miércoles, 8 de septiembre de 2021

Primos

Primos

Por definición, y como adjetivo, “primo” puede significar el primero, pero sin entrar en el tema de “los números primos” que es otra cosa, lo de “primo” era una designación de uso común en el Maracaibo de antaño. Legalmente se refiere al hijo de un tío o tía, y el primo hermano es la persona cuyo parentesco con otra u otros procede de ser hermanos los padres.

Tengo un familiar que es viuda de Mauricio, mi primo hermano, con quien yo ahora converso, y le digo mi prima Irene, quien es además, mi contemporánea, a quien nunca llegué a conocer personalmente y lo lamento porque las fotografías de joven la retrataban hermosa y siempre escuché cosas muy buenas sobre su historia personal; ahora con hijos y nietos vive en el extranjero, pero conversamos por wasp… Ella me ha pedido que le hable de mis otros primos, son muchos le dije, no me importa replicó ella, háblame de lo que recuerdes de ellos… Así que voy a intentar complacer a Irene.

Comenzaré por decir que tuvimos -mis tres hermanos y yo- un primo hermano quien creció con nosotros como un verdadero hermano; Ernesto (https://bit.ly/3DNc7bL) quien vivía “en la casa de al lado” y sobre quien ya en otras ocasiones en este blog ya he hablado, in extenso (https://bit.ly/3xgrKoS). Pero poco o casi nada, he dicho sobre sus dos hermanos mayores, mis primos Ricardo y Guillermo a quienes queríamos siendo niños con admiración ante dos personajes de leyenda –Rico y Memo- pues vivían sus vidas que veíamos reflejadas en las cosas que se sucedían en La Alquería…

En un cuarto poco usado, al lado de una azotea, existía una biblioteca donde Ricardo había dejado sus libros de Medicina, de cuando estudió en la Universidad Javeriana de Bogotá y regresó al abandonar la carrera. Creo he relatado ya en este blog, como sus libros y un costal de huesos humanos barnizados fueron quizás responsables de la pasión por los estudios médicos que influyó en la vida de todos nosotros.

Memo era de una simpatía desbordante y sabía de todo, era electricista, mecánico, echador de cuentos y una vez mencioné cuando estuvo visitando Timotes con su novia Cecilia, hermana de Gladys, las dos, bellas caraqueñas (https://bit.ly/2BaEsxa) con quienes ambos hermanos se casaron y tuvieron familia… Pero para hablar de ellos, como yo los recuerdo, me voy a referir a detalles muy particulares… En La Alquería tuvieron una pareja de perros “gran daneses”, que para nosotros niños lucían gigantescos y sabíamos que existía un congelador donde tenían que guardar la carne en grandes cantidades, con las que los alimentaban; se llamaban “el barón de Fontilva y la princesa de Saigón”, nunca supe que fue de ellos…

Otra cosas que recuerdo es el yate de Memo y Rico; era un “Criss Craft” que surcaba como flecha las aguas del lago y donde ocasionalmente nos sacaban a pasear. Ya adolescente me atreví en una oportunidad a ensayar el sky sobre las olas y fue una sola vez, después del golpe no me quedaron ganas de repetirlo. A Memo lo recuerdo particularmente por el 18 de octubre del 48 cuando estábamos toda la familia tirados en el suelo sobre la alfombra de la sala pues había “una plomazón” en la esquina de la casa y en medio del susto, Memo no cesaba de hacernos reír con sus chistes… Como le encantaba la electricidad, nos retaba a tocarlo cuando trabajando estaba “electrificado” y uno saltaba asustado con “el corrientazo”… Aquí quisiera mostrar una foto de Memo cuando era niño, aunque así no llegué a conocerlo yo, pero está en la fotografía muy simpático (ver)… 

 

Quizás lo más estrafalario entre los recuerdos de Memo para mi fueron las aventuras con Pataeplomo un mecánico muy amigo quien era “piloto de autos de carrera” con quien me tocó acompañarles en una celebración de carnavales con agua en el Maracaibo de ayer. Montados en un jeep descapotado con un tonel lleno de agua donde flotaban globos de colores, ya cargados para dispararlos a los que iban a combatir en aquella guerra mojada. Me cuesta verme de nuevo como adolescente con Pataeplomo al volante saltando en aquel jeep por callejones para “caernos a bombazos” de agua, un episodio de locos del que regresamos a salvo, pero evidentemente emparamados…

He comentado en otras ocasiones sobre mis dos primas por la parte paterna, Marina y Belén Alicia, quienes también eran mayores que nosotros y si bien dejamos de ver a Marina tempranamente pues mi tío Luis y su familia se mudaron a Nueva York, Belén si vivió muchos años en La Alquería, al lado de Los Arrayanes, y nosotros éramos simples espectadores de la magia del cine de mi tío José, quien tenía un largometraje en colores y a 16mm titulado “Al volante Belén” que nos llevaría varias veces en el recorrido de película por los Estados Unidos de costa a costa. Además a Belén y a sus amigos, mi tío les proyectaba películas “del cine” y eran al aire libre de la noche en el espacio para los autos, donde los primos vecinos, veíamos las películas “coleaos”.

Dije antes que Marina, con sus hermanos se habían ido a vivir en EUA y tuvimos poco contacto personal con ella, pero comenzando el pasado mes de agosto, recordé en este blog cuando era yo un imberbe adolescente y le escuché hablar de “El Cuervo” a mi prima Marina cuando le comentaba a mi hermano mayor, de su interés en el poema de Poe… Ahora, unos setenta años después, la tecnología ha avanzado y hay una nube de información alrededor del planeta tierra, pero todavía priman los recuerdos…

Hace tan solo un par de semanas pude hablar con Belén Alicia telefónicamente a su casa en Camatagua, a sus 88 años conversamos como si los años no hubiesen pasado. Es que ahora, hasta me puedo conectar por wasp con Alexandra la hija de Marina en Miami, así como lo haré con Irene para decirle que ya puede leer esta historia en el blog (lapesteloca) donde he cumplido con lo que le prometiera hace unos día. Son así las cosas en estos tiempos de rápidas y distantes comunicaciones mientras hay sondas en el planeta Marte y pandemia en la Tierra y en muy mala situación sobrevivimos en Maracaibo… Muestro una foto con papá mamá con mi hermano mayor Fernando, y muchos primos y primas, Memo, BelenAlicia y su mamá Paulina, entre otros (ver).

 

Pero… ¿Quién dijo miedo? I es que tenía yo otros primos hermanos, de la familia de mamá y sus hermanas quienes eran las Tamayo de San Cristóbal. Mi mamá era la menor de muchas hermanas con tres hermanos, todos mayores, pero sus hijos e hijas algunos de ellos que por suerte vivían en Maracaibo serían también nuestros primos y primas; los Pons Tamayo, los Fornez Tamayo, los Unceín Tamayo, los Ferrero Tamayo, los Gabaldón Unceín, en fin, algunas veces nos veíamos en fiestas de Navidad y añomuevo, otras en algún cumpleaños; Por ser contemporáneos nos reuníamos con más frecuencia con los Gabaldón, Rafael, Paulina y Federico. 

Debo aceptar que mis tres hermanos y yo, crecimos siendo “poco sociables”; es decir no éramos “fiesteros” y esa es nuestra manera de ser, posiblemente por la manera como afortunadamente fuimos criados, además de la genética sin duda alguna, y cuando intento regresar a mis recuerdos, otras cosas, quizás menos conectadas con la familia, son las que arriban a mi conciencia. Por eso Irene querida, siento no tener muchos más recuerdos (memories) como dijera hace poco tiempo en este mismo blog al referirme a la memoria (https://bit.ly/3AqVlwE), pues como habrás visto,  me ha dado por escribir en estos días sobre los sueños y los dejavúes…

Maracaibo, miércoles 8 de septiembre del año 2021

 

3 comentarios:

Luis Vicente García G. dijo...

Excelente primo. Soy Luis Vicente, hijo de Irene y Mauricio (tu primo), nieto de tus tíos Luis y Carmen Elvira. Leyendo y divirtiéndome mucho con esto de los primos que están por todos lados. Y si bien tampoco nos hemos conocido, lo de primos es ya algo familiar. Gran abrazo.

Jorge García Tamayo dijo...

Un saludo, gracias por leerme!

Unknown dijo...

Gracias Jorge ! Tienes una excelente memoria y los nombres de los canes son geniales ...
Era la época , no antisociales ja jjjjj