religión y está en un convento. Dimitri e Iván guardan un profundo rencor hacia su padre, un terrateniente corrupto. Ambos justifican sus sentimientos y el secreto deseo de verlo muerto. Alioscha, lo trata con distancia des de los preceptos que la religión le impone. Dimitri arde en dos amores por Katerina Ivanovna, hija de un militar, y Gruschenka, mujer humilde pero atractiva y exuberante, tras cuyos favores está también Fiodor Paulovich, su padre. Usando el chantaje, Dimitri consigue comprometerse con Katerina Ivanovna, quién en verdad está enamorada de Iván y él le corresponde. No obstante, el primogénito continúa obsesionado por Gruschenka, hasta que los dos hermanos terminan por descubrirse finalmente el doble juego. Hay un cuarto hermano Karamazov que se desliza torpemente por todos los rincones de la casa, que limpia y sirve sin chistar a su padre e incluso a los muchachos; se trata de Smerdiakov, hijo natural del viejo Fyodor Paulovich y una retrasada mental a la que siguiendo sus bajos instintos, violó una noche. Fruto de la agresión y el desprecio, Smerdiakov, nace demente como su madre, relegada por Karamazov al servicio doméstico. Será este cuarto Karamazov, Smerdiakov, quien cometerá el asesinato de su padre, pero el autor intelectual del parricidio será Iván, quien va a confundir y envolver más la atrofiada mente del pobre hermano loco. Todas las sospechas del asesinato de Fyodor Paulovich Karamazov recaen sobre Dimitri quién no disimula ante nadie el odio que sentía hacia su padre. Además las circunstancias lo acusan, ya que la noche del crimen ingresó furtivamente a la casa de su padre buscando descubrir a Gruschenka en sus brazos, hecho que no ocurriría. Dimitri es acusado y detenido. Smerdiakov le confiesa a Iván su culpa y se suicida sin que el asesinato se descubra. Iván calla y Dimitri es condenado a perpetuidad en Liberia a donde Gruschenka lo acompañará a purgar su pena de trabajos forzados. La narración se detiene en ese momento, dejando en suspenso el desenlace de la vida de los hermanos Karamazov.

 

Los hermanos Karamázov es también el título de una película basada en la novela homónima de Fiódor Dostoyevski, dirigida por Richard Brooks, con guion escrito por Julius J. Epstein, Philip G. Epstein y el propio Brooks. Distribuida por la Metro-Goldwyn-Mayer, fue estrenada en febrero de 1958. Los hermanos son interpretados por Yul BrynnerRichard Basehart y William Shatner. Por su parte, Lee J. Cobb fue uno de los cinco nominados al Óscar como mejor actor de reparto en la 31.ª ceremonia de los Premios Óscar por su papel como Fyodor Karamazov. En 1958, la película fue nominada al Oscar, como Mejor actor de reparto para Lee J. Cobb.- Por el Sindicato de Directores (DGA): fue nominada a Mejor director. En el Festival de Cannes de ese año 1958, fue nominada a la Palma de Oro (como mejor película)- Tambien en 1958, el National Board of Review: la considero en el “Top 10” entre mejores películas.

 

La adaptación al cine de la novela del escritor Fiodor Dostoievski, más conocida es la protagonizada por Yul Brynner y Maria Schell, y dirigida por Richard Brooks. El film, rodado bajo los auspicios de la Metro, fue planteado como una producción con cierto toque de melodrama.  El filme, Los hermanos Karamazov' pertenece a la época en que Brooks estuvo ligado a esa productora y era la propia Metro la que decidía el reparto y gran parte del equipo técnico. Pese a ello, la película tuvo un importante éxito, en parte por la presencia de un Yul Brynner que, en aquellos momentos, vivía su momento de máximo esplendor como actor.

 

Maracaibo, jueves 27 de noviembre del año 2025

miércoles, 26 de noviembre de 2025

El Horla, de Maupassant.

El Horla tiene su origen en un cuento de Maupassant, Carta de un loco, publicado bajo el seudónimo de Maufrigneuse, en 1885 en el diario Le Gil Blas, donde desarrolla la misma historia, sin que se mencione el nombre de “Horla”. En la segunda versión, que es la más conocida, adopta la forma de un diario personal y  promueve aún más la identificación con el narrador. El Horla tiene la particularidad de ser la primera obra de ficción que presenta la evolución de un trastorno mental. "El Horla" es considerado uno de los mejores relatos de todos los tiempos, donde el protagonista es sobresaltado en las noches por un extraño ser invisible que llega a perturbarlo, hasta conducirlo a la locura.

La voz "Horla" es intraducible, pero sin duda, Maupassant alude a la presencia de un "otro", un ente ajeno a uno mismo. Se ha pretendido ver en este cuento, desde su primera publicación, las manifestaciones de la neurolúes que afectó a Maupassant y que fue su causa de muerte. Sin embargo, hay una primera versión de este relato que data de 1886, 7 años antes de su muerte y es improbable que lo haya escrito ya enfermo y que sobreviviera 7 años más sin terapia afectado por una parálisis general lúetica... En esa época sin tratamiento, un paciente con neurolúes no sobrevivía más de 3 o 4 años. Lo cierto es que desde su primer cuento de 1876, "La mano disecada" Maupassant manifestó interés por lo sobrenatural y la locura.

Maupassant tomaría entonces los elementos principales de Carta de un loco para escribir otras dos versiones de la historia bajo el título El Horla. La primera versión se publicó en 1886 también en Le Gil Blas. La segunda versión, más conocida y más extensa, apareció en 1887 en una colección de cuentos del mismo nombre. Hay tres versiones del cuento aparecen en tres formas literarias diferentes: Carta de un loco, como su título indica, es una carta ficticia, como primera versión de El Horla es una narración enmarcada y la segunda versión toma la forma de un diario personal inacabado que hace temer que su dueño haya caído en la locura o se haya suicidado. La escritura de El Horla coincide con los inicios de la locura de Maupassant, cada vez más víctima de alucinaciones y de doble personalidad a causa de la sífilis que contrajo. También intentó suicidarse en 1892.

Carta de un loco narra la confesión de un hombre que duda de su razón y que expone su estado a su médico. El hombre describe los sentidos después de leer una colección de textos, lo que le molestó mucho y por eso empezó a preguntarse por la realidad, a dudar de sus sentidos. ¿Y si el humano fuera solo un ser imperfecto, si el pequeño fuera solo lo que el ojo puede ver y el gigante el reflejo de nuestros límites? El hombre cuestiona el juicio de lo Conocido de la Realidad. Porque la Realidad depende enteramente de nuestros sentidos y por tanto es falsa porque nuestros sentidos son limitados. El hombre entonces se pregunta si puede ver lo Invisible… y termina viéndolo. Sus primeras palabras son: Vivía yo como todo el mundo, mirando la vida con los ojos abiertos y ciegos del hombre, sin sorprenderme ni comprender. Vivía como viven las bestias, como vivimos todos, cumpliendo todas las funciones de la existencia, analizando y creyendo ver, creyendo saber, creyendo conocer lo que me rodea, cuando un día me di cuenta de que todo es falso.

En primera persona y a modo de diario personal, el relato cuenta la historia de un hombre rico que vive en una mansión al borde el Sena, quien relata cómo empieza a sentirse perturbado: un día se siente plácidamente feliz y al otro, todo lo contrario, cansado y sin poder si quiera moverse. Algo se lo impide, algo lo horroriza, algo se apodera de él. Una presencia invisible que le roba las energías, que se sienta sobre su pecho por las noches y bebe lo que deja en la mesa de luz. Ese algo, ese ser es al que nombra el Horla. ¿Descubre a una criatura secreta, o se trata simplemente de la locura? Se dice que entre los vampiros existen algunos que no solo buscan con deseo la sangre, sino también la energía humana. Son los que se alimentan de la fuerza vital de las almas. Maupassant explica esto a través del personaje principal, acechado por ese ser invisible al cual atribuye la culpa de sus diabólicas noches y sus incesantes pesadillas. Analizándolo desde otra perspectiva podríamos estar hablando de la demencia, de la alucinación.

El doctor Marrande, un alienista, invita a unos compañeros a escuchar el testimonio de uno de sus pacientes en un hogar para enfermos mentales. El paciente relata varios hechos que le sucedieron y para los que sólo encuentra una explicación: ha llegado un nuevo ser, al que él mismo bautizó "el Horla", y tiene los medios para dominar a la humanidad. En su informe final, el doctor no puede juzgar si el paciente o él mismo están locos, o si el Horla es real. La palabra “Horla” en sí no es francesa sino un neologismo creado por Maupassant. Podría estar compuesto tanto por la expresión en francés hors-la-loi (“fuera de la ley”, en el sentido de bandolero) como por la palabra normanda “horsain” que significa “extranjero”. La traductora estadounidense Charlotte Mandell (1968), traductora de El Horla para la editorial Melville House, sugiere en un epílogo que la palabra "horla" es un acrónimo de las palabras francesas hors ("afuera") y  ("allí") y que "el horla" suena como "El forastero, el exterior, el que está afuera", y puede interpretarse transliteralmente como "lo que hay ahí afuera". Así, se crea un oxímoron destinado a resaltar tanto la anormalidad de esta criatura como su presencia.

En una segunda versión: la historia se desarrolla en la casa de campo del narrador, cerca de Ruán, a orillas del Sena, en donde pasa el tiempo descansando en el jardín, viendo los enormes barcos navegar, y en París a donde viaja para distraerse un poco de sus aflicciones y visitar a su familia.  En forma de diario personal, el narrador, un hombre burgués, soltero y de clase alta, transmite sus pensamientos inquietantes y sus sentimientos de angustia. Esta angustia ocurre durante cuatro días después de que ve una "soberbia corbeta brasileña" e impulsivamente la saluda porque le agradó a la vista. A su alrededor, siente la presencia de un ser al que llama "Horla". El tormento que provoca el Horla se manifiesta primero físicamente: el narrador se queja de que sufre de "una fiebre atroz" y de que le cuesta dormir. Se despierta de las pesadillas con la escalofriante sensación de que alguien lo está mirando y "se arrodilla sobre mi pecho", dice. Cada noche, mientras duerme, esta presencia lo invade y bebe su vida. El narrador decide irse por unos días al monte Saint-Michel y regresa a casa aparentemente curado. Sin embargo, a los pocos días los síntomas y miedos regresan, y siente que algo lo rodea y lo controla.

El Narrador es ahora un joven de clase alta que pasa su tiempo entre su casa de campo y Paris. Es soltero y vive solo con sus criados. Nunca tuvo amigos. El relato deja abierto si el Horla es real o una alucinación, o si se quita la vida. El Horla es una criatura invisible a simple vista, sin embargo, su cuerpo no parece totalmente inexistente porque puede mover objetos (como las páginas de un libro o una rosa), beber agua o leche, y nubla el reflejo del narrador en el espejo. Tiene una consistencia material, pero nadie puede determinar su forma. También parece ser capaz de hablar, ya que, según el narrador, la criatura le ha dicho su nombre. El aspecto fantástico de esta historia surge de la duda creada entre los lectores sobre la demencia del narrador o la realidad de los hechos que relata.

El propio Maupassant tenía la impresión de verse fuera de sí mismo o de ser un extraño para la persona que veía en el espejo. La conclusión, que evoca el suicidio como solución, puede verse como un reflejo del sentimiento del autor de no ver más una salida. El Horla es la culminación de una serie de cuentos que hacen referencia a un sentimiento de doble y luego a un ser monstruoso o sobrenatural.

A lo largo de todo este cuento, la cordura del narrador, o sus sentimientos de alienación, se ponen en duda a medida que el Horla domina progresivamente sus pensamientos. El propio narrador después de haber encontrado su vaso de agua vacío, a pesar de no haber bebido de él, cuestiona su cordura y exclama "¿Habré perdido la razón?" El narrador viaja a París en los días anteriores y posteriores a la Fiesta Nacional de Francia y visita a su prima, quien es sometida a una sesión de hipnotismo. Más tarde, al volver a casa, decide que, en realidad, no se está volviendo loco, ya que es plenamente "consciente" de “su estado"; y que, efectivamente, podría "analizarlo con la más completa lucidez". La presencia del Horla se vuelve cada vez más intolerable para el protagonista, ya que está "observándolo... mirándolo... [y] dominándolo".

El narrador empieza a cuestionar su propia cordura y el tiempo pasa hasta que un día, en el periódico, encuentra una noticia sobre los habitantes de Sao PauloBrasil, quienes han huido de sus casas lamentando el hecho de que "[son] perseguidos, poseídos, gobernados como un rebaño humano por... una especie de vampiros, que se alimentan con sus vidas durante el sueño... y beben agua". El narrador pronto se da cuenta de que el Horla estaba a bordo de la corbeta brasileña que había saludado previamente, invitando inconscientemente al ser sobrenatural a bordo del barco a rondar su casa. En la segunda versión, el narrador entiende, a partir de un artículo científico, que la criatura apareció por primera vez en Brasil, donde es considerada un "vampiro espectral", antes de abordar un barco para llegar a Francia. El Horla, como un súcubo, se alimenta de su presa mientras duerme y devora su cordura provocándole pesadillas. El narrador lo considera el máximo depredador del hombre, capaz de existir entre lo tangible y lo invisible. A través de ataques repetidos, se vuelve capaz de tomar el control de su presa mediante la influencia, en particular para disuadirla de huir. Así, el narrador se hunde poco a poco en la locura, se siente tan "perdido" y "poseído" hasta el punto de que está dispuesto a matar al Horla y toma medidas cada vez más drásticas para lograrlo y llega a decidir que no puede seguir viviendo mientras la criatura esté cerca. El narrador atrapa al Horla en una habitación y prende fuego a la casa, pero se olvida de sus sirvientes, que mueren en el incendio. En las últimas líneas del relato, ante la persistencia de la presencia de Horla, concluye que el suicidio es su única liberación.

Maupassant renovó el tema del doble, presente en la literatura fantástica desde Hoffmann, utilizando las últimas reflexiones científicas y médicas de moda, en particular la hipnosis y los trabajos sobre la histeria de Jean-Martin Charcot en el Salpêtrière. La investigadora Marie-Neige Cordonnier afirma que Maupassant, como Zola y otros autores, asistió a las demostraciones del profesor Charcot. ​ Sin embargo, no se debe exagerar el impacto de Charcot en la obra de Maupassant, sobre todo porque las relaciones documentadas entre el escritor y el neurólogo siguen siendo imprecisas. Maupassant, en la segunda versión de El Horla, cita dos veces el nombre de Mesmer, así como la Escuela de Nancy (École de Nancy), pionera entonces en el campo de la psicoterapia basada en la hipnosis, en competencia con la obra de Charcot.

Algo que debería ser visible y tangible se presenta fuera del campo de la percepción, afectando la conducta del narrador–protagonista, conduciéndolo a la locura. Lo siniestro está representado por el doble, der Doppelgänger.  El origen de esta figura de alteridad puede rastrearse en las sagas germano-escandinavas, tanto en la tradición pagana como en la cristiana. No obstante, en la modernidad lo veremos resurgir con nuevas; el doble es un monstruo, una figura siniestra que adquiere distintas formas: Dr. Jekyll y Mr. HydeFrankenstein o el moderno Prometeo, o El retrato de Dorian Gray.

Maracaibo, el miércoles 26 de noviembre del año 2025


martes, 25 de noviembre de 2025

Guy de Maupassant(


 Henry René Albert Guy de Maupassant(1850-1893) Fue un novelista francés, hijo de una familia de pequeños aristócratas y librepensadores, recibió educación religiosa pero en 1868 provocó su expulsión del seminario, donde había ingresado a los trece años, y al año siguiente inició en París estudios de derecho, interrumpidos por la guerra franco-prusiana, los cuales reemprendería en 1871.

En 1879, su padre logró que ingresara en el ministerio de Instrucción Pública, que abandonó para dedicarse a la literatura. Su gran maestro y amigo Gustave Flaubert lo introdujo en el círculo de escritores de la época, Émile ZolaIván Turgueniev, Edmond Goncourt y Henry James. Su primer éxito, que apareció un mes antes de la muerte de Flaubert, fue el célebre cuento Bola de sebo, recogido en el volumen colectivo Las noches de Medan (1880).

En 1880 publicó su libro de poemas, Versos. Maupassant es autor de una extensa obra entre cuentos y novelas, en general de corte naturalista. De ellas cabe señalar La casa Tellier (1881), Los cuentos de la tonta (1883), Al sol (1884), Las hermanas Roudoli (1884), La señorita Harriet (1884), Cuentos del día y de la noche (1885) y La orla (1887); y las novelas Una vida (1883), Bel Ami (1885) y Pierre y Jean (1888). Después de su muerte se publicaron varias colecciones de cuentos: La cama (1895), El padre Milton (1899) y El vendedor (1900).

La obra de Maupassant siempre estuvo marcada por un pesimismo y un nihilismo existencial. El escritor hace del cuento algo angustioso de leer y la fusión de lo fantástico y la neurosis más obsesiva es producto del interés por los avances de la psiquiatría en la segunda mitad del siglo XIX: el inconsciente, la personalidad múltiple, el sonambulismo o la histeria, que desembocan en las tesis de Freud y Jung.

La psiquiatría abre nuevas posibilidades para superar el mundo racional, sumergirse en el lado oscuro de la mente (lo onírico, lo fantástico, lo monstruoso, lo abyecto) y sacar a la luz los miedos, los deseos reprimidos, las frustraciones, con una intención subversiva en relación al plácido y ordenado mundo burgués. Maupassant empleó el terror para abrirnos la puerta hacia nuestra otra existencia, hacia la vida de ese doble que todos llevamos dentro, hacia nuestros propios fantasmas y demonios.

El Horla (en francésLe Horla) es un relato corto de terror de 1887 escrito por Guy de Maupassant, partiendo de una versión inicial, mucho más breve, publicada en el periódico Le Gil Blas el 26 de octubre de 1886. Existen tres versiones del relato, la última es la más consultada actualmente, más larga que las anteriores y publicada en 1887 en la antología de relatos del mismo nombre.

El autor describe la decadencia progresiva y dramática del narrador perseguido por una criatura invisible, llamada "el Horla", que desconoce si es real o el resultado de un trastorno psiquiátrico. Intentará deshacerse de este por todos los medios posibles. En este relato psicológico, Maupassant presenta un personaje autodestructivo constantemente torturado, inicialmente vencido por la duda y que acaba hundiéndose en la demencia a través de diversos estados, como paranoia, alucinaciones, ataques de ansiedad,  parálisis del sueño, con los que debatirá.


Redactado en forma de un diario íntimo, con un preciso registro de fechas y acontecimientos, Le Horla, de Guy de Maupassant, narra la historia de un hombre acaudalado que vive en una mansión al borde del Sena, cerca de París. La acción se desarrolla entre el 8 de mayo y el 10 de septiembre. En un principio, todo se refiere al gozo de la existencia, a la identidad, que será lo que acabe destruyendo al protagonista. Maupassant no elige la forma de un diario aleatoriamente: decide que es esta la mejor forma de tratar el tema de la presencia de un ser que se apodera del alma y la voluntad de un ser humano. Maupassant privilegia al narrador autodiegético, consiguiendo que al contar su propia historia sea el centro de atención, y que el héroe se convierta en víctima. La historia nos zambulle rápidamente en unos fenómenos irracionales que desatan el miedo, la angustia y la desesperación del protagonista. El narrador se siente un día plácidamente feliz y al otro cansado y sin poder moverse. Algo se lo impide, lo horroriza, apoderándose de él. Una presencia invisible que le roba la energía, que se sienta sobre su pecho.

Afectado durante toda su vida de graves trastornos nerviosos, en 1892, tras un intento de suicidio en Cannes, fue ingresado en el manicomio de París, donde murió, después de dieciocho meses de agonía, en medio de una parálisis general.

En Maracaibo, el martes 25  de noviembre del año 2025


lunes, 24 de noviembre de 2025

Ejercicios de retórica

Diciembre, 1991 -DISCURSO DE CLAUSURA DE LAS XXXV JORNADAS de la S.V.A.P. (Caracas)

Tres de mis queridas colegas, encargadas del Comité Organizador de estas Jornadas de la Sociedad Venezolana de Anatomía Patológica, me escribieron una carta hace un mes, instándome a decir unas palabras y me pidieron de manera especial que tratara de expresar un mensaje de optimismo. En la Venezuela de hoy, este pedido es casi una quimera utópica, pero yo hice un esfuerzo por complacerlas, entre otras cosas porque las quiero mucho y por ello, escribí estas palabras que resumen algunos de mis deseos referidos a nuestros jóvenes patólogos...

Final:  En el fondo de todo, mis más caros deseos son para que nuestra especialidad sé enrumbe por una senda de perfección  gracias a ustedes, los patólogos jóvenes quienes tienen todo el futuro frente a frente, ahora, cuando ya estamos casi finalizando el siglo XX, con un ejercicio de la especialidad cada vez más decente, el cual se hará una realidad cuando nosotros mismos consideremos a nuestra profesión con mucho más cariño del que le profesamos, cuando repletos de optimismo avancemos por el claro sendero de quien asume con valor sincero, que lo importante es trabajar con amor verdadero, no solo dedicados a la investigación o a hacer diagnósticos certeros, sino a ser más humanos todavía, para poder sentir y vislumbrar como en la madrugada, bajo un cielo preñado de luceros, florece cada día, en el solar de cada quien un limonero. Muchas gracias.   

 

Junio 1997   EL OFICIO DE ESCRIBIR-VIVENCIAS DE UN PATÓLOGO (Valencia, Edo Carabobo.).

En esta charla pretendo discutir el tema de la escritura como “oficio”. No voy a referirme a la escritura de trabajos de investigación, o la descripción de casos anatomopatológicos, ni tampoco la redacción de ensayos filosóficos o de artículos periodísticos; deseo conversar con ustedes sobre el oficio de escribir, novelas, sobre algo que pudiéramos denominar, el oficio de escribir, literatura. El tema no es común y les confieso que, es esta la primera vez que intento abordarlo…                                                                                                                                                                             Final: Quisiera concluir esta charla con unas palabras de mi amigo, el escritor Eduardo Liendo, a quien debo el saber una buena parte de lo que les he comentado hoy: “Lo que más me fascina de la literatura es la posibilidad de ser otro, de ser yo y múltiple. Ser zorro y pez, nube y cometa, héroe y ratero, espuma y roca, eco y silencio... El escritor, por muy desamparado que se encuentre, por suicida que sea, es el amante preferido de la existencia. Por eso quizás su mayor desafío es vencer a la muerte con el filo de la palabra”. Muchas gracias En Valencia, Edo Carabobo, el 28 de junio de 1997.

Diciembre 1997 FINAL DE UN “DISCURSO” (Maracaibo)

El 11 de diciembre de 1997, me correspondió decir unas palabras en el Salón de Situaciones del Palacio de Gobierno del Estado Zulia, en Maracaibo en representación de “los escritores publicados” por la Secretaría de Cultura del Estado Zulia. Recién venía desde Caracas a “bautizar” la publicación de “La Peste Loca”, gracias a la iniciativa de la Secretaría de Cultura de la Gobernación del Estado y en particular a los buenos oficios de Jesús Ángel Parra, quien se había entusiasmado con mi novela y auspició su publicación para iniciar una nueva colección que llevaría el nombre de “Madréporas”. Comencé diciendo: Hace un par de días recibí con emoción un fax con la invitación de la Secretaría de Cultura del Estado para asistir a este importante evento y debo confesarles que me llenó de preocupación una nota al pie de la página. En ella se me anunciaba que tenía que intervenir en el protocolo, y que debería hacerlo en representación de todos los escritores publicados…

Final: Quizás pronto nosotros, los escritores y los poetas de esta región del occidente venezolano, podremos volver a sentir que era cierto, aquello que decía Udón, de los zulianos y del lago, aquella historia, de que...“és fama que le basta, ya encinta, a la madre futura, somorgujar sus formas en la corriente pura, para que luzca el hijo sobre su sien de esteta, la aureola que anuncia la gloria del poeta”.  Muchas gracias.

Marzo 2014. CUARENTA AÑOS EN LA Sociedad Latinoamericana de Patologia (SLAP). Charla dictada en el XXXCongreso Centroamericano y del Caribe- Managua, Nicaragua.

Esta es una historia personal, sobre mi relación con la Sociedad Latinoamericana de Patología (SLAP) y con los patólogos latinoamericanos. Creí conveniente iniciar mi historia en el año 1969, y antes de seguir adelante, me parece debo presentarme. Soy un   patólogo venezolano graduado como médico-cirujano en la Universidad del Zulia, en Maracaibo, mi ciudad natal, en julio del año 1963. Comencé en Anatomía Patológica desde entonces, y en febrero del año 1964, ya había hecho 60 autopsias. Tenía un cargo hospitalario sin sueldo, por lo que fue una suerte lograr una beca, que el doctor Franz Wenger jefe del Servicio de Patología del hospital Universitario de Maracaibo gestionó con un Club Rotario de Wisconsin. Así pude irme a los Estados Unidos donde permanecí hasta el año 1967. Estuve haciendo la residencia en patología en la Universidad de Wisconsin, pasé un año en el Philadelfia General Hospital y en la Universidad de Pennsylvania, e hice un curso complementario de microscopía electrónica en Berkeley.  Regresé a mi tierra en enero del año 1968 y tuve la suerte de poder trabajar en microscopía electrónica en Maracaibo, iniciando lo que llamamos la patología ultraestructural.                                                                                                                                                                        Final: Finalmente allí mismo, reunidos con muchos amigos, decidimos que asistiríamos el año siguiente al XXXI Congreso Centroamericano y del Caribe de Patología que estaban organizando el doctor Argüello y Vilma Isabel Pérez Valle y se nos ocurrió pensar en que podría hablar relatando todas estas experiencias de vida, durante 40 años con los amigos de la SLAP. Tanto Víctor Argueta como Martín Sangüeza, el actual presidente de la SLAP, me plantearon la posibilidad de intentar escribir parte de la charla que había dado, ayudado por imágenes recogidas en viejas fotografías. Espero haber cumplido sus deseos.

Junio, 2014 DISCURSO DE CLAUSURA DE LA SEMANA ZULIANA DE LA NARRATIVA (Maracaibo).

Quiero agradecer al Movimiento Poético de Maracaibo por haberme ofrecido este inmerecido protagonismo, dentro del programa de la Semana Zuliana de la Narrativa. Igualmente le doy las más expresivas gracias a La Alcaldesa y a las autoridades de la Alcaldía de Maracaibo por prestarnos los espacios del Museo de Artes Gráficas para haber podido desarrollar aquí las actividades de este evento. Quise aprovechar esta oportunidad, para atreverme a relatarles cómo y por qué, un médico-anatomopatólogo llega a transformarse en “escribidor” de novelas. Este es un hecho raro, ciertamente, por eso quiero explicarles como he venido cumpliendo ininterrumpidamente, una actividad que para mí ha sido muy satisfactoria.

Final: Tengo un amigo, que toca la guitarra, y canta. Algunas veces canta tangos, y yo quisiera para finalizar, como una reflexión, poder repetir en este momento algunas estrofas de uno de esos que él canta, que me gusta mucho. Se denomina “Convencernos”. Convencernos un día de veras, que todo lo bueno no viene de afuera /Que tenemos estilo y un modo y hace falta jugarlo con todo. / Ser nosotros por siempre y a fuerza de ser, convencernos y así convencer. /Y ser, al menos una vez nosotros, sin ese tinte del color de otros /Recuperar la identidad, plantarnos en los pies, crecer hasta tapar la inmadurez / Y ser al menos, una vez, nosotros, tan nosotros, bien nosotros, como debe ser”. Muchas gracias.

 

Septiembre, 2016.  DISCURSO DE ORDEN 487º Aniversario de la Fundación de la Ciudad de Maracaibo (Teatro Baralt).

Quiero agradecer la invitación que me ha hecho el Poder Municipal de Maracaibo, al otorgarme el privilegio de hablar ante Ustedes cuando estamos conmemorando el 487 aniversario de la fundación de nuestra ciudad. Venía navegando desde Santo Domingo, Ambrosio Alfinger, un alemán que para aquellos días contaba tan solo con 29 años y había nacido a orillas del Danubio, cuando el día ocho de septiembre, del año 1529, decidió desembarcar en una playa bordeada de palmeras, en los linderos desdibujados años atrás por Juan de la Cosa, en lo que aparecía como la tierra firme, a la entrada del lago Coquivacoa.

Final: Así, la flora y fauna lacustre paulatinamente se recuperarán, y podremos ver brillar el cielo por las noches, y volveremos a decir, como Marcial Hernández, que “ni aun el ímpetu de los huracanes puede apagar el simbólico Faro del Catatumbo”, porque “El Zulia entre la noche relampaguea”. Muchas gracias

 

Octubre 2017. CONFERENCIA MAGISTRAL en la Instalación del XVIII Congreso de la Academia de Medicina del Zulia (Maracaibo).

Buenas tardes, mis estimados colegas, señoras, señores: quiero agradecer el honor de haber sido designado epónimo de este décimo-octavo congreso de la Academia de Medicina del Zulia, heredera de la Sociedad Médico Quirúrgica del Zulia, una institución fundada en 1917. Este año estamos celebrando el centenario de su nacimiento y recién se cumplen también, 50 años desde agosto de 1967, cuando mediante Decreto de la Asamblea Legislativa del Estado, se transformó la Sociedad Médico Quirúrgica en la Academia de Medicina del Zulia. Agradezco igualmente, la oportunidad de dirigirme a ustedes en esta ocasión tan importante…

Final: Sería en el año 1991, cuando traté de explicarles en la capital a mis colegas patólogos, que era ya tiempo de abandonar el exilio y de regresar a mi tierra. Ellos no querían aceptarlo… Recuerdo les hablé del lago, con sus ondas; la ola medio caliente, entumecida, coronada de espuma, que para mí, flotaba melancólica y me llamaba… Bien. Al final concluiría diciendo y lo repito ahora, que lo importante es trabajar y es ideal poder hacerlo en lo que a uno le gusta, pero especialmente, hacerlo siempre, con amor, para ser más humanos todavía, y poder dormir así, tranquilos, y apaciblemente, vislumbrar en las madrugadas, bajo un cielo preñado de luceros, como florece cada día, en el solar de cada quien, un limonero. Muchas gracias.

 

NOTA: Estos comienzos y finales de “discursos”, fueron como lo indica el título “ejercicios de retórica”, y representan recuerdos de algunas de las veces que, por invitación, estuve conminado a hablar en público.

Maracaibo, lunes 24 de noviembre del año 2025