domingo, 16 de noviembre de 2025

Petrushka

 

Existen dos personajes de la música y del teatro, Stravinsky y Diaghilev, de cuyo encuentro productivo nacería una actuación de este último interpretando su “pianoversión” de Fireworks en 1909 y seria entonces cuando Diaghilev, le encargó a Stravinsky para que escribiese El pájaro de fuego. Aunque Stravinsky tenía 27 años y era desconocido en ese momento, resultaría un gran éxito. Habría de ser su segunda colaboración -Petrushka- la que trajo de nuevo a la pareja (Stravinsky-Diaghilev) su primer éxito multimedia, este liberó a Stravinsky para que, de allí en adelante, pudiese poner su propio sello en la vida musical parisina.

Sergei Pavlovich Diaghilev (1872-1929) era un empresario, director artístico y crítico de arte ruso, clave en la renovación experimentada por el ballet en el transcurso del siglo XX y a diferencia de El pájaro de fuego, la idea de Petrushka fue de Igor Stravinsky (1882-1971) quien, en un par de semanas, cuando el proyecto estaba terminado, se lanzó a los primeros bocetos. En aquellos días Stravinsky le escribió a su madre: "...mi Petrushka se está volviendo cada día completamente nuevo y hay nuevos rasgos desagradables en su carácter, pero me deleita porque está absolutamente desprovisto de hipocresía."

Petrushka es descendiente de la commedia dell'arte Pulcinella, un payaso que representa el arquetipo del embaucador. Es juguetón, pendenciero, mercurial, antiautoritario, travieso, pero por supuesto indestructible, que es la razón de su atractivo. La trama es natural para el sofisticado ingenio de Stravinsky: Pulcinella, buscada por todas las chicas, está en peligro de ser asesinada por sus novios.

Cambiando de lugar con su doble, que sólo finge ser asesinado, Pulcinella escapa al peligro. Los aspirantes a asesinos se disfrazan de Pulcinella y van a visitar a sus respectivos novios. Pulcinella, como si hubiera resucitado de entre los muertos, aparece y convirtiéndose en un magnánimo benefactor, arregla matrimonios para las parejas y se casa con Pimpinella. Otros personajes evolucionaron: el Blackamoor, némesis de Petrushka y eventual asesino; la Bailarina, una versión de los Ballets Rusos de la commedia dell'arte Columbine - bonita, coqueta, superficial, irresistible; y el mago, que revela la inmortalidad de Petrushka.

La versión de concierto de Petrushka comprende cuatro cuadros - imagina escenas de un libro de cuentos que cobran vida-. El primer cuadro representa los últimos días del Carnaval de 1830, en la Plaza del Almirantazgo, antiguo San Petersburgo. La música comienza con un bullicioso día de feria: multitudes y atracciones brillantes en todas partes que se reflejan en los ritmos y armonías en constante cambio, y en la orquestación que alterna y finalmente fusiona los vientos fuertes y los tonos de campana piano con las cuerdas bajas, lo que desemboca en una fantástica y extrañamente acentuada fiesta de la orquesta completa.

Dos bateristas aparecen frente a un teatro de títeres y un redoble de tambores (un dispositivo de conexión que corre a lo largo de la obra) hace que la multitud se quede en silencio. The Magican aparece ante los fascinantes giros y giros de la orquesta, con un solo de flauta ondulante, casi tambaleante, y el siniestro hechizo es lanzado.

Petrushka se presenta con el otro gran dispositivo conectivo de la obra: el "Petrushka Chord", un grupo de tonos compuesto por las principales tríadas de Do y Fa sostenido que entreteje la obra de forma armónica y melódica. Aquí también nos encontramos con la Bailarina y el Blackamoor, y los tres juntos hacen un baile ruso retorcido, angular, pero todavía bastante folclórico.

El Cuadro dos: Clarinete, fagot, trompeta y trompetas apagadas evocan a Petrushka solo en una celda sombría. Los pianoarpegios acompañan el sueño de libertad del títere, que se convierte en gritos furiosos en las trompetas y trombones. La flauta solista vuelve a entrar con una pequeña y coqueta melodía, cambiando el estado de ánimo para representar a la bailarina, a la que Petrushka ama. Ella se burlará, pero por supuesto no quiere tener nada que ver con él.

A quien la Bailarina realmente quiere es al Blackamoor, el chico malo que es el centro del tercer cuadro. Una melodía torpe y banal interpretada por vientos solitarios y cuerdas de pizzicato, que suenan un poco fuera de sincronía entre sí, acompaña su acto sexual. Petrushka se cuela en la fiesta y el Blackamoor lo persigue entre la multitud…

En el Cuadro final, después de la música de la escena de la feria, el Blackamoor persigue a Petrushka y lo asesina. El mago se da cuenta de que Petrushka es una marioneta, y cuando aparece el fantasma de Petrushka el mago huye asustado; el "acorde de Petrushka" recurrente da la última risa. Stravinsky dijo más tarde que estaba "más orgulloso de estas últimas páginas que de cualquier otra cosa en la partitura".

Petrushka abrió sus puertas el 13 de Junio de 1911 en el Théâtre du Châtelet de París con un éxito rotundo. Dirigida por Pierre Monteux, entonces de 36 años, la obra fue elogiada como una hazaña del sofisticado e intelectual folclorismo teatral. De vuelta en San Petersburgo, la obra fue criticada por los oídos rusos, que sólo escucharon un mosaico de melodías pop rusas, canciones populares rurales y ruido ambiental sin atar con un "acolchado modernista", como lo llamaba Prokofiev.  

Ningún compositor del siglo XX estaba más involucrado con la danza que Stravinsky. Escribió al menos 12 partituras específicamente para la producción de ballet, y los coreógrafos también han encontrado irresistibles sus obras no teatrales y han utilizado un gran número de ellas para los bailes. Pero el original y principal impulsor de toda esta actividad de danza stravinskiana fue Serge Diaghilev. Para este empresario ruso el compositor Stravinsky escribió su triunfal triunvirato temprano (1910-13) de ballets, El pájaro de fuego, Petrushka y El rito de la primavera.

Reensamblando su compañía después de la Primera Guerra Mundial, Diaghilev buscó un proyecto con el que atraer a Stravinsky de vuelta al ballet. Contemplando el éxito de The Good-Humored Ladies, bailado con música de Domenico Scarlatti, arreglada por Vincenzo Tommasini, se topó con la música de Pergolesi como una perspectiva probable para la manipulación de Stravinsky. Al principio de acuerdo con el plan, el compositor se convenció al leer las numerosas partituras del maestro italiano del siglo XVIII que Diaghilev había reunido, sin saber que la mayoría de las piezas no eran artículos auténticos de Pergolesi. La tarea de seleccionar la música y el escenario fue relativamente fácil. Stravinsky eligió varias piezas atribuidas a Pergolesi, y de un antiguo manuscrito tomó un episodio cómico cuyo protagonista era Pulcinella, el héroe tradicional de la comedia napolitana dell'arte.

Manteniendo la mayoría de las melodías y los bajos originales, Stravinsky "retoca" la música con notas y ostinatos (técnica musical que se apoya en la repetición de un motivo musical) y sus añadidos, que proporcionan una especial sensación de tensión rítmica. Ajusta sutilmente las frases, rompiendo la simetría formal, y colorea con una orquestación de ímpetu característico y transparencia. El ballet fue presentado en París el 15 de mayo de 1920, con coreografía de Léonide Massine -que también bailó el papel principal- y escenografías y trajes de Pablo Picasso. La suite de conciertos, compuesta por 11 movimientos de los 18 del ballet, fue realizada en 1922.

Maracaibo, domingo 16 de noviembre del año 2025

sábado, 15 de noviembre de 2025

Los Peces dorados

 

En junio del año 2010 hablamos en este blog, lapesteloca, sobre Gustav Klimt (1862-1918)​ (https://surl.li/ljeoplel artista quien adelantado a su tiempo obtuvo el reconocimiento en París pero encontró el desprecio de su ciudad natal Viena, donde se le tachó de escandaloso. Después, en el mes de mayo de este año 2025, regresamos a conversar sobre la obra de Klimt​, destacando esa combinación de sensualidad, expresividad y pasión y, era como su propia vida dedicada por entero a las mujeres.

 

Acusado de pornógrafo, Klimt dedicó en principio el cuadro “a mis críticos", pero más tarde lo cambió por «Peces dorados», como otras muchas de sus obras vinculadas a escenas acuáticas («Agua en movimiento», «Ondinas»…),etc. Actualmente la pintura se encuentra en el Museo Kunstmuseum Solothurn, Solothurn (Suíza) y su título sigue siendo “Goldfish”.

 

Klimt fue muy criticado por sus delirantes obras para la Universidad de Viena (y acusado de pornógrafo), pero a la gente les volvía loco su erotismo decorativo. Recordaremos que Viena era “el laboratorio del apocalipsis”, un florecimiento tardío, el último tumulto creativo antes de su decadencia final y fue de este laboratorio, de donde el arte de Klimt emergió y logró unir lo tradicional y lo moderno, aquel mundo que terminaba con el que iba a surgir… El pintor reaccionaría a la mojigatería victoriana con este cuadro donde Klimt retrata de espaldas a una pelirroja desnuda, todo lo contrario de la aburrida e insulsa mujer victoriana.

 

Esa mujer fatal tan del gusto simbolista, aquí representa a una ninfa acuática (náyade) que gira la cabeza sonriendo sensualmente mientras nos enseña sin pudor su trasero. Sobre ella hay otros dos cuerpos femeninos, también de largos cabellos, que permitían llenar la composición de esa líneas curvas propias del Art Nouveau.

 

Jamás en toda la historia del arte se había mostrado así, en primer plano, el sexo femenino como protagonista.

 

En mayo, este año 2025 hablamos de una película, biográfica y austríaca del año 2006 sobre la vida del pintor austriaco Gustav Klimt, escrita y dirigida por el cineasta chileno Raúl Ruiz, con una adaptación al inglés del guion de Gilbert Adair, y en la que el papel principal es interpretado por el actor John Malkovich.

 

Klimt como “película de autor” y nos muestra secuencias de casi dos docenas de viñetas, a menudo disociadas, tomadas de la vida de Gustav Klimt y visualizadas por él mismo en sus recuerdos. En una de las viñetas cinematográficas, Klimt es retratado con su madre y su hermana, quienes están bajo cuidado en un asilo para enfermos mentales, y lo confrontan con preguntas sobre los hijos ilegítimos que se rumorea que ha engendrado y Klimt vuelve a afirmar que no sabe cuántos hijos ha engendrado ni el paradero general de su progenie. Cuando llega a las etapas finales de su tratamiento con mercurio, el pintor expirarará durante el mismo.

 

La náyade, o ninfa acuática que aparece en la obra “Peces dorados” , ciertamente muestra su trasero sin pudor alguno mientras va girando su cabeza para mostrarnos un gesto risueño. Sobre ella, hallaremos otros dos cuerpos femeninos de largas melenas, uno de los elementos admirados del Art Noveau que permiten establecer líneas sinuosas delimitantes de las figuras que se ubican en primer plano eliminando la perspectiva, con excepción de la náyade que nos presenta su trasero.

Klimt estaba tan furioso y exasperado por la hostil reacción a sus pinturas en algunas de las facultades de la Universidad que pintó esta réplica burlona. Aunque originalmente la tituló “A mis detractores”, por consejo de sus amigos, Klimt cambió el título a “Peces de colores” cuando la expuso en la exposición de la Secesión de 1903. A pesar del cambio de título, la prensa se indignó, lo cual no sorprende dado que la mujer sonriente muestra, de forma innegablemente provocativa, su trasero al espectador.

Los animales aparecen con frecuencia en las obras de Klimt: hay una serpiente en “Nuda Veritas”, un pulpo en “Esperanza I” y un mono en “Friso de Beethoven”, además de numerosos pájaros pequeños y mariposas que adornan muchas otras obras. Sin duda, estas aves y bestias no están incluidas al azar -de lo contrario, Klimt quizá habría pintado a algunos de sus queridos gatos- sino para simbolizar el carácter y las ideas.

En una entrevista que le hicieron cuando la obra fue exhibida, Klimt comentaría; “Basta de censura, no buscaré  otra ayuda que la mía propia; quiero salir de aquí, quiero olvidar todas esas moletas tonterías que dificultan mi trabajo y volver a mi libertad. Rechazo cualquier ayuda estadal, renuncio a todo”.

Después de Peces de plata ( Hadas acuáticas ), Gustav Klimt realizó Peces de oro, en febrero de 1902. Objeto de escándalo por la actitud de la ondina que, risueña, ofrece su trasero al espectador, aquella obra fue interpretada como un desafío al conjunto de los sectores oficiales, llegándose a exigir su retirada dela inauguración de la Gran Muestra de Dresde en 1904 con la asistencia del príncipe de Sajonia.

En Maracaibo, el sábado 15 de noviembre del año 2025

viernes, 14 de noviembre de 2025

La Salomé de Oscar Wilde


El drama cuenta la historia de Salomé, hijastra de Herodes Antipas, quien, tras el espectacular baile de la danza de los siete velos, le pidió a su padrastro la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja de plata. La mujer fatal, estaba enamorada del santo y ante el rechazo del santo, ella pidió la decapitación por puro despecho.

En la obra se armó un auténtico escándalo tras el beso de una Salome ensangrentada a la cabeza cortada de Juan. El escándalo en Paris no llego a darse en la Inglaterra victoriana hasta cuando la obra se estrenó públicamente en 1931.

Cuando Wilde comenzó a escribir Salomé, finales de 1891, ya era conocido como autor y crítico, pero aún no se había consolidado como dramaturgo. Había terminado El abanico de Lady Windermere , pero aún no se había estrenado, y sus otros éxitos en el West End, Una mujer sin importanciaUn marido ideal y La importancia de llamarse Ernesto, en realidad, estaban por llegar.  Wilde había considerado el tema de Salomé desde sus años de estudiante en Oxford, cuando Walter Pater le presentó el relato Herodias de Flaubert en 1877. El biógrafo Peter Raby comentaría que el interés de Wilde se vio estimulado por las descripciones de las pinturas de Salomé de Gustave Moreau en À rebours de Joris-Karl Huysmans, así como por Atta Troll de Heinrich Heine , la "Salomé" de Jules Laforgue en Moralités Légendaires y Herodiade de Stéphane Mallarmé.

Wilde escribió la obra durante su estancia en París y al año siguiente explicó a un entrevistador por qué la había escrito en francés: Tengo un instrumento que sé dominar: el idioma inglés. Había otro instrumento al que había escuchado toda mi vida, y quise probarlo para ver si podía crear algo bello con él. La obra la escribí en París hace unos seis meses, donde se la leí a unos jóvenes poetas que la admiraron enormemente. Claro que hay recursos expresivos que un francés de letras no habría empleado, pero le dan cierto relieve o matiz a la obra. 

Son famosos los 17 dibujos que Aubrey Beardsley realizó para la obra de su colega Oscar Wilde. Ambos eran un par de dandys ingeniosos que disfrutaban escandalizando y provocando a su paso el asombro y la admiración, o el desprecio y seguramente que también la envidia de sus contemporáneos.

Beardsley era un joven ilustrador irreverente que estaba de moda n Londres y Wilde no perdió la ocasión para contratarlo e ilustrar la publicación de su obra de teatro. El joven literato irlandés escribiría sobre su amigo: Para Aubrey, el único artista que además de mí, sabe lo que es la danza de los siete velos, y puede ver esa danza invisible.

Antes del estreno, las escandalosas ilustraciones le dieron al texto bastante fama y ambos, Wilde y Beardsley quedaron más que satisfechos, encantados. El estilo de Beardsley con grandes áreas en negro, o en blanco y con pequeñas filigranas en tinta, estaban influidas por las “estampas japonesas”.

Beardsley fue un excéntrico tanto en lo público como en lo privado. Solía decir: "No tengo más que un objetivo: lo grotesco. Si no soy grotesco, no soy nada." Wilde decía que Beardsley tenía "un rostro como un hacha plateada y cabello verde hierba"​ Beardsley era meticuloso en su vestir: trajes de color gris paloma, sombreros, corbatas y guantes amarillos. Se presentaba ante su editor con chaqué y zapatos de salón. Aunque se asociaba a Beardsley con la camarilla homosexual que incluía a Oscar Wilde y a otros miembros del esteticismo, los detalles de su sexualidad siguen en duda. W. B. Yeats, que lo conocía bien, afirma en sus Autobiografía, que él no era homosexual.

En muchos aspectos se estaba quebrando la sociedad mojigata de la época victoriana para ingresar en el ambiguo y caótico, aunque fascinante siglo XX y quedarían las ilustraciones que plasmaban lo escabroso del argumento a pesar de lo moderno de la temática.

La Salome de Wilde con la no menos escandalosa Salome, la opera de Richard Strauss, iba a crear una combinación terrible Wilde/Strauss/Beardsley que se iba a convertir en una leyenda.

Richard Georg Strauss (1864-1949) era alemán y fue un compositor y director de orquesta quien en 1905, produjo su ópera Salomé basada en el drama de Oscar Wilde y la reacción  del público fue tan apasionada y extrema cuando se estrenó en la Ópera del Metropolitan de Estados Unidos que tuvieron que cancelarse las presentaciones posteriores. Sin embargo, la ópera fue exitosa en otras partes, llegando incluso a darle los suficientes ingresos a Strauss para financiarse su casa de Garmisch-Partenkirchen

Aubrey Vincent Beardsley (1872-1898) ​ artista pintor e ilustrador británico, fue un notable crítico de la sociedad victorianasatírico e implacable, ya que su obra despertó admiración y escándalo. Después del escándalo, con la Salome de Wilde, el único editor que le quedaba a Beardsley era Leonard Smithers, especializado publicar cosas que los demás tienen miedo de tocar como Lisistrata, la sátira antimilitarista de Aristófanes, más escandalosa a finales del XIX que cuando fue representada por primera vez en el 411 a. C.

Beardsley dio rienda suelta a su creatividad ilustrando esta apología de la paz con una huelga sexual de las mujeres atenienses para acabar con la Guerra del Peloponeso. Una verdadera orgía de erotismo y mucho humor de la Antigua Grecia, dibujada por Beardsley en blanco y negro.

Quien fuera uno de los mejores ilustradores de la historia, moriría de tuberculosis con sólo 25 años poco después de realizar estos dibujos.

Para lapesteloca, en Maracaibo, el día viernes 14 de noviembre del año 2025

jueves, 13 de noviembre de 2025

Queso frito


En una onda de verdades, el pasado lunes tocaríamos el tema del queso, y de eso, del queso- sin regresar a los malandros -vengo a conversar hoy jueves sobre mero queso-, De esta manera, al retornar con reminiscencias del pasado lejano, sin retomar actuales “malandrajes” (que existen y se repiten como “marullos”) quiero, que sean los quesos el tema actual que es  por demás, muy maracaibero…

El queso Palmizulia es originario del Estado de Zulia. Es un queso fresco, esponjoso, semiblando y con numerosos ojos aromáticos de fermentación muy característicos, de corteza húmeda con color amarillo tenue y con olor láctico y algo acidificado.  Su textura en boca es semiblanda, es algo elástico y es muy jugoso y fresco al paladar con un sabor suave, lechoso y láctico de yogur. Se ha dicho que posee una acidez característica y un regusto afrutado que nos recuerda a avellana fresca.

Hay Quesos duros y Quesos semiduros; hay el Queso telita: originario de los Llanos venezolanos, y el Queso de mano que es uno de los quesos más populares en Venezuela famosos los producidos en el Estado Guárico, y es muy común como acompañante de las cachapas. El Queso de trenza: generalmente es fabricado con leche de cabra y leche de vaca. Existe el Queso palmita con un sabor característico y se consume a temperatura ambiente. La textura es algo blanda y al morderlo suelta suero.

No olvidemos  La Cuajada andina que se obtiene a través del cuajado de la leche y El queso paisa que es también originario del Estado Táchira, y su nombre es una metonimia por la marca comercial Paisa. El Queso llanero es un queso duro que tiene un alto contenido de sal, y el Queso de año es un queso madurado, tradicional, típico del llano venezolano, con un rico e intenso sabor y algo salado. El Queso Santa Bárbara se distingue por su suavidad y escasez de sal. El Queso crineja es un queso hilado, sin corteza, fabricado generalmente en forma de trenzas.

Venía yo hablando ya casi fastidiosamente de los quesos, más debo recordar que “estar enquesándose” en nuestro léxico es estar apropiándose de dinero ajeno. Todos sabemos que hay queso rallado y que puede existir algo tan especial como el queso frito… Al decir quesoquetada entramos en la onda de las verdades y volveremos al Maracaibo de ayer, y con unas canciones, el aroma a queso frito trajo a mi memoria el señor Malangone.  

Después de una noche de cervezas, usualmente acompañadas de canciones, que no solo están para rimar con Malangone, llegábamos insuflados de música, precisamente “a que Malangone”. Este “a que” lo usamos los de por acá, y lo sabe, tutilimundi, que es para indicar un sitio de pertenencia, o sea, la casa. La casa de Paco es, “a que Paco”: pero la casa de Malangone estaba en la mera avenida Bella Vista, por allá, por el templo del Corazón de Jesús… Ya si vos queréis y te ubicáis, será mejor así…

Malangone era un italiano más que robusto, grandote, con un mostacho característico y tenía un carrito ambulante para vender arepas de pernil, que como decían sobre Helene Curtis “eran su especialidad”. El secreto del carrito residía en la palangana, realmente era una olleta que llena de aceite hirviendo que hacia ebullición en el mero centro de aquella cocina rodante. Las arepas de pernil con su “piazo e queso frito” dentro salían crujientes y con unas lechugas y tomates o sin ellas, al gusto de los consumidores, eran una maravillosa delicia gastronómica.

Las arepas de Malangone fritas con queso era ideales para comerse varias… ¿Cuatro, o cinco? Se hacían indispensables para rematar una noche de matizada con canciones y cerveza. En ocasiones, como éramos varios los trovadores, le colocábamos una caja de cartón encima de la maleta del auto y sobre ellas iba Malangone colocándonos las arepas y si éramos tres o cuatro, le dábamos viaje a razón de 4 o cinco cada uno, para quedar “como Crucita, hasta la hoyita”…

¡Miarma, tantas! ¿Y no les hacían daño?  ¿Cómo vais a creer? ¿No dizque vos no comías cochino? Sí, pero el de Malangone era otra cosa. No sé si sería por el queso-frito o más bien porque antes nos habíamos disparado sopotocientas cervezas que tenían que estar como “culoefoca”, seguramente por eso, y es porque como decía Cantinflas “Ahí está el detalle”… Todo aquello, como ven, era un asunto de temperatura; heladas las cervezas, y el queso en las arepas… ¡Frito e bola!

Estas reflexiones alrededor del queso y de las arepas, deberían terminar musicalmente y ahora ante la desaparición de todas aquellas delicias culinarias relatadas, hace ya más años que el cirullo, o quizás que el cimborrio, pero habrá ahora quien quiera inventarse unas nuevas canciones del tipo “Maracaibo nights” (al gusto de algún influencer actual) aunque mejor musicalizaremos aquella que sonaba desde antes sobre las “Noches de Maracaibo, que no podré olvidar”.

El impacto práctico de todo esto que he descrito, desde lo de los quesos hasta las arepas de Malangone, ofrece una explicación medio convincente, si les digo que: “de repente me siento mayor” (¡con tantas jaibas!) y el 22 si Dios quiere, cumplo 86… Sabemos que nuestros sistemas biológicos paulatinamente están sujetos a cambios, y podríamos anticiparnos cuidando más la salud metabólica, cardiovascular o inmunitaria justo antes y durante periodos claves. ¡Ojo con la cabeza de sus femurs!…

 

El conocimiento de patrones ya sabidos, nos permitirá mirar el envejecimiento con otros ojos, y a medida que se amplíen los estudios longitudinales y se integren más capas de análisis molecular, podríamos incluso anticipar con cierta precisión cuándo está a punto de producirse algún salto biológico individual. Finalmente, cuando ya sabemos que nuestra vida no es solo un lento cuesta abajo, sino una serie de etapas estables, interrumpidas por lo que pueden ser momentos de cambio profundo, el secreto para envejecer mejor podría estar en prepararse para saltar cuando llegue el momento de hacerlo.

 

Retrospectivamente puedo decir que, sé que nací en el hospitalito, al lado de la Basílica, en noviembre de 1939, y que mi abuela vivía en la calle derecha a dos cuadras del convento y mi padre trabajó siempre en la Plaza Baralt; de modo que desde niño aprendí a querer a Maracaibo, con esa dosis suprema de regionalismo que nos caracteriza y además, “siempre he estado jochao” por eso. Cuando comencé a estudiar Medicina en la Universidad del Zulia tenía 17 años y me gradué 6 años después, en 1963. En 1971, cuando nos visitaría personalmente el doctor Fernández Morán, se organizó el 1er Simposio Venezolano de Patología Ultraestructural y ese mismo año, durante el VIII Congreso Latinoamericano de Patología en el hotel del Lago, presentaríamos trabajos con el microscopio electrónico (ME) del Sanatorio en aquel evento latinoamericano, cuando conversando con JTNúñez Montiel decidimos usar el ME para examinar el cuello uterino de sus pacientes criollas.

 

Para aquella época, y durante varios años, el cáncer del cuello uterino era la primera causa de muerte por cáncer en la mujer venezolana. En el siguiente Congreso de la Sociedad Latinoamericana de Patología, que se dio en 1973 en Mérida, Yucatán-México, demostramos la presencia del virus del papiloma humano (VPH) en el cuello uterino y señalamos tempranamente y por primera vez, la importancia que este virus tendría en el cáncer cervical.

Hasta aquí, por hoy, ya que no tiene sentido volver a relatar cosas que de todos son conocidas y fastidiaría con la repetición, pero nunca olvidemos que, si bien el queso frito puede ser delicioso, enquesarse, tiene un significado entre nosotros, diferente y de corte delictual.

En Maracaibo, el jueves 13 de noviembre del año 2025

miércoles, 12 de noviembre de 2025

Mi agradecimiento reiterado.

 

En el mes de diciembre del año 2019 escribí en este mi blog (lapesteloca) un artículo rememorando anécdotas personales sobre algunas de mis colegas, profesionales anatomopatólogas a quienes tuve la suerte de conocer mientras eran residentes del Curso de Postgrado de Anatomía Patológica en el Instituto Anatomopatológico (IAP) de la Facultad de Medicina en la Universidad Central de Venezuela. Hace dos años en noviembre de 2023 de nuevo reiteré esas palabras que hoy dos años después voy a repetir, para que las relean si lo desean quienes tal vez ya lo hicieron.  

Hoy, es cada vez más triste situación socio política y económica del país en este siglo XXI. El deterioro de la asistencia pública sigue atravesando una sostenida crisis y la mayoría de los ciudadanos tratan de sobrevivir con sueldos de hambre en medio del padecimiento de las enfermedades. Parece un contrasentido recordar gratas vivencias de colegas quienes ya son desde hace más de 25 años especialistas en Anatomía Patológica. pero al rendirles tributo por su tesonera labor, seguro estoy de que no desmayan por ser cada vez mejores especialistas.

Nuestra especialidad médica se ha visto reducida en número por la migración de muchos brillantes colegas hacia otras latitudes en busca de mejores oportunidades. Son muchos los países de Hispanoamérica donde brillan con luz propia nuestros patólogos. Aquí la Asociación que nos agrupa, tras una década de inactividad, nos obliga a imaginar medidas que nos permita protegernos del intrusismo que existe en esta difícil y compleja especialidad médica. Hemos convenido en que tenemos que proteger a los pacientes con cáncer de las consecuencias de que quienes dictaminan diagnósticos sin ser los médicos especialistas preparados por nuestras universidades.

Afortunadamente este año (2025) ya tenemos una nueva Junta Directiva. Con nombres propios sin apellidos comenzaré por Yanina, quien siempre fue explosión de risa y simpatía. Ella nació en Aragua de Barcelona “la Atenas de Oriente”, y siempre tuvo una chispa especial para presagiar las ideas, antes de nacer y ya ella venía de regreso con alguna feliz ocurrencia. Yanina casada con Héctor de su mismo pueblo, siguen en los llanos apureños y su recuerdo me transporta a orillas del río Arauca escuchando arpa, cuatro y maracas...

Cuando Antonieta, llegó al postgrado de Anatomía Patológica, había sido representante estudiantil ante varios Consejos de la Facultad de Medicina y sería miembro del Consejo Técnico del Instituto brillando en la defensa de sus compañeros de curso y con seguridad sus impresiones eran siempre certeras, Antonieta, inseparable amiga de su compañera y colega Margarita, fueron un ejemplo de amistad solidaria a toda prueba. Admiré el gran corazón de Antonieta quien brillaría después en su ejercicio profesional y durante varios años dirigiría el Servicio de Patología en un famoso hospital oncológico de la capital.

Así como existió el “dúo dinámico”, de Antonieta y Margarita, también AnaElia e Ivonne fueron inseparables. Ivonne y AnaElia, se asociarían al salir del postgrado, como lo harían también las doctoras Gracia “sinceramente” y su compañera “Colmenares” quienes juntas instalarían también eficientes laboratorios de Patología en la capital. El tiempo ha transcurrido y Benjamín, mi dermatólogo quien había sido novio desde niño de Ángela una de nuestras muy eficientes residentes, carita de muñeca quien trabajando en el Oncológico, vencería en  una lucha mediada por interferón, doblegando al virus C de la hepatitis. Benjamín presidente de la Sociedad de Dermatología como excelente músico, nos acompañó en vida muchas veces con el cuatro cantando en el IAP. Ángela brilla ahora en Chile donde como Gracia, y Adriana y Vero, son todas ellas talentosas patólogas venezolanas en la nación austral.

Carmen Cecilia siempre en el postgrado elevaría el rating de las calificaciones de su grupo en competencia con JuanCarlos, un chamo excelente quien también nos dejara hace ya varios años, a quien le sobrevive su hija, quien es ahora también una joven patóloga. Carmen Cecilia nuestra neuropatóloga venezolana, es discípula del queridísimo Jesús Enrique (Henry) González. Recuerdo que por Teresa, luché para que, al finalizar su postgrado, se quedase en el IAP pero era tan dulcemente inteligente que le temían algunos “profesores”, por eso se marchó a la Escuela Vargas desde donde sigue brillando!

Son interminables las historias de mis inolvidables discípulas doctoras de quienes ante el microscopio pude evaluar la sagacidad de sus mentes y la precisión de su memoria visual en el intrincado mundo microscópico para tejer diagnósticos precisos, siempre sorprendentemente acertados. Recuerdo la dedicación y el interés de Sindy con quien ganamos un premio Luis Razetti del Colegio de Médicos, la risa explosiva de Marilú, la religiosa constancia de Crisaida, sin ser “regañona” como Luisita “naturalmente contestataria” a quien quise amansar y la acuciosidad de Irma que la llevaría a dedicarse a la citopatología. Irma era parte de una pléyade de doctoras venidas desde Valencia y sus inmediaciones quienes descollarían en el ejercicio de la especialidad.

Las valencianas dejaron indeleble huella en el IAP y aunque sé que se me escaparán muchos nombres, las ejemplifico con Milagro “la negra” recientemente fallecida y su compañera Manola, que durante muchos años fueron las reinas de la patología del Estado Carabobo. De Valencia y en la Chile, actual Verónica a quien como “los caramelos de cianuro” le pedíamos que despertara al nacer el día, y La Nela, a quien antes de recontratatuarse la conocíamos como La Catira Regional; tantas otras patólogas como Elsie y Janira, todas de la ciudad del lago de límpido azul, crearon un emporio de la patología femenina.

Laura, fue la primera mujer presidenta de la SVAP, y ella siempre será la patóloga de Maracay aunque panameña de nacimiento, Laura había logrado cuanto se proponía, con su delgada y siempre elegante figura, Laura al iniciarse como presidente de la SVAP hizo publicar mi varias veces antes rechazado libro “Reflexiones de un anatomopatólogo” que bautizaría con el apoyo de la Universidad de Carabobo. Laura, salvó también a la SVAP con el respaldo de su presencia y su contribución instalando varias veces Jornadas de emergencia en sus predios aragüeños.

He mencionado dúos de doctoras quienes durante sus estudios de postgrado hicieron historia, pero existieron también tríos; e hizo historia el de MariaElena, Mirian y MaríaTeresa (LaNena), eran jóvenes doctoras de esta tierra venezolana con sus variados ancestros; de MariaElena en tierras de Caripe, LaNena de las orillas del lago de Coquivacoa, y Mirian con del mero corazón del país, en San Sebastián de Los Reyes. Mirian Josefína, formó parte de quienes fueron como los 3 mosqueteros de Dumás, todas para una y una para todas. En lo personal Mirian fue muy especial, pues atravesó el embarazo de su primer hijo varón en paralelo con la llegada de nuestro Pablo Antonio, el primogénito de Saudy. Al trio a menudo se le asociaba Kelly quien con una gracia irresistible, nos decía a sus maestros, los “insen”, abreviando con ello su calificación de “insensatos.

Virginia haría una crisis de hipertiroidismo durante su postgrado y Judith linda portuguesiña venida de la Escuela Vargas, hacía unos desmayos aparatosos que asustaban a todos en el postgrado, no tanto como el emocional “vomito en escopetazo” de Paulina. Las enfermedades de los hijos de las médico-residentes siempre fueron una fuente de preocupaciones que viviríamos por muchos años... Cuando la pandemia del SIDA, hubo tantas historias que mejor me refiero tan solo al interés por preservar la memoria escrita de aquellas difíciles y tan temidas autopsias. MariaEsther y Sindy, Crisaida e Ivonne con otras muchas residentes hicieron el esfuerzo de reseñar en publicaciones sus observaciones macro y microscópicas.

Soraya era dulce como la miel de los cañaverales de la misma tierra de Cheo y de Yaneida, y muy amiga de Soraya siempre fue Cathy, la pequeña gran trabajadora pioneera de la inmunohistoquímica diagnóstica en el país, y es imposible no recordar cosas tan inolvidable como “los chimentos” que el gran maestro JoséAngel  les ofrecería a Vicky y a Mirian, justo al lado” de Cardio,

Había una doctora especial, Lesbia, bella y muy competitiva, tan brava que sus compañeros la apodaban “crotálica”, quien ahora brilla ejerciendo en el Ecuador. Nunca supimos por que  Norma desapareció al terminar su postgrado, pero quien la conoció jamás pudo olvidar la belleza y la paz que irradiaba su presencia. Yo conocí a una doctora con pinta de niñita, quien era capaz de recitar decenas de poemas, y Dilcia era, como Josefina, Samaris y Lila la famosa cardiopatóloga, todas bellas “guaras” representantes de la ciudad de los crepúsculos.

Me he extendido demasiado, y hasta aquí llegaré hoy, porque es preciso afirmar que si no hubiese sido por ellas y por muchas otras a quienes me es imposible nombrar por meras razones de espacio, el IAP de la UCV no hubiese sido el semillero de tantísimas excelentes especialistas que se formaron en el ejercicio de ésta difícil especialidad médica.

Me felicito por haber tenido la suerte de conocerlas y haber podido compartir unos años de sus vidas. Vayan en estas palabras nuevamente escritas, las gracias para todas y cada una de mis queridas discípulas.

Maracaibo, miércoles 12 de noviembre del año 2023