lunes, 31 de agosto de 2020

Sobre la lengua vasca…

 

Sobre la lengua vasca…

La lengua vasca es, esencialmente, la única lengua prerromana paleohispánica que sobrevivió a la romanización y latinización de la península ibérica. De hecho, todavía hoy se habla vasco. Sin embargo, aunque nacieron de familias muy diferentes y distantes, el vasco y el latín ( luego vendrían el castellano y otras lenguas romances) ambas tuvieron gran importancia e influencia el uno y el otro, entre ellos. En esta relación, siempre fue la indoeuropea la lengua dominante, lo cual no fue óbice para que el vasco ejerciera su influencia en algunos rasgos del castellano, principalmente en su fonología y en su vocabulario.

El vasco antiguo es poco conocido (hasta el siglo XVI no se puede hablar de una lengua con acceso a la escrituralidad). Prácticamente todas las posibles influencias que el vasco haya podido ejercer sobre el latín-castellano tienen argumentos y contraargumentos.  La pregunta puede ser: ¿Por qué el vasco y el castellano tienen esta conexión tan fuerte entre sí, cuando lingüísticamente son tan distantes y tan distintos?

El dialecto romance que acabará siendo el español actual, era el romance castellano de la zona de Burgos, en contacto hacia el norte con zonas de habla vascuence. En caso de contacto geográfico, lo raro sería que no hubiese contacto lingüístico y, con este, influencia de unas lenguas sobre otras. Ninguna de estas influencias fonético-fonológicas, puede asegurarse sin dejar lugar a la duda, a menudo de forma muy razonable.

Salvo algunas variedades, el español en general es una lengua con cinco vocales puras (i, e, a, o, u) característica esta que también la compartía el vasco antiguo y la mayor parte del vasco actual. Aunque en principio esta correlación lleva consigo una causalidad, muy esperable, ya que el mayor porcentaje de las lenguas del mundo tiene también cinco vocales (p. ej. el griego moderno). Son sistemas pentovocálicos. Por otra parte, también el aragonés tiene solo cinco vocales, mientras que las demás lenguas peninsulares y romances en general tienen más. Por tanto, esto supondría un contraargumento pues justamente, el castellano y el aragonés, están muy en el círculo de influencia del vasco, y ambos tienen solo cinco vocales, igual que el vasco.

Relacionado con esto está la supuesta influencia vasca para explicar la diptongación generalizada de /ɛ/ y /ɔ/ en castellano, cuando la mayoría de las lenguas romances distingue entre eo abiertas y cerradas. En español, la ‹r› en inicial de palabra (p. ej. «rojo») es siempre la vibrante múltiple /r/, mientras que en latín y aún todavía en italiano representa la percusiva /ɾ/.  En vasco, los préstamos latinos que empezaban por r incorporaban una vocal protética, como en rosa → arrosa o rege → errege. ¿Hay una conexión entre una cosa y la otra?

El betacismo es un fenómeno lingüístico muy característico, sobre todo, de algunas lenguas romances (español, gallego, a veces catalán, así como occitano, sardo, dialectos norteños del portugués y algunos dialectos sureños de Italia, aunque también se da esporádicamente en rumano y otras lenguas y dialectos romances). El betacismo es el primer gran cambio consonántico del latín vulgar y consiste en dos procesos paralelos: el reforzamiento de toda V /w/ en [β] y el debilitamiento de B /b/ intervocálica a fricativa [β]. En posición intervocálica, tendremos en latín vulgar /p/ procedente de P, y /β/ procedente de B y V. En castellano medieval esta misma distinción seguirá siendo fonológicamente (y gráficamente) distintiva.

En realidad, deberíamos hablar simplemente de ausencia de /v/ o incluso, simplemente, de confluencia de b y v, ya que el betacismo es un fenómeno del latín vulgar y, por tanto, panromance. Ya sabemos que en español las letras ‹b› y ‹v› se pronuncian igual, mientras que la mayoría de las lenguas romances distinguen /b/ y /v/. Examinando la fonología del vasco, vemos que esta lengua, igual que el castellano, carece de /v/: ¿causalidad o casualidad? Aclaremos que también otras lenguas del norte peninsular tienen este rasgo: el aragonés, asturiano, gallego, parte del portugués peninsular, y dialectos del catalán... En un principio, caben dos hipótesis: estas lenguas romances se vieron influidas por un sustrato paleohispánico norteño (sea el que fuere) que les confirió ese rasgo a todas, o el vasco influyó al castellano, que, por su eventual prevalencia sobre los demás romances peninsulares, los influyó a su vez.


 

¿Será la r inicial siempre fuerte en castellano a causa del vasco? Pensándolo bien es justamente lo contrario: el vasco no admitía una consonante rótica a principio de palabra, y de ahí la necesidad de añadir una vocal protética para poder pronunciarla. En todo caso, se puede considerar al vasco, como responsable de alguna vocal protética no etimológica en algunas palabras, como en arruga < ruga. Independientemente de todo esto, otros romances sin conexión con el vasco (calabrés, siciliano, corso…) tienen este mismo tratamiento de r inicial lo que reforzaría la idea de que el vasco no tiene nada que ver con esto y que el tema de las influencias puede ser simple casualidad.

La influencia del vasco en el español es un tema que despierta bastante interés, sin embargo, lo más interesante en lo fonético y lo morfosintáctico, es mucho más dudoso. De esto último, de hecho, apenas hay información; de lo fonético hay más, pero prácticamente todo tiene contraargumentos, y argumentos al contraargumento… Algo parece que hay, pero es poco lo que puede saberse a ciencia cierta, ya que disponemos de muy poca información sobre el vasco más antiguo.  El euskera es hablado por aproximadamente una cuarta parte de la población, especialmente en el área de Gipuzkoa (Mondragón se encuentra en esta provincia), Bizkaia, noroeste de Navarra y País Vasco-Francés.

Maracaibo,  lunes 1 de septiembre 2020

3 comentarios:

Armando Rodríguez dijo...

Excelente artículo maestro, sin embargo tengo una pequeña objeción y es sobre la pronunciación de la B y la V; es cierto que mucha gente lo hacen igual pero a mi me enseñaron la diferencia entre la "B labial" y la "V lavidental" y no suena lo mismo decir Benezuela que Venezuela.

Armando Rodríguez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Armando Rodríguez dijo...
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