jueves, 27 de agosto de 2020

Nabonido, último rey de Babilonia

 

Nabonido, último rey de Babilonia

Nabonido o Nabonides de quien se ha sugerido era de ascendencia asiria, y también se le ha propuesto un origen arameo, fue el último rey del Imperio Neobabilónico (556-539 a. C.). No pertenecía, a una dinastía anterior, pero se sabe que ascendió al trono luego del derrocamiento del joven rey Labashi-Marduk el año 556 a. C. Es posible que haya legitimado su apropiación del trono mediante su casamiento con Nitocris, una hija de Nabucodonosor II y viuda de Neriglisar, pero esto no se ha podido confirmar.

Nabonido mostró especial interés por el dios lunar Sin y su templo en Harrán, del que su madre –llamada Adad Adagupi– era sacerdotisa. La postura más generalizada entre los especialistas solía ser, considerar que esta preferencia de Nabonido por el dios lunar, habría sido mal recibida en Babilonia, donde la posición del dios Marduk podría haberse sentido amenazada por alguna idea panteísta o monoteista. Esta habría sido una de las razones del retiro de Nabonido al oasis de Taima dejando el reino en manos de su hijo Belshazzar (Baltasar).

Entiendo que no se comprenda porque rayos en el blog lapesteloca aparece esta disparatada historia sobre el último rey de Babilonia... Hay una razón para esta curiosa crónica. En mi novela “LaEntropíaTropical” se encuentra intertextualizada una novela sobre Nabonido (cuyo germen lo escribí cuando adolescente, durante el bachillerato). Mi texto se basa en algunas evidencias que son las que señalaré a continuación. (No me pregunten por las fuentes de información para aquel lejano entonces, porque debo decir, aunque suene a letra de bolero, que: “no la recuerdo”.).

En el cuarto año de su reinado, Nabónido tomó la sorprendente decisión de abandonar la capital, Babilonia, dejando a su hijo Belshazzar a cargo del reino, y se estableció en el oasis de Teima, en el desierto de Arabia. Tras diez años en Teima, Nabónido regresó a Babilonia, y sería a su regreso cuando el monarca decidió llevar a la práctica un proyecto que sin duda acariciaba desde hacía años y promover a lo más alto del panteón al dios lunar Sin, una divinidad que había caído en el olvido en la ciudad, pero a la que el monarca se sentía muy ligado seguramente por el ejemplo de su madre, sacerdotisa en Harran y gran devota de Sin.


Nabónido ordenó convertir varios templos en santuarios dedicados a Sin. La decisión se dio a conocer en todos los rincones del Imperio mediante la erección de estelas en las que se explicaba el lugar de privilegio que a partir de entonces ocuparía el dios lunar. Nabónido dedicó una especial atención a los templos de Sin en Harrán y en Ur, y en esta última ciudad consagró incluso a su hija, En-nigaldi-Nanna, como gran sacerdotisa del dios Sin.

La nueva política religiosa de Nabónido provocó el rechazo de la clase sacerdotal de Babilonia. La situación se agravó, cuando el rey ordenó que hasta el templo de Marduk fuera consagrado a Sin. Los sacerdotes de aquel dios y de otras divinidades cuyos templos habían sido usurpados para el nuevo culto lunar, se convirtieron en enemigos acérrimos del rey, al que acusaron de comportamiento impío; su dios Marduk los vengaría, aseguraban.

El origen de Nabónido no es claro, de cualquier modo se basa en sus alusiones al rey asirio Asurbanipal en textos de propaganda real, o por  su particular interés en Harrán, ciudad que precisamente sería, el último foco de resistencia asirio tras la caída de Nínive en el 612 a. C.,.  Está claro que el reinado de Nabonido finalizó con la caída de Babilonia ante el rey persa Ciro el Grande. En ese momento el Rey Nabonido estaba ausente del reino, se encontraba en el oasis de Taima (Arabia) y su hijo Belshazzar, príncipe regente en la capital del reino murió durante la invasión persa.

En los últimos años nuevas interpretaciones han puesto en duda esta concepción. De acuerdo con ellas, aunque no puede negarse la preferencia personal de Nabonido hacia el dios Sin, es difícil decir que él haya desvalorizado o negado otros cultos. No existen indicios de desórdenes internos que pudieran ser indicativos de lo contrario. Durante su estadía en Taima, no hubo intentos de derrocar a Nabonido, quien pudo regresar a Babilonia sin problemas.

Hay fuentes que informan cómo Nabonido hizo transportar a Babilonia las más importantes estatuas de culto de la baja Mesopotamia cuando la ciudad era amenazada por el ejército persa. Según algunos historiadores Nabonido trataba de asegurar a los dioses en el inminente conflicto armado contra los persas. P.A. Beaulieu, informa que las estatuas capturadas por los invasores eran usualmente transportadas a la tierra de la fuerza victoriosa (Asiria en la mayoría de los casos). Según Beaulieu: el regreso de las estatuas a sus santuarios fue usado por Ciro como un signo impío y negativo para acusar al rey depuesto.

Nabonido permaneció en el oasis árabe de Taima desde el 549 a. C. hasta el 545 a. C., según nos informa la Crónica de Nabonido. Es posible que el rey depuesto estuviese buscando una capital alejada del peligro que representaban los persas. Otra explicación señala que, al instalarse en Taima, Nabonido podía dominar algunas rutas de comercio de la Península arábiga, las que por primera vez pasarían a ser controladas por una potencia mesopotámica. Durante su estadía en Taima, Nabonido edificó un complejo palaciego, la mayor parte del cual ha sido explorado por excavaciones recientes.

Cuando amenazaba la invasión de los persas, se desarrolló en Babilonia una conspiración contra Nabónido, quien fue hecho prisionero. No se sabe a ciencia cierta cuál fue su destino. Según una fuente, se le envió al exilio en una remota provincia del Imperio persa, mientras que el historiador griego Jenofonte asegura que el último rey de Babilonia fue asesinado. Es cierto y definitivo, que cuando el rey persa Ciro entró en los dominios de Nabónido (539 a.C.), Belshazzar el príncipe encargado moriría asesinado y tras saquear la ciudad, los persas masacrarían a sus habitantes, y el rey Ciro se dirigió a Sippar...

NOTA: en un segundo artículo, mañana mostraré resumidamente el argumento de mi novela que subyace con Nabonido, dentro de “La Entropía Tropical”; lo prometo…

Maracaibo, jueves 27 de agosto, 2020

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