viernes, 3 de septiembre de 2021

Extinciones masivas…

Extinciones masivas…

Grandes extinciones de vidas, que se produjeron en este planeta Tierra, coinciden con importantes episodios de impactos de asteroides y de erupciones volcánicas devastadoras. Los impactos de grandes cuerpos y los pulsos de la actividad interna de la Tierra generaron las grandes erupciones de basalto que resultaron en gigantescas erupciones volcánicas que cubrirían grandes extensiones de terreno con lava. Está claro que las ocho extinciones masivas que se conocen, fueron coincidentes en tierra y mar con los efectos de las grandes erupciones basálticas.

Hace 66 millones de años, más del 70 por ciento de todas las especies terrestres y marinas, incluidos los dinosaurios, se extinguieron y los científicos creen que los dinosaurios no desaparecieron a causa de un sólo impacto, sino de una lluvia de meteoritos que se prolongó durante miles de años. Los paleontólogos han descubierto que las extinciones masivas de la vida marina, en las que llegaba a desaparecer hasta el 90 por ciento de las especies, no fueron eventos aleatorios, sino que también parecen seguir un ciclo de unos 26 millones de años.

Pero las extinciones masivas no son los únicos eventos que ocurren en estos ciclos. De hecho, las edades de los cráteres de impacto, creados por cometas y asteroides que chocan con la Tierra, también indican una regularidad que, además, se alinea con la de los ciclos de extinción. Muchos astrofísicos opinan que, entre cada 26 y 30 millones de años, se produce en el Sistema Solar una lluvia de cometas, lo que explicaría el ritmo de formación de los cráteres de impacto y los subsiguientes ciclos de extinciones masivas.

Está claro pues, que os dinosaurios no desaparecieron a causa de un sólo impacto, sino de una lluvia de meteoritos que se prolongó durante miles de años. Recientemente la Agencia Espacial de EE.UU. (NASA, por sus siglas en inglés) lanzó un programa que tiene como objetivo vigilar esos objetos cercanos a la tierra para crear un sistema de advertencia sobre futuros posibles impactos. Una noticias sorprendente… ¿Servirá de algo?

El cráter Boltysh o cráter Bovtyshka es un impacto en el Óblast de Kirovohrad de Ucrania, cerca del pueblo de Bovtyshka. Tiene 24 kilómetros de diámetro y está rodeado por un manto de brechas expulsado que se conserva en un área de 6.500 kilómetros cuadrados. Su edad de 65,17 ± 0,64 millones de años, según las técnicas de datación con argón, está dentro del error del cráter Chicxulub en México (https://bit.ly/3kCdKjF) y del límite Cretácico-Paleógeno (límite K-Pg). El impacto de Boltysh probablemente ocurrió varios miles de años después de Chicxulub, lo que sugiere que el evento de extinción puede haber sido impulsado por múltiples impactos de meteoritos durante un período prolongado de tiempo hace unos 65 millones de años.

Estas edades son similares a las del cráter Chicxulub, cuya datación con argón arrojó una edad de 66.043 ± 0.011 millones de años. La datación de estos cráteres de impacto aún no es lo suficientemente precisa para establecer si los impactadores llegaron con miles de años de diferencia, tal vez como parte de una tasa generalmente elevada de impactos en ese momento, o fueron casi simultáneos. El descubrimiento del cráter Silverpit y el informe inicial de su edad de 65 a 60 millones de años inicialmente dieron mayor peso a la hipótesis de que la Tierra fue golpeada por múltiples impactadores en este momento, sin embargo, la edad estimada ahora ha sido ampliado a 74-45 millones de años.

El cráter Shiva es una estructura del fondo oceánico situada bajo el océano Índico, al oeste de la ciudad de Bombay descubierto en 2002 por el paleontólogo indio Sankar Chatterjee, quien lo llamó Shiva en honor al dios hinduista de la destrucción y el renacimiento. Su edad está estimada en unos 65 millones de años, coincide con la de varios cráteres de impacto y con la extinción masiva del Cretácico-Terciario. Tiene una longitud de unos 600 km y una anchura de unos 400 km. Dadas estas dimensiones, si se confirma su origen extraterrestre, debió ser causado por un asteroide de unos 40 km de diámetro (unas cuatro veces mayor que el que originó el cráter de Chicxulub, en el golfo de México.

Durante la extinción del Cretácico-Terciario, la India estaba situada en el punto caliente de Reunión. El impacto causó que el material incandescente del manto terrestre ascendiese a la superficie, cubriendo de lava gran parte de la actual India, creando lo que se conoce como la meseta del Decán que cubre la mayor parte del sur del subcontinente indio. A diferencia de otros muchos cráteres de impacto, el complejo de Shiva tiene forma de lágrima, de unas dimensiones de unos 600 km por 400 km. Al igual que otros cráteres de tamaño similar, en el complejo Shiva aparecen anillos concéntricos que presentan un aro hundido exterior y una aguja central. El cráter también contiene cantidades por encima de la media de rocas alcalinas fundidas, cuarzo de impacto y óxido de hierro mezclado con iridio.

Estudios sobre aquel gran episodio de extinción global, debido al impacto de grandes asteroide de 10 km de diámetro que condenara para siempre a los dinosaurios y al 75% del resto de las especies vivas de nuestro planeta, están demostrando ahora que existen miles de granos de polen y hojas fosilizadas en Sudamérica desde hace decenas de millones de años, justo al final del Cretácico y Carlos Jaramillo, de la Universidad de Salamanca, recientemente publicó en 'Science' un detallado estudio llevado a cabo bajo un enfoque totalmente nuevo. Aquel impacto tuvo el importante papel de reestructurar drásticamente la naturaleza misma de los bosques tropicales, estableciendo así el escenario evolutivo adecuado para que esas zonas se convirtieran en lo que son hoy: selvas tropicales, uno de los ecosistemas más diversos de cuantos existen en la Tierra. La escasa exploración paleobotánica llevada a cabo hasta la fecha en la región, sólo ahora empieza a proporcionar los datos necesarios para responder a las preguntas.

Maracaibo, viernes 3 de septiembre del año 2021

 

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