Rubem Fonseca
En la página 254 de mi novela La Entropía Tropical dije… “Tú has venido escuchando los Cuentos de Hoffman, de Offembach, en tus audífonos personales, los del 727… Con las notas musicales de Hoffman, escuchas su barcarola y vuelves a ver a Zizi JeanMarie bailando en un escenario mientras estás viendo tu película musical en el Baralt. Zizi baila ballet vestida de rojo sangre, ella gira, y luego regresa en puntas de pie, (https://bit.ly/3ggiKr5) Hoffman suena profundamente”…
Pero ahora sabes que no era la barcarola de Carl Maria von Weber, la que escribiera para su ópera Oberón, ni era la famosa Barcarola en fa sostenido mayor para piano de Frédéric Chopin. Escuchabas en tus audífonos la música de Offembach en los cuentos de Hoffman. Tampoco estaba la bailarina francesa en el film homónimo, “Las zapatillas rojas”, del año 48, donde sobre un cuento de Andersen bailaría incansable Moira Shearer bajo la dirección de Michael Powell. Powell quien dirigiría en 1951 otro film de factura inglesa, precisamente titulado “Los cuentos de Hoffman”.
En ésta ópera cómica, veremos aparecer a un brujo interesado en la ciencia, quien construye muñecas mecánicas y curiosamente, se llama Spelanzani, (así, con una sola ele). Con la ayuda del malvado Copelius, Spelanzani, orquestado por la música de Offembach ha creado a Olimpia, un maniquí mecánico y Copelius le venderá gafas mágicas a Hoffman para que vea en Olimpia a un ser humano, aunque de pronto y cantando se detenga, y Spelanzani tendrá que correr a darle cuerda. Como en”Las zapatillas rojas” de Andersen, Olimpia canta ybaila sin parar pero Hoffman pierde las gafas y comprende que Olimpia de quien él se ha enamorado, no es humana. Cuando Copelius decide destruir a Olimpia, los invitados de Hoffman se burlarán de él por el engaño, y será en el Acto Tercero, cuando se escuchará “Belle nuit”, la barcarola de Offembach que te transportó a tu infancia viendo cine en el teatro Baralt de Maracaibo. E.T.A.Hoffmann era un magnífico músico, admirado por Bethoven y otros, y sus creaciones literarias inspiraron muchas piezas musicales de otros autores. Algunas de las más famosas son, los cuentos fantásticos en los que Jacques Offenbach fundó su ópera Los cuentos de Hoffmann(1880), donde E.T.A.Hoffmann es el protagonista de las historias
En 1729, en Scandiano un pueblo cerca de Reggio, al noreste de Italia nació un personaje que siendo hijo de un abogado decidió desde muy joven hacerse sacerdote. Le apasionaban los misterios... sobre el origen de la vida y de la generación espontánea, le impresionaba ver experimentalmente cómo ciertos reptiles y anfibios son capaces de regenerar partes perdidas de sus cuerpos. Él llegaría a descubrir que los murciélagos orientan su vuelo en la oscuridad comunicándose por el oído. No era un simple cura, se llamaba Lazzaro Spellanzani y fue profesor de física y matemáticas en la Universidad de Reggio donde enseñaría griego, latín y metafísica. Durante años dirigiría el Museo de Historia Natural de Pavía. En aquella época, tuvo que realizar muchos experimentos con animales, en particular con sapos, particularmente con el sapo denominado Bufus marinus por Carlos Linneo.
No estoy disparatando, no. Es que hallar nuestro personaje ya mencionado en una novela policial del siglo XX, sonará muy extraño, pero el escritor brasileño Rubem Fonseca galardonado en 2003 con el Premio Camöes y en 2012 con el premio Iberoamericano de Narrativa “Manuel Rojas”, publicaría en 1985 una novela en Seix Barral, Colección Biblioteca de Bolsillo, con el título original de Pasado Negro, la cual luego se denominaría “Bufo & Spallanzani”, novela que es reconocida como una novela negra, con matices biológicos que suscitan una reflexión humana. Rubem Fonseca fue uno de los autores latinoamericanos más influyentes del siglo XX y renovó la literatura brasileña con su lenguaje directo, que moldearía diversas generaciones de escritores.
La “novela negra” un subgénero de la novela policial que enfoca en el mundo del crimen y a través de sus personajes trata de mostrar la ambivalencia del alma humana. Los protagonistas suelen ser sujetos decadentes, que no obstante buscan acercarse a la verdad. A los primeros relatos con este estilo, se les comenzó a denominar “novelas negras”, por los ambientes oscuros donde se sucedían, pero especialmente por la colección “Série Noire” de la editorial francesa Gallimard y por la revista “Black Mask”(1920) crucial para popularizar novelas de escritores norteamericanos como Carroll John Daly, con el clásico detective privado cínico y callejero, que Dashiell Hammett y Raymond Chandler consolidarían luego. Otros escritores de la novela negra en inglés han sido Jim Thompson, Patricia Highsmith, James M. Cain, Erle Stanley Gardner, Ross Mcdonald y Cornell Woolrich, y siguiendo esta línea Georges Simenon, Andrea Camilleri, Manuel Vázquez Montalbán y más recientemente Leonardo Padura.
Maracaibo, sábado 1 de agosto del año 2020
1 comentario:
Excelente paseo por los caminos inusitados de la creación literaria
Publicar un comentario