lunes, 25 de agosto de 2025

Un viejo discurso

 

Me voy a referir de nuevo (y me perdonaran lo repetitivo) a algunas palabras de las que dijera en el XXXV Congreso de la Sociedad Venezolana de Anatomía Patológica, en noviembre del año 1991 para clausurar aquel evento, en Caracas…

“Por extrañas circunstancias del destino, (pudiera parecer un desatino revolver tantos recuerdos en penumbras), pero así fue, y hace años ya, que me alejé de la tierra infeliz de los palmares, donde a lo lejos está esa luna que se encumbra y un cielo azul de porcelana alumbra, y en el lago, la onda medio caliente, entumecida, coronada de espuma, continúa soñando melancólica…

Apartado de aquella extraña medianoche de las regiones índicas, he vivido mirando al Ávila empinado, entre edificios, humo y algunos techos rojos y hasta una blanca torre y al fondo las azules lomas que aún muestran bandadas de tímidas palomas; entre el follaje exuberante, hay ahora, diminutas ranitas silbadoras y en un instante ellas provocan que la noche gire en el cielo y cante. Todas estas cosas me hacen reflexionar y me pregunto si en este andar cotidiano por el trillado sendero de la ciencia, no habrá llegado para mí el momento de regresar... Resuenan en mi mente las estrofas del bardo, aprendidas en mi bachillerato caletrero por la gracia de Dios… “Es tiempo de que vuelvas, es tiempo de que tornes”...

Los afanes, las cuitas y la faena del diario trajinar, frecuentemente nos impiden meditar un rato y algunas veces, hacer introspección, reflexionar, es necesario y además es grato. Pienso que existe en esa entrega a la vida académica, a la obsesiva lucha por la investigación, al amor desmedido por la Universidad y al hecho de convivir con quienes año tras año salen de nuestras manos, una parte vital de mi renuncia al lar.

Son muchos jóvenes los que hemos amasado queriéndolos moldear como patólogos, presentándoles quijotescas opciones, enseñándoles, en una pose a veces francamente anormal, el cómo renunciamos un poco a lo que antes quisimos en pos de un ideal y desbarato encajes para tomar a cada rato el hilo de sus vidas, hebras que se entrecruzan, telaraña de hilazas, como las describiera en Rayuela Cortázar, y regreso al despertar del sueño, para en un socavón tener la dicha cierta, de que me estoy bañando en la savia de mis discípulos, como Sigfrido debajo del dragón, sin hojarascas interpuestas...

I es que hoy en día parece estar vigente más que nunca, aquello que nos dijera Andrés Eloy: “Lo que hay que hacer es amar lo libre en el ser humano, lo que hay que hacer es saber alumbrarse ojos y manos y corazón y cabeza y después ir alumbrando. Lo que hay que hacer es dar más, sin decir lo que se ha dado, lo que hay que dar es un modo de no tener demasiado y un modo de que otros tengan su modo de tener algo. Trabajo es lo que hay que dar y su valor al trabajo”.

Aquí, en el trabajo, he tenido la fortuna de cosechar a la sombra de nuestra querida Universidad Central y con un grupo de patólogos soñadores, los frutos de muchos jóvenes médicos, sus triunfos, sus avatares, el padecer sus pesares, queriendo en todo momento disipar sus nubarrones, que llegan solos, con frecuencia cuando estudiantes y después en el correr expectante de sus vidas, esos ríos que van a dar a la mar, porque hay días de resaca, y en ocasiones las corrientes pueden ser tumultuosas, y no obstante, es allí donde está lo estimulante, en el saber que tras de cada nublado hay un lucero y que aunque se doblegue por la ruda tormenta sacudido, florece hasta morir el limonero...

Florecer es amar. Nuestras vivencias de la especialidad, no difieren de las de los patólogos de la América hispana, desde México hasta la Patagonia, incluyendo al Caribe y a Centroamérica nuestros problemas terminan siempre siendo variaciones sobre un mismo tema. Tal pareciera que necesitamos regresar al Arielismo de Rodó, al observar ante nosotros el avance desmesurado del pragmatismo, el brillo de los ídolos del norte, y esa anhelante persecución por los bienes materiales… ¿Cuánto valen los riales?, y sentimos la moral claudicante en desmedro de la vida interior. Ante los embates de Calibán, las ideologías derrumbadas parecieran estar como la sombra del cuervo de Edgar Allan, ellas del suelo quizás nunca se levantarán...

Pero, hay que tener fe. ¿En qué y por qué? Vuelvo y repito. Florecer es amar. Año tras año, al escuchar el murmullo de la germinación, en las Jornadas, al ver trabajos de investigación que surgen de la nada, al escuchar a algunos de nuestros residentes, al sentirlos progresar año tras año, al despedirlos en diciembre, pareciera que son algunas veces tiernos brotes, flores que se abren, y son esos retoños, los que cada vez hacen parecer más cercano ese ideal que uno tiene en la mente...         Yo voy a decirles lo que yo quisiera, muy sinceramente...

Yo quiero patólogos que todo lo indaguen, que entiendan de historia, que aprecien la música, yo quiero patólogos que todo lo sepan, que sientan el soplo de la poesía, que escuchen a Mozart, a Bach y a Ilan Chester, que todos los días cuando lean la prensa les duela la patria, que al diagnosticar un tumor muy malo, de esos que no saca cualquier cacha e palo, tengan siempre en mente que ustedes trabajan para ese paciente, sin falsos alardes, sin echonerías, estudiando mucho, con tanto tesón y tal gallardía que en todos sus actos se irradie alegría.

Patólogos quiero que bien se conozcan nuestra geografía y la idiosincrasia de nuestras regiones, que capten del hombre común de esta tierra de gracia sus entonaciones. Yo quiero patólogos que sepan de beisbol y literatura, que tengan buen juicio haciendo el diagnóstico diferencial entre Omar Vizquel y Luis Aparicio, que capten como un testarazo de Hugo Sánchez es una cosa tan hermosa como una salpingitis ístmica nodosa y que si han de enfrentarse con un tumor que es grado III, lo sepan precisar como si fuese una canasta triple del mago Sheppard, ves?

Quisiera patólogos que se entusiasmasen y se llenasen de emoción al ver publicados los resultados de sus trabajos de investigación, que les guste Chaplin, Agua Santa y la Bassinger catira, y que disfruten por igual de una película de Bertolucci que de un filme de Kurosawa Akira; que consideren de los escritos de Santa Teresa, su mística grandeza, de van Gogh el colorido de su cielo arlesiano con todo y el dolor de sus retorcidas encinas y castaños, y que de Héctor Battifora sepan reconocer los ocres tonos de la diaminobencidina; que sean unos propios expertos en dar buenos diagnósticos, que sepan de estrategia, de terapéutica y un poco de logística para que semanalmente discutan y relean la columna de Alexis Márquez sobre nuestra lingüística. (…)

(…)  Hay un detalle en el que quiero insistir: al patólogo, nunca le estará permitido mentir. Debe ser vertical y sin dobleces, sin verdades a medias, sin mentiras piadosas, sin titubear ni pensarlo dos veces si es necesario reconsiderar una opinión juiciosa.

(…)  Concluyo esta jerigonza, transformada en interminable letanía y no estoy muy seguro todavía si complací el deseo de mis queridísimas colegas, de no ser regañón y pesimista al hablar un poquito sobre como yo siento y veo nuestra patología. En el fondo de todo, mis más caros deseos son para que nuestra especialidad sé enrumbe por una senda de perfección  gracias a ustedes, los patólogos jóvenes quienes tienen todo el futuro frente a frente, ahora, cuando ya estamos casi finalizando el siglo XX, con un ejercicio de la especialidad cada vez más decente, el cual se hará una realidad cuando nosotros mismos consideremos a nuestra profesión con mucho más cariño del que le profesamos, cuando repletos de optimismo avancemos por el claro sendero de quien asume con valor sincero, que lo importante es trabajar con amor verdadero, no solo dedicados a la investigación o a hacer diagnósticos certeros, sino a ser más humanos todavía, para poder sentir y vislumbrar como en la madrugada, bajo un cielo preñado de luceros, florece cada día, en el solar de cada quien un limonero.

Repetido en Maracaibo el lunes 25 de agosto del año 2025

 

domingo, 24 de agosto de 2025

Papas y tomates

 

Es una expresión conocida que “quien controla las papas, domina el mundo” y su origen tiene implicaciones geopolíticas que nos ha enseñado la historia desde hace siglos. Hoy resulta que no lo sabíamos, pero hace nueve millones de años, hubo un cruce natural entre la patata y el tomate… Esta es una increíble verdad que ha sido desvelada por un equipo liderado por un grupo de científicos chinos.

William McNeill dedicó un provocador ensayo para mostrarnos cómo fue que la patata  cambiaría la historia del mundo. Domesticada en lo que hoy es Perú, hace unos diez milenios, la planta productora de los sabrosos tubérculos, fue la principal fuente de energía para el poderoso Imperio inca y posteriormente los conquistadores españoles, alrededor de 1570, llevaron aquel desconocido superalimento a Europa.

“Las patatas, al nutrir a poblaciones en rápido crecimiento, permitieron que un puñado de naciones europeas dominasen la mayor parte del mundo entre 1750 y 1950”, argumentaba McNeill. Sabemos igualmente que Irlanda era a comienzos del pasado siglo XX un país muy pobre. De ocho millones y medio de habitantes en el siglo XIX, se redujo a tres millones comenzado el siglo XX. Las plagas que habían diezmado la producción de patatas, fuente de alimentación para toda la Gran Bretaña, provocarían hambruna y muerte de manera que llevarían al exilio a millones de irlandeses quienes emigrarían en principio a Norteamérica. 

Según la tesis del historiador William McNeill, tratar de entender los entresijos genéticos que controlan el tamaño y los componentes de la patata es un asunto clave en la geopolítica mundial, una razón más que suficiente para que en China se hayan volcado en la investigación de la patata. Conocíamos una historia social para la patata, pero su origen seguía siendo un enigma, hasta ahora, cuando un equipo internacional de científicos ha anunciado una sorprendente revelación: la patata es hija del tomate.

El genetista chino Sanwen Huang, líder de la investigación en el Instituto de Genómica Agrícola de Shenzhen ha dicho una verdad estremecedora: “Por fin hemos resuelto el misterio”. Su equipo ha analizado el intrincado ADN de unas 60 especies emparentadas de patatas y ha descubierto que la patata se originó hace unos nueve millones de años a partir de un cruce natural en Sudamérica entre una mata de tomate y una etuberosum, una planta de apariencia similar a la patata pero sin sus característicos tubérculos comestibles.

Huang y sus colegas subrayan que fue aquella mezcla genética la que permitió la aparición de estos engrosamientos subterráneos de los tallos, que funcionan como un almacén de nutrientes de la planta y hoy son un alimento básico para más de 1.000 millones de personas. Una patata de 170 gramos aporta 135 kilocalorías, la mitad de la cantidad diaria de vitamina C recomendada e incluso cuatro gramos de proteínas con todos los aminoácidos esenciales.

El genetista Zhiyang Zhang piensa que el parentesco recién descubierto puede resultar chocante para una persona ajena a la agricultura, y se explica :“Tal vez sorprende porque el tomate y la patata que compras en el supermercado son bastante diferentes. Sin embargo, lo que comemos en realidad son los frutos de la tomatera y los tubérculos subterráneos de la planta de la patata, y es normal que dos órganos distintos tengan una apariencia tan diferente, pero las plantas en sí son las mismas ―sus hojas y sus flores, por ejemplo― son similares”. Así reflexiona Zhang, primer firmante del estudio.

La planta de patata se parece todavía más a la de etuberosum, pero los análisis genéticos revelan que es más cercana a la tomatera. “A nosotros nos ha sorprendido que la patata sea descendiente del tomate”, reconoce Zhang, quien también es miembro del Instituto de Genómica Agrícola de Shenzhen, un gigantesco centro de investigación con 500 trabajadores dependiente del Gobierno chino. Se muestra aquí (ver) una planta de etuberosum, sin tubérculos, y otra de patatas a la derecha.

Los autores subrayan que aquel innovador tubérculo, o sea el órgano lleno de nutrientes hoy llamado patata, surgió en un momento clave, en pleno levantamiento de la cordillera de los Andes. Aquellas nuevas plantas, dotadas de engrosamientos subterráneos en sus tallos, eran capaces de adaptarse a los climas fríos de las montañas andinas. Colonizaron ecosistemas variopintos y protagonizaron una “diversificación explosiva”, en palabras de Huang, Zhang y sus colegas. Según sus cifras, hay más de un centenar de especies silvestres de patata. Hace 10.000 años, los habitantes de los Andes domesticaron una de ellas y abrieron el camino hacia la patata moderna.

La bióloga española Salomé Prat Mongulo del Centro de Investigación en Agrigenómica, en Cerdanyola del Vallès, encabezó en 2011 el equipo que descubrió el interruptor genético que indica a la planta cuándo producir tubérculos, en función de las horas de luz: el gen SP6A. El nuevo estudio muestra que ese gen clave procede, sorprendentemente, de las tomateras. El misterio es qué ocurre después, cuando, por ejemplo, el sol de otoño activa el interruptor, recalca Prat, “cuando llega la señal de formar tubérculos, ¿qué es lo que pasa en ese tallo subterráneo para que empiece a engrosarse y acumular almidón y proteínas? No lo sabemos todavía”, expone. “Si logramos entender el kit de genes necesarios, en un futuro podríamos hacer plantas que produzcan granos y también tubérculos”, prosigue Prat. Patatas y cereales en una sola planta.





El equipo de Huang y Zhang recuerda que ya se han creado plantas híbridas de patata y tomate. Los investigadores mencionan un estudio de 1978, firmado por la genetista española Marisol Sacristán, fallecida en 2023 a los 87 años. La científica, de la Universidad Libre de Berlín, y otros dos colegas lograron combinar de manera rudimentaria una planta de tomate cherry y otra de patatas, hace casi medio siglo. “La capacidad existe. Y, ahora que sabemos que están tan tan tan relacionadas, en un futuro podríamos tener plantas que den tomates y patatas, pero para eso todavía queda, hace falta entender mejor el proceso”, opina Prat.

Los tubérculos podrían aportar la energía al próximo imperio mundial. “China se ha volcado con la patata al 100% y nos va a barrer a todos. Se han dado cuenta de que es un cultivo superproductivo: con poco terreno recoges muchas patatas. Para el trigo, en cambio, necesitas campos enormes. Si ahora mejoramos la calidad de las patatas, haciendo, por ejemplo, que tengan más proteínas, será un superalimento”, argumenta Prat. China ya es el mayor productor mundial de patatas, con una superficie cultivada de 50.000 kilómetros cuadrados, equivalente al área de países enteros, como Costa Rica y Eslovaquia.

Una decena de instituciones chinas han colaborado en el nuevo estudio, que se publica este jueves en la revista especializada Cell. También han participado otros siete centros de Canadá, Estados Unidos, Alemania y Reino Unido. Los autores agradecen la ayuda de la científica colombiana Susy Echeverría, que dedicó su doctorado en el Imperial College de Londres a intentar entender por qué la familia de las patatas y los tomates es tan diversa y por qué algunos de sus miembros han tenido tanto éxito al colonizar diferentes ecosistemas en el planeta. “El punto más interesante no es tanto cuándo se originó el grupo de las papas, sino cómo”, considera Echeverría, que destaca que el desarrollo de los tubérculos surgiera de una combinación de genes procedentes de linajes distintos. Si William McNeill tenía razón y la historia se repite, quien entienda estos enigmáticos entresijos genéticos de la patata dominará el mundo.

Maracaibo domingo 24 de agosto del año 2025

sábado, 23 de agosto de 2025

Mark Twain


Samuel Langhorne Clemens apodado Mark Twain a quien William Faulkner calificó como “el padre de la literatura estadounidense”,​ nació durante una de las visitas a la Tierra del cometa Halley y murió al siguiente regreso a la Tierra del cometa, 74 años después; Twain tambien lo predijo, “me iré con él”… En julio, 2021, hablamos de él en este blog (https://surl.li/uudlsl).

Había nacido el 30 de noviembre de 1835 en una pequeña población de nombre Florida, en el Estado de Misuri, donde sus padres, se habían trasladado desde Tennessee para vivir cerca de John Quarles, un tío que era propietario de una tienda, una granja y unos veinte esclavos negros. Samuel era el sexto de los siete hijos de la pareja, donde solo tres de sus hermanos sobrevivieron Orion, Henry, que murió en la explosión de una embarcación fluvial y Pamela. Su hermana Margaret falleció cuando él tenía tres años, y su hermano Benjamin murió tres años más tarde. Otro hermano, Pleasant murió tan solo con seis meses de edad.

A los cuatro años de edad, pocos meses después de la muerte de su hermana Margaret​ su familia se trasladó a la cercana Hannibal (Misuri), puerto fluvial en el Misisipi, y allí realizó sus primeros estudios. Hannibal sirvió de inspiración para el pueblo ficticio de San Petersburgo en Las aventuras de Tom Sawyer Las aventuras de Huckleberry Finn. En esa época Misuri era un estado esclavista, y el joven Twain estaba familiarizado con la institución de la esclavitud, tema que exploró más tarde en sus escritos.

Su padre falleció de neumonía en marzo de 1847, cuando Samuel tenía 11 años y el joven dejó el colegio sin terminar sus estudios (hasta el 5.º grado), y comenzó a trabajar como aprendiz de impresor en un periódico local. En 1851 llegó a ser tipógrafo y empezó a publicar algunos bosquejos humorísticos y breves relatos de viajes en el Hannibal Journal, periódico propiedad de su hermano mayor, Orion, de esta época es la fotografía con 15 años de edad (ver). Cuando tenía 18 años, en 1853, se marchó de Hannibal y fue con su hermano a vivir en Iowa ya que había comprado parte del Journal de Muscatine en Iowa y entre 1853 y 1855 Samuel publicó diversos relatos de viaje, mientras viajaba y trabajaba como impresor itinerante en Nueva YorkFiladelfiaSan Luis y Cincinnati.

Durante su formación, Samuel convenció a su hermano Henry para que trabajara con él. Henry murió el 21 de junio de 1858 en la explosión del Pennsylvania, vapor en el que trabajaba. Samuel había tenido una premonición de esta muerte en un sueño que tuvo un mes antes, y se sintió culpable durante el resto de su vida, lo que hizo que se interesara por la parapsicología; fue uno de los primeros miembros de la Society for Psychical Research.

Samuel se reunió con su hermano Orion, que en 1861 había sido nombrado secretario de James W. Nye, gobernador del Territorio de Nevada, y se dirigieron hacia el Oeste. Ambos viajaron durante más de dos semanas en una diligencia a través de las Grandes Llanuras y las Montañas Rocosas, visitando la comunidad mormona de Salt Lake City por el camino. Estas experiencias le sirvieron como inspiración para Pasando fatigas y le aportaron material para La célebre rana saltadora del distrito de Calaveras. El viaje terminó en Virginia CityNevada, donde se hizo minero con la intención de hacerse rico rápidamente, aunque sin éxito. Al año siguiente encontró trabajo en un pequeño diario de la ciudad, el Territorial Enterprise, y fue allí donde utilizó por primera vez su seudónimo: “Mark Twain”,​ adoptado de la expresión mark twain, típica de los cantos de trabajo de los negros en los riverboats del río Misisipi, que significa “marca dos”, en referencia a dos brazas (3,6 m), el calado mínimo necesario para una navegación segura.​

Durante su viaje por el Mediterráneo, Charles Langdon le enseñó una foto de su hermana, Olivia, a la que llamaban habitualmente Livy; Twain afirmó haberse enamorado a primera vista. Se conocieron en persona en diciembre de 1867 e iniciaron un noviazgo a lo largo de 1868, mantenido sobre todo por carta; No se enamoró primero de Olivia, sino de su retrato. Un amigo le mostró un relicario con su imagen y más tarde le presentó a la mujer real. Twain tenía 32 años y no tardó mucho: en dos semanas le propuso matrimonio. Olivia, culta, refinada, diez años menor y perteneciente a una familia acomodada, lo rechazó. Lo volvió a rechazar una segunda vez, alegando su falta de devoción religiosa. Twain, con su humor incisivo, replicó: “Si eso es lo que hace falta, me convertiré en un buen cristiano”, pero convencido de que no tenía ninguna oportunidad, se marchó.  El destino intervino de nuevo y su vagón se volcó y, él exagerando sus heridas, fue llevado de regreso a la casa de Olivia. Bajo sus cuidados, hizo una última propuesta. Esta vez, ella dijo que sí.

Al año siguiente se prometieron y en febrero de 1870 contrajeron matrimonio en Elmira (Nueva York). (ver). Olivia provenía de una familia rica pero liberal, y a través de ella Twain conoció a abolicionistassocialistasateos por principios y activistas por los derechos de las mujeres y la igualdad social como Harriet Beecher StoweFrederick Douglass y el escritor y socialista utópico William Dean Howells, ​ con el que entabló una profunda amistad.

La pareja se instaló en Búfalo (Nueva York), en una casa comprada por el padre de Livy, y su primer hijo, Langdon Clemens, nació en noviembre de 1870. En esa época Twain era copropietario del diario Buffalo Express, en el que trabajó como editor y redactor. La familia se mudó a Hartford (Connecticut) en 1871, y en 1873 construirían  su nueva casa al norte de la ciudad, en la que se instalaron en 1874. El 2 de junio de 1872, al poco tiempo de trasladarse a Hartford y antes de instalarse en su nueva casa, su hijo Langdon murió de difteria con tan solo 19 meses de edad. Fue su único hijo varón. Olivia dio a luz a tres hijas: Olivia Susan (Susy, 1872-1896), Clara (1874-1962) y Jane (Jean, 1880-1909). El matrimonio de los Clemens duró 34 años, hasta la muerte de Olivia en 1904.

Twain mostró a lo largo de su vida un gran interés por la ciencia, la investigación científica y las nuevas tecnologías. Entabló una gran y prolongada amistad con Nikola Tesla, y ambos pasaron mucho tiempo juntos en el laboratorio de Tesla. En 1909, Thomas Alva Edison visitó a Twain en su casa en Redding, Connecticut y lo filmó. Una parte del metraje se utilizó en  El Principe y el mendigo (1909), un cortometraje de dos bobinas. Su libro Un yanqui en la corte del Rey Arturo está protagonizado por un viajero en el tiempo de los Estados Unidos contemporáneos, que utiliza sus conocimientos científicos para introducir la tecnología moderna en la Inglaterra arturiana. Este tipo de argumento se convirtió posteriormente en una característica frecuente de la ucronía o historia alternativa, un subgénero de la ciencia ficción.

Durante los años 1870 y los años 1880, Twain y su familia pasaban los veranos en Quarry Farm, una casa en Elmira que había adquirido el padre de Olivia para pasar las vacaciones y que a su muerte heredó su hija mayor, Susan. En 1874, Susan hizo construir un estudio de forma octogonal, separado de la casa principal, para que su cuñado tuviera un lugar tranquilo donde escribir.]​ Durante los diecisiete años que pasaron en Hartford y los veinte en Quarry Farm, Twain escribió muchas de sus novelas clásicas, como Las aventuras de Tom Sawyer (1876), El príncipe y el mendigo (1881), Vida en el Misisipi (1883), Las aventuras de Huckleberry Finn (1885) y Un yanqui en la corte del Rey Arturo (1889). Twain realizó un segundo viaje a Europa, que describió en su libro de 1880 Un vagabundo en el extranjero.

En sus últimos años de vida, Twain pasó por un período de depresión profunda, situación que se reflejó en sus trabajos. En 1896 su hija Susy, de tan solo 24 años de edad, murió de meningitis. Tras vivir tres años en Riverdale, Nueva York, su esposa enfermó en 1903 y se trasladaron a Italia, buscando por recomendación médica un clima más cálido; vivieron en Villa di Quarto, en las afueras de Florencia, hasta que Olivia falleció en 1904 de un paro cardíaco. En 1907 recibió el título de doctor honoris  causa por la Universidad de Oxford (ver) (Reino Unido). La ceremonia de entrega se celebró el 26 de junio de 1907 con la asistencia de un gran número de altas personalidades. Este doctorado fue un honor muy apreciado por Twain.

Clara, su hija mediana, se casó en 1909, pero su hija pequeña, Jean, murió la Nochebuena de ese mismo año, probablemente a causa de un ataque epiléptico, y su gran amigo Henry Rogers falleció repentinamente víctima de un ataque cerebral.

En 1909 Twain dijo: “Vine al mundo con el cometa Halley en 1835. Vuelve de nuevo el próximo año, y espero marcharme con él. Será la mayor desilusión de mi vida si no me voy con el cometa Halley. El Todopoderoso ha dicho, sin duda: 'Ahora están aquí estos dos fenómenos inexplicables; vinieron juntos, juntos deben partir'. ¡Ah! Lo espero con impaciencia”. Su predicción se cumplió: Twain murió en Redding (Connecticut) de un ataque al corazón sobre las 6 de la tarde del 21 de abril de 1910, a los 74 años de edad, el día antes del perihelio del retorno a la Tierra del cometa.

Maracaibo, el sábado 23 de agosto del año 2025

viernes, 22 de agosto de 2025

Epitelio-mesénquima y cáncer


Este breve artículo, no pretende dictar una compleja charla de biología molecular sobre la importante zona de transición que existe entre un tumor epitelial (cáncer) y el tejido normal donde están “ancladas” esas células que usualmente reposan limitadas por su membrana basal. El tejido epitelial está formado por una o varias capas de células unidas entre sí y sus tumores malignos, los denominados, carcinomas, son los más comunes de todos los cánceres epiteliales.

En sus diferentes tipos celulares, hay que incluir a numerosas células no neoplásicas que constituyen el estroma y representan alrededor del 90% de cualquier masa tumoral. Estos tipos celulares que forman el estroma son fibroblastos, células endoteliales, células de músculo liso, adipocitos, macrófagos y linfocitos, entre otras... Brevemente veremos cómo tanto ellas como las epiteliales se modificarán en este espacio de transición mientras “se malignizan”.

Las células tumorales o transformadas desarrollarán una red de vasos linfáticos y sanguíneos para cubrir sus necesidades metabólicas en un fenómeno denominado linfangiogénesis y angiogénesis. Si las células tumorales pasan al sistema circulatorio, pueden penetrar en un tejido distal al tumor primario, y esta extravasación dará lugar a las micrometástasis.

La progresión tumoral de los carcinomas dependerá de la capacidad de invasión de las células tumorales epiteliales. En los estadios tempranos de la invasión ellas sufren múltiples alteraciones al someterse al proceso que se ha denominado de “transición epitelio-mesénquima” (TEM). La adquisición de capacidades propias de células mesenquimáticas por parte de las células epiteliales, implica la progresión maligna de las mismas a través de un proceso biológico de ir perdiendo los marcadores celulares epiteliales, su polaridad, y las uniones célula-célula, con cambios en la morfología celular y en el citoesqueleto, que llevan a las células a perder el fenotipo epitelial y adquirir una morfología similar a los fibroblastos con otras capacidades de migración e invasión celular.

Estos cambios en los límites epitelio-mesénquima, están acompañados por la pérdida de los marcadores epiteliales en las células, tales como caderina-E, zónula occludens-1 y las citoqueratinas, con un incremento de marcadores mesenquimáticos que incluyen caderina-N, vimentina, actina de músculo liso, y proteína-1 específica de fibroblastos, además de la producción de componentes de matriz extracelular como colágeno tipo I y fibronectina.

La desestabilización del complejo caderina-E/catenina, conducirá a provocar una acumulación citoplasmática de catenina, la cual es capaz de translocarse al núcleo y comenzar a expresar genes que codifican proteínas con un importante papel oncogénico, tales como ciclina D1, que son proteínas para el control de la progresión de la fase G1 a la fase S de multiplicación celular, e igualmente: c-Myc, un protooncogen, que es muy importante en la inducción del proceso de transición epitelio-mesénquima. 

Este es un proceso que es transitorio y puede ser reversible, es decir, las células epiteliales que han adquirido capacidades y fenotipos mesenquimáticos pueden revertir el proceso, y volver a su estado epitelial original, bien diferenciado, a través del procedimiento inverso denominado Transición mesénquima-epitelio (TME), que también es transitorio y reversible, un fenómeno que recibe el nombre genérico de plasticidad epitelial.

Las mutaciones de la línea germinal del gen CDH1 predisponen a un individuo al cáncer, y la inactivación posterior del segundo alelo de la cadherina-E es desencadenada por metilación, mutación o pérdida de heterocigosidad (LOH); todos estos son fenómenos que conducen al cáncer.

La cadherina-E es una molécula de adhesión célula-célula dependiente de calcio que juega un papel crucial en el establecimiento de la arquitectura epitelial y el mantenimiento de la polaridad y diferenciación celular. La caderina-E, es la mejor caracterizada de las uniones adherentes en células epiteliales de mamíferos. La caderina-E es un supresor de tumores, y su pérdida de expresión es un indicador de la transición epitelio-mesénquima (TEM).

Estos cambios están asociados a estadios tempranos de la invasión y las metástasis, y a un menor grado de diferenciación, un peor pronóstico clínico. La pérdida de regulación de la caderina-E en las uniones adherentes es por esto muy importante, ya que marca los estadios tempranos del cáncer antes que ocurra la metástasis.

La reorganización del citoesqueleto de actina durante la progresión tumoral, va a ser el paso clave en la adquisición de capacidades migratorias e invasivas de las células tumorales que promoverán las metástasis. Se ha observado una sustitución de la citoqueratina presente en los filamentos intermedios por vimentina, durante la TEM1. Los microtúbulos van a ser los elementos que proporcionan la fuerza motora necesaria para la migración celular durante la progresión tumoral, ya que ellos se distribuyen uniformemente en el citoplasma de las células epiteliales no transformadas, mientras que las protrusiones de la membrana celular, debido a la TEM son estructuras que se sabe están asociadas a los microtúbulos.

Los niveles de caderina-E para mantener la adhesión celular dependen del balance entre la síntesis y la degradacion2. Existe una correlación inversa entre los niveles de caderina-E, el estadio del tumor y la tasa de mortalidad, aunque en algunos tumores bien diferenciados se exprese la caderina-E. Sobre la migración de las células mesenquimáticas, se sabe que una vez que ha ocurrido la TEM, ellas invaden la membrana basal y sintetizan la matriz de fibronectina, la cual va a proporcionar una vía para la migración de estas células durante la transición epitelio-mesénquima, manteniendo el fenotipo mesenquimático.

Finalmente… Es importante precisar cuáles son las señales micro ambientales inductoras de la TEM, ya que ellas serán las que permiten cambios en las células y las hacen sensibles a tales señales, y son necesarias para determinar los mecanismos de señalización dentro de las células epiteliales que ordenan a los diversos programas de TEM.

Obtenidos estos conocimientos, ellos pueden ser trasladados a la práctica clínica a través de una oncología de precisión que se basará en analizar el perfil genético, clínico y molecular de cada paciente, para posteriormente poder definir un tratamiento personalizado, con las mayores posibilidades de éxito, contribuyendo de esta forma a mejorar su calidad de vida y su supervivencia.

Breves referencias:

1-Sun BO y col. Role of cellular cytoskeleton in epithelialmesenchymal transition process during cancer progression. Biomed Rep 2015; 3(5):603-610).

2-Berx G, Cleton-Jansen A, Strumane K, et al. La E-cadherina se inactiva en la mayoría de los cánceres de mama lobulillares invasivos humanos mediante mutaciones de truncamiento en su dominio extracelular. Oncogene. 1996;13(9):1919–1925.

Maracaibo, viernes 22 de agosto del año 2025

jueves, 21 de agosto de 2025

Dias de ira


Hace setenta años, durante la Ocupación nazi, el 13 de noviembre de 1943, se estrenó en Copenhague la película Dies irae (Vredens dag). Su director, Carl Theodor Dreyer, se basó en la exitosa pieza teatral Anne Pedersdotter (1906), del escritor y dramaturgo noruego Hans Wiers-Jenssen (1866-1925). Con una puesta en escena sobria, Dreyer se inspiró en los retratos e interiores pintados por Frans Hals, Rembrandt y Vermeer, sin embargo, el filme permaneció pocos días en la cartelera.  

Vredens dag la película dramática danesa de 1943 protagonizada por Lisbeth Movin, Thorkild Roose y Preben Lerdorff Rye. Es una adaptación de la obra de 1909 Anne Pedersdotter de Hans Wiers-Jenssen, basada en un incidente de 1590, cuando Anne Pedersdotter, la viuda del sacerdote Absalon Pederssøn Beyer, fue acusada de brujería y quemada viva en la ciudad de Bergen. ​

La película cuenta como, el terror se adueña de la pequeña comunidad aldeana a raíz de la muerte en la hoguera de Marta de Herlofs (interpretada por Anna Svierkier), una sencilla mujer de pueblo, soltera, pobre y casi anciana, a la que se acusó injustamente de brujería. Las mujeres jóvenes y viejas temen ser denunciadas y correr el mismo destino que Marta. A su vez los inquisidores fueron víctimas de los conjuros que arrojó contra ellos la mujer poco antes de morir.

Esta es una historia que gira en torno a la traición y la venganza. Marta, que amenazó con denunciar a Absalom Pedersson Bayer -quien es un personaje histórico- por pretender salvar a la madre de su esposa Anne –puesto que según la ley, las hijas de las brujas también estaban condenadas a correr su misma suerte-, quien fue conducida a la hoguera después de confesar bajo tortura. 

Absalom Pedersson Bayer cuyo retrato mostramos aquí, se sabe que contribuyó de forma notable a la reforma espiritual en Noruega. Su esposa Anne, con la que tuvo ocho hijos, fue declarada culpable de brujería y quemada en la hoguera. En realidad, esto sucedió quince años después de la muerte de su marido, el 7 de abril de 1590. Absalom murió a los 47 años, en 1575, mientras que en la película muere a los 60 años.

Las ejecuciones por brujería en la Europa de los siglos XVI y XVII se propagaron como la peste. Se calcula que en este periodo fueron quemadas 45.000 personas, la mayoría mujeres. El terror se apoderaba de las personas, que vivían con el temor de que alguien las acusara de este delito y que las sospechas degenerasen en rumores y los rumores en las temidas pesquisas por las autoridades.

En todas las épocas, las diferencias personales se han pagado caras cuando se vivía en sociedades cerradas y tiranizadas por el dogmatismo religioso o ideológico. No están tan lejos de nosotros estos los regímenes totalitarios que aspiraban a enfundar a los ciudadanos en una misma categoría para así señalar a quienes excluían de ésta, apelando a diferencias raciales, religiosas o de orientación sexual, para perseguirlos primero, apresarlos luego en gigantescos recintos aislados del mundo y finalmente asesinarlos en masa.

En el filme, una violenta tormenta estalla mientras Absalón visita a Laurentius, un joven feligrés moribundo. Marta de Herlof, lo maldijo durante su interrogatorio y predijo una muerte inminente. Mientras tanto, Ana y Martín discuten sobre el futuro, y ella se ve obligada a admitir que desea la muerte de su marido, pero solo como un "si", en lugar de que realmente ocurra. En ese momento, Absalón, de camino a casa, siente "como si la muerte misma la rozara". Al regreso de Absalón, Ana le confiesa su amor por Martín a su marido y le dice que desea su muerte. Él se desploma y muere, llamando a Martín. Ana grita…

Anne traicionará a su ya anciano marido al enamorarse de su hijo Martin (Preben Lerdorff Rye), nacido de su primer matrimonio, y más joven aún que ella, y desearle en secreto la muerte. Con semejante deseo también estaba traicionando a su enamorado, puesto que, después de todo, era su padre.  A la mañana siguiente, Martín abrumado por sus propias dudas, mientras Ana declara que no tuvo nada que ver con la muerte de su padre, la cual ve como una ayuda providencial del cielo para liberarla de su miseria actual y de su matrimonio infeliz.

En el funeral de Absalón, Meret, su suegra, denuncia a Ana como bruja. Al principio, Ana niega la acusación, pero cuando Martin se pone del lado de su abuela, se enfrenta a la pérdida de su amor y confianza, y confiesa sobre el ataúd abierto de su esposo que lo asesinó y hechizó a su hijo con la ayuda del Diablo. Su destino parece sellado. Finalmente, Martin traiciona a Anne ante el féretro del difunto Absalom, que murió tras conocer la relación de su mujer con su hijo, al violar la promesa de amor que le hizo y compartir con su abuela la denuncia contra ella.

Dies irae ha sido vista como una interpretación del terror que se extendió por Europa tras la invasión por tropas alemanas de numerosos países, implantando su programa de odio, persecución y asesinato de los judíos. En la mayoría de las naciones ocupadas por la Alemania nazi, que fueron sus aliadas o simplemente neutrales, los gobiernos y la pasividad, cuando no la complicidad de amplios sectores de la población, fueron determinantes para la caza y captura de los miembros de las comunidades judías, cuyo destino final sería la muerte en alguno de los numerosos campos de exterminio diseminados por Centroeuropa durante la Segunda Guerra Mundial.

Maracaibo, jueves 21 de agosto de 2025

miércoles, 20 de agosto de 2025

Terapia cerebral con ARN

En los últimos años, las terapias basadas en ARN han cobrado protagonismo, especialmente a raíz del desarrollo de vacunas de ARN mensajero contra el COVID-19. Esta tecnología ha abierto la puerta a una nueva era en la Medicina y ahora es posible diseñar tratamientos que actúan directamente sobre los genes.

En múltiples enfermedades, como puede ser el cáncer o ciertas enfermedades raras, existen genes que no se están expresando correctamente. 


Algunos tipos de ARN son capaces de alterar esta expresión, devolviéndola a la normalidad y revirtiendo la enfermedad. Existen también las llamadas vacunas de ARN</b> aquellas cuyo componente principal es una molécula de ARN con información de un organismo patógeno. El ARN de este tipo de vacunas, al introducirse en las células, se traduce en proteínas inocuas del agente infeccioso, que activan el sistema inmunitario y generan linfocitos de memoria para futuras infecciones.



En Australia, el Institute for Glycomics y la School of Pharmacy and Medical Sciences de la Griffith University, en colaboración con el Centre for Immunology and Infection Control de la Queensland University of Technology, existe un grupo de investigadores, liderado por el Dr. Nigel A.J. McMillan, que buscan desarrollar nuevas estrategias para llevar terapias génicas directamente al cerebro de forma segura y eficaz.

 

Llevar estas moléculas al cerebro sigue siendo un reto cuyo principal obstáculo es la barrera hematoencefálica, que protege al cerebro de sustancias potencialmente dañinas, pero que también bloquea la mayoría de los medicamentos, incluido el mencionado ARN terapéutico. Para superar esta barrera, los científicos están apostando a las vesículas extracelulares (EVs) que son diminutas partículas, liberadas de forma natural por todas las células del cuerpo y que usualmente actúan como mensajeros entre células. Las EVs llevan consigo proteínas, lípidos y material genético -como puede ser el ARN- y lo más interesante es que son capaces de atravesar la barrera hematoencefálica.

 

Entre los tipos de ARN que se busca llevar al cerebro están los que pueden regular la expresión de genes, como los ARN de interferencia (RNAi), como los siRNA (small interfering ARN o en español RNA de interferencia pequeños), que pueden “apagar” genes relacionados con enfermedades neurodegenerativas. Algunos siRNA han logrado reducir la producción de la proteína β-amiloide, implicada en el Alzheimer, o disminuir los niveles de la proteína defectuosa que causa la enfermedad de Huntington. También se han probado miRNAs que inhiben el crecimiento de tumores cerebrales como el glioblastoma. Las EVs protegen estas moléculas de la degradación en la sangre y además las ayudan a llegar de forma más precisa a su destino.


Pero el arsenal terapéutico no se limita al RNAi. Los ARN circulares (circRNA), por ejemplo, tienen una estructura cerrada que los hace más estables. Algunas investigaciones sugieren que, transportados en EVs, estos ARN pueden favorecer la recuperación tras un accidente cerebrovascular o reducir la inflamación en modelos experimentales de depresión. También hay ARN mensajeros (mRNA) que, una vez en el cerebro, pueden hacer que las células produzcan proteínas beneficiosas, como antioxidantes o enzimas que atacan células tumorales.

 

Incluso existen los llamados aptámeros, que son fragmentos de ARN que actúan como llaves moleculares para unirse a objetivos específicos en el tejido cerebral.  Uno de los grandes atractivos de estas vesículas es que pueden ser modificadas en el laboratorio para mejorar su eficacia. Por ejemplo, se les puede añadir en su superficie ciertas proteínas que les permiten “reconocer” y entrar más fácilmente al cerebro. También se pueden cargar con diferentes tipos de ARN mediante técnicas como la electroporación, o combinarse con liposomas sintéticos para aumentar su capacidad de carga. En paralelo, han surgido versiones artificiales llamadas vesículas extracelulares sintéticas (synEVs), que imitan a las naturales pero se pueden producir de forma más controlada y en mayor cantidad.

 

Estas tecnologías a pesar de su enorme potencial, aún enfrentan desafíos antes de su aplicación clínica a gran escala. Uno de los más importantes es cómo producir estas vesículas de forma eficiente, segura y uniforme. Los métodos actuales de purificación son costosos y poco estandarizados. Además, aunque las EVs parecen ser bien toleradas por el organismo, aún queda mucho por entender sobre cómo se distribuyen, cuánto tiempo permanecen activas en el cuerpo y cuáles podrían ser sus efectos a largo plazo. La variabilidad entre vesículas, dependiendo de la célula que las produce, también es un factor que complica su uso como medicamento.

 

Algunos ensayos clínicos en pacientes con Alzheimer ya han probado la administración intranasal de EVs derivadas de células madre, mostrando que son seguras, bien toleradas y con efectos positivos en la función cognitiva. Otros estudios en animales han demostrado que estas vesículas pueden reducir tumores cerebrales, regenerar neuronas dañadas o modular la respuesta inmune en el cerebro. Frente a otras estrategias como virus modificados o nanopartículas sintéticas, las EVs se presentan como una opción más biocompatible, con menos riesgo de toxicidad o efectos adversos.

 

En definitiva, las vesículas extracelulares representan una herramienta prometedora para el tratamiento de enfermedades neurológicas. Su capacidad para atravesar la barrera hematoencefálica y transportar terapias génicas con precisión abre un nuevo camino en la medicina de precisión.

 

Con avances en su producción y diseño, es muy probable que estas nanoestructuras pasen de los laboratorios a las clínicas en los próximos años, marcando un hito en la forma de tratar el cerebro desde adentro.

En Maracaibo el día miércoles 20 de agosto del año 2025