Rafael Rangel el investigador
Ya hemos hablado previamente en este blog sobre Rafael Rangel, sobre su pensamiento analítico (https://bit.ly/2XCERBj) y hemos citado sus conexiones para lograr su impresionante formación como investigador científico (https://bit.ly/2PrFDfe) de la que se conoce fundamentalmente la desarrollada en apenas ocho años. Pero muchos ignoran que Rafael Rangel dejó un legado vigente hasta hoy como visionario multidimensional de la educación médica, la ciencia universal, la medicina experimental y de sistemas como la medicina tropical, sanidad pública, tecnología médica y la gerencia de investigación y desarrollo.
De estas realidades es poco lo que el país conoce y por ello el médico venezolano y PhD del Albert Einstein College of Medicine de nueva York, doctor Rafael Rangel-Aldao publicó un exhaustivo estudio cuyo objetivo fue hallar respuestas verificables sobre preguntas que a ciento diez años de la desaparición trágica y prematura de Rafael Rangel (1877-1909), aún persisten, sobre el qué y el cómo, de su formación científica y la verdad sobre las importantes contribuciones que hizo como precursor de la investigación médica en Venezuela.
Todos los hallazgos de la investigación de Rangel-Aldao, señalan que, Rafael Rangel diseñó un programa tutorial de licenciatura en microbiología con especial énfasis en parasitología, y lo cumplió durante cinco años (1898-1902), bajo la dirección de José Gregorio Hernández y Santos Aníbal Domínici, así como de otras grandes figuras como Pablo Acosta Ortiz, Enrique Meier Flégel y Luis Razetti. Para aquel entonces, Rangel dominaba la lectura de los cinco idiomas más importantes de la ciencia mundial, y como tal adquirió una erudición que le permitió estar en la frontera del conocimiento médico y biológico. Esa formación lo preparó para ser director del Laboratorio del Hospital Vargas, 1902-1909. Convertido en investigador activo, dirigiría el 26,2% de las tesis doctorales en medicina de ese período, y produjo los más importantes descubrimientos sobre la causalidad, diagnóstico, tratamiento y epidemiología de graves enfermedades que afectaban tanto a la población humana como animal de nuestro país.
Rangel es conocido por sus contribuciones sobre la etiología de las anemias graves, y la derrengadera de los equinos en Venezuela, pero al parecer se desconoce que Rangel fue, de facto, un médico ejemplar en el mejor estilo de la escuela francesa de medicina, y de la naciente escuela alemana e inglesa de finales de siglo XIX. Él pudo combinar de manera magistral la clínica y la cirugía, con la investigación de laboratorio en medicina experimental. Su intensa y fructífera actividad científica y asistencial lo convirtió, en un modelo integrador de disciplinas dispares de ciencias que son la base de la medicina. Rangel haría autopsias y llegaría a crear un museo de Anatomía Patológica; usaría técnicas sofisticadas del laboratorio analítico de entonces, histológicas, hematológicas, inmunológicas, bioquímicas, químicas, físico-químicas, e inclusive, entomológicas, que fusionaría con la clínica, la cirugía y la epidemiología de enfermedades infecciosas prevalentes en Venezuela, en particular las parasitosis por protozoarios y vermes, así como infecciones bacterianas como la del ántrax y la peste bubónica.
Rangel fue también un visionario. Tempranamente en 1906, ya en su conferencia a la Sociedad Vargas de Estudiantes de Medicina, advirtió con acierto la importancia en la práctica médica, no solo de la investigación de campo y de laboratorio, sino también del uso práctico de la naciente tecnología de entonces. De igual manera, vislumbró la necesidad de contar en Venezuela con un instituto de medicina tropical, que no llegó a fundarse sino cuarenta y un años más tarde, en 1947. En esa misma conferencia, Rangel advirtió la necesidad de la producción de biológicos en el país, actividad que solo fue posible a partir de 1938 con la fundación del Instituto Nacional de Higiene que lleva su nombre a partir de 1977.
En la conferencia de su clase inaugural, explicaría en detalle su visión futurista: “En esta conferencia combato a la distinción entre el clínico y el hombre de laboratorio, el médico y el experimentador;…es necesario tener en cuenta la constitución médica del lugar, manejar un microscopio, tarar una balanza, hacer una vivisección y una autopsia y no solo los conocimientos clínicos que adquirís en el hospital.” Al inicio de la conferencia Rangel diría:“…comprendo que si he sido el elegido para daros la primera, no es porque tenga autoridad científica, ni representación alguna, sino porque es mucho el interés que tienen para vosotros, los médicos de mañana, los estudios micrográficos a que me he dedicado.”… “No me explico, cómo por una especie de aberración del espíritu, a la hora actual, haya quien impugne las investigaciones experimentales como innecesarias para el médico.” Esta afirmación de Rangel, sigue vigente hoy, A esa demostración simultánea de libertad e irreverencia, Rangel, con indudable agudeza premonitoria, pregunta: “En primer lugar no comprendo porqué esos dos títulos (de médico e investigador de laboratorio) no pueda ostentarlos un sólo hombre, como si estuvieran reñidos dos métodos que tienden a un mismo fin; …es por eso que repruebo toda idea que no sea la de afianzar esa dualidad, en todo aquel que se dedique entre nosotros a la noble carrera de la medicina...”
En su afán integrador de la medicina, la ciencia y la tecnología en la formación del médico moderno, Rangel declararía: “El diagnóstico y el pronóstico, para los cuáles se consideraba útil únicamente los conocimientos de la semiología clínica, creándose una aptitud feliz en el profesional que lo poseía en alto grado, “el tacto médico” solicitan más firmeza en sus decisiones con la intervención del análisis microscópico y químico, los rayos Roentgen, etc., con los que se adquiere una exactitud científica ponderable en la misma práctica médica y quirúrgica”…
Rangel da cuenta de las limitaciones de la enseñanza médica basada solo en aspectos teóricos como era entonces, y agrega las ventajas de combinar la práctica clínica con la ciencia: “…ahora es necesario leer en la naturaleza misma, interrogarla como decía Claudio Bernard y descubrirle sus secretos. Rangel pone como patrón de médico e investigador, al gran científico alemán de la época: “El médico y el cirujano contemporáneos deben ser en sus funciones sociales, además de Apóstoles de Caridad [como Hernández] investigadores científicos, al ejemplo del sabio [Thomas] Koch que en su ejercicio profesional en las campañas, en las humildes chozas de labriegos tenía su mente en continua gimnasia con los problemas biológicos”.
De manera elocuente Rangel expresa su punto de vista: “Los institutos de instrucción Superior de la América Latina tienen que abordar problemas médicos de vital importancia para su porvenir…Los Poderes Públicos americanos deben organizar sus Universidades, con todos los medios de investigación científica, porque cifrando sus esperanzas en el porvenir, es desde sus cumbres donde puede extenderse mejor la visual sobre el anchuroso horizonte de la patria”. Rangel destacará la necesidad de contar con la infraestructura adecuada para llevar a cabo investigaciones de excelencia: “Es de sentirse que en nuestra Facultad no exista ni esos muestrarios completos de aparatos. El doctor José Gregorio Hernández no tiene recursos para desarrollar la enseñanza práctica; el doctor Luis Razetti se asfixia con sus alumnos entre cadáveres en aquel pequeño local que llaman anfiteatro; el doctor Guillermo Delgado Palacios, este sabio paciente, tiene que convertir, muchas veces, un cajón de kerosene en una estufa; y el doctor Mora [Antonio Pedro Mora] apenas cuenta con lo muy necesario para sus investigaciones de Química industrial y agrícola”.
En el siguiente punto de su lección, Rangel, por primera vez, explica su satisfacción por la labor gerencial que él sí pudo desempeñar como gerente y responsable de la organización, dotación y financiamiento de su laboratorio mediante el apoyo gubernamental, algo por el cual pagaría un precio mortal: “En eso yo he sido más feliz en el Laboratorio del Hospital Vargas que mis padres intelectuales. El General Castro le ha regalado al Laboratorio un arsenal de aparatos importantes y el Gobernador, don Ramón Tello Mendoza y la actual Junta Administradora de los Hospitales dirigida por los doctores Conde Flores y Minguet Leterón se esfuerzan por mantenerlo a la altura que merece. Yo me complazco en estos momentos, en rendirles públicamente el homenaje de mi más viva gratitud.” Expresa Rangel, sin embargo, que lo requerido era no solo un centro de investigaciones sino una red nacional de tipo asistencial conectado a tal centro, algo que todavía no existe: “Es de imperiosa necesidad y a ello deben tender nuestros esfuerzos que se establezcan en nuestra Universidad Central una o más Cátedras para el estudio de las enfermedades propias del país.”
Todo este impresionante perfil profesional de Rafael Rangel, se dio, a pesar de no ser médico ni doctor. Rangel fue un académico por excelencia como se evidencia por sus presentaciones en la naciente Academia Nacional de Medicina, em la cual, en 1905 apenas un año después de su fundación, le otorgó el Premio Vargas por recomendación de Razetti. Rangel, además, trabajó de cerca y obtuvo el sucesivo apoyo académico de distinguidos rectores de la Universidad Central de Venezuela, Domínici y Razetti, además del vicerrector Acosta Ortiz en 1908. También tuvo Rangel el soporte ese mismo año del presidente de la Academia Nacional de Medicina, Guillermo Delgado Palacios. No cabe dudarlo que de haber logrado Rangel en 1909, la beca que le sugirió al gobierno nacional la Academia Nacional de Medicina en 1905, para que él cursara estudios en la Escuela de Medicina Tropical de de Liverpool, el Bachiller, en poco tiempo, habría alcanzado el doctorado pues tenía sobradas credenciales y experiencia para lograrlo en un corto tiempo. Venezuela se perdió, entonces, tal vez, de producir uno de los más grandes científicos del mundo en Medicina Tropical.
NOTA: lo publicado hoy en el blog (lapesteloca) es extraído del trabajo:“Rafael Rangel: La esencia multidimensional de un científico, 1901-1909”, de Rafael Rangel-Aldao, médico de la Universidad Central de Venezuela con maestría y doctorado en Bioquímica y Biología Molecular del Albert Einstein College of Medicine, con una extensa carrera científica y gerencial, fundador del Grupo de Ciencia Digital entre otras es autor de numerosas innovaciones biotecnológicas para la industria de alimentos, fue Director de investigaciones para las Empresas Polar (1987-2005), y ha sido asesor de varias agencias de las Naciones Unidas como la OMS.
Maracaibo, lunes 31 de agosto, 2020
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