Reláfica (2)
Con la excusa (como si acaso fuese necesaria) de que esta reláfica ya fue publicada y de que el texto está presente, y no en una sino en dos ediciones de mi casi primigenia novela “La Peste Loca”(Maracaibo 1997, y California 2011). A propósito de haber ayer conversado sobre la lingüística del zuliano y consciente de que para entender estas reláficas hay que retro-proyectarse a la década de los años 80, decidí dejar a la consideración de mis amables lectores ésta (repito) 2da “reláfica” que según la RAE ya le dije, no es otra cosa más que “un discurso o conversación largo o tedioso”y que acompaño con una acuarela de tiempos y ambientes muy remotos…
“Ve Eufrosina, es mejor que te me vayáis a que Beto, vos misma sí, ¡de bola que es si vos queréis!, paqueteme encarguéis de freírme, o de fritarme como vos queráis, sí, unas huevas de lisa, ¿me entendéis?, si queréis podéis usar la cocinita de gasplán o las preparáis en un anafre, cogéis unos chamizos, usáis kerosene y ya sabéis, de un solo viaje, con el recaíto podéis prepararnos el mojitoecurvina, si no encontráis curvina, no importa, nos podéis preparar un jurelcito con unos cocíos y queso palmita o de año, con aguacatico vos sabéis y no te importe un sebillo por la gente, ve que son todos una pila e saporabúos, despreocupate ya sabéis, vos nos ponéis los platos bien rebosaos, con el mantelito aquel que tenéis, el de cortinaebaño, nos acomodáis la comía y quedamos listos patirarnos esos troncos debajo del matapalo, en el solar y que no te se olviden las cervecitas, acordate de que tienen que ser Regionales y estar como sieso e foca, ve que el jefe raja la caña que jode y que cachea, vos me entendéis, ¿no?...
“Mirá decímele a Manuel que no sea tan frijolillo, que se venga, que no diga como el gocho, si no me vengo me matan, que se esmachete pacá y deje la taguarita, que venga y nos acompañe, pero se lo avisáis con tiempo no sea que lo vayáis a encontrar echogolilla, ve que con su carterita él se hace leña en un solo raspinflay, nomelo creáis si vos no queréis pero, ¡asíes!
Fijate quelotrodía estaba a que Carmelo, y Manuel andaba con el maifren, vos sabéis, paloteao estaba, pero ya te voy a contar como se le pasó la pea, en un segundo, y es que nos la vimos bien pelúa, ¡virga!, maginate que le entró un ataque a Chinca… Páque la hubieras visto, ¡cayó erollete chico!, y el vivalapepa del maifrén que es quien ha debido estar en la vaina, ¡ni le paró bolas!, y yo dije, ¡a la vé!, que mondenga!, pero él ¡pataebola!, como que si no fuera con él, y tiene que ser que está acostumbrao, ¡mialma!
Yolanda y Críspula se esmachetaron pagarrarla... Bueno, vos sabéis como son las vainas, aunque vos andabas y seguías con el macán de… Cogito ergo sum ¡Así está funcionando el país! No te me descarriléis que la vaina no es como vos creéis, y es que volvías con aquella jaiba de “pienso luego existo”, y yo, bueno, con eso me estáis vacilando o, ¿te las dáis de pasao eculto?… Pero, ¿Y Chinca? ¿Qué? Vai… ¿Er cogito era un gozón? Fijate vos, pensar y existir… Es que ya eso pasó de moda, te lo dije, ahora tenéis que decir ¡Viurga hasta pienso!, lo que quiere decir que estoy vivo par coño! ¡Hey acordate de Chinca!… Aprovechá entonces tu oportunidad, después te preocuparéis por los detalles…
Entonces chico, vino él y me dijo, pero restregale un sapo en la barriga, y yo le dije, ¡veeerga!, ¿A Chinca?, ¿un sapo?, ¡Umjú secura con lechesapo!, y él de lo más fresco que lo confirma, así me lo dijo, y me explicó, ¿pero vos no veis que la leche es blanca?, ¿aunque sea de sapo?, me preguntaba yo casquirrioso, entonces tan solo murmuré bajito, ¡de bola! Como los adecos, blanca… Yo entendía que esa era su preocupación, y es que él estaba creyendo que la vaina se le iba a quitar de un solo mamonazo, y por eso, yo pensé, ¡vergación!, ¿tendremos que darle una frota con Bay Rum?, o ¿con loción Marazul?, pero el maifren no se contentó con eso, así que yo le eché coco y propuse ron de culebra, ¿o árnica?, me ofreció él, y… ¿unos tragos de chirrinche?, finalmente un parche de caraña en el ombligo con eso y la tacamahaca, ¡ni hablar del peluquín! Que cese la discusión, pensé…
Entonces me quedé con los ojos claros y sin vista porque vino él y me explicó que cuando se le pasara toaquellavaina le recomendáramos que se lavara la conserva y ni tan siquiera con Las Llaves sinó con Neko, por una lavativa que quizo explicarme sobre las miasmas, unos bichos y otras revelaciones alquímicas muy difíciles de entender. Comprenderéis que él decía ser hijo de Esculapio. ¡A la vé!, me dije yo. ¿Te podréis figurar todaquella remolleja?, y entonces me dije, con esa pata jinchá, ¿paonde vais a coger? Ellos son así, cuando son de con riales, y tienen como cascajos. No nos quedó más remedio, le hice caso. ¿Qué íbamos a hacer?, ¡lo aceptamos!, no había más vueltas que darle…
Entonces nosotros esperamos un ratico y en lo que le pasó toaquella jaiba a Chinquita, dijimos ya se terminó el peo, y nos fuimos pa la taguara con Manuel Gerardo y Beto y el mascapaila, Mestre, Carmelo y hasta a Vinicio lo convidamos y yo los acompañé porque, ¡chico!, Ve. ¿Qué creéis vos que podía hacer yo? ¡Ah! Hey… Pero atendeme, no te me durmáis, que es verdad toestavaina que te cuento, aunque vos no me la queráis creer, ya estáis ahí cabeceando de sueño”…
NOTA: con mínimas modificaciones el texto de esta segunda y última “reláfica” es extraído de la novela “La PesteLoca…
Maracaibo, viernes 24 de septiembre del año 2021
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