Bruto
Marco Junio Bruto fue un político que vivió hacia el final de la República romana y es conocido habitualmente por el nombre de “Bruto” por ser uno de los principales conspiradores involucrados en el asesinato de Cayo Julio César en los Idus de marzo del 44 a. C. ¿Por qué hablar ahora de estos sucesos históricos tan lejanos? No es un secreto que la politiquería y las traiciones a sagrados principios, están a la orden del día en nuestros pobres países; en Nicaragua el sátrapa Ortega ha pedido buscar a Sergio Ramírez y el arribismo politiquero nacional intenta metamorfosearse en México…
Marco Junio Bruto el Joven, nació en el 85 a. C., era el hijo mayor de Marco Junio Bruto el Viejo y de Servilia. Bruto se jactaba de descender de Lucio Junio Bruto, fundador de la República romana tras destronar al último rey romano, Tarquinio el Soberbio. Bruto fue educado por el político Catón el Joven y adoptado más tarde por un hermano de su madre, Quinto Servilio Cepión. Educado en una estricta moralidad republicana, Marco Junio Bruto era un hombre, según Plutarco, con un carácter puro e íntegro, a la vez que afable. Existe un busto de Bruto por Miguel Ángel Buonarroti del año 1539, en el Museo del Bargello, de Florencia.
(Busto de Bruto obra de Michelangelo Buonarroti)
Bruto era adorado por sus amigos, admirado por los buenos, y nunca odiado por nadie, ni siquiera por sus enemigos, pues era un hombre “de buen carácter, magnánimo, ajeno a la ira, a la lujuria y a la ambición, y de ánimo firme e inflexible en lo honesto y en lo justo". Tal era la imagen de Marco Bruto ante sus contemporáneos, según recoge Plutarco en su biografía; un ejemplo del romano íntegro y patriota.
Tal era la imagen de Marco Bruto ante sus contemporáneos, según recoge Plutarco en su biografía; un ejemplo del romano íntegro y patriota. Según Plutarco, Bruto era un hombre de letras quien acompañó a su tío Catón a Chipre en una misión contra su rey. (El rey de Chipre que era uno de los hermanos menores de Ptolomeo XII de Egipto, finalmente se suicidó). Bruto fue designado para hacerse cargo del tesoro real, y Plutarco afirma que Bruto sentía que “prestar una atención tan meticulosa a cuestiones administrativas era algo mezquino e indigno de él, un hombre joven aficionado a las letras.”
Plutarco ofrece igualmente el testimonio de cómo actuó Bruto en la guerra civil entre César y Pompeyo pues se esperaba que Bruto que se pusiera de parte de César, ya que Pompeyo había causado la muerte del padre de Bruto. Bruto pensó que “era su deber poner el bien público por encima de su propio bien, y se unió a Pompeyo.” Pompeyo derrotado por César en la batalla de Farsalia en el año 48 a. C., y se puso fin a la guerra civil. Aunque Bruto había prestado su apoyo a Pompeyo, César le perdonó.
Por eso, Shakespeare en boca de Antonio en su monólogo ante el cadáver de César, (https://bit.ly/3AcjDLn) le diría a la muchedumbre enardecida…”César era mi amigo leal y justo, mas Bruto dice que era un ambicioso y Bruto es un varón muy honorable. Trajo a Roma por cientos los cautivos y a las arcas del pueblo, sus rescates envió sin diezmarlos. ¿Era esto ambición? Al ver gemir a un pobre rompía en llanto. Yo creía la ambición fuese más torva, pero Bruto dice que era un ambicisoso y Bruto es un varón muy honorable…
Tras la guerra, César colmó a Bruto de honores. Lo puso a cargo de la Galia Cisalpina cuando César se disponía a emprender una campaña contra Catón y Escipión en África. Cito a Plutarco: “Bruto tomaba parte en el poder de César tanto como deseaba. De hecho, si hubiera querido podría haber sido el primero entre los amigos de César y ostentado un inmenso poder; pero el partido de Casio le apartó de este camino.” Otro historiador, Dión Casio, ha opinado que Bruto se opuso a la conspiración contra la vida de César desde el principio hasta que finalmente fue persuadido a unirse a los conspiradores.
Plutarco también relata que César estaba “preocupado por la vida de Bruto, y dio orden a sus oficiales para que no se matara a Bruto en la batalla, sino que le mantuvieran con vida y le llevaran prisionero si se entregaba voluntariamente, y que si insistía en combatir tras ser capturado, le dejaran libre y no le causaran daño alguno.” Plutarco afirma que Servilia había mantenido relaciones íntimas con César, de tal modo que César tenía razones para creer que Bruto podía ser su propio hijo, de ahí su preocupación por él.
Finalmente, Bruto se implicó en la conspiración para matar a Julio César. Durante los preparativos de la acción, por la noche no podía ocultar a su esposa la agitación que lo embargaba, hasta que ésta le arrancó el secreto después de hacerse un profundo corte en el muslo para demostrarle su determinación. Fijado el día para el atentado, Bruto no faltó a la cita y fue uno más de los que clavaron su daga en el cuerpo de César hasta acabar con su vida.
De este modo, en los Idus de marzo del 44 a. C., Bruto y sus cómplices asesinaron a César en “uno de los pórticos del Teatro de Pompeyo”. Parafraseando nuevamente a Shakespeare en el discurso de Antonio ante el pueblo, él les diría…“Mirad, aquí clavó su daga Casio. Ved que rasgadura dejó el pérfido Casca. Por aquí, apuñaleó su bien amado Bruto y ved como le siguió detrás la sangre, en tropel, como quien se abalanza a una puerta por comprobar si era en efecto Bruto quien tan grosero aldabonazo daba. Que Bruto, bien sabéis, ¡Ángel era del César!”…
Tras el magnicidio, Bruto y sus compañeros marcharon al Capitolio "con las manos ensangrentadas y, mostrando los puñales desnudos, llamaban a los ciudadanos a la libertad". Pero el pueblo romano, hábilmente manejado por Marco Antonio, reprobó la acción. Bruto marchó a Asia, y de allí pasó a Creta y luego a Grecia. A diferencia de Cicerón rechazó llegar a un acuerdo con Marco Antonio y Octavio-el futuro Augusto-, pues "tenía firmemente resuelto no ser esclavo y miraba con horror una paz ignominiosa e indigna". De modo que en 43 a.C. organizó en Oriente, junto a Casio, un ejército para defender la causa de la República frente a Antonio y Octavio.
El choque definitivo tuvo lugar en las llanuras de Filipos, en el año 42 a.C. En la primera batalla, Bruto derrotó a las fuerzas de Octavio, pero Casio fue vencido por Antonio y se quitó la vida. Tres semanas después, Bruto fue derrotado. En un paraje retirado, desesperado ya, entre confusas parrafadas filosóficas, Bruto se suicidó arrojándose contra una espada sostenida con firmeza por su buen amigo y compañero en sus estudios de retórica, el griego Estratón.
Maracaibo, viernes 17 de septiembre del año 2021
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